Desangradores de Khorne

Desangrador de khorne cuarta edición rol

Elegidos de Khorne, Guerreros Ensangrentados, Colmillos de la Muerte, Guerreros Cornudos, Asesinos Desnudos, Toma Cráneos.

Los Desangradores de Khorne (Khak'akamshy'y en lengua oscura) son demonios menores, conocidos como los soldados de Khorne. Las demoníacas hordas del dios de la sangre están compuestas por ingentes cantidades de estos feroces demonios, mortíferos guerreros, con bocas babeantes y repletas de dientes afilados como cuchillos, cuya piel está constantemente bañada en sangre y cuyas melenas son como espinas de sangre seca.

Estos guerreros portan espadas manchadas con la sangre derramada de toda una generación de guerreros caídos en combate. Marchan a la batalla con estandartes ondeantes que se agitan en una especie de brisa no terrenal, acompañados de los cánticos de aquellos quienes han destruido en batalla.

Descripción[]

Según el Liber Maleficus, se dice que los Desangradores fueron servidores mortales de Khorne que han conseguido complacer a su amo, siendo recompensados con un lugar dentro de sus legiones demoníacas. Solo los más grandes servidores mortales del Dios de la Sangre puede convertirse en Desangradores, y solo el más grande de los Desangradores puede terminar siendo “elevado” al estatus de Heraldo de Khorne. Independientemente de si estas historias son ciertas o no, lo que no se puede negar es que cada Desangrador es un magnífico guerrero, capaz de reducir a la mayoría de sus oponentes a una ruina ensangrentada con sus temibles Espadas Infernales.

Los Desangradores de Khorne son la infantería de las legiones de Khorne. Son innumerables, y luchan entre ellos por el honor de ser enviados al mundo de los mortales, para combatir a quienes se oponen al Caos y reducir a sus enemigos a pedazos palpitantes de carne. Están llenos de odio, y viven para el combate. Son la encarnación de la masacre, y lo único que saben hacer es matar. Al igual que su airado dios, a los Desangradores solo les mueve el ansia de sangre en la batalla, su ferocidad es ilimitada, y atacarán a casi cualquier enemigo sin miedo o pensamiento de las consecuencias.

Los Desangradores se reúnen en regimientos, cantando repugnantes loas a Khorne. Tal como los guerreros que se cree que fueron antaño, cada unidad de Desangradores marcha bajo un estandarte manchado de sangre sobre el que se inscriben los nombres de sus víctimas. Una vez iniciada la batalla, cualquier vestigio de disciplina desaparece. Los Desangradores no se preocupan por las intrincadas artes de la guerra. Posiciones estratégicas o envolver su flanco no significa nada para su insaciable hambre y su inagotable necesidad de matar.

En lo referente a las masacres, Khorne considera la cantidad mucho más satisfactoria que la calidad, por lo que los Desangradores corren a satisfacer el apetito del voraz Dios de la Sangre. De hecho, se requiere un demonio especialmente poderoso para para obligarles a mantener un cierto plan de batalla. Si se les diera total libertad, correrían de un enemigo a otro, despedazándolo con sus espadas antes de seguir corriendo en busca de nuevas víctimas y de más sangre para derramar. Con cada nueva muerte, los Desangradores lanzan estruendosos aullidos de victoria que resuenan por el campo de batalla y hielan las almas de quienes los escuchan.

Físico[]

Los Desangradores son demonios humanoides, tan altos como un hombre pero, aparte de sus anchos hombros, poseen cuerpos son estirilizados y esbeltos, con brazos largos rematados en garras negras brillantes, espaldas torcidas y con cresta. Suelen ir envueltos en fragmentos de armadura que, a veces, se fusionan con su propia carne.

Sus pieles desnudas son escamosas, tan duras como el bronce forjado en yunques de guerras incesantes. Su tonalidad varia levemente entre el color de rojo oscuro a un tono anaranjado, aunque es algo difícil de discernir ya que acostumbran a pintarse sus cuerpos con la sangre de sus enemigos.

Sus alargadas cabezas tienen aspecto de cráneo, presentando rostros bestiales y rugientes, retorcidos por la furia, mientras largas lenguas babeantes se deslizan a través de los afilados dientes de sus mandíbulas. Sus monstruosos semblantes están coronados por cuernos retorcidos que surgen de ambos lados de sus cabezas.

Los Desangradores siempre luchan con unas espadas terribles conocidas como Espadas Infernales, y ríen mientras atraviesan la carne de sus enemigos. Cuando marchan, entonan los nombres de aquellos a los que han matado en combate.