Jinetes Bárbaros

"Aunque hayáis ganado esta batalla, tenemos que volver y ganar la guerra, cada cabeza cortada y cada gota de sangre derramada hacen que Khorne sea más fuerte, no importa de quién sea, tú no puedes ganar, ya que luchar con nosotros nos da aún más poder"

—Khagras, Gran Jinete de Khorne

Los primeros guerreros del ejército del caos en manchar su espada de sangre son los batidores a caballo, conocidos por sus enemigos como Jinetes Bárbaros. Se colocan a la cabeza de las principales columnas, galopando hacia las líneas enemigas y bloqueando cualquier oportunidad de huida. Cuando el enemigo huye de la avanzada principal del ejército del caos, son los jinetes los que van detrás de ellos. Estos expertos cazadores son los verdaderos señores de la estepa, rápidos como el viento y despiadados como una tormenta de hielo.

Descripción[]

Muchas tribus del Norte ven a los caballos como algo a lo que tratar con recelo y como algo muy peligroso. Sin embargo, hay algunos que tienen una existencia nómada, cuyas vidas se entrelazan con la de los corceles. Los hombres de estas tribus heredan una afinidad con los caballos temperamentales de las estepas. Muchos de sus jóvenes pueden cabalgar incluso antes de coger su primera espada. Como un rito de paso, un joven hombre de la tribu debe cazar y capturar a un semental salvaje y dejarlo a su voluntad o será pisoteado hasta la muerte en el intento. En ese momento, el aspirante alcanza la madurez, y él y su montura serán uno, más parecido a los Centauros del desierto que a sus compañeros de la tribu.

Los caballos que montan estas tribus son bestias poderosas, violentas y con las extremidades fuertes. Cuando un jinete ha domesticado a un corcel, le será leal hasta la muerte, pero son crueles e indisciplinados ante cualquier extraño que se acerque a ellos. Alimentados con una dieta de carne humana y sangre diluida con agua, estos resoplantes y fogosos corceles tienen un destello de amenaza inteligente en sus ojos, y pisotearán, cocearán y morderán como si fuera un loco trabado en combate cuerpo a cuerpo.

En batalla, la velocidad y la movilidad de las tribus esteparias deja incluso a los jinetes más expertos del Viejo Mundo sin nada que hacer. Los Jinetes del Norte esquivan al enemigo y cambian de dirección como ningún otro. Capaces de dirigir a sus corceles con movimientos muy sutiles de sus muslos y rodillas, los hombres de las tribus tienen las manos libres para blandir horrorosas espadas y hachas.

Algunas de estas tribus de caballería están a favor de las jabalinas pesadas y de lanzar hachas que producen golpes secos contra el enemigos; los hombres de las tribus revolotean alrededor en sus sillas para aumentar su numero de victimas mientras pasan a su lado galopando. Algunos utilizan mayales puntiagudos, que atrapan al enemigos por el pecho o cuello y lo arrastran tras de su caballo hasta que se convierte en una masa de sangre y huesos y se desata. No hay escapatoria para las tribus de caballería, ya que les encanta la cacería y correrán tras un enemigo que huye hasta la extenuación antes de que empiece su espantoso deporte.