El Dios Jaguar
Huanchi es el dios cazador, simbolizado por el sigiloso jaguar. Se dice que los servidores de este Ancestral poseen una habilidad prodigiosa para la caza y para la ocultación y que son capaces de moverse por las zonas más densas de la jungla sin esfuerzo.
Simbología[]
Sus bendecidos son sigilosos por naturaleza, adaptados a los parajes de la selva, en los que se desenvuelven tan bien o incluso mejor que en terreno abierto, como el jaguar del día y de la noche, que puede atravesar la selva con el mínimo esfuerzo.
Hueste Sagrada.[]
No se sabe mucho sobre los servidores de Huanchi, cosa que no es de extrañar si se tiene en cuenta que estos Hombres Lagarto son famosos por su sigilo y por lo bien que guardan sus secretos. No obstante, existe un relato que puede guardar relación con un desove sagrado del Dios Jaguar y que tiene que ver con un conflicto entre los Hombres Lagarto y los Elfos Oscuros.
Según se dice, hace más o menos un siglo, una fuerza de Elfos Oscuros de Hag Graef se infiltró en la jungla de la Víbora en dirección al monumento funerario conocido como la Pirámide de los sacrificios. Las Elfas brujas penetraron en las criptas existentes bajo la pirámide, robaron la valiosísima piedra del amanecer que había albergado durante milenios y realizaron varios rituales sanguinarios para luego retirarse a la cordillera montañosa conocida como Los Guardianes Grises. Con todo, parece ser que se envió a un grupo de Hombres Lagarto de Hexoatl para interceptar a los Elfos Oscuros y recuperar la piedra del amanecer, un preciado artefacto antidemonios.
Los Elfos Oscuros son famosos por su destreza en el sigilo y la infiltración, pero aquellos Hombres Lagarto lograron seguirles el rastro. Al principio, los incursores no se dieron cuenta de que estaban siendo perseguidos y bajaron de Los Guardianes Grises y siguieron hacia el Norte por la Costa de las Cenizas. Hay pocos mapas de la tierra de Naggaroth, por lo que los expertos tan solo pueden llegar a especular acerca de la naturaleza de lugares tales como el Desierto Polvo de Hierro, el Pico Tirano y el Lago del Kraken. No son más que nombres de una historia con apenas descripciones. Los saqueadores pasaron por estas zonas mientras sus perseguidores no paraban de acercárseles cada vez más.
A orillas del Mar de las Brujas, los saqueadores se detuvieron para realizar más rituales sanguinarios, en los que las Elfas Brujas danzaron y ofrecieron sus cuerpos empapados de sangre a su maligna deidad mientras los sirvientes del Dios Jaguar acechaban en la oscuridad. En el punto culminante de la ceremonia, los Hombres Lagarto se lanzaron al ataque cogiendo a los Elfos Oscuros totalmente por sorpresa y aniquilaron a la mayoría mientras el resto lograba escapar en las sombras. Los Hombres Lagarto fueron a por ellos de inmediato y así empezó una persecución que duró semanas y que transcurrió por algunos de los lugares más inhóspitos de Naggaroth.
Los Elfos Oscuros trataron de eludir a sus perseguidores en las Montañas Espinazo Negro al pasar por un misterioso portal llamado la Puerta de las Alcantarillas, en el cual había un camino secreto hacia Hag Graef. Sin embargo, los saurios siguieron a los Elfos Oscuros bajo tierra y, cuando los incursores salieron a la superficie por los Pozos de Zardok, se encontraron con que los Hombres Lagarto se las habían arreglado de algún modo para alcanzarlos.
Los Elfos Oscuros no tuvieron más elección que darse la vuelta y luchar al verse atrapados contra el mismísimo borde de la descomunal grieta en la fría tierra de Naggaroth. Fueron aniquilados por completo, los Hombres Lagarto recuperaron la piedra del amanecer y lanzaron los cadáveres a los Pozos. Los Elfos se habían topado con la horma de su zapato respecto al sigilo y a la astucia y Hag Graef no efectuó más incursiones en muchísimo tiempo.
Fuentes[]
- Ejércitos Warhammer: Hombres Lagarto (6ª Edición).
- Ejércitos Warhammer: Hombres Lagarto (7ª Edición).