"Por encima de orgullos, vanidad y egoísmos, siempre está Athel Loren"
- —total war warhammer
Los Señores del Claro, también llamados Biennacidos, son los nobles señores y damas élficos del bosque de Athel Loren que han gobernado a los Elfos Silvanos durante milenios. Cada Biennacidos debe mantener su dominio libre de intrusos y poseer la responsabilidad final y la soberanía sobre la región del gran bosque en el que habitan sus seguidores.
Descripción[]
Las damas y los señores de Athel Loren han liderado a los Asrai en la paz y en la guerra desde que los Elfos llegaron al bosque. Los Elfos Silvanos obtienen su rango en función de la familia en la que nacen, aunque también se dan casos de individuos valerosos que consiguen altos cargos (como cuando los jinetes de Kurnous determinan quien personificará a Orión). Los nobles tienen el control sobre tribus y estirpes mientras que los príncipes (biennacidos) más importantes pueden llegar a ejercer su autoridad en varias leguas de bosque a la redonda y, por extensión sobre los Elfos que viven el ellas. Algunos de los pertenecen a ciertas estirpes para seguir la senda de los bailarines guerreros o los forestales si eso lo que les dicta el corazón.
A diferencia de los Elfos de Ulthuan, y de la mayor parte del mundo conocido, los Elfos Silvanos no hacen diferencias entre sexos a la hora de asignar las tareas, tanto en los tiempos de paz como en los de guerra. En las nobles casa de Athel Loren, la hija tienen tanto derecho a heredar el titulo de la familia y el rango como el hijo, más, de hecho, debido a que en algunas familias la veneración que sostienen por Ariel roza el fanatismo o a que se piensa que las hembras resultan líderes menos impulsivos que los machos. Aun así, no todos los Biennacidos son iguales. Cada uno de los doce reinos de Athel Loren esta gobernado por un señor o una dama de nobleza incuestionable. Entre sus súbditos, hay incontables hijos e hijas de casas nobles que buscan incansablemente mejorar su posición. Aunque lo mas común entre los Elfos Silvanos es heredar el rango en función de la estación en la que nacieron, es posible que un individuo especialmente valeroso sea elevado a una mayor autoridad.
Todo noble, independientemente de su rango, tiene la obligación de mantener sus dominios libres de intrusos y es la maxima autoridad de la zona de bosque en la que habitan sus seguidores. Esta tarea suele ser desempeñada por la Guardia Eterna y la Guardia del Bosque, pero en los tiempos más difíciles, el señor o la dama en cuestión pedirá ayuda a la los espíritus del bosque o a Elfos de otras regiones de Athel Loren, como refuerzo. Aunque los Elfos de Athel Loren son tan orgullosos como sus parientes lejanos, jamás permiten que su soberbia ponga en peligro su hogar. La defensa de Athel Loren esta por encima de cualquier otra cosa.
Esta es siempre la primera obligación de un noble, ya que el bosque es sagrado para los Asrai y debe ser defendido contra aquello que quieran dañarlo. Si un noble falla a la hora de cumplir sus deberes, es habitual que sus quehaceres y títulos pasan a manos de otro más capaz. Estos nobles tendrán que abandonar sus salones y partir por las sendas del bosque a los más siniestros lugares de Athel Loren en los que los árboles crecen retorcidos y en los que habitan los malvados espíritus. Allí el noble buscará hacerse con el perdón del espíritu de Athel Loren. Algunos no vuelven a ser vistos ni recordados salvo en sueños y relatos; otros vuelven a las pocas horas de su partida convertidos en ancianos de pelo blanco como si hubieran pasado siglos desde su marcha. Son pocos los que retornan después de muchos años, con gran vigor y resolución adquirido tras alcanzar la comunión con el bosque.
Cuando Athel Loren va a la guerra, son los nobles los que dirigen personalmente sus ejércitos. A menudo, lideraran a un variopinto aunque letal grupo de Elfos y espíritus del bosque. En los meses de verano, cuando el bosque está lo suficientemente fuerte como para defenderse solo de la mayoría de amenazas, son muchos los Elfos que se abandonan en la cacería de Orión y dejan que su espíritu se consuma por la pureza que supone la persecución de la presa. No obstante, siempre hay un puñado de lideres guerreros capaces que permanecen vigilantes en los limites del bosque, preparados para defender su hogar hasta el ultimo aliento.
La cultura de la caza es fuerte en Athel Loren y se extiende al campo de batalla incluso en las épocas de letargo de Orión. La tradición entre los Elfos Silvanos dicta que no se lanzaran al ataque hasta que su líder o uno de sus capitanes haya lanzado un disparo al corazón del líder enemigo. Esta costumbre tiene lugar antes del comienzo de la batalla y el tirador recibe el titulo honorifico de "Garra de Kurnous". Rara vez alcanza ese disparo su objetivo, pero esa no es la intención: se trata de recordar al enemigo la fragilidad de la vida y hacer un último tributo al Dios Cazador para que bendiga la batalla.
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Fuentes[]
- Ejércitos Warhammer: Elfos Silvanos (6ª Edición).
- Ejércitos Warhammer: Elfos Silvanos (8ª Edición).
- Total War: Warhammer - Realm of The Wood Elves.