Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
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Aventurero Enano por Anna Ignatieva

Imagen ilustrativa

Se trata de un vasto lago situado en las Montañas del Fin del Mundo. En el lenguaje khazalid de los Enanos, este gran lago se conoce como Varn-Drazh, que significa Agua Negra, y este es el nombre que le dan los humanos.

Descripción[]

Sin duda, el nombre de Agua Negra lo tiene bien merecido porque es una inmensa extensión de aguas quietas y oscuras se extienden en el valle, como si se tratara de un infinito mar de color obsidiana. Salvo cuando soplan los fuertes vientos de montaña, la superficie no se agita ni lo más mínimo, sino que permanece como un cristal estigio: extenso, poderoso e imponente.

El lago se encuentra en un gran cráter abierto en las montañas milenios antes inundado por el agua. Alrededor de sus orillas se pueden encontrar ricos filones de minerales, incluido el tan preciado hierro meteórico conocido como gromril, con el que los Enanos construyen las mejores armas y armaduras. Es imposible no reconocer que es un lago impresionante, vasto e increíblemente profundo, situado en un enorme cráter que se abría como unas gigantescas fauces de las que sobresalían dientes rocosos. Procedente del deshielo de las Montañas del Fin del Mundo que lo rodean, las aguas del deshielo, brillantes como jirones plateados, descienden entre las piedras apiñadas y los valles ocultos, llenando la cuenca del lago, parecida a un abismo.

Se fundaron ciudadelas alrededor de Varn-Drazh para extraer los metales meteóricos y para controlar los torrentes de montaña que surgen del lago. Estas aguas bravas lavan los minerales extraídos y mueven grandes ruedas hidráulicas que accionan los grandes martillos de las forjas subterráneas. El propio lago es negro y profundo y su vítrea superficie oculta, con su aparente calma, monstruos ancestrales y horripilantes habita en las profundidades del Agua Negra. Corren insistentes historias acerca de una antigua criatura, viva desde mucho antes de que los elfos y los enanos llegaran al Viejo Mundo, que duerme en la líquida oscuridad.

Mesetas escarpadas y espesos pinares se desperdigan entre el yermo paisaje, donde serpenteantes senderos y precarios desfiladeros se abren paso entre las rocas. Los picos, irregulares puntas de roca coronadas de nieve, erosionadas por todas las eras del mundo, se alzan como centinelas desafiantes. Karaz-Khrumbar es la montaña más alta de las que rodean el lago y es el emplazamiento de una antigua atalaya de Karak-Varn. Las ennegrecidas piedras derrumbadas del puesto avanzado aún se ven sembradas por la ladera, arrancadas por el fuego hace miles de años, cuando los Pieles Verdes atacaron Karak-Varn. Los restos de la fortaleza se hallan en la orilla sudoeste del lago, y la cara del risco donde había sido excavada aún se alza entre las nieblas de la montaña, a lo lejos.

Historia[]

En una época remota, mucho antes de que se escribieran las primeras crónicas Enanas, un enorme meteorito chocó contra el Viejo Mundo. El meteorito, que abrió un inmenso cráter, se rompió esparciendo fragmentos de su valioso mineral por los alrededores. A lo largo de los siglos siguientes, el agua del deshielo de las montañas fue llenando lentamente el cráter. Cuando los exploradores Enanos descubrieron el lago que había formado lo llamaron Varn-Durak (en khazalid, "lago de la piedra dura”). Los Enanos descubrieron que el hierro meteórico tenía propiedades especiales y podía ser utilizado para forjar armas y armaduras mucho más duras y resistentes.

Durante los años siguientes, allí creció y prosperó un pequeño asentamiento hasta que, un año, las minas más profundas construidas por los Enanos perturbaron el reposo de una bestia monstruosa. La bestia, enfurecida por haber despertado de su sueño de siglos, salió a la superficie para descubrir que había pasado. Las crónicas narran que cientos de Enanos murieron ahogados en el lago mientras se defendían de la criatura de múltiples tentáculos. Los Enanos decidieron quedarse incluso después de descubrir que tenían a aquel monstruo a las puertas de la ciudad. Rápidamente, construyeron una fortaleza con muros encarados al lago. Después del trágico accidente, el lago tomó el nombre de Varn-Drazh o Agua Negra.

Durante años, los Enanos hicieron buen uso de los torrentes de agua fundida que se escurrían montaña abajo hacia el lago. Construyeron enormes ruedas de molino y las utilizaron para alimentar los martillos mecánicos de sus forjas. Perforaron túneles por toda la montaña como si fuese una colmena y varios de los clanes descubrieron grandes menas de un nuevo mineral, una extraordinaria variedad de hierro, debajo del propio lago. Los Enanos fueron excavando más y más profundamente por debajo de las aguas del lago. Poco sabían hasta qué punto estaban sellando su destrucción.

Cuando los terremotos destruyeron una inmensa porción del imperio Enano, estos alcanzaron Karak-Varn y los poderosos temblores abrieron grandes grietas. Las aguas del lago se filtraron a través de estas, inundando las minas. Un número incalculable de Enanos perecieron en la inundación y varios clanes desaparecieron sin remedio, mientras sus salas del tesoro eran vaciadas por el agua que manaba a borbotones. Al percibir la debilidad de los enanos, sus enemigos se reunieron y atacaron.

Por debajo, por túneles roídos en el lecho de roca de las montañas, los malvados Skavens aprovecharon la oportunidad para atacar las minas en ruinas y las estancias inferiores. Habían llegado silenciosamente y arropados por la oscuridad los seres rata, para hender gargantas y envenenar pozos. Los Enanos de Karak-Varn habían reunido a todos los efectivos posibles para luchar contra los sigilosos enemigos, pero las hordas de Orcos y Goblins, cuyo sistema de cavernas había sido también destruido, atacaron la fortaleza desde la superficie, pillando a los Enanos desprevenidos.

Los Enanos de Karak-Varn lucharon valerosamente, y su rey se negó a huir. Algunos clanes, sin embargo, se dieron cuenta de que estaban perdidos y lograron escapar de la trampa antes de que ésta se cerrara del todo. Unos vagaron durante un tiempo por las montañas, desposeídos, hasta que sus linajes se extinguieron o fueron absorbidos por uno de los otros clanes. Hubo quienes buscaron refugio en Zhufbar o se marcharon en dirección oeste, hacia las Montañas Grises. Ninguno de los enanos que permaneció en la fortaleza sobrevivió.

Ya no existe la majestuosa Karak-Varn. El lugar se llamaba entonces Fortaleza del Peñasco; un paraje desolado, poblado de sombras y antiguos recuerdos. Debajo de la roca y el agua yacía el tesoro de Karak-Varn, junto con los esqueletos de sus antiguos habitantes. De vez en cuando, los ingenieros de Zhufbar construían máquinas de inmersión para explorar las sumergidas profundidades de la fortaleza; pero eran pocos los que regresaban. Los que lo hacían hablaban de infestación de trolls, tribus goblins y viles hombres rata que se afanaban por sobrevivir con lo que quedaba dentro de la fortaleza en ruinas. De vez en cuando, se recuperaba algún cofre lleno de tesoros, un antiguo martillo rúnico o algún otro objeto de valor, lo suficiente para alimentar las historias y encender la imaginación de otros enanos lo bastante aventureros o temerarios como para arrostrar los peligros de la Fortaleza del Peñasco.

El nombre de Agua Negra había asumido un nuevo significado y se había convertido en el lugar de muchas batallas entre Enanos y los Pieles Verdes. Había sido allí, en la orilla, donde el Señor de las Runas Kadrin Melenarroja se había apostado para proteger los carros cargados de mineral de gromril contra una emboscada tendida por los orcos. Al ver que su destacamento estaba perdido, su último acto había sido arrojar el martillo rúnico a las profundidades para que no cayera en manos de los pieles verdes. Muchas de las expediciones habían intentado recuperarlo, pero aún yace dentro de las lóbregas aguas.

Fue en aquellas inhóspitas orillas donde los enanos mataron por fin a Urgok Quemador de Barbas, el señor de la guerra orco que había atacado la ciudad de Karaz-a-Karak mas de dos mil setecientos años antes de sufrir la venganza de los enanos por la captura del Gran Rey.

Y así continua la historia del Agua Negra, escaramuzas y batallas punteadas por cortos períodos de paz. La más reciente había sido la batalla de las Cascadas Negras, en el año 2205 C.I, cuando el Gran Rey Alrik había conducido el ejército de Karaz-a-Karak contra una hueste goblin. Al culminar la batalla, Akik había sido arrastrado aguas abajo hacia el interior de Karak-Varn por el Kaudillo Goblin Gorkil Vazíaojos, al que había herido mortalmente.

Nadie ha sabido jamás si la extraña criatura tentacular sobrevivió a los terremotos y desastres naturales que antecedieron a la Era de la Aflicción, pues nunca ha vuelto a salir a la superficie, aunque algunos claman que sigue con vida aún hoy en día. Son muchos los que aseguran haber visto cómo los tentáculos atrapaban un viajero imprudente y su leyenda sigue produciendo escalofríos a todos los que tienen que recorrer el largo y traicionero camino que bordea el lago.

Fuentes[]

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