Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
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Los Fimir son una raza anfibia que viven desde los pantanos, ciénagas y lugares parecidos del norte y oeste del Viejo Mundo hasta las cenagosas fronteras de Catay, generalmente rodeados de nieblas antinaturales que ocultan sus guaridas y a ellos mismos del áspero resplandor del sol.

Aunque son una raza menguante, la mayor comunidad de Fimir en la actualidad se puede encontrar en las Tierras Desoladas.

Los Fimir[]

Ejército Fimir por Paul Bonner

Los Fimir, según los rumores, parte Humanos y parte Demonios, habitan en pantanos, ciénagas y páramos desolados de todo el Norte y Oeste del Viejo Mundo. Son más comunes en las áreas costeras, pero pueden encontrarse en cualquier lugar húmedo y lúgubre. Sus fortalezas son, por lo general, repugnantes y escarpados montones de piedra, crudamente construidas con la apariencia de castillos humanos sobre promontorios y otras superficies rocosas, y constantemente envueltas por una niebla gruesa y retorcida; de hecho, y con frecuencia, los Fimir retocan y ocupan las ruinas de antiguas fortalezas humanas en vez de construir las suyas propias. Las comunidades Fimir están por lo general aisladas y son autosuficientes, pero algunas leyendas hablan de una capital Fimir, un gran castillo de obsidiana que se eleva en una isla rocosa rodeada de peligrosos arrecifes. Se desconoce su localización, pero algunos cuentos dicen que desaparece o se hunde periódicamente bajo el mar, para aparecer en cualquier otro lugar de los mares occidentales del Viejo Mundo.

Los Fimir son criaturas de tinieblas y oscuridad, y evitan la luz brillante. Cuando viajan fuera de sus fortalezas en horas diurnas, sus nieblas siempre se mueven con ellos, protegiéndoles del sol y haciendo que sea casi imposible estimar su número.

Las comunidades Fimir están compuestas casi por completo por machos, y se dividen en cuatro castas: la más baja es la de los Shearl o esclavos, una casta de sirvientes y lacayos; la siguiente es la de los Fimm o guerreros, a la que pertenece la mayoría de los nobles y de la cual toma su nombre la raza; después están los Dirach o amigos de los demonios, una pequeña pero poderosa casta de magos; los más temidos de todos son los Meargh o hechiceras, las reinas brujas que gobiernan las fortalezas Fimir. Las Meargh son las únicas Fimir hembra. Los Fimir realizan con frecuencia asaltos sobre granjas y poblados humanos aislados en busca de comida y cautivos. Las Meargh son casi estériles y por eso los Fimir capturan mujeres humanas, aunque su progenie es siempre Fimir de pura raza más que de cruces. La casta de los jóvenes Fimir es evidente desde su nacimiento; las hembras son muy raras, ya que nacen a un ritmo de quizá una por siglo en una fortaleza, y suele haber solo hay una Meargh por clan. Cuando nace una, por lo general, se la mata, a menos que la Meargh al cargo sea vieja y esté cerca de la muerte. En estos casos, la Meargh la adoptará como hija y sucesora. En raras ocasiones, también ocurre que si la Meargh tiene una hija, la hija se irá para formar su propio clan.

Guerra[]

Combate fimir

Los grupos de asalto Fimir suelen consistir en cerca de una docena de Fimm y un número más o menos igual de Shearl bajo las órdenes de un joven noble. En las zonas costeras, viajan en grandes barcos negros de casco bajo. Ocasionalmente, también habrá un Dirach en el grupo de asalto, a quien el líder mostrará su deferencia. Las unidades mayores surgirán en tiempos de guerra, una Meargh tomará el campo con toda su gente en defensa de una fortaleza, junto con tantos demonios como hayan podido invocar ella y los Dirach. Por lo general, los Fimir parecen estar en términos amistosos con los demonios, y se rumorea que algunos de sus cautivos Humanos son empleados para comerciar con sus demoníacos aliados.

Sus armas favoritas son las grandes mazas pesadas y las hachas que deben ser asidas con las dos manos por un Humano; algunos Fimir, especialmente la nobleza, van a la batalla con una de estas armas en cada mano. Normalmente no usan armas de proyectiles, ya que la niebla, que es su elemento natural, se lo imposibilita.

Los Fimir se visten casi al estilo de los Humanos, pero siempre dejan las piernas, los brazos y la cola desnudos. Suelen vestir cotas de malla en combate, aunque los nobles prefieren las largas capas enganchadas a los hombros con broches pesados de oro y con gemas incrustadas. El granate es, generalmente, el color favorito, ya que es el color de la sangre Humana. Los Dirach y las Meargh llevan ropajes y capas largas de tela gruesa y gris.

Físico[]

Fimir Heroquest

Los Fimir son toscamente humanoides, con grandes cuerpos en forma de barril, con cortas y poderosas piernas que terminan en pies de tres garras y brazos largos y vigorosos que casi llegan al suelo. Sus cuerpos son anchos y fuertes, con poderosos músculos ocultos bajo una capa de grasa que les da una engañosa apariencia suave. Sus cabezas son grandes y casi sin pelo, con una superficie flácida y tuberculosa y que disminuye ligeramente hacia un hocico colmilludo y sin nariz. Sólo hay un ojo sin pupila, de color blanco leche o ámbar acomodado en una posición baja de la cabeza; en lugar de orejas, en los lados del cráneo, hay dos áreas llenas de agujeros bajo la piel que actúan como caja de resonancia. Los Fimir poseen hombros anchos y encorvados y suelen medir, de media, un metro y ochenta centímetros, aunque pueden alcanzar la altura de dos metros y medio. Tienen poderosas colas de serpiente que suelen medir casi los dos metros. Sus pieles son lisas y correosas y sus colores varían desde el rosado humano a verde oliva claro.

Los Fimir encuentran la luz del sol extremadamente incómoda y al tener un solo ojo, los Fimir carecen de percepción de profundidad, y se piensa que utilizan su niebla mágica para compensar esto, juzgando la distancia de los oponentes mediante la claridad con la que los pueden ver. Los Dirach tienen la visión bruja.

Por lo general, los Fimir tienen una inteligencia baja; invariablemente utilizarán la fuerza antes que la astucia para resolver problemas. Sin embargo, los Dirach se aproximan a la inteligencia humana, mientras que las Meargh poseen una gran y terrible astucia y, por tradición, gobiernan tanto mediante el miedo como por el respeto.

La mayoría de los Fimir pueden vivir alrededor de los 200 años. Los Dirach viven el doble de esa edad, y las Meargh son casi inmortales; las edades que exceden los 2000 años no son raras.

Descripción Física por Castas[]

  • Shearl: los Esclavos se distinguen por su constitución ligeramente más pequeña y sus colas lisas.
  • Fimm: los Guerreros tienen colas con una fila de bultos huesudos encumbrada por una carnosidad de hueso que parece una maza pesada. Los nobles tienen una cola llena de pinchos con un filo parecido al de un destral al final. El número de pinchos y el tamaño de la cola cuchilla es fuente de gran orgullo.
  • Dirach: los Magos tienen la cabeza ligeramente más estrecha con uno o dos cuernos saliendo de la parte de arriba o de los lados. Sus colas son lisas.
  • Meargh: las Reinas Bruja se distinguen porque sus cabezas están cubiertas de pelo grasiento y lacio que, por lo general, es de color verde oscuro o negro azulado. Frecuentemente poseen cuernos, aunque son más pequeños que los de los Dirach. Su piel está muy arrugada, lo que indica la avanzada edad que pueden alcanzar. Al igual que la de los Dirach, sus colas son lisas.

Historia[]

Mucho antes del surgimiento de la Humanidad, posiblemente mientras los Altos Elfos gobernaban el Viejo Mundo, los Fimir adoraban a los Dioses del Caos y durante un tiempo disfrutaron de su favor. Por desgracia, el Ojo de los Dioses se sintió rápidamente atraído por la raza humana más vibrante y divertida, y los Fimir fueron abandonados, reducidos a buscar las bendiciones de los Demonios donde antes habían disfrutado de las bendiciones de los dioses. Sin embargo, todavía son leales a los Dioses del Caos. Buscan desestabilizar la barrera entre el mundo mortal y el Reino del Caos, ayudando así a los Dioses del Caos en su victoria final y así recuperar su favor.

En algún momento después de la devastadora Guerra de la Barba entre los Altos Elfos y los Enanos, los Fimir dirigieron su atención a la región que eventualmente se conocería como las Tierras Desoladas. Una tierra virgen de exuberantes praderas y abundantes bosques, los Fimir se asentaron en el norte de Tierras Desoladas después de que los Enanos y los Altos Elfos abandonaron el área para atender a sus debilitados imperios. Comenzaron a rehacer la abundante campiña a su propia imagen. Finalmente, fueron confrontados por los Skavens, quienes habían reclamado el sur de Tierras Desoladas y ellos mismos estaban transformando la tierra, envenenando los ríos, agrietando la tierra y talando los bosques.

La guerra era inevitable. Cuánto tiempo duró, sólo los Fimir y los Skavens pueden decirlo, y seguro que nadie va a preguntárselo. Los Skavens construyeron grandes castillos para defender sus conquistas y lentamente hicieron retroceder a los Fimir. Finalmente, hubo un cataclismo que diezmó a ambos bandos. Que fuera un último esfuerzo desesperado por parte de los Fimir, un intento de conseguir el triunfo definitivo de los Skavens, o hasta una venganza de la propia tierra, es lo de menos. Grandes oleadas de magia cubrieron la región y la tierra se convulsionó y agrietó. En una noche, los castillos de los Skavens y las fortalezas de los Fimir se derrumbaron cuando la propia roca madre se estremeció, se quebró y se hundió. Sus ejércitos fueron destruidos y sus esbirros aplastados o engullidos. Al alba del día siguiente, sólo quedaba la tierra propiamente dicha, casi despojada de vida y con sus heridas ocultas bajo un sudario de niebla.

Ahora es una región lóbrega donde sólo los más resistentes pueden esperar sobrevivir, no digamos prosperar. Las Tierras Desoladas modernas están llenas de nieblas, páramos, pantanos y marismas. Están escasamente pobladas por humanos a excepción de la inmensa metrópolis de Marienburgo. Pero los Fimir aún conservan una presencia en la región, ahora mejor adaptada a sus necesidades como resultado de su guerra con los Skavens.

Hoy en día, los Fimir son una raza menguante y solitaria, poco dada a dejar sus lugares pantanosos, apareciendo solo al amanecer o al anochecer para las incursiones ocasionales en busca de comida y esclavos. Ocasionalmente, una bruja humana buscará un clan de Fimir, ya que se rumorea que la raza tiene el conocimiento de convocar y controlar demonios, un premio tentador para cualquier aspirante a lanzador de conjuros.

A pesar de odiar a la humanidad, los Guerreros Fimir pueden hacer una causa común con las tribus norsces, ya que ambos anhelan la atención de los Dioses Oscuros, pero aun así, es una alianza inquieta y rebelde.

Religión[]

Para el resto del mundo, es poco lo que se conoce de la religión y las deidades de los Fimir. Puede que adoren a algunos de los Grandes Demonios más poderosos con los que están aliados, o al ser o seres a quienes esos demonios sirven.

Sin embargo, los Fimir adoran a los Dioses del Caos y, aunque actualmente no disfruten de su favor como en tiempos pretéritos, todavía les son leales.

Creación de la Raza[]

Los Fimir fueron creados por Graeme Davis y Jes Goodwin inspirándose en los folclores de la mitología celta, unos seres demoníacos de formas aberrantes y pútrido corazón. Su diseño se desarrolló con el propósito de convertirlos en una raza distintiva del mundo de Warhammer. Aparecieron en Warhammer Fantasy Roleplay y en la tercera edición del Warhammer Fantasy Battle, pero no eran muy populares por lo que acabaron desapareciendo en la 4ª edición, haciéndoles vagas referencias en el trasfondo desde entonces. Regresaron para el suplemento de la 8ª edición Tormenta de Magia y para la expansión de este por parte de Forge World en Monstruos Arcana, para el que aparecen nuevas miniaturas.

Miniaturas[]

Imágenes[]

Curiosidades[]

  • Los Fimir están basados en unas criaturas de la mitología celta, los fomorianos.

Fuentes[]

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