"¡Esta carne está casi podrida, idiota! Su Señoría estará entreteniendo al Conde Elector esta noche. Si no traes carne fresca inmediatamente, ¡tú estarás en el menú!"
- —Administrador anónimo.
Un Administrador es el gerente de una casa, al que se le confía todos los molestos detalles cotidianos de los que no tienen tiempo de ocuparse los muy ricos (como mercaderes prósperos o poderosos clérigos). Mientras que un señor noble no suele saber a cuánto asciende su fortuna o cuánto cuesta mantener sus negocios y sus propiedades vacías, su administrador lo sabrá hasta el último chelín. Como los nobles ricos poseen vastas extensiones y fincas, algunos administradores pueden quedar al cargo de una propiedad para que se las arreglen solos durante años.
Responsabilidades[]
El buen funcionamiento de una hacienda requiere tratos diarios con la burocracia del Imperio: las listas de impuestos deben mantenerse en orden, las multas pagadas, las apelaciones escritas, los sobornos entregados, y así sucesivamente. En ausencia de su señor, el administrador también debe mantener el orden sobre las disputas internas y promulgar el castigo y la indemnización. Como representante de su señor, la palabra del administrador es siempre definitiva. Tiene un gran margen de maniobra para actuar como lo considere oportuno, siempre que sea en interés de su amo.
Los administradores deben mantener constantemente un inventario cuidadoso de los bienes y propiedades del patrimonio. En las ciudades, se requiere que haga visitas periódicas a los intereses comerciales de su señor diseminados por la ciudad. En las áreas rurales, donde una finca podría consistir en grandes extensiones de tierra y granjas aisladas, esto podría implicar días de viaje a través de terrenos peligrosos, con un séquito de guardias para repeler a los bandidos o controlar a los campesinos enfurecidos ante el último aumento en sus diezmos.
El administrador también estará a cargo de la protección del patrimonio. Las granjas de una finca rural deben defenderse contra los invasores, y los intereses comerciales en la ciudad deben estar protegidos contra los competidores agresivos. Un administrador trabaja incansablemente para mantener el funcionamiento eficiente de las posesiones de su señor.
Reputación[]
La posición de poder de un administrador depende del señor al que sirve, por lo que su reputación está ligada a la de su señor. El hombre que tiene la administración en nombre de un tirano será vilipendiado por la gente que gobierna. A menudo será odiado más que su señor, porque él es el rostro cotidiano de los duros edictos de este.
Por otro lado, el administrador de un señor justo y moderado puede ser estimado si actúa de acuerdo con la voluntad de su señor. Sin embargo, hay demasiados administradores que abusan de su posición.
El señor que suele ausentarse de una hacienda puede tener la creencia de que sus pertenencias se están administrando eficientemente, cuando en realidad su administrador está desangrando a sus arrendatarios y quedándose con la mayor parte de las ganancias.
Fuentes[]
- Warhammer Fantasy JdR 2ª Edición, pág. 61.
- Warhammer Fantasy JdR: Career Compendium (2ª Ed. Rol), pág. 201.