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Alto Elfo Warhammer online CA0807 13 por Chris Dien

Imagen ilustrativa.

Aethis, conocido como el Poeta por los Asur y como el Cobarde por los Druchii, fue el octavo Rey Fénix de los Altos Elfos, sucediendo a Bel-Korhadris el Rey Sabio y reinando del 1 al 623 del octavo reinado del calendario élfico (del 499 al 1120 CI). A su muerte le sucedió Morvael el Impetuoso.

Reinado[]

Tras la pacífica muerte de Bel-Korhadris, fue sucedido por Aethis de Saphery, el primer Rey Fénix que no heredó un reino inestable o que accedió al trono después de una larga guerra. Al igual que ocurriera durante el reinado de su predecesor, los Elfos Oscuros seguían tranquilos en Naggaroth, sin apenas lanzar ataques contra Ulthuan, por lo que su reinado se continuó caracterizando por una larga paz.

Aethis fue un poeta y trovador notable, así como un mecenas y esteta de las artes, por lo que durante su reinado se favorecieron a todos los grandes artistas de Ulthuan (dramaturgos, pintores, escultores, etc.), que se reunieron en la corte de su inmenso palacio de jade esculpido en Saphery. Este fue el periodo de mayor apogeo de la cultura élfica y en el que se crearon más obras de arte. En esta época, las obras clásica de Tazelle y Torion animaron la corte. Un ejército de escultores y artesanos embelleció las montañas de Cracia. Sobre la Puerta del Grifo construyeron un Grifo colosal que medía más de 150 metros y que parecía saltar desde la montaña. La escultura era tan real que se dice que cobraba vida para impedir el paso a los invasores. En la producción de proyectos tan grandiosos como éste, se invirtieron cantidades enormes de riqueza.

La ciudad de Lothern que antes era una aldea de pescadores, creció hasta convertirse en una gran cuidad dedicada al comercio con el resto de colonias y reinos. También se estableció el contacto con el viejo imperio humano de Catai. Representantes del Rey Fénix visitaron la corte del Empera­dor de Catai. La seda, el jade y las especias se convirtieron en bienes muy preciados en Ulthuan.

Confiados en sus fuerzas, los Altos Elfos empezaron a disminuir el número de sus ejércitos y flotas. Después de casi quince siglos de relativa paz bajo los reinados de Bel-Korhadris y Aethis, los recuerdos de las antiguas guerras y las viejas enemistades empezaron a desvanecerse. También intentaron en varias ocasiones que los Enanos devolviesen la Corona del Fénix. Los Enanos hicieron caso omiso de sus peticiones, pero los Altos Elfos no lo consideraron un insulto.

Un cierto grado de complacencia se apoderó de los Asur. Muchos nobles dejaron a un lado sus obligaciones marciales y tradiciones, pensando que eran artes brutales y que no eran dignas de tiempos civilizados. Aparecieron distintas facciones en la corte y la intriga, el pasatiempo favorito de los Elfos, se convirtió en una forma de vida para muchos. Las cuestiones que generaciones anteriores de príncipes habrían resuelto mediante la espada o la sabiduría, ahora se resolvían con la lisonja y los epigramas afilados.

Pero no todo lo que rodeaba a Ulthuan era indolencia. Al norte, el Príncipe Valedor de Ellyrion se aseguró de que nunca faltase protección en las grandes puertas y de que los guerre­ros recibieran el mejor entrenamiento y equipo disponible en Ulthuan. En una ocasión, Valedor se topó con varios nobles de la corte del Rey Fénix que estaban a punto de vaciar una de las armerías de la Puerta del Grifo. Decenas de carros se habían cargado ya con ithilmar y escamas de dragón finamente labradas cuando Valedor los encontró. Infundidos con autoridad real, los nobles hablaron con osadía al principio, e informaron a Valedor que el Rey Fénix deseaba usar el "excedente" como vestuario en su última obra de teatro. Valedor montó en cólera y mató al noble de un solo golpe de su puño de hierro, momento que el resto de nobles, hedonistas mise­rables, aprovecharon para huir dejando que los guerreros de Valedor devolviesen las armas al lugar del que provenían. Más tarde se supo que Aethis no había dado instrucción alguna: los nobles habían actuado por iniciativa propia a fin de ganar el favor de su rey. Pero nada de eso preservaría al príncipe Vale­dor. Poco a poco, su nombre y su reputación fueron destruidos por aquellos a quienes había truncado los planes. En cuestión de un año había sido despojado de todo honor y titulo, y su familia había perdido toda su riqueza ancestral.

Aprovechando esta debilidad en sus defensas, Malekith atacó de nuevo la isla, pero en vez de enviar a sus fuerzas, decidió hacerlo clandestinamente y en silencio. Envió a los mas talentosos de los Elfos Oscuros para introducirse secretamente en la sociedad Asur. Una vez más volvieron a surgir los cultos de los excesos, esta vez escondidos tras el secretismo que lo convertía en aún más atractivo a los ojos de los hastiados aristócratas élficos. Con el paso del tiempo, su influencia se extendió, incluso llegando a la propia corte del Rey Fénix.

Pronto, siniestros rumores empezaron a extenderse y se llevaron a cabo diversos asesinatos contra miembros importantes de la sociedad élfica. El pánico se apoderó de todo Ulthuan, ya que estos crímenes se multiplicaban y cada vez eran más osados y horribles, hasta que Aethis, ante el cariz que estaba adoptando la situación, pidió ayuda a los Señores del Conocimiento de la Torre Blanca, quienes enviaron a los Maestros de la Espada de Hoeth en una Guerra Secreta contra los viles cultos. Persiguieron y ajusticiaron a sus miembros e informaron de sus descubrimientos a la Torre Blanca. Sus descubrimientos pusieron lo suficientemente nervioso al Gran Señor del Conocimiento como para informar al Rey Fénix.

Se descubrió que Girathon, que ostentaba la posición de canciller de la corte del Rey Fénix, era en realidad un espía de Naggaroth. Girathon había usado su poder para subvertir muchas de las órdenes de Aethis y sembrar la confusión por todo el reino. Cuando sus lealtades fueron descubiertas, ya era demasiado tarde: el Rey Fénix estaba muerto. Siguiendo órdenes de Malekith, Girathon había estrangulado a Aethis hasta la muerte con una de las bufandas doradas de seda que tanto gustaban al monarca (según otras versiones lo apuñaló en el corazón con una daga envenenada), antes de ser ajusticiado.

Y así el octavo Rey fénix fue asesinado por un amigo que parecía de absoluta confianza.

Curiosidades[]

  • De entre todos los Reyes Fénix, el reinado de Aethis fue el cuarto más largo con 623 años.

Fuentes[]

  • Ejércitos Warhammer: Altos Elfos (4ª Edición).
  • Ejércitos Warhammer: Altos Elfos (7ª Edición).
  • Ejércitos Warhammer: Altos Elfos (8ª Edición).
  • Ejércitos Warhammer: Elfos Oscuros (6ª Edición).
  • Ejércitos Warhammer: Elfos Oscuros (7ª Edición).
  • Ejércitos Warhammer: Elfos Oscuros (8ª Edición).
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