El reino exterior de khorne está protegido por una tiránica muralla o acantilado de hierro rojizo y ennegrecido, que se extiende sin abertura alguna de un confín del horizonte al otro. La Escalera Baluarte señala la única entrada a sus dominios.
Descripción[]
Rodeada de pináculos, columnas y arcos de sangre y hueso tallado, la Escalera Baluarte ha sido construida como fortaleza y como prisión. Hay demonios encadenados a las paredes y escalones con grilletes irrompibles de hierro erizados de pinchos, gritando y revolviéndose en un intento por escapar de su confinamiento, profiriendo terribles insultos a cualquiera lo bastante desafortunado como para estar cerca de ellos.
Los escalones de la Escalera son enormes, y no fueron diseñados para las piernas humanas (subir por ellos es más parecido a escalar una montaña). Cuanto más se asciende hacia su vertiginosa cima, mayor cantidad de horrores pueden contemplarse. Unas bocas balbuceantes aparecen aquí y allá, sobre escalones v paredes, alabando el nombre y las hazañas de Khorne en su propia lengua demoníaca. Se mire a donde se mire, pueden verse por todas partes runas blasfemas y altares de sacrificio ensangrentados, algunos de los cuales todavía sostienen los cadáveres de sus víctimas.
La geometría de la escalera no sigue lógica ni cordura alguna, y parece retorcerse y ondear sobre sí misma con bucles confusos y ángulos que desafían las leyes de la gravedad. La Escalera tiene rellanos menores, algunos de los cuales tienen una escala tan descomunal que se podría construir un castillo en ellos y aún sobraría espacio. En ellos hay demonios y otras criaturas dcl Caos danzando y brincando, matándose alegremente los unos a los otros en un despliegue gratuito de sangre y masacre. Sin embargo, una vez emprendida la subida por los escalones de la Escalera Baluarte, el viajero no podrá ver a ninguna otra criatura viva normal; incluso los cuervos carroñeros evitan el aparente banquete de cadáveres y cuerpos colgantes que se alinean en sus murallas y escalones.
Los Campos y Praderas de Khorne[]
El camino de subida por la Escalera Baluarte parece durar una eternidad; las leyes del tiempo, la causa y el efecto, y el movimiento se desploman bajo el peso de semejante monstruosidad. Aun así, hay quienes logran llegar a la cima de la Escalera para encontrarse de nuevo en terreno llano, aunque esta vez se hallan dentro del reino interior del Dios de la Sangre, en los Campos y Praderas de Khorne.
A diferencia de la retorcida locura que impera en la Escalera Baluarte, los Campos y Praderas están bien cuidados y organizados, pero no por ello menos horripilantes. Los campos están alineados de interminables hileras de cadáveres sanguinolentos, empalados sobre estacas como grotescos tallos de habas. De los cadáveres crecen unas flores negruzcas, henchidas de sangre, "regadas" mediante una serie de acueductos y zanjas por las que fluyen sangre y vísceras. Innumerables millares de demonios se encargan del mantenimiento de estos campos, vomitando sangre sobre las frutas y vaciando sus entrañas para fertilizar la terrible vegetación. Continuamente se plantan nuevos cadáveres, con una ternura y atención que parece fuera de lugar en tan macabro paisaje. Todo el panorama es sangriento; incluso el cielo arde incesantemente con un furioso color rojo. El hedor a matadero se mezcla con el aroma curiosamente dulce de las flores y frutos negros.
Frutas de Sangre y Flores Pavorosas[]
Los frutos y flores nauseabundos que crecen en el campo de cadáveres están llenos de extrañas toxinas y poderes mágicos. Las frutas de sangre parecen negras manzanas mustias y deformes, y están rellenas a rebosar con una mezcla de sangre e icores oscuros y aceitosos. Las flores que adornan los cadáveres reciben el nombre de flores pavorosas. Tienen un aspecto extrañamente exquisito, semejante al de un lirio roja sangre surcado por numerosos zarcillos negros. La parte central de la flor parece un rostro deformado; cuanto mayor y más antiguo es el capullo, más detallado y espantoso es este semblante.
Las flores pavorosas emiten un aroma acre e intoxicante, parecido al del jazmín mezclado con el hedor cobrizo de la sangre derramada. Si alguien se acerca a menos de diez metros de una flor pavorosa (aunque haya sido arrancada), deberá tener una gran fuerza de voluntad para no sucumbir a su fuerte aroma, un potente alucinógeno que provoca pensamientos homicidas. Si cae bajo sus efectos, atacará al ser mas cercano a él, independientemente de si se trata de un enemigo o aliado.
La ingestión de una fruta de sangre provoca terribles mutaciones que devastan el cuerpo. Una vez arrancada de su maligna raíz, una fruta de sangre pierde su potencia y se vuelve completamente inerte al cabo de varias semanas. Estos frutos son muy valorados por los hechiceros del Caos, quienes los usan como ingredientes para sus hechizos y rituales.
Imágenes[]
