Asesinos Khainitas
La orden de la Bendita Muerte, o Shayar Nuan en Druhir, es una orden sagrada, muy parecida a las órdenes de los Verdugos y las Elfas Brujas, estando conformada por los Asesinos del Gran Templo de Khaine. Mientras que la mayoría de las niñas Druchii consagradas a Khaine se convierten en Elfas Brujas, los niños son educados en los templos de Khaine para convertirse en Asesinos, posiblemente los Elfos Oscuros más letales y peligrosos de todos, ya que son maestros en el arte de la sutilidad y la magia.
Descripción[]
De todas las órdenes del culto de Khaine, la Shayar Nuan es la de más reciente creación, ya que originalmente no formaba parte del culto del Señor del Asesinato. El Rey Brujo necesitaba un medio de eliminar las amenazas contra el Estado sin arriesgarse a una guerra abierta con las casas nobles, y el templo necesitaba una razón nueva para justificar su autoridad después de que hubiera sido asesinado el último de los brujos. En el pasado, a los que sobrevivían a la inmersión en los Calderos de Sangre eran educados en la doctrina del culto. Muchos se hacían sacerdotes, y otros vivían como oráculos o eruditos superiores. Los ancianos del templo crearon para ellos una nueva vocación: el arte del asesinato sigiloso y silencioso, una combinación de la magia y la destreza marcial de los verdugos.
Desde entonces, los Asesinos de Naggaroth son elegidos por las Elfas Brujas en un ritual inimaginablemente cruel. Durante la locura colectiva de la Noche de la Muerte, las Elfas Brujas rondan las calles de las ciudades de los Elfos Oscuros y todo lo que se cruza en su camino se convierte en ofrenda para Khaine. Entre tales ofrendas se encuentran recién nacidos que son llevados al templo de Khaine y se ofrecen en sacrificio al señor de la muerte siendo arrojados al Caldero de Sangre. La mayor parte muere en medio de una indescriptible agonía, sus gritos se entremezclan con las gélidas risotadas de las congregadas esposas de Khaine. Pero milagrosamente, por voluntad del Dios de la Mano Ensangrentada, algunos sobreviven a la terrible prueba.
Aquellos elegidos emergen sin haber sufrido daño alguno, son marcados con un hierro candente con la runa de Khaine y puestos bajo la tutela de los Maestros Asesinos que viven en los templos del Dios de la Mano Ensangrentada. Son iniciados en los oscuros secretos de Khaine, aprendiendo la Senda de la Espada Envenenada: las mortíferas artes marciales, el poder de los venenos, los secretos de cómo moverse sin hacer ruido y cómo deslizarse en medio de la noche sin ser vistos. El templo también enseña a sus asesinos unas cuantas habilidades mágicas: cómo hacer luz, cómo silenciar goznes herrumbrosos, técnicas para acelerar el proceso de cicatrización y cerrar las heridas, etc. aunque nada comparable al poder de las hechiceras ni de los sacerdotes del dios.
Los neófitos son educados en los campos sangrientos de los templos, aprendiendo las artes de la guerra y de la muerte. Solo los más despiadados y letales sobreviven a los primeros diez años de entrenamiento, matando a sus compañeros adeptos en combates cara a cara o mediante métodos más turbios. Entonces, completan su formación en los templos de Naggarond y Har Ganeth, donde aprenden los misterios más profundos de Khaine. Ningún Elfo que esté fuera del culto conoce los secretos de los templos, salvo quizás Hellebron y Shadowblade; además, cada asesino aprende sus habilidades personales y técnicas de su maestro.
Al final estos niños se acaban convirtiendo en los asesinos perfectos, maestros del disfraz y expertos en la utilización de todos los tipos conocidos de venenos y toxinas. Los Asesinos son los agentes más peligrosos del Rey Brujo y sus principales herramientas de terror. Aquellos señores lo suficientemente estúpidos como para cuestionar su lealtad a Malekith desaparecen con rapidez. Allí donde vayan sus ejércitos, los Asesinos irán con ellos. La habilidad de un Asesino Elfo Oscuro es tan grande que en batalla será capaz de enfrentarse a casi cualquier oponente. Un Asesino está tan bien entrenado que la víctima difícilmente llega a ver el cuchillo que lo mata. Más de un hechicero y general han muerto bajo la fría espada de un Asesino Elfo Oscuro.
Todos los asesinos siguen uno de los aspectos de Khaine, el dios de las mil caras de la muerte. Bajo su protección, los poderes de los Asesinos se desarrollan tanto que los simples mortales no pueden igualarlos. Los Asesinos Elfos Oscuros no tienen rival en combate. Son expertos en el arte de la espada, y sus armas son todavía más peligrosas, pues están impregnadas con sustancias tóxicas como pueden ser el Loto Negro o el Veneno Negro. En las batallas se ocultan entre los guerreros Elfos Oscuros, a la espera de saltar sobre los oficiales, hechiceros y otros personajes vulnerables del enemigo, atacándolos por sorpresa mientras se enfrentan sus respectivos regimientos. Cada asesino se esfuerza para llegar a ser como su dios. Existe una gran rivalidad entre los asesinos, que constantemente desarrollan nuevas técnicas para asesinar.
El culto a Khaine requiere de los servicios de asesinos para seguir las órdenes de Malekith o los otros gobernantes de Naggarond, a cambio de sacrificios, riquezas y el favor político. Aunque el precio es alto, la habilidad de los asesinos es tan grande que hay demanda constante de sus servicios. Muchos de ellos desempeñan sus funciones en las ciudades de los Elfos Oscuros, eliminando a competidores de quienes los contratan y ayudando a ejecutar golpes contra las familias gobernantes. Algunos asesinos son contratados por el comandante de un Arca Negra para que entrenen a sus Corsarios en la guerra y para sembrar el terror entre la población objetivo de su incursión.
Los asesinos también son empleados para mantener la disciplina y la lealtad entre las tropas de un capitán del ejército. La habilidad y la astucia de estos guerreros mortíferos es tal que ni siquiera las tropas a las que acompañan habitualmente saben que hay un asesino entre las filas. El miedo y la inseguridad que causan ayuda a mantener las conversaciones sediciosas y las rebeliones a una escala mínima porque ningún Elfo Oscuro sabe con certeza quién está conspirando.
Los Asesinos son maestros en el uso de venenos y untan sus armas con una gran variedad, algunos de ellos son letales, otros causan una parálisis o dejan estupefactas a las víctimas, de manera que pueden ser capturados y torturados para sonsacarles información o por puro placer. Un simple arañazo de alguno de estos venenos basta para causar a un hombre un paroxismo agónico mientras sus nervios arden, su corazón explota o sus huesos se resquebrajan y se rompen. Los Asesinos sienten un gran placer en causar dolor a sus víctimas y son expertos en mantener a los prisioneros vivos durante muchos días. A menudo suelen extraer confesiones e información de los cautivos mucho más rápido que las torturas más toscas de otros interrogadores Naggarothi.
Miniaturas[]
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Imágenes[]
Fuentes[]
- Ejércitos Warhammer: Elfos Oscuros (4ª Edición), pág. 40.
- Ejércitos Warhammer: Elfos Oscuros (6ª Edición), pág. 11.
- Ejércitos Warhammer: Elfos Oscuros (7ª Edición), pág. 61.
- Hoja de Batalla: Lagrimas de Isha (5ª Edición), pág. 12.
- Saga Las Crónicas de Malus Darkblade: La Espada de Disformidad, por Dan Abnett y Mike Lee.
- Cap. 9: La ciudadela de hueso.
- Cap. 13: Entre los muertos.