Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
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Engendro del Caos warhammer Mark of Chaos

"Aunque ahora las puertas que separan el mundo mortal del inmortal Reino del Caos están cerradas para mí, todavía prefiero morir habiendo atisbado la eternidad que no haber salido nunca de la fría envoltura de la vida mortal. Me enfrento a la muerte sin temor, lo mismo que viví sin miedo"

Engendro del Caos anónimo

Los Dioses del Caos son generosos pero irresponsables al conceder sus favores. Quizás no saben distinguir el diferente valor de sus regalos, o simplemente no les preocupa lo más mínimo. Al bendecir a uno de sus adoradores, los Dioses del Caos pueden hacerle involuntariamente más fuerte, más resistente, más rápido, increíblemente atractivo, inteligente, o mejorar muchísimo cualquier otro de sus atributos. Pero el regalo también puede representar una desventaja para el adorador, haciéndole más débil, reduciéndole a la imbecilidad, o convirtiendo su cuerpo en una masa de carne deforme. Los Dioses del Caos también son los dioses del azar, por lo que buscar sus favores es, como mínimo, arriesgado.

Camino a la Perdición[]

Enjendro del Caos Imagen 4ª Edición por John Blanche

Los que persiguen el camino del Caos están condenados. A los que han puesto su destino en manos de los Dioses Oscuros solo les falta saber la naturaleza de su condenación. ¿Perderá la razón y se verá reducido a un desgraciado cacareo sin poder hacer nada, aparte de rezar a los dioses que le han robado la cordura? Quizá, perderá su humanidad y ascenderá a las filas de los Príncipes Demonios para gobernar en el Reino del Caos. Alguno pierde el autocontrol y se convierten en locos asesinos que matan y matan hasta que ellos mismos yacen muertos en el barro. Pero incluso entonces, hay destinos peores que la demencia y la muerte. Hay quienes caen en desgracia, los que lo pierden todo y se convierten en montones de carne mutada. A estos se les conoce como Engendros del Caos y son los verdaderos hijos del Caos.

A algunos de los Hijos del Caos se les recompensa con regalos de los Dioses Oscuros, convirtiéndose en una criatura cuyo cuerpo representa la pesadilla y la irracionalidad. La mayoría de los Regalos del Caos están reflejados físicamente por alguna mutación física. Por ejemplo, un regalo del Caos puede hacer que su piel sea dura como el hierro y hacer que quien lo reciba sea más resistente a las heridas, pero también lo cubre con una capa de escamas de hierro. Cuantos más regalos reciba una criatura, más desastroso puede ser su efecto acumulado. Las mutaciones extremas acostumbran a afectar a sus víctimas de numerosas y desafortunadas formas. Si un adorador adquiere demasiadas mutaciones, superará el punto de no retorno y se convertirá en un Engendro del Caos.

Existen muchísimas maneras de acabar convirtiéndose en un Engendro del Caos. Esta criatura podría haber sido un guerrero que invocó el favor de los Dioses Oscuros demasiado a menudo, o que recibiera esa nueva forma como castigo por haber contrariado o fallado a los dioses. O podría tratarse de un Hechicero del Caos o Chamán del Rebaño que se adentró demasiado en el poder del Caos y su cuerpo se transformó totalmente por el uso de la magia oscura. Incluso podría ser alguien que se acercó demasiado a Morghur, el Señor de las Calaveras, cuya aura de transformación lo cambia todo. En algunos casos, la criatura podría simplemente haber nacido con ese aspecto y probablemente haya matado a su madre en el proceso. Esto es especialmente común entre los Hombres Bestia, donde la línea que separa a un mutante de un engendro del Caos es muy fina, y suelen traspasarla muy a menudo.

Engendro del Caos de Khorne Realms of Chaos por Tony Ackland

Sea como fuere, en general cualquier guerrero al que se le otorgan demasiados regalos de los Dioses Oscuros acabará sucumbiendo a la locura y a la mutación. Su estado físico alcanzará un punto en el que la razón no tendrá lugar, y gemirá y chillará de angustia mientras su carne se tensa, se retuerce y sufre el más profundo y final de los cambios. Algunos desafortunados reventarán como flores frescas, se hincharán como cadáveres de hace una semana, o verán cómo sus tentáculos y brazos peludos acabarán siendo parte de sus caras saliendo por cada orificio. Algunos llegan a ser dilatadas caricaturas de bestias, con la cabeza de insectos o depredadores empujando desde sus pechos y hombros. Otros ven como su carne se hincha, se cubre de ampollas y plagas que se revienta para revelar grandes y horripilantes globos oculares llenos de sangre. Las bestias conocidas como Engendros del Caos tienen miles de caras y formas. Lo único que les une es la repugnancia de su nueva carne. Normalmente, los Engendros del Caos mueren a las pocas horas de su creación, debido a la tensión de sus cuerpos retorcidos, pero algunos sobreviven, condenados a vagar por los Desiertos del Norte y los bosques del mundo como babeantes monstruos.

Cualquier adorador del Caos puede encontrarse con el camino que le conducirá a convertirse en un Engendro del Caos. Incluso los Señores del Caos y los grandes Caudillos de los Hombres Bestias que disfrutan del favor de su Dios pueden sufrir este destino. Un Paladín que no consiga la Recompensa definitiva de la inmortalidad demoniaca acabará irremisiblemente convertido en un Engendro del Caos, si no muere antes. Este es el sino de los Paladines del Caos: están destinados a una gloria diabólica eterna, o a un fin ignominioso con la forma de un monstruo babeante y estúpido. Más de un guerrero con un gran porvenir ha acabado convertido en un montón de carne y huesos que se arrastra, deformando monstruosamente mientras grita con una rabia demencial.

Esta nueva vida, otorgada por los Dioses del Caos, siempre es corta y dolorosa. El destino de los engendros del Caos es la muerte, ya sea en el campo de batalla por hachazos o espadazos, despedazado en las tierras salvajes a manos de una criatura aún más salvaje y desesperada que el propio engendro, o literalmente desagarrado por la acumulación de las salvajes energías del Caos que continúan corrompiendo su ya de por sí deformado cuerpo.

Aspecto[]

"He luchado en incontables batallas. Al principio, lo que te hiela la sangre es el ruido del combate, el zumbido de las flechas, el choque del metal contra el metal. sin embargo, el sonido al que nunca me acostumbraré es el que producen esos repulsivos Engendros. Aún hoy me estremezco sólo de pensar en ello"

Valmir von Roukon, Conde Elector de Ostland.
Engendro del caos

La apariencia exterior de un Engendro del Caos es completamente impredecible. No hay dos engendros iguales y su apariencia se debe tanto a la voluntad caprichosa de los dioses como a su idoneidad física. Un engendro puede tener varias extremidades, atributos grotescos como pinzas de cangrejo, un caparazón quitinoso, alas destrozadas e inútiles, un puñado de ojos saltones que ondulan como la hierba mecida por el viento, un cuello nervudo y prensil o unas fauces repletas de dientes puntiagudos como agujas. Aunque los Engendros del Caos son inmensamente poderosos, su anterior inteligencia ha desaparecido hace mucho, sacrificada en su ambición maldita.

Está claro que estas criaturas pueden variar enormemente su apariencia. Algunas parecen un hombre que anda como una bestia, una forma antes humanoide que ha crecido y ha explotado para convertirse en una anatomía monstruosa y obscena que ha cambiado tanto que es prácticamente irreconocible. Los ojos de la criatura original se salen de las órbitas y ni siquiera es perceptible un atisbo de su antigua personalidad en esa ruina carnosa. Otros engendros se parecen más a una bestia que camina como un hombre, una parodia deforme de la humanidad moldeada en el cuerpo de una criatura del bosque peluda y necia. Independientemente de los detalles, los engendros del Caos son criaturas horrorosas, con cuerpos deformes y llenos de púas, ojos y bocas. Algunos tienen cabezas de insecto demasiado grandes, otros supuran limo Venenoso por la piel. Algunos, debido quizás a las localizaciones en las que tienen sus guaridas parecen mimetizarse con el paisaje. Así por ejemplo, un Engendro que habite en un bosque puede parecer que forma parte del mismo, pues sus cuerpos en constante mutación se han fundido con las ramas putrefactas de árboles muertos y su piel ha quedado cubierta de musgo frío y húmedo.

Algunos engendros del Caos son más poderosos, ya que poseen rasgos específicos de cada dios. Las bestias de Nurgle exudan un limo que quema la tierra y con sus tentáculos y sus rasposas lenguas infectan a sus enemigos con una sola caricia. Los engendros con largos cuerpos en forma de serpentina y multitud de agudos y sinuosos tentáculos se conocen con el nombre de diablos de Slaanesh. Estas criaturas atraviesan el campo de batalla a toda velocidad atrapando a la carrera a los enemigos del Caos con sus brazos parecidos a látigos y sus garras aceradas. Las bestias sanguinarias de Khorne son una masa de músculos y tendones con prominentes venas y una cola en forma de látigo. Sus múltiples colmillos, garras afiladas y colas armadas les sirven para decapitar y destripar de un solo golpe. Las criaturas más extravagantes son los dracos de Tzeentch, que se desvanecen y cambian de posición gracias al poder del cambio. Su piel está llena de ampollas y sus fauces abiertas en forma de miembros extendidos emiten llamas desde orificios supurantes, que estallan en ráfagas de color púrpura, rojo y azul y con las que incineran a los enemigos demasiado próximos.

Los Engendros y los Ejércitos del Caos[]

Cualquier servidor del Caos es proclive acabar sus días como un Engendro del Caos. Para muchos hombres del Norte esto se considera un gran honor, pues el paladín se convierte en una verdadera criatura del Caos, deformada e indescriptible, que nunca se verá afectada por las preocupaciones mortales sobre su propia conservación, sobre la lealtad o sobre cualquier otro aspecto que no sea su propio instinto. Los Engendros no suelen expulsarse de su tribu, sino que hacen sus guaridas cerca de ellas. Sus parientes le suelen llevar trozos de carne ensangrentada y aguamiel para que sobrevivan.

Engendro del Caos de Khorne Warhammer Online por Michael Phillippi

Entre los Hombres Bestia a veces, si se les considera peligrosos o inútiles, se les mata o se los ahuyenta. No obstante, la mayoría de las manadas de guerra aceptan a estas criaturas hinchadas, retorcidas y babeantes como hijos del Caos. Si el engendro en cuestión resulta útil (quizás debido a que anteriormente se trató de un gran guerrero), se le mantiene con vida por respeto de su vida pasada y se les permite vivir en la periferia de la manada, sobreviviendo con las sobras, algún que otro ungor incauto, estiércol de tuskgor o cualquier cosa que atrapen en el bosque circundante.

A los Dioses del Caos les divierte llevar a los Engendros del Caos hasta los campos de batalla donde pueden recordar vagamente su anterior gloria y poder. En la batalla, los Engendros se liberan como bestias de guerra, arrastrándose y tambaleándose hacia las líneas enemigas, a veces lentamente, a veces con una velocidad terrorífica, y nadie es capaz de controlar las acciones de los Engendros ya que además suelen ser bastante impredecibles. El Engendro se moverá hacia el enemigo, agitando sus tentáculos y se lanzará con ferocidad salvaje sobre sus filas, usando sus dientes, garras y tentáculos para desgarrar las extremidades de los hombres en una lluvia de sangre y ruina, aliviando su dolor y furia sobre las mortales criaturas que se les enfrentan.

Caen sobre el enemigo con una energía desesperada, gimiendo y rugiendo con una mezcla de rabia y esperanza vana en que un golpe seco los sacaría de la miseria. La retirada es impensable para un Engendro, ya que los golpes de espada enemigos son una maravillosa liberación comparada con el dolor que sienten por dentro. Aquellos que presencian el comportamiento de un engendro y sobreviven harían bien en hacer caso del mensaje que supone: la adoración a los Dioses Oscuros ira un poco más allá que el dolor, la humillación y la muerte.

Variantes[]

Hombres Bestia Engendros

lo engendros del caos poseen variantes dependiendo de su dios patrón o de una gran mutación.

Otros: esta variante es exclusiva de un videojuego.

Relato Relacionado[]

Miniaturas[]

Imágenes[]

Fuentes[]

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