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Mapa Reino de Arabia y Tierra de los Muertos

Arabia es una nación humana situada al sur del Viejo Mundo, al oeste de Nehekhara y al noroeste de las junglas de las Tierras del Sur. Se alza a lo largo de vastas extensiones de desierto, y encontramos sus ciudades en la Costa de Arabia, al oeste, hasta las fronteras septentrionales de las Tierras del Sur.

Descripción[]

Poco se sabe sobre Arabia en comparación con el Viejo Mundo. Sus mercaderes viajan y comercian extensamente por todo el mundo, estableciendo redes comerciales que se extienden por cada mar y nación. Su sociedad se centra notoriamente en el comercio y la piratería, los cuales, llevados a cabo a escala mundial, les aporta una fabulosa riqueza: se dice que sus sultanes y califas son más ricos que los Enanos. Este comercio es llevado más allá del mar gracias a sus dhows, veloces naves de velas triangulares. Tienen un destacable interés por la ciencia, la medicina y el conocimiento mágico, y sus nobles invierten grandes sumas en sufragar investigaciones de todo tipo. En multitud de ocasiones, los árabes han intentado establecerse fuera de sus hogares, ocupando territorios como Sartosa o los Reinos Fronterizos. Tal sería el caso de Luyt'ama Rah'slyn, Fatandira o Abdul Al'Shar. Además, mantienen colonias en muchas ciudades lejanas, como en la distante Marienburgo, donde se ha formado una comunidad árabe próspera y antigua, conocida como Arabíerstad.

Perros del Desierto de Al Muktar

Sus ciudades son exóticas y extravagantes, donde masivos palacios abovedados, llenos de riqueza más allá de la imaginación de los enanos, se ciernen sobre casas de adobe y estuco en calles sinuosas. Sus alegres y bulliciosas noches, los artistas callejeros, la música, el alcohol, los narcóticos, la ardiente comida y las concubinas hacen de Arabia un lugar encantador e irresistible para muchos viajeros. Los árabes son personas coloridas, que viven cada instante con pasión, pues la vitalidad corre salvaje por sus venas, tan ardientes como el mismo sol. Son un pueblo impío, que no siente demasiada devoción por los dioses, en especial entre sus mandatarios. Se dice que los árabes pueden llegar a ser avariciosos y crueles, pero siempre están involucrados en alguna exótica aventura.

Los guerreros más duros vienen de las tribus nómadas de los desiertos, que son muy temidas por los mercaderes más civilizados que recorren las rutas de caravanas a través de los vastos desiertos. Los guerreros más notables de Arabia son los Derviches, guerreros y fanáticos religiosos demasiado dispuestos a morir por sus creencias. Otros muy famosos son los Guerreros Eunucos, individuos entrenados desde su nacimiento para servir como soldados o guardias. Los árabes conocen las armas de fuego, habiendo desarrollado ellos los primeros jezzails. Mayormente, estas armas acaban montadas sobre camellos, para utilizarlas en fugaces escaramuzas. Además, los ingenieros árabes desarrollaron las primeras armas de llave de chispa, siendo estas mucho más avanzadas que las armas de llave de rueda, utilizadas en el Imperio por aquel entonces. En los bazares y mercados de Arabia, las multitudes a menudo se reúnen alrededor de un místico árabe sentado tocando una flauta. Hipnotizando mediante música, aunque algunos dicen que utilizando su balanceo rítmico, a una serpiente venenosa mortal. Los Encantadores de Serpientes generalmente sobreviven con el dinero que ganan como artistas, pero a menudo algunos ofrecen sus servicios, y el de sus serpientes, como guerreros. De igual modo, los sureños provenientes de las selvas llegan a Arabia para servir como guerreros y mercenarios, así como muchas otras razas, como los Ogros.

El Gran Sultán de Arabia afirma gobernar toda la península, pero tiene poco poder real sobre las ciudades-estado costeras o sobre las feroces tribus nómadas que vagan por el Gran Desierto de Arabia. El poder ostentado por el Gran Sultán desde Al-Haikk, la capital de toda Arabia, se ve sustentado por la voluble lealtad de los nobles. Los Príncipes y Emires, la clase noble entre los árabes, tienden a ser muy independientes, así como el resto de Sultanes, gobernando sus ciudades con impunidad. Los fieros Jeques del desierto, por su parte, son líderes locales, siendo guerreros y militares renombrados. En la mayor parte de las ocasiones son los Visires, consejeros personales de los Sultanes, aquellos encargados de comandar los ejércitos en el campo de batalla, con la notable excepción del Gran Sultán. Esto es así porque los Sultanes de Copher, Lashiek, Martek, Ka-Sabar, Aiir y El-Kalabad viven en un lujo inimaginable. Les sirven cientos de esclavos que cumplirán todos sus caprichos, sus harenes están llenos de bellezas voluptuosas de todo el mundo y sus cámaras de tesoros con todo el esplendor y riqueza de esta tierra lejana. Es por ello que son reacios a pisar el campo de batalla, y prefieren delegar en sus visires para comandar a sus ejércitos. Las mujeres árabes tienen los mismos derechos a la hora de heredar que los hombres, y pueden gobernar las ciudades, así como liderar las tribus nómadas.

Caballeros Árabes

Arabia es una tierra inmensa, y en muchas ocasiones los enemigos brotan por doquier. Desde luego, el mayor antagonista de los árabes son los No Muertos. Desde tiempos inmemoriales han luchado contra los Nigromantes y sus siervos, y contra los Reyes Funerarios de Nehekhara. Siglos de lucha han provocado que en Arabia sean expertos combatiendo contra los siervos de la oscuridad. Otro enemigo acérrimo de los árabes son los Skavens. Estos habitan en las Montañas Atalanas, y extienden sus redes bajo las ciudades de Arabia. Muchos son aquellos que intentan acabar con estos seres, pero su escurridiza naturaleza y el abrupto territorio de Arabia hace imposible perseguirles. El Clan Eshin y el Clan Calavera son aquellos que mayor presencia mantienen en Arabia. Los Pielesverdes descienden desde las Tierras Yermas hasta Arabia en muchas ocasiones, en busca de los botines de los nobles. Mayormente, es la tribu de los Mano Ensangrentada la responsable de los saqueos. Aunque los árabes no suelen tener mayor problema para expulsarlos de vuelta al desierto. Los saqueadores llegan a sus costas, ya sean Elfos Oscuros o Norses, y es responsabilidad de los corsarios el expulsarlos de vuelta a sus tierras. Los viejomundanos son ahora vistos como aliados y no como enemigos, pues su apoyo tanto económico como militar es vital para los nobles árabes. Llegan en ocasiones caballeros y peregrinos desde el Viejo Mundo, dispuestos a ayudar a los árabes en su lucha eterna contra los Reyes Funerarios.

El comercio activo con otras tierras lejanas hace que la riqueza de Arabia provenga de muchos lugares. En los puertos de Tilea, Estalia, Bretonia y el Imperio es común ver divisas y monedas de origen árabe. En Arabia existen diversos tipos de moneda, las llamadas Riales, cada una de ellas con un valor determinado; Riales de oro, decoradas con dos cimitarras cruzadas, piezas de plata, que muestran sementales árabes, y monedas de bronce que lucen una luna creciente.

Una parte de los habitantes de Arabia viven deambulando en las dunas, viajando entre los oasis del desierto, tales como el Oasis de Jaluk, el Oasis de Gazi, el Oasis Negro o el Oasis de los Mil y Un Camellos. Se organizan en tribus, siendo ellos descendientes de aquellos que habitaban más allá de las Montañas Atalanas, cuyos hogares fueron destruidos en las Guerras de la Muerte. Los nómadas son tremendamente numerosos, y cada una de sus tribus tiene una idiosincrasia y una cultura propias. Algunos de ellos son apacibles mercaderes, que viajan intercambiando sus productos, mientras que otros son terribles bandidos y saqueadores, que enfrentan a cualquiera que se atreva a invadir su territorio. Aquellos que viajan entre las dunas deben conocer muy bien a las tribus, pues cualquier distracción o desliz podría ser fatal si se trata de los orgullosos habitantes del desierto.

Abdul-el-Crud

Abdul-el-Crud, asesino árabe

Los asesinos de Arabia son renombrados en todo el mundo. Utilizan sus artes mágicas para acabar con sus objetivos, siempre a cambio de una sustanciosa recompensa. Al sur de Lashiek se extiende la Tierra de los Asesinos, donde las compañías de sicarios a sueldo montan sus campamentos. Quizás el grupo más famoso de asesinos árabes sea la Hermandad de la Serpiente. Son asesinos-sacerdotes, que adoran a un dios pérfido y antiquísimo. Cazan a los saqueadores de tumbas que rondan los mausoleos árabes, siendo para ellos una herejía molestar a los muertos. Los miembros de la Hermandad de la Serpiente son proscritos en Arabia, pues ganaron demasiado poder e influencia en las cortes. Pero incluso perseguidos, siguen estando activos, siendo muy influyentes entre la nobleza de Arabia. Los asesinos de la hermandad portan armas mágicas y artefactos arcanos, que les facilitan acabar con sus enemigos. Conocemos a dos miembros de esta hermandad; Tauseef Assad y Abdul Jumblatt. Otra organización de asesinos árabes son los temidos Hashishin, pero tan poco se sabe sobre ellos que son considerados una mera leyenda por muchos. Aunque no faltan los que desean contratar sus servicios.

Multitud de nómadas y aventureros de Arabia se adentran en las Tierras de la Muerte para saquear las tumbas y obtener sus tesoros. Anhelan la riqueza olvidada en el tiempo, arriesgando sus vidas entre los sarcófagos. En ocasiones, algún joven Jeque, ansioso por demostrar su valía y la de su pueblo, se adentrará en la Tierra de los Muertos para poder reclamar tesoros por sí mismo y descubrir riquezas desconocidas. Frecuentemente, los líderes de Arabia envían sus fuerzas hacia las pirámides de Nehekhara, con la misión de saquear las tumbas y quemar los malvados y antiguos pergaminos que encuentren, evitando así que los muertos vuelvan a alzarse. No es extraño para nadie que los árabes se embarquen en grandes cruzadas hacia el este, para evitar que sus eternos enemigos de Nehekhara aúnen de nuevo a sus fuerzas. Los sultanes suelen contratar mercenarios para este tipo de misiones. Estos vuelven a Tilea cubiertos de riqueza y valiosas reliquias, aunque muchos no logran escapar de la ira del desierto.

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Cimitarra Llameante, de Magus Dorado

La piratería es un pilar fundamental dentro de Arabia, sustentando muchas de sus actividades comerciales. Los corsarios se encargan de acabar con las flotas rivales, para así monopolizar las rutas de comercio. Además, los corsarios son mayormente esclavistas, trayendo nuevas remesas de esclavos a los mercados de Arabia, enriqueciéndose enormemente en el proceso. Estos corsarios orbitan mayormente en torno a la ciudad de Lashiek, siendo su base de operaciones, y la ciudad donde pueden vender su botín de esclavos. Si por algo son renombrados los corsarios árabes es por su disciplina. Son guerreros crueles, expertos en la navegación, que no se dejan amedrentar en ningún mar. El más importante de todos ellos es el Sultán de los Mares, el Magus Dorado.

Magia en Arabia[]

Magos Árabes Arabia Warmaster Miniaturas

Hechicero de Arabia

Los magos de Arabia son renombrados en todo el mundo, encontrándose entre ellos algunos célebres hechiceros como Haqiqah al-Hikmah, señor magíster de la Orden Dorada. Se dice que los hechiceros de Arabia son capaces de capturar Djinns en recipientes, y cuando estos son abiertos, de ellos emergen hasta alcanzar un tamaño inmenso, para obedecer las órdenes de su amo. Además, se rumorea que vuelan en alfombras, creadas en una era antigua en las Islas de los Hechiceros. No parece que existan cismas de género para transformase en mago en Arabia, como vemos en el caso de Laniph, una peligrosa hechicera experta en el Saber de la Muerte.

En Arabia se utilizan a los Djinns como fuente de magia, puesto que los Vientos de la Magia son sumamente débiles en esta región. Los magos de Arabia han creado artilugios para ayudarles a controlar estos Vientos de Magia. Extraños frascos son usados para encerrar a los Djinns en su interior, y poder extraer su poder mágico. Otro de estos artefactos seria la Caja de Puzzles de Arabia, un elegante mecanismo que permite a su portador aprovechar correctamente los Vientos de la Magia, utilizando las gemas brillantes que alberga en su interior. En Arabia, el estudio de la magia es algo aceptado y respetado, incluso de aquellos saberes que generan más rechazo en el Viejo Mundo, como el Saber de la Muerte, visto por los árabes como un aspecto natural de la vida. El poder de los espíritus ha servido para crear un Saber de la Magia propio de Arabia, conocido como Elementarismo Árabe. Sus hechizos encierran un poder sin par, canalizando las energías mágicas de estos divinos espíritus.

Salladh-bar el grande ordo terribilis

Salladh-bar,Nigromante Árabe

El estudio de la Nigromancia en esta región está envuelto en misterio. Para aprender el Oscuro Arte, un aspirante debe buscar un Nigromante y convertirse en su aprendiz, o adquirir uno de los tomos prohibidos sobre el tema, como el Libro de los Muertos, escrito por el enloquecido príncipe árabe Abdul ben Rachid. Este viajó a la Tierra de los Muertos, al este de Arabia, y desquiciado por sus experiencias escribió su blasfema obra maestra. No vivió para ver el rechazo público generalizado a su obra, o la gran pira en la que el Califa de Ka-Sabar quemó todas las copias que pudo encontrar. Desafortunadamente, el Califa no las encontró todas. La nigromancia no está demasiado reprimida en Arabia, por lo que no sufren la ignorancia que permite que los vampiros se afiancen como en el Imperio. Los vampiros del Dragón Sangriento tienen presencia en los desiertos occidentales, pero son los únicos vampiros que tienen alguna influencia en esta tierra. En las calles de Arabia, el peligro de los nigromantes está muy presente, siempre en busca de acólitos y víctimas para sus oscuros rituales. Obras como el Libro Maldito, del nigromante árabe Har-Ak-Iman, se mantienen como un vestigio de este oscuro arte entre las dunas.

Jeque yadosh

Jeque en Alfombra Voladora (Conversión de GW)

Los objetos mágicos son comunes en Arabia, utilizados por sus hechiceros y místicos. Entre ellos destacan las renombradas alfombras mágicas, utilizadas como montura por muchos árabes de renombre. Otros artefactos podrían ser las cuerdas encantadas, objetos vivientes, que ayudaran a su amo en caso de batalla. Siendo una sociedad unida estrechamente a la magia, son comunes las poderosas reliquias y los objetos de índole mágica entre las gentes de Arabia. Otro ejemplo sería el Cinturón de la Cobra, un artefacto mágico que se transforma en una serpiente venenosa a la orden de su amo. Ibn Naggazar fue uno de estos renombrados hechiceros, quien en su brillantez, y también en su locura, escribió el Libro Negro de Ibn Naggazar. Un tomo donde recopiló fórmulas para crear elixires intoxicantes, influido por los susurros de los demonios. Otros hablan de Kaphamon, un mago árabe experto en el Saber de la Muerte, que creó multitud de artefactos mágicos de increíble poder, como el Bastón de Kaphamon.

En Arabia existe la mácula del Caos, en forma del Culto a los Espejos, adoradores de Tzeentch, y la temida Confederación de Latón, que data de la era de las Cruzadas, así como el misterioso y legendario Culto de Ishmail. Además, los Hombres Bestia vagan por esta tierra. En Arabia, a diferencia del Viejo Mundo, los Astados no tienen la apariencia de bóvidos, sino que se los describe como Hombres Simio. Son sumamente inteligentes, capaces de organizarse y usar armas y herramientas en los astutos ataques que llevan a cabo contra los otros habitantes de la jungla.

Geografía[]

Desierto nehekhara 1 warhammer total war por Kareem Leggett

Geográficamente, Arabia se divide entre los territorios de la Costa de Arabia, al noroeste de las Montañas Atalanas, y el Gran Desierto de Arabia, conocido por los árabes como el Desierto de Sahra, donde aún se extienden algunas importantes ciudades. Los dominios del Gran Sultán se extienden hasta la frontera de las Tierras del Sur, donde Ka-Sabar se alza como último bastión árabe en el camino hacia el sur. Las vastas extensiones de desierto, salpicadas de pequeños oasis, son la norma en esta región del mundo, donde el calor y la aridez son impasibles. Todo aquel que viaje por el desierto debe conocer el Harmattan, un peligroso viento que atrae tormentas de arena, pudiendo ocultar el sol durante días, así como enterrar a los incautos bajo las dunas. La cordillera más importante de Arabia son las Montañas Atalanas, impracticables en casi toda su extensión, salvo por el Paso de la Cobra. Otras pequeñas montañas se alzan solitarias, como la Montaña del Eunuco o la Montaña del Buitre. Tan solo dos ríos conocidos recorren la extensión de Arabia. El principal de ellos es el Río de la Serpiente, al sur de Lashiek, desembocando en la Bahía de los Corsarios, junto al Estrecho de los Tiburones. El Río Carmesí también atraviesa buena parte de Arabia.

Al sur, un enclave natural vital para la economía es el Golfo de Medes, donde se alza El-Kalabad. Recibe buena parte del comercio proveniente del este, siendo por tanto un lugar de constate tráfico mercantil. Al norte de Arabia se encuentra el Viejo Mundo, y al noroeste Ulthuan, y es por ello que Arabia mantiene el control sobre las rutas comerciales del lejano este. Barcos de Catai e Ind llegan en masa a sus puertos, tras un largo viaje rodeando las Tierras del Sur. Su estratégica localización les ayuda a mantener la hegemonía sobre el comercio, llegando a monopolizar rutas enteras.

Sociedad y Cultura[]

Magus Dorado Dreadfleet por John Blanche

Arabia es vista desde el Viejo Mundo con cierto rechazo, pues es considerada como un lugar baldío, árido, gobernada por codiciosos y crueles mandatarios. Pero nada estaría más alejado de la realidad. El pueblo árabe es hospitalario, amable, muy orgulloso y repletos de vitalidad. Se dice que el ardiente sol recorre sus venas. Son gentes enérgicas, desbordantes de pasión y de indomable espíritu. Sus mandatarios son amantes del arte y las ciencias, y se interesan enormemente por sufragar a artistas e investigadores, encabezando el progreso en los campos de la medicina, la arquitectura y las artes liberales. Sin embargo, si es cierto que los habitantes del desierto son mucho más crueles y feroces, pues igual de dura es la tierra en la que habitan.

Físicamente, los árabes son descritos como de estatura baja, morenos, esbeltos, con narices ganchudas y cabello y ojos oscuros. Las mujeres árabes se caracterizan por su pelo rizado, sus labios carnosos y sus curvas voluptuosas. Se dice de ellas que tienen un carácter muy fiero, orgulloso y pasional. Algunas de las ciudades de Arabia se encuentran en las fronteras septentrionales de las Tierras del Sur, y la gente allí es de piel negra. Pero aun con su lejanía, comparten una cultura común con el resto de árabes.

No se sabe mucho sobre la sociedad de las gentes de Arabia, pero a partir de los pocos mercaderes y exploradores que han llegado hasta los reinos y el Imperio del Viejo Mundo se puede asumir que el comercio y los intercambios son una parte extremadamente importante de su sociedad. Los árabes fueron capaces de establecer y monopolizar las rutas comerciales hasta las lucrativas tierras del jade y las especias del Lejano Oriente, como Catai e Ind; todo gracias a su insuperable dominio de la navegación por los mares. Su comercio se encuentra mayormente enfocado hacia el sur del Viejo Mundo, comerciando activamente con los príncipes tileanos. Algunas personalidades de Arabia han sido renombradas en estas tierras, tales como Mydas el Mezquino y el Jeque Yadosh. El crecimiento económico de Arabia ha llevado a sus gentes a dedicarse a las artes como la poesía, la alquimia, la medicina y la arquitectura, produciendo algunos de sus más notables exponentes en todo el mundo. La astronomía es una ciencia de renombre en Arabia, siendo utilizada tanto por sus filósofos como por sus marineros y exploradores. A lo largo de los siglos han investigado las diferentes constelaciones, su posición y naturaleza. Sus hallazgos acercaron a los filósofos y astrónomos de Arabia a los secretos del mundo, antiguos y olvidados. Esta práctica fue llevada al Viejo Mundo, especialmente al Imperio, por los caballeros cruzados. En Arabia se fabrican los Astrolabios, determinando así la posición de los cuerpos celestes, así como los Orrery, siendo la vanguardia mundial en el estudio de los cielos. Entre otras tecnología llevadas al Viejo Mundo desde Arabia durante las cruzadas destacamos la capacidad de enfriar las bebidas alcohólicas, práctica común entre los árabes.

La justicia es férrea en Arabia. Algunos de sus líderes castigan ferozmente a aquellos criminales que logran capturar. La mutilación es una pena muy común, lo cual disuade a muchos de siquiera intentar robar. La esclavitud es otra pena habitual, evitando así el castigo físico, sirviendo como esclavo durante el tiempo que su nuevo amo considere necesario. Los jeques del desierto son especialmente famosos por la crueldad de sus condenas, razón por la cual muchos bandidos prefieren morir en batalla antes de ser capturados por los terribles gobernantes de las dunas.

Las uniones matrimoniales entre los árabes son algo diferentes a las viejomundanas. En el pueblo llano, una ceremonia sencilla une a un hombre y a una mujer en matrimonio, jurando "por los espíritus del viento, de la tierra y del agua, unirnos en matrimonio, según nuestra voluntad, y amarnos por siempre". Entre los nobles, las relaciones matrimoniales son un tanto diversas, marcadas especialmente por la poligamia. Al igual que el pueblo llano, mantienen relaciones técnicamente monógamas, pues los nobles solo pueden contraer matrimonio una vez, jurando además "ante las gentes de Arabia, gobernar y servir justamente". Pero eso no significa que los hombres y mujeres nobles no mantengan relaciones con otras personas, especialmente aquellos que tienen un harén propio. En Arabia tienen una sexualidad más permisiva, y no ven con malos ojos las relaciones entre personas del mismo sexo, o un gusto por ambos sexos.

Los árabes son un pueblo muy jovial, pues adoran los festejos y el bullicio. En sus celebraciones no faltan los narcóticos y el alcohol, amenizando las carnes especiadas y otros deliciosos alimentos. Una de las bebidas más famosas en Arabia es la Tialva, siendo parecida a la cerveza, pero fabricada a partir de sorgo en lugar de trigo. Otra bebida muy común es el Arag, elaborada con anís, muy potente. Aunque sin duda la bebida árabe más cotizada es el café, que se exporta a todos los puertos del mundo en ingentes cantidades. Los narcóticos son consumidos en las shishas, siendo frecuentes en tabernas y palacios de placer. Los árabes tienen por costumbres sentarse sobre sillones bajos y almohadas, y las sillas son algo realmente escaso en Arabia. La comodidad es algo que resulta esencial para las gentes del desierto.

Esclavitud[]

Guerrero árabe guardaespaldas black library

Guerrero Eunuco

En Arabia son esclavistas por naturaleza, formando parte esencial tanto de su economía como de su sociedad. El esclavismo es una fuente de riqueza sin parangón para los corsarios y los nobles de Arabia, quienes llenan sus mercados con esclavos de todas partes del mundo. La ciudad de Lashiek es famosa por ser la capital mundial de la esclavitud, albergando el mayor mercado conocido de compra y venta de esclavos. Esto ha provocado que el simple nombre de esta ciudad produzca terror en los navegantes y mercaderes que rondan sus aguas.

La vida para un esclavo en Arabia puede llegar a ser realmente dura, aunque en algunos casos sufren destinos menos tormentosos que aquellos que acaban en manos de los Skavens o de los Druchii. Aquellos hombres esclavos en Arabia pueden acabar sirviendo como guardias o guerreros, siguiendo fielmente las ordenes de su amo. Otros son destinados a las minas de las Montañas Atalanas, donde son obligados a trabajar hasta la extenuación. Su utilización como mano de obra se extiende por toda Arabia. Algunos bebés son comprados como esclavos, y se les entrena durante toda su vida como Guerreros Eunucos, siendo soldados de élite, disciplinados y sin el menor atisbo de miedo. Su entrenamiento se lleva a cabo en la Montaña del Eunuco, donde se encuentra además el regimiento de eunucos más famoso de todos, la Guardia del Silencio. Otros varones son vendidos como sirvientes domésticos a los emires y jeques del desierto. Las mujeres esclavas acaban, por lo general, formando parte de los harenes de los ricos mandatarios de Arabia, o como sus sirvientes personales. Otras muchas sirven en los Palacios de Placeres, destino que también comparten algunos hombres. Muchos esclavos, especialmente aquellos que sirven a los ricos príncipes y sultanes, acaban siendo liberados como recompensa por sus servicios, además de ser recompensados con exuberantes riquezas. Muchos esclavos ascienden en la sociedad árabe, ya sea por sus éxitos militares o como por sus sabiduría y valor. Se dice que Arabia es el único lugar donde un esclavo puede acabar siendo Visir.

Los esclavistas árabes viajan hasta la lejana Norsca en busca de nuevas remesas de esclavos, muchos de ellos viejomundanos. Aunque, incluso con este constante comercio, los árabes no han establecido un intercambio de esclavos activo con Naggaroth, pues los Asur procuran evitar que cualquier nave se dirija al oeste de sus tierras. Los corsarios viajan a tierras lejanas para vender exóticas remesas de esclavos, llegando a comerciar incluso con los Enanos del Caos. Los esclavos de tierras lejanas y de razas exóticas son especialmente cotizados. Tanto harenes repletos de bellezas de Catai y Ulthuan, como Ogros Eunucos que sirven como una eficaz guardia personal.

Arquitectura[]

La arquitectura de Arabia es considerada por muchos como la más avanzada de entre los humanos, siendo elegante y bella, a la par que tenaz y práctica. Sus edificios destacan por sus techos abovedados y sus arcos de herradura. Es común que se construya tan solo un edificio para toda una familia, de ladrillo o piedra, alrededor de un patio central. Si el dueño es rico, se coloca un jardín, pero si en cambio es una familia más humilde, la zona central se destinará como almacén o zona de trabajo. La decoración de los edificios puede resultar confusa para aquellos viejomundanos que la contemplan, pudiendo recordarles a las formas del Caos. Pero lejos de eso, esas formas corresponden a patrones abstractos, dibujados sobre pequeños mosaicos, atendiendo a elementos de la naturaleza. Las estancias individuales se alzan en pequeñas torres sobre el resto del edificio. Los puestos avanzados y pequeñas fortalezas son muy comunes en Arabia, guardando los pasos de montaña o vigilando los caminos. Se componen de piedra, siendo altas torres con almenas en su cénit. En cuanto a los templos de Arabia, consisten en una amplia dependencia, con un pequeño torreón central, rodeado de altares para las ofrendas. En cada pared de la estancia se alzan los ídolos y las estatuas de los Djinns.

Aun a día de hoy vemos restos de esta arquitectura en lugares del sur de Estalia, dada la ocupación árabe durante las cruzadas. Aunque sin duda, si una edificación destaca sobre el resto son los palacios. Los sultanes, príncipes y emires viven en inmensos palacios construidos en piedra blanca, coronados por gigantescas bóvedas doradas. Su tamaño es absolutamente colosal, con decenas de jardines y estancias en su interior. Su esplendor se alza sobre el resto de edificios, reafirmando el poder de aquellos que los habitan.

Tribus Nómadas[]

Caballeria ligera arabia

Jinete del Desierto

Las gentes de Arabia se dividirían entre aquellos que viven en las ciudades, considerados más civilizados, y los fieros nómadas que vagan entre las dunas, gobernados por los Jeques del Desierto. Los nómadas habitantes del desierto moraban en Arabia desde su fundación, pero tras las Guerras de la Muerte, su número se disparó exponencialmente. La destrucción de Bel-Aliad, y de muchas otras ciudades del Gran Desierto, tales como Dakisir, obligó a sus habitantes a volverse nómadas, deambulando por las dunas en busca de recursos. Las historias de esta época se han mantenido en la memoria colectiva de las tribus, mediante relatos y canciones, recordando el tormento que llevaron los No Muertos a su tierra. Algunas tribus tienden a ocupar un territorio concreto, mientras que otras viajan a tierras lejanas, llegando a los Reinos Fronterizos o al propio Imperio.

Dentro de cada tribu la jerarquía es clara. El Jeque, líder indiscutible de la tribu, es el soberano. Puede recibir muchos nombres, pero siempre existe esta figura a modo de autoridad suprema. El segundo poder es ostentado por la Ani Mukta, la mujer más anciana de la tribu, quien representa la sabiduría. Cuenta con muchos guerreros aguerridos como guardia personal. Los ambiciosos y jóvenes guerreros ostentan el siguiente escalafón de poder, siendo ellos los encargados de mantener a salvo a la tribu. Muchas tribus consideran al caballo un animal sagrado, y resuelven disputas y conflictos con carreras por el desierto.

En tiempos antiguos existió un Alcazzar, un Jeque de Jeques, que unió a todas las tribus bajo su estandarte. Sus fuerzas eran temibles, verdaderas leyendas en las canciones de los nómadas. El último de ellos fue Shahid el Zorro Rojo, pero tras perecer combatiendo a Nagash junto a los Siete Reyes, nadie ha logrado reclamar el título de nuevo. A día de hoy se han establecido multitud de tribus, cada una con una idiosincrasia, cultura y religión propias, entre las cuales podemos destacar:

  • Al'Rahem - Tribu célebre que sus excelentes mercenarios.
  • Asad - Nómadas que rondan las costas al este de Al-Haikk, al norte del célebre Oasis de los Mil y Un Camellos.
  • Atiopositas - La tribu más extendida al sur de Ka-Sabar.
  • Bakr - Tribu que mora el territorio entre Copher y Al-Haikk.
  • Bani-al-Akhtar - La tribu más poderosa de Arabia según las leyendas, cuyos Jeques eran el terror de cualquier soberano, y sus guerreros los más duros del desierto. A día de hoy su número es tremendamente escaso.
  • Beduinos - Una esquiva tribu árabe que vive retirada en el desierto, e intenta evitar todo contacto.
  • Derviches - Tribu de célebres guerreros fanáticos, cuyo territorio se localiza más allá de las Montañas Atalanas.
  • Dhi’B - Tribu que puebla el sur de las Tierras de los Asesinos.
  • Ebonitas - Nómadas que habitan el desierto al oeste de El-Kalabad.
  • Escitanos - Una tribu de nómadas que llegó a la ciudad de Numas en determinado momento, y estos, creyendo que el Príncipe Tutankhanut era una encarnación de su dios, le adoraron, ocupando y rehabilitando la ciudad. Habitan en armonía con los muertos, recuperando la antigua gloria de Numas.
  • Ghutani - Tribu que ocupa las zonas colindantes con las Tierras de la Muerte.
  • Kahieditas - El clan nómada que se extiende al norte de El-Kalabad.
  • Malaluk - Ocupando el territorio cercano al oeste de Zandri, son célebres por sus Jinetes del Desierto.
  • Muktarhin - Legendaria tribu de guerreros imbatibles en las dunas. Algunos miembros de esta tribu forman parte de la compañía mercenaria conocida como los Perros del Desierto.
  • Muzil - Clan del desierto cercano a las ruinas de Bel-Aliad.
  • Nasr - Tribu que mora el desierto cercano al Ojo de la Pantera.
  • Nazir - Apodados los Leones del Desierto, son un orgulloso clan de bandidos y guerreros.
  • Taureg - Habitan el este de las Montañas Atalanas, siendo fieros guerreros y bandidos temidos en toda Arabia.
  • Tayif - Los nómadas más meridionales de Arabia, habitando la frontera con las junglas de las Tierras del Sur.
  • Turjuk - Tribu que ronda las zonas colindantes con las Tierras de la Muerte, son jinetes de leyenda.
  • Zamesi - Tribu cuyos dominios se encuentran al este de Sudenburgo.

Vestimenta[]

Habitantes de Arabia Black Library

Habitantes de Arabia

En lo que a vestimenta se refiere, los habitantes de Arabia suelen vestir con turbantes, para protegerse del sofocante castigo del sol, decorados generalmente con joyas y calaveras. Sus ropas son mayormente holgadas, sumamente ornamentadas con abalorios y joyas. Los hechiceros de Arabia portan lámparas y frascos donde encierran elementales y espíritus, para que estos combatan junto a ellos. Además, los árabes calzan babuchas y portan multitud de ornamentos, como collares enjoyados y pendientes. Las mujeres en Arabia lucen extraños y exóticos peinados, visten con pantalones holgados y tienen por costumbre llevar sus vientres al descubierto, vistiendo con un bedlah. Además, un complemento muy popular entre las mujeres árabes son las tobilleras, hechas mayormente de oro y plata, y decoradas con joyas, gemas y otros abalorios.

Para los árabes, la vestimenta es algo sumamente importante. Vestir adecuadamente, y además portar determinados abalorios y ornamentos, es un signo de compostura y decencia. Aquellos pueblos civilizados deben vestir como tal, e incumplir esta norma es un insulto a todos sus compatriotas, por ello los árabes se preocupan sobremanera en cuidar su aspecto y ropajes.

Religión[]

Elementarista árabe

Hechicero árabe frente a un Djinn

La cuestión religiosa en Arabia es difusa, y su naturaleza ha ido variando con el paso de las ediciones. A lo largo del tiempo se ha hablado del Culto a El Único, una religión monoteísta para Arabia, y el Culto a los Djinns, culto animista y politeísta, común en recientes actualizaciones. Si bien en el trasfondo existen ambas versiones, el Culto a los Djinns resulta mucho más reciente en el tiempo. Por ello aquí serán expuestas sendas versiones, pero destacando que aquella que parece más canónica es el Culto a los Djinns, dada su reciente aparición en el trasfondo.

Culto a El Único[]

El Único y Verdadero Dios es el dios de Arabia, una entidad que representa la ley, el cielo, la justicia y el orden. Culto dirigido por los profetas escogidos por este dios, son férreos enemigos del Caos, los adoradores de falsos dioses y aquellos pretendan pervertir la ley divina de El Único. No hay más deidad que El Único para sus fieles, siendo él quien recompensa y él quien castiga, y niegan que cualquier otro dios tenga poder alguno. Sus figuras más representativas son los Califas, mientras que los Derviches y otros cuerpos de guerreros como los Comandos de la Muerte representan el brazo armado del Culto a El único. Se habla de como en un futuro, los fieles de este dios lucharán contra el mal, y lo derrotarán finalmente. Se cuenta como progresivamente, las gentes de Arabia han abandonado su fe hacia El Único, y son cada día más decadentes.

Culto a los Djinns[]

En Arabia, las gentes más creyentes y supersticiosas adoran a los Djinns. Se cree comúnmente que los espíritus deben ser apaciguados con oraciones y pequeñas muestras de respeto, como regalos de comida y bebida. Más allá de las ofrendas y las oraciones, en su propia cultura esconden multitud de dichos populares que hacen referencia a los Djinns. Una frase común para maldecir en árabe sería: "Que los Djinns desoyen su alma". Y una frase popular de sorpresa o consternación sería: "Espíritus del cielo, el agua y la tierra". Los árabes temen profundamente despertar la ira de sus poderosos dioses. Por ello detestan a aquellos que alteran el orden natural, y perturban y destruyen a su paso, tambaleando el equilibrio de su tierra natal. De todos los Djinns que existen, algunos de los más reverenciados son el Sultán de las Llamas, visto como un peligroso dios de la guerra, la Monarca del Mar, diosa protectora de los mares, o la Tempestad Atroz, espíritu colérico de las tormentas que persigue a los enemigos de Arabia. Es común que las gentes de Arabia porten abalorios e ídolos para tratar de convocar la protección y bendición de estas deidades.

Otros cultos y deidades[]

Si bien existe una religión mayoritaria en Arabia, cabe destacar que los árabes son en buena medida impíos e irreligiosos, y no creen en dios alguno, siendo esto especialmente común entre sus mandatarios. Tan solo la gente más creyente y supersticiosa en Arabia es aquella que procesa culto por los dioses, sean cuales sean. En tiempos antiguos, en la gloria de Nehekhara, los árabes adoraban a los dioses de sus vecinos, tales como Djaf y Asaph, pero tras la caída de su poderoso imperio, Arabia poco a poco abandonó su culto. Algunas tribus nómadas del desierto adoran a estos dioses antiguos, extraños cultos que son mayormente repudiados en las ciudades. Muchas de estas religiones perdidas en el desierto son alteraciones y variaciones de la antigua religión de Nehekhara.

Los Califas árabes están sumamente enlazadas con la cuestión religiosa, y los creyentes cuentan con sus propios guerreros, los Derviches, la élite de la infantería árabe. Estos fanáticos religiosos son entrenados para acabar con los enemigos de los califas, persiguiendo a los adoradores de dioses oscuros y del Caos hasta la muerte. No tienen miedo a nada, y se enfrentan a sus enemigos con una furia ciega, siempre bajo las órdenes de los reverenciados califas. El líder de todos los califas y sacerdotes árabes es el Sumo Sacerdote de Arabia.

En Arabia existen además extrañas sectas, adoradores de dioses siniestros y tenebrosos. Una de ellas es la Hermandad de la Serpiente, cuyo culto a una antigua deidad serpiente acabó por disgustar a los califas, quienes aún persiguen incansablemente a sus miembros. Otros cultos adoran a los dioses del Caos, como el Culto a los Espejos o la Confederación de Latón, acechantes en la sombra, a la espera del momento perfecto para ganar poder e influencia en Arabia. La adoración a los No Muertos está presente en Arabia mediante el Culto a Mordig, el Gran Necrófago, cuya adoración tiene como origen a la mismísima Neferata. Aunque entre todos los cultos y sectas árabes destaca el misterioso Culto de Ishmail, un grupo tan esquivo y esotérico que para muchos son una simple leyenda del pasado.

Los árabes son meticulosos en lo que a sus enterramientos se refiere, y vemos descritos sus grandes mausoleos en la tumba de Muammar el Loco, Sumo Sacerdote de Arabia. Resultan en una serie de cámaras, con diferentes estatuas, tesoros y lienzos en su interior. A los árabes de más prestigio se les entierra cubiertos de joyas, lo cual atrae a multitud de saqueadores de tumbas. En el interior de los mausoleos existen capillas para el rezo, un vestidor con pinturas rituales y baúles con las antiguas pertenencias de los difuntos.

Fauna[]

ArabyElephants

En Arabia podemos encontrar una exótica y variada fauna, perdida entre la inmensidad de las dunas. Los leones y las panteras son criaturas comunes en las Tierras del Sur, así como en multitud de regiones de Arabia. Los camellos son esenciales para la vida en el desierto, siendo utilizados tanto por los comerciantes como por los guerreros. Los chacales rondan por los desiertos, siendo frecuentes en las zonas montañosas. Son una mascota muy común en Arabia, utilizados además para carreras de perros. Criaturas salidas de las junglas sureñas vagan por las dunas, tales como elefantes, grandes simios e incluso Carnosaurios. Inmensas Sierpes Gigantes también habitan estos territorios, así como los peligrosos Dragones de Arena, y muchos de estos seres acaban en los zoos privados de los sultanes, quienes adoran coleccionar extrañas criaturas. Sabemos de la existencia de los Pegasos Radiantes, habitantes de las soleadas mesetas de Arabia. Son criaturas peligrosas, con poder para abrazar a su enemigo con una potente llamarada. En las montañas de Arabia también habitan Buitres Gigantes, tan grandes como para llevarse un caballo entre sus garras, que los árabes son capaces de utilizar para la guerra.

Los mares de Arabia son sumamente ricos en fauna, razón por la cual la pesca es una fuente de alimentos esencial para los árabes. Aunque no solo encontramos pequeños bancos de peces. Los delfines rondan entre los barcos, saltando en torno a la proa. Junto a ellos, los peligrosos tiburones esperan al acecho, listos para abalanzarse sobre el más incauto marinero. Su número es tal que le dan nombre al estrecho que separa la Tierra de los Asesinos de las Islas de los Hechiceros, conocido como el Estrecho de los Tiburones. Aunque en los mares árabes, el ser más peligroso es el Leviatán, cuyas fauces pueden devorar el más fuerte navío sin apenas esfuerzo.

Los árabes tienen por costumbre utilizar venenos en sus armas, extraídos de las criaturas del desierto. Destacarían, por ejemplo, el Veneno de Escorpión Verde, o el Beso de Víbora, que se obtiene de las mortales víboras negras moteadas. Otro animal del cual se extrae veneno es el Escarabajo de la Tumba. Con una gota de su veneno, derramada sobre un hueso de No Muerto colocado en una cuerda, formará un péndulo. Este péndulo oscilará hacia la dirección del vampiro más cercano, siendo utilizado por los guerreros de Arabia para localizar a los vampiros en sus tierras. Aunque aquel que utilice el péndulo debe ser cuidadoso, pues el veneno de Escarabajo de la Tumba nunca pierde su efectividad, pudiendo ser un arma mortal. Otro famoso veneno es el que se extrae del Loto Negro, que crece en unas llanuras al sur de Arabia conocidas como Llanuras Negras.

Ciudades[]

Orfeo y Alkadi Nasreen Arabia

Todas las ciudades-estado árabes se asientan sobre la costa occidental del continente, ya que el centro está dominado por el Gran Desierto de Arabia, infestado de nómadas. Más allá del Gran Desierto se encuentra la ciudad de Bel-Aliad, el asentamiento humano más cercano a la Tierra de los Muertos, ahora arrasada. Pocas ciudades de Arabia se mantienen más allá de las Montañas Atalanas, pero algunas de ellas son cercanas a las Tierras del Sur. De hecho, desde el gran viaje de Ibn Jellaba, multitud de colonias árabes se alzan en la costa de las Tierras del Sur, como enclaves comerciales para intercambiar productos con los humanos nativos, así como con los Hombres Lagarto.

En las siete grandes ciudades de Arabia existe un Sultán, todos ellos leales a los Tronos Dorados del Gran Sultán. Las ciudades menores están regidas por los Príncipes, y aquellas aún más pequeñas, por Emires. Pequeñas aldeas están esparcidas por la costa, así como los campamentos nómadas, pero estas villas suelen encontrarse bajo la protección de algún Emir o Príncipe. Todos ellos son vasallos del Sultán más cercano.

  • Aiir - Situada al suroeste de Arabia, esta ciudad es una gran urbe, rodeada por dos ciudades menores, Sadiz y Kust. Su sultán actual es Hamqa, un rico mercante, apodado "el Divino".
  • Al-Haikk - Conocida como la Ciudad de los Ladrones, es el mayor puerto comercial de Arabia. Hogar del Gran Sultán, centro neurálgico del comercio y capital de Arabia.
  • Amhabal - Ciudad árabe basada en la artesanía y en la producción de sedas. Sus mercados son muy transitados por ricos mandatarios de naciones lejanas.
  • Arjijil – Ciudad portuaria de Arabia, inexpugnable según muchos, famosa por sus mercados y por ser un refugio de piratas. Se localiza en la Costa Pirata de Arabia, al este de Al-Haikk.
  • Barrakeesh - Ciudad árabe protegida por una gran cábala de hechiceros y por un importante cuerpo de jinetes de alfombras mágicas.
  • Bur-Shitrak - Ciudad árabe, con gran presencia de las tribus nómadas, célebre por las exóticas bestias que se pueden encontrar en sus alrededores. Desde loros y serpientes hasta una extraña raza de chacales del desierto llamada Mukkavi.
  • Copher - Es la ciudad árabe más independiente, famosa por su comercio de especias, sus eruditos y magos, así como por los temidos piratas de Copher.
  • Djambiya - Ciudad portuaria localizada en las fronteras con las Tierras de la Muerte. Sus gentes son tremendamente supersticiosas, y temen adentrarse en los desiertos del este, pues cientos de mitos y leyendas de los nativos advierten de la presencia de un antiguo y terrible mal.
  • El-Kalabad - Una de las principales ciudades de Arabia, que se encuentra en el Golfo de Medes, al sur del Gran Desierto.
  • El-Khabbath - Apodada como la Ciudad de los Ocho Vientos, es una ciudad portuaria situada en la Costa de Arabia, que actúa como base para el Sultán de los Mares, Magus Dorado.
  • Fyrus – Isla cercana a la costa de Al-Haikk, cuya ciudad fue ocupada durante las cruzadas por los Caballeros de Origo, para ser posteriormente recuperada por el trono de Arabia. Es un lugar sumamente reverenciado, pues allí nació Mullah Aklan'd, primer Gran Sultán de Arabia.
  • Gobi-Alain - Ciudad mercante célebre por la inmensa vidriera, rica en colores y detalles, que decora el palacio del emir que la gobierna. Las tierras aledañas están repletas de caravanas mercantes, pues muchas rutas comerciales coinciden en Gobi-Alain.
  • Islas de los Hechiceros – Estas islas se extienden frente a las costas de Lashiek, célebre por sus legendarios hechiceros.
  • Kadira - Ciudad árabe, célebre por sus bazares abarrotados, sus hábiles pero peligrosas bailarinas y sus tesoros ocultos. Además, se rumorea que sobre la Princesa que gobierna la ciudad pende una terrible maldición.
  • Kamt - Situada en los límites orientales de Arabia, esta ciudad es célebre por el interés de sus gobernantes con las artes. Sus cortes están llenas de habilidosos músicos, escultores, poetas y actores. Es un centro de cultura, que atrae a muchos artistas del Viejo Mundo.
  • Ka-Sabar - Es la ciudad más meridional de Arabia, situada en los límites de las junglas de las Tierras del Sur. Antigua ciudad de Nehekhara destruida por Nagash, fue posteriormente habitada y reconstruida por los árabes.
  • Kust - Situada al suroeste de Arabia, rodea a la gran Aiir. Grandes militares renombrados han sido criados en los campos de entrenamiento de esta ciudad.
  • Lashiek - Conocida como la Ciudad de los Corsarios, se encuentra allí la poderosa flota de Arabia. También es temida como el centro mundial del comercio de esclavos.
  • Martek - Una ciudad rica por la minería de las Montañas Atalanas, se alza en torno al lago sin fondo de Fazoth-Ar, donde se dice que habitan fuerzas siniestras.
  • Meknes - Un importante puerto situado al sur de Arabia, alzándose con una gran fuerza militar gracias a sus flotas. Sus astilleros son realmente transitados, y resulta un último refugio para aquellos que viajan hasta Catai.
  • Palacio del Califa Hechicero - Se alza en el interior de Arabia, en el extremo sur de las montañas. Una pequeña ciudad se extiende en torno al palacio de este poderoso hechicero.
  • Quadir - Situada en el extremo sur del Golfo de Medes, esta ciudad es conocida por sus desmesurados puertos, y por estar asediada por un constante y asfixiante calor.
  • Ras Karim - Ciudad localizada entre Al-Haikk y Copher, célebre por sus grandes muelles y su afluencia comercial. Está actualmente gobernada por la princesa Yuleh it Toorissi, tras el derrocamiento del tiránico y cruel gobierno de su primo.
  • Sadiz - Ciudad del suroeste de Arabia, que rodea la gran ciudad de Aiir. Su líder recibe el título de Suzerain.
  • Sanaá – Ciudad árabe en la cual nació el hechicero Abdul Alhazred.
  • Songhai - Situada en el sur de Arabia, esta ciudad es gobernada por un influyente príncipe, con un poder tal que rivaliza con los sultanes. Es gracias a sus incontables riquezas que el trono de Songhai ha logrado alzarse con tal posición.
  • Sudrat - Ciudad árabe sureña especializada con el comercio hacia el este, con gran presencia de estas naciones en la propia ciudad.
  • Sud - Ciudad situada al oeste de Arabia, al sur de Lashiek y del Palacio del Califa Mago. Es una de las ciudades con mayor presencia de gentes venidas del norte, y sus mercaderes se llegan a aventurar a tierras lejanas en busca de extraños productos.
  • Teshert - Ciudad fortificada, localizada más allá de Arabia, en el extremo sur de las Tierras Yermas. La poderosa hueste que guarnece Teshert asegura la única ruta que une Arabia con Barak-Varr y los Reinos Fronterizos, siendo un paso seguro para las caravanas. El emir de la ciudad gobierna sobre el desierto colindante, llamado Marg Beh-Mard, plagado de monstruos y peligros.
  • Zarekten - Ciudad árabe, altamente fortificada, situada en la frontera entre las ciudades de la Costa de Arabia y el Gran Desierto. Por su posición privilegiada, aglutina muchas rutas comerciales que transitan entre ambos territorios.

Ciudades en Ruinas[]

  • Bel-Aliad - Es una antigua ciudad árabe cercana a Nehekhara. Actualmente se encuentra en ruinas y engullida por la arena del desierto. Antaño fue la capital de Arabia, cuando era una orgullosa y unida civilización, hasta que fue destruida por los No Muertos levantados por Arkhan el Negro en el -1149 CI. Se dice que en esas ruinas se ocultan tesoros valiosísimos, pero pocos aventureros regresan para confirmar las historias.
  • Dakisir - Antigua ciudad árabe, ahora reducida a un puñado de ruinas engullidas por la arena. Fue famosa por sus forjas y fraguas, donde se fabricaban armas mágicas de legendaria calidad. Fue destruida por los No Muertos de Arkhan el Negro durante la Guerra de la Muerte.
  • Jabal Sinjar - Ciudad mítica y legendaria, situada en el corazón del Gran Desierto, cuya leyenda cuenta acerca de sus infinitas riquezas. No son pocos los exploradores que se adentran en el desierto en un intento por encontrar la mítica Jabal Sinjar.

Colonias en Arabia[]

  • Antoch - Antiguamente conocida como la Ciudad Cruzada, fue fundada por caballeros bretonianos tras las Cruzadas contra Arabia en la costa septentrional del Golfo de Medes. Fue destruida hacia el 2500 CI por los Hombres Lagarto, que buscaban recuperar un artefacto robado unos 700 años antes por Pierre de Antoch.
  • Ruinas Élficas - Los restos de una ciudad costera antaño grandiosa se hallan en la punta meridional de Arabia, como testimonio de que una vez toda la costa de Arabia fue una colonia de los Altos Elfos. Quedó abandonada hacia el -1500 CI, a raíz de la guerra con Mullah Aklan'd.
  • Sudenburgo - Es un emplazamiento de propiedad imperial, que fue fundada durante la época de las Cruzadas contra Arabia. Al estar en el interior del Golfo de Medes, es un enclave muy importante para negociar con el Viejo Mundo. Sus puertos reciben multitud de navíos de Marienburgo, quienes encuentran en la ciudad una bella mezcla entre la cultura árabe e imperial.

Historia de Arabia[]

Caballeros de Magritta

Los primeros años de la historia de Arabia no están bien documentados por los eruditos del Viejo Mundo. Observamos menciones de una gloriosa y antigua civilización, así como de los feroces habitantes del desierto. En los días antiguos, Arabia debió alzarse como una de las más poderosas naciones humanas del mundo. Establecieron colonias en el Viejo Mundo, en el territorio donde hoy se alza el Imperio y las naciones del sur. Su objetivo allí era esclavizar las tribus de humanos primitivos que habitaban en los bosques del Viejo Mundo. Así entraron en contacto con los Nórdicos, cuyo interés común por la esclavitud favoreció el comercio entre ambos pueblos. Muchas tierras fueron ocupadas por los árabes durante su edad dorada, tales como el sur del Viejo Mundo y los Reinos Fronterizos, razón por la cual los mandatarios árabes reclaman esas tierras como propias.

Desconocemos los detalles de la relación entre elfos y árabes en el albor de los días, pero sabemos que los elfos establecieron colonias en la Costa de Arabia, y dichas colonias acabarian siendo arrasadas en el ascenso de Mullah Aklan'd como Gran Sultán. Salvo este cruento episodio, donde Mullah invadió las tierras élficas y sometió a sus reinos, la relación entre árabes y elfos parece de estrecho contacto. Los corceles árabes descienden de aquellos traídos de Ulthuan siglos atrás, y en la actualidad, el comercio fluye constante entre ambos pueblos.

Los nómadas árabes entraron en contacto con los Reyes Sacerdotes en los albores de la civilización, realizando incursiones en sus tierras durante el reinado de Rakaph III de Nehekhara. Este enfrentó a las tribus del desierto, y su mandato estuvo marcado por una serie de saqueos y escaramuzas en los diversos intentos de los nómadas por arrasar las ciudades de Nehekhara. Además, las tribus tuvieron mucha presencia en el oeste, e incluso algunas llegarían a ocupar ciudades, como es el caso de Bhagar. La relación entre el trono de Bel-Aliad y los soberanos de Khemri podría de vasallaje, pues en los tiempos de Settra, quien era conocido como el “Tirano de Arabia” y “Archisultán de las Atalanas”, se contaba a los árabes de Bel-Aliad como vasallos de los Reyes Sacerdotes. En la era de Alcadizaar, el rey de Khemri logró conquistar las ciudades árabes de Bel-Aliad, Bhagar y Ka-Sabar, y obligó a sus líderes a jurar lealtad nuevamente al trono de Nehekhara. Los árabes asistieron a sus vecinos de Nehekhara durante la guerra frente a las hordas de No Muertos. A raíz de este hecho, Arabia sufrió invasiones de Arkhan el Negro y de los vengativos Reyes Funerarios de la Tierra de los Muertos después de la caída de la civilización de Khemri por obra del Gran Nigromante Nagash.

Ejército[]

Perros del Desierto de Al Muktar por Paul Herbert

Los Sultanes están orgullosos de sus tropas y especialmente de su caballería, y no escatiman gastos en su equipo o su mantenimiento. La gente cree que los caballos de Arabia descienden de los corceles élficos traídos del oeste hace muchos siglos. Son criaturas gráciles y veloces, y muy valoradas. Los mejores soldados de infantería de Arabia también están bien equipados, con armaduras de acero, afiladas cimitarras, brillantes yelmos y finas ropas de seda. Estos guardias domésticos acompañan a los sultanes cuando viajan más allá de los terrenos de sus magníficos palacios. La lealtad de estas tropas es famosa, por lo que son ampliamente recompensados con riquezas, lujos y prestigio. Existen soldados de élite, provenientes de todas partes de Arabia, que los emires y sultanes reclutan en tiempos de necesidad. Tales podrían ser las Temibles Hijas de Tariq, la Guardia de la Cimitarra Negra o la Guardia del Silencio. Los soldados ordinarios de a pie llevan armamento más sencillo, y normalmente llevan simples lanzas de asta de hierro o arcos. Además de estas unidades regulares y de guarnición hay guerreros irregulares reclutados de las tribus del desierto, incluyendo guerreros montados en camellos procedentes de las tierras meridionales y orientales. Estos nómadas son célebres por sus tácticas de emboscada, enterrándose en las arenas, sorprendiendo así a sus enemigos. El uso de esclavos es común en los ejércitos de Arabia, y así es como muchos cautivos del Viejo Mundo engrosan las filas de los Guerreros Esclavos Mamelukos, conformando una turba de soldados poco adiestrados, utilizados por con crueldad por los comandantes árabes.

Muchos guerreros de Arabia prefieren utilizar armaduras ligeras de cuero, cubiertas de sedas, pues el cálido clima hace imposible portar pesadas armaduras de hierro. El arma más representativa de Arabia es la cimitarra. Son fácilmente reconocibles por su hoja curva, filo único y peso ligero, dotándolas de gran velocidad y precisión en manos de un luchador experto. Existen diferentes tipos de cimitarras según su tamaño, pues pueden utilizarse con una o dos manos. Se cree que las cimitarras evolucionaron del khopesh, espadas traídas desde Nehekhara. Las armas de fuego son comunes en Arabia, frecuentemente utilizadas por los corsarios. Entre las dunas, los rifles jezzail se montan sobre camellos, combinando su agilidad y velocidad con una precisión y alcance insuperable. Entre las armas más exóticas que podemos encontrar en Arabia destacan; el Katar, una daga de hoja ancha, sujeta mediante un guante a la mano. La Jambiya, una daga curva sumamente ornamentada. Y los Tufenk, mosquetes ligeros utilizados por algunas tribus nómadas, muy poco comunes, y reservados para los más habilidosos tiradores.

Los hechiceros de Arabia son una fuerza a tener en cuenta en el campo de batalla. Su control sobre los espíritus elementales les permite desatar el terror entre las filas enemigas. Gobiernan a multitud de criaturas elementales, cada una con habilidades únicas, que están sometidos a su voluntad. Además, la magia propia de Arabia les otorga poder para acabar con cualquier invasor del desierto. Las bestias de guerra son comunes en los ejércitos de Arabia, devastando a los enemigos con sus fieras cargas.

Héroes[]

Unidades[]

Personajes de Renombre[]

Imágenes[]

Fuentes[]

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