Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
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Colegios de la Magia por JG O'Donoghue

La sede del aprendizaje arcano en el Imperio son los legendarios Colegios de la Magia; en ocasiones también denominados Colegios de Color. Aunque la mayoría de los imperiales que conocen su existencia utilizan indistintamente los términos Colegios de la Magia y Ordenes de la Magia, en realidad existe una sutil diferencia entre ambos.

Su existencia se remonta a la intervención del Mago Alto Elfo Teclis durante la Incursión del Caos del 2302 CI, cuando fue necesario el poder de la magia para expulsar a las hordas invasoras. Después de ganar la guerra, la magia de los ocho vientos se convirtió en la primera forma de hechicería que recibió apoyo oficial por parte del Imperio. Creció en poder y reputación, atrayendo a los magos de otras disciplinas mágicas y alterando sus hechizos para funcionar con las nuevas teorías y sistemas de magia.

Los Hechiceros de Batalla se llaman así por algo. La mayoría de sus hechizos están diseñados específicamente para el combate ofensivo o defensivo y, en particular, para defender al Imperio de sus enemigos. Por ello, desde el punto de vista de posición social y respeto público, los practicantes de la Magia de Batalla están mejor considerados y ofrecen más confianza que cualquier otra escuela de hechicería. Los hechiceros imperiales, además de ser individuos poderosos en sí mismos, son importantes figuras políticas y aquellos que llegan a la cima de su profesión son asesores del Emperador y de los Electores.

Los Colegios Imperiales de la Magia[]

Colegios Magia

Teclis enseñó que por peligrosa que fuera la magia, un practicante entrenado podía controlarla y purificarla. Los humanos aprendieron cómo sopla el poder puro de la magia por el mundo bajo la forma de ocho vientos, que representaban tipos de energía únicos. Para cada viento Teclis fundó un Colegio y Orden de la Magia distintos, y junto a su hermano mago, Finreir, instruyó a los primeros magísteres y Patriarcas. Los sabios señores del saber vieron que las mentes de los humanos eran incapaces de controlar el poder de más de un viento a la vez sin correr riesgos, ni siquiera tras el más meticuloso de los estudios. Así, en la actualidad existen ocho colegios, cada uno de los cuales es el cuartel general de una de las Órdenes de la Magia en la que se entrenan los magísteres.

Cuando la Magia Oscura surge de la puerta interdimensional septentrional, inmediatamente comienza a dividirse en los ocho colores que la componen. Son estos colores de los que se ocupan los Colegios Imperiales. Un hechicero que ha dominado los hechizos de uno de los Colores de la magia será en verdad un hechicero poderoso pero, al contrario que los Altos Elfos, ningún hechicero humano ha conseguido dominar más de un Color. Algunos eruditos aseguran que esto se debe a que los humanos no viven lo suficiente; otros dicen que el cerebro humano es incapaz de tales cosas. Hay algunos que afirman que Teclis enseñó deliberadamente estas técnicas mágicas para que a los hechiceros humanos les fuera imposible convertirse en magos tan poderosos como los Altos Elfos.

WARHAMMER WINDS OF MAGIC by nachomolina

Antes de que los hechiceros aspiren a convertirse en hechiceros imperiales deben dominar las técnicas de la Magia de Batalla. Hay muchos colegios capaces de enseñar Magia de Batalla, entre los que destaca el Gremio de Hechiceros y Alquimistas de Middenheim. Los Colegios Imperiales no aceptarán hechiceros de otras disciplinas distintas a la Magia de Batalla, excepto bajo circunstancias especiales. El Colegio Dorado, por ejemplo, acepta alquimistas cualificados.

Los Ocho Colegios[]

Hay ocho Colegios de la Magia, cada uno de los cuales es el hogar de una de las ocho Órdenes de la Magia del Imperio, que son las siguientes:

Las Órdenes y los Colegios[]

Warcry Carl Frank - Hechicero de Batalla Imperial Sombra

Los Colegios de la Magia son lugares de aprendizaje e instituciones políticas, con edificios físicos y una plétora de aprendices, magísteres (título que indica que un hechicero es miembro pleno de un colegio y por tanto tiene licencia para practicar y enseñar magia) y diversos sirvientes. Los colegios cuentan con edificios centralizados que permiten al Emperador contactar con los Patriarcas de las Órdenes de la Magia, o cuando menos con los miembros de mayor categoría, cuando precisa de ello.

Las Órdenes de la Magia son los saberes, personalidades, filosofías, ideales, rituales, tradiciones y maneras que los colegios imparten a sus aprendices. Pero las órdenes llegan más allá; son sociedades sumamente herméticas con identidades y motivaciones propias. Los magísteres imperiales afirman que la esencia de sus órdenes no se halla en edificios ni en tomos polvorientos, sino en la auténtica búsqueda, manipulación y personificación de los vientos de la magia que subyacen en el corazón del saber de sus respectivas órdenes.

La Vida Colegial[]

Aprendiz de hechicero dibujo

Al ser aceptados como estudiantes en un colegio de magia, muchos aprendices suponen que aprenderán hechizos y cómo lanzarlos. Éste no es el caso. Antes de que los aprendices comiencen a utilizar la magia deben saber cómo funciona, para lo que han de pasar largas horas de estudio de teoría e historia. La recopilación de conocimiento continuará durante toda su vida como hechiceros.

En los niveles de magia más altos, en los Colegios de Color y en los consejos de los elementalistas, los hechiceros también aprenden a controlar las diferentes esencias de las corrientes de magia con el objetivo de canalizarlas. También se espera de ellos que tomen parte en investigaciones mágicas, discusiones, críticas, enseñanzas y adquisición de conocimiento (que puede ser cualquier cosa, desde probar un nuevo encantamiento, recuperar un artefacto perdido de un navío hundido u obtener una copia de alguna inscripción de utilidad de un colegio rival).

Los hechiceros que sólo visitan su colegio para aprender nuevos hechizos descubrirán que su comportamiento es desaprobado. Si lo toman como costumbre, el colegio puede negarles el acceso a nueva magia hasta que acepten seriamente sus responsabilidades como miembros de la organización.

Educación Mágica[]

Grimorio de Lermontov

A pesar de que los colegios de Altdorf son los centros y depósitos del aprendizaje y los artefactos mágicos del Viejo Mundo, son distintos a las universidades mundanas del Imperio. Los aprendices de hechicero no viven como estudiantes universitarios, asistiendo a conferencias y saliendo de copas por las noches. Los colegios tienen aprendices que acuden a ellos para aprender lo secretos del saber de cada uno de ellos, pero raras veces abandonan los confines de sus colegios sin supervisión (algunos no lo hacen nunca).

Los colegios también son lugares en los que la gente unida por un destino similar (ser sensibles a la magia en un mundo que los desprecia y poseer intereses y estudios comunes) se reúne para compartir conocimientos y expandir sus habilidades. Los colegios son centros de aprendizaje profundo, y los eruditos de la magia se congregan en ellos para discutir sobre asuntos arcanos complejos y misteriosos. O algún desgraciado al que se le descubra una afinidad con las mareas aethíricas podría decidir o verse obligado a ir al colegio, tanto como un medio para que éste lo controle, como para aprender de él estudiando su talento.

Nadie que no sea magister de un colegio y de su orden asociada, o que no posea conocimientos arcanos que compartir ni sea sensible a los vientos de la magia, puede entrar y exigir que le enseñen la magia de una orden, sea cual sea su nivel económico o posición social.

Más allá de los Colegios[]

Pero los magísteres imperiales no viven sólo en el edificio del colegio de su orden; la mayoría están diseminados por todo el mundo conocido. Por este motivo, los hechiceros que no viven cerca de Altdorf ni de los colegios toman aprendices a menudo. Estos magísteres se comunican regularmente con su colegio u orden para intercambiar conocimientos y mantener cierta unidad.

Ubicación de los Colegios[]

Edificio Colegio Celestial

La sede de todos los Colegios de la Magia se halla en o muy cerca de la ciudad-estado de Altdorf, situada en la confluencia de los ríos Reik y Talabec antes de su desembocadura en el Mar de las Garras. Por ello Altdorf es el eje de las otras tres grandes ciudades comerciales del Imperio: Nuln, Talabheim y Marienburgo. Debido a su emplazamiento, Altdorf es una de las ciudades más grandes, ricas y pobladas del Imperio. La posición de Altdorf en el Imperio se ve reforzada por el hecho de que es la capital no sólo de la mayor y más próspera provincia del Imperio, sino también de éste, pues es la sede del Emperador actual. Finalmente, Altdorf es también la sede del Gran Teogonista del culto sigmarita, la famosa Escuela Imperial de Ingeniería y los Colegios de la Magia.

Como hogar de los Colegios Imperiales, en Altdorf hay más hechiceros y magia que en cualquier otra parte del Viejo Mundo. Como resultado, sus ciudadanos están ligeramente más acostumbrados a presenciar demostraciones de magia que en el resto del imperio. Aunque la gente de otras ciudades-estado desaprueba el uso de la magia, los altdorfeños se enorgullecen de tratar los sucesos mágicos de igual modo que los mundanos (una actitud exagerada). Es cierto que por lo general los ciudadanos de Altdorf no huyen gritando de terror al ver a un hechicero o ser testigos de alguna demostración menor, o incluso más impresionante, de magia colegiada. Pero los más perspicaces repararán en cómo se aprieta la mandíbula de los espectadores o en cómo se apresuran a desechar despreocupadamente tales demostraciones sin darles importancia.

Flechas Argénteas de Arha por Paul Loboyko Hechicero de Metal

Muy poca gente cuerda en el Imperio menosprecia realmente la magia. Pese a que el pueblo de Altdorf está más acostumbrado al uso de la magia, también existe una fuerte tendencia a mantener las apariencias ante los demás y ante forasteros. Incluso aunque un soldado veterano viera a un piromante esgrimiendo una espada de fuego puro durante la reciente liberación del asedio de Middenheim, seguiría pareciéndole raro, espectacular y alarmante verlo de nuevo en las calles de Altdorf. Pero fingir con decisión que no hay nada destacable en tales cosas es una costumbre hasta para los mendigos más pobres de Altdorf, siempre y cuando no entrañe riesgos. Tampoco es que a los ciudadanos les queden muchas alternativas; después de todo, los Colegios de la Magia están ubicados en su ciudad.

Desarrollo de los Colegios[]

Magnus el Piadoso por Adrian Smith

Durante las primeras décadas de su existencia, los Colegios de la Magia no tenían más obligación que la de aprender y dominar sus artes. En este tiempo, y durante toda su vida y reinado imperial, el Emperador Magnus era la única persona y autoridad ante quien debían responder los colegios, aunque la lealtad de los estudiantes estaba con Teclis. Este acuerdo se hizo porque Magnus no confiaba en que nadie del Imperio fuera imparcial hacia los jóvenes colegios, y nadie más en todo el Imperio confiaba realmente en los colegios lo suficiente para implicarse en ellos.

Además, y pese al hecho de que la Incursión del Caos había unido a las provincias imperiales por necesidad, éstas todavía arrastraban tras ellas siglos de amarga hostilidad y belicismo; el derramamiento de sangre y la miseria de la era de los Tres Emperadores todavía eran recientes. Magnus creía que si alguno de los Condes Electores lograba sobreponerse a su temor y desconfianza hacia los nuevos hechiceros imperiales, podrían utilizarlos para lanzar un renovado y devastador ataque contra un antiguo rival. De este modo se restringió el contacto con los colegios; los magísteres permanecían dentro de los límites de sus colegios en la medida de lo posible, y todos los demás se quedaban fuera.

Hechicero por Tony Ackland

Con el paso de los años se redactaron nuevas leyes y tratados que dictaban específicamente cuándo y cómo podrían requerir los Condes Electores la ayuda de un magíster. Supuestamente se trataba de un derecho soberano de todos los Electores imperiales, pero fue el más difícil de legislar. Se decidió que cada Elector debía procurarse sus propios acuerdos con los Colegios de la Magia sin temor a un sesgo político y demás desventajas injustas. Siempre y cuando los colegios y sus magísteres se adhirieran a los Artículos de la Magia Imperial establecidos por el Emperador Magnus y sus consejeros, los magísteres no correrían ningún riesgo de verse atraídos a una destructiva guerra civil. Después de todo. la principal lealtad de un magister era para con la idea del Imperio como potencia política y nación unificada, aun cuando a menudo no estuviera unida en absoluto. Por consiguiente, los magísteres estaban en su derecho (e incluso se esperaba que así lo hicieran) de retirarse de cualquier tratado o contrato que los llevara a un conflicto entre Electores destinado únicamente a adquirir beneficios políticos.

Así se aseguraba que los magísteres imperiales sólo fueran desplegados por el interés general del Imperio, y no en favor de las mezquinas rivalidades de los Electores. Desde luego, este sistema ha tenido sus excepciones, como todo. Algunos Electores han contado con familiares o sirvientes leales que se han convertido en magíster de una de las órdenes de la Magia. A pesar de haber jurado lealtad a los colegios, algunos se han implicado en conflictos fronterizos y en batallas menores entre provincias rivales. Sin embargo, ningún magíster imperial ha escogido nunca un bando en una gran guerra civil, ni tampoco la ha propugnado.

Los eruditos del Imperio moderno tienen claro que Magnus miraba al futuro con la redacción de los Artículos de la Magia Imperial. Con pocas y notables excepciones, la mayoría de los primeros magísteres de los Colegios Imperiales eran hechiceros vulgares rescatados de trasfondos incultos y campesinos. Obviamente no acabarían contratados como consejeros de nobles ni emisarios diplomáticos del Emperador.

Mago Celestial Colegio

Sin embargo, en el transcurso de las décadas Magnus comprendió que la educación, sofisticación y conciencia política de los magísteres se desarrollarían. La responsabilidad de informar a los colegios de la existencia de toda persona sensible a la magia se aplicaba de igual modo a campesinos que a las familias académicas, nobles y mercantiles del Imperio. En las ciudades de numerosa población del Imperio, a menudo resultaba mucho más difícil ocultar tales habilidades a un erudito, noble o mercader de prestigio. Incluso aunque fueran capaces de ocultarlas, una vez planteada la elección de asistir a los colegios, era mucho más seguro y conveniente hacerlo y recibir una educación que seguir escondiéndose. Las familias nobles y mercantiles también creían por lo general que tenían mucho más que perder siendo acusadas de brujería que cualquier mero campesino cuya vida no valiese nada.

De este modo nobles, mercaderes y diversos profesores y eruditos fueron los primeros en someterse a sí mismos o a sus hijos mágicamente sensitivos a las enseñanzas de los colegios. Estos individuos cultos y a menudo conocedores del mundo aportaron a los colegios un bagaje cultural de política, diplomacia, guerra e incluso protocolo que de otro modo no se hubiera impartido en los colegios. Tales nociones se transmitían cuando estos eruditos, nobles y mercaderes se convertían en magísteres y tomaban sus propios aprendices.

Aprendiz de hechicero - Hechicero Gris

Como ya se ha mencionado, sólo los colegios gozan de permiso por edicto imperial para estudiar los secretos de la magia. En consecuencia, los magísteres colegiados con los únicos hechiceros del Imperio legítimos y sancionados oficialmente. El organismo religioso predominante en el Imperio, el culto de Sigmar, reconoce el derecho de los colegios a existir y ejercer, si bien lo hace a regañadientes. Dado que los colegios existen y son legales, los cultos del Imperio a veces sienten una profunda pasión y justificación para buscar, perseguir y quemar a los practicantes de magia oscura, que operan desde fuera de los colegios.

Para muchos extremistas no existe excusa alguna que permita a nadie ajeno a los colegios hacer gala de poderes extraños de cualquier tipo, al menos según la Sagrada Orden de Templarios de Sigmar, conocida comúnmente como cazadores de brujas. La ley exige que toda persona que posea aptitudes aethíricas y que sea leal al Imperio y al culto de Sigmar debe someterse de inmediato a la autoridad y juicio de los Colegios Imperiales de la Magia. De lo contrario pueden ser condenados por practicas de magia oscura y morir quemados en la hoguera.

Historia[]

Pasado[]

La vida de un Hechicero por Jonh Keane turba

En la antigüedad, las gentes del Imperio tenían poca relación con la magia debido a la creencia de que todo lo relacionado con la hechicería era inherentemente maligno. Los Sacerdotes de Sigmar les habían enseñado que la magia era la herramienta del Caos responsable de la existencia de mutantes y fuente de todas las enfermedades del mundo. Por ello, durante cientos de años los hechiceros y las brujas fueron perseguidos y quemados, y muchos inocentes fueron asesinados de este modo junto con muchos practicantes auténticos de las artes secretas. En el campo todavía era posible encontrar curanderos locales, adivinos y magos primitivos que vivían de la superstición e ignorancia del pueblo. Ni siquiera estos individuos estaban a salvo de los fanáticos entre los que vivían, por lo que muchos se vieron expulsados de pueblos o fueron torturados y quemados por los cazadores de brujas.

Aquellos hombres educados que estudiaban el arte de la magia y de los dioses oscuros lo hacían secretamente. Solían ser hombres ricos y poderosos que esperaban sacar partido de los poderes de la oscuridad en campos como los negocios, la política o la guerra. Así fue como en cada ciudad surgieron concilios cuyos miembros practicaban todo tipo de ritos corruptos en lugares ocultos al caer la noche.

Cazador de Brujas Turba

Este tipo de cosas cambiaron en la época de la Gran Guerra contra el Caos, iniciada hace más de doscientos años. Durante aquella terrible guerra, los Dioses Oscuros se alzaron en el Norte y enviaron a sus seguidores sobre el mundo, engullendo las tierras de los kislevitas. Tan grande era la amenaza para todo el mundo, que los pueblos libres hicieron causa común para combatir a los ejércitos del Caos. Así que, por primera vez, Hombres, Elfos y Enanos aunaron esfuerzos para rechazar al oscuro enemigo. En aquel tiempo, el famoso hechicero elfo Teclis viajó al Viejo Mundo a petición de Magnus el Piadoso. Una vez allí, él y sus compañeros lucharon codo con codo con los ejércitos de Humanos y Enanos, y el coraje y poder de los Elfos se ganó la confianza de Magnus.

Una de las tareas de Teclis fue encontrar a hechiceros menores y magos furtivos por todo el Imperio para enseñarles algunos hechizos rudimentarios de fuego, rayos y sonidos de truenos para que los emplearan contra los seguidores del Caos. Muchos cazadores de brujas quedaron sorprendidos y ultrajados de que el pueblo de Sigmar pudiera aprender las artes arcanas, pero el sabio consejo y la indudable experiencia de Teclis se impusieron sobre la mayoría. Pronto, la nueva hornada de magos fueron aclamados como los salvadores del Imperio, a la par que Magnus el Piadoso se convertía en Emperador de la tierra de Sigmar.

Creación de los Colegios de la Magia[]

Teclis 3

Tras su ascensión al trono, Magnus el Piadoso pidió a Teclis su ayuda para crear una institución donde los magos pudieran ser adecuadamente entrenados. Al principio, los compañeros de Teclis le advirtieron contra tal decisión alegando que los secretos mágicos de los Altos Elfos no debían ser para la humanidad. Pero Teclis se dio cuenta de que la seguridad del mundo estaba en manos de los humanos del Imperio, la nación más fuerte del Viejo Mundo, y por ello accedió a la petición de Magnus. A continuación, se establecieron los Colegios de la Magia en la ciudad de Altdorf, bajo la protección del príncipe de la ciudad, y Teclis enseñó a los primeros maestros (que eran tanto hombres como mujeres) y estableció las normas que regirían sus estudios antes de regresar a los reinos élficos de Ulthuan.

Teclis les enseñó que toda la magia derivaba del Caos y que inevitablemente estaba marcada por él, pero que podía ser controlada y purificada por un practicante entrenado. Los humanos aprendieron que el poder en bruto de la magia soplaba desde los reinos del Norte, el Reino del Caos, en forma de ocho vientos de la magia que representaban tipos específicos de hechicería. Por esta razón, el símbolo de toda la magia es el símbolo del Caos, la estrella de ocho puntas. Para cada viento, Teclis fundó una escuela de magia diferente e instruyó a sus primeros maestros. Teclis consideró que la mente humana era inadecuada para el dominio de los ocho vientos del Caos; pero, con paciencia y estudio, creyó que los humanos serían capaces de contener el poder de uno.

Así pues, hoy en día existen ocho Colegios, cada uno de los cuales es el cuartel general de una de las Órdenes de la Magia del Imperio. Todos tienen sus propios Señores y sus naturalezas son diferentes y únicas, aunque todas son facetas de la gran y potente fuerza mágica que es el Caos en sí.

Los Colegios en la Actualidad[]

Altdorf - Warhammer Online Exterior Colegio Brillante por Jonathan Kirtz

Hace casi dos siglos y medio que se crearon los colegios por orden de Magnus. En este tiempo han prosperado, incrementando gradualmente sus conocimientos y experiencia en el uso de la magia y aumentando su apoyo político en todo el Imperio. A pesar de su tamaño relativamente pequeño, los colegios y sus órdenes asociadas se cuentan entre las grandes bases del poder imperial en la actualidad (aunque muy pocos se percatan de ello, ya que las órdenes procuran no llamar demasiado la atención).

Los colegios y sus órdenes poseen licencia exclusiva para practicar y estudiar magia en el Imperio, y protegen celosamente este derecho. Tienen tratados y contratos con nobles y poderosas casas mercantiles de todo el Imperio. A pesar de esto, los colegios siguen bajo el escrutinio del culto sigmarita y sus cazadores de brujas. El miedo y recelo de la magia sigue prevaleciendo en el Imperio, y con motivos. Muchas de las antiguas autoridades religiosas y civiles de las provincias imperiales sospechan en gran medida de las órdenes, cuando no las consideran una amenaza directa. Abundan las teorías sobre conspiraciones secretas.

Aunque Magnus no pretendió que los colegios produjeran hechiceros de batalla en masa, los hechizos más potentes que Teclis y Finreir habían enseñado a las incipientes órdenes de la Magia resultaban más útiles en combate. Pese a que los colegios, aun desde sus primeros días, contaban con una abundante panoplia de hechizos pueriles y menores para usos más generales, tardaron más de un siglo en acumular un espectro mayor de conocimientos arcanos.

Hechicero Luminoso por Radoslaw Gruszewicz

Hoy día los Colegios de la Magia tienen un radio de acción mucho más amplio, y sus intereses abarcan casi todos los rincones del Imperio, con iniciados, propiedades, bibliotecas, contratos y tratados, y en algunos casos incluso pequeños gremios y casas capitulares dispersos por toda la nación. El Emperador Karl Franz ha presidido y fomentado la expansión y éxito de los Colegios Imperiales, convirtiéndose en su más generoso y políticamente influyente abogado y protector. Como Emperador y Conde Elector de la provincia de Reikland, además de príncipe de la fabulosamente opulenta ciudad-estado de Altdorf, Karl Franz ha procurado fortalecer los lazos que lo unen a las diversas bases de poder situadas en su capital. Aunque desde luego no son tan poderosos como el culto de Sigmar, los Colegios de la Magia se han convertido en grandes potencias políticas por derecho propio, pese a estar directamente subordinadas a la autoridad del Emperador.

Los colegios se hallan supeditados al Emperador de tres formas. En primer lugar, existen dentro de las murallas de Altdorf (a excepción de la Hermandad Ámbar). Por tanto, los iniciados de los colegios son ciudadanos oficiales de la ciudad-estado y están sujetos a las leyes locales y al mandato de su príncipe, Karl Franz. La sede de la orden de los magister del Ghur se halla en las agrestes colinas Ámbar, más allá de Altdorf, lo que significa que son ciudadanos oficiales de Reikland y por tanto súbditos de Karl Franz en su calidad de Conde Elector de Reikland.

En segundo lugar, los colegios están vinculados por los Artículos de la Magia Imperial a profesar lealtad al Emperador, independientemente de donde éste resida (y en la actualidad, la corona imperial reposa firmemente sobre los príncipes de Altdorf). En tercer lugar, el Emperador concede a los colegios mayores donaciones monetarias que cualquier otro noble. Así que con contadas excepciones, su existencia continuada junto a los intereses que posean depende en cierta medida de la financiación imperial. Es por ello que cualquier colegio proporcionará a Karl Franz todo aquello que esté en su poder sin dudarlo ni cobrarle cada vez que le sea requerido, tanto por ser su deber como por conveniencia política.

Planetario por by yogh art Hechicero Celestial Imperio

Muchos de los demás Electores han protestado por el estrecho vínculo que hay entre el Emperador y los Colegios de la Magia, y a menudo están llenos de resentimiento por el tratamiento parcial que los colegios ofrecen al príncipe de Altdorf, aunque tampoco es que sus protestas tengan efecto alguno dentro de los muros de los colegios o para las herméticas órdenes que están al frente de los mismos.

Bajo el régimen del último Patriarca Supremo de las Órdenes de la Magia, Thyrus Gormann, se aplicó una sutil presión al colegio electoral del Imperio para que les permitieran a él y a los suyos emitir un voto para elegir a futuros emperadores. Todos los Electores se opusieron enérgicamente a esto, excepto Karl Franz, y la Anciana de la Asamblea, que se mantuvo razonablemente neutral en el asunto. Se da por sentado que el Patriarca Supremo casi siempre respaldaría al príncipe de Altdorf (que también es el Conde Elector de Reikland) con cualquier voto que tuviera permitido, lo cual, junto al suyo propio y al de los sigmaritas, le aseguraría cinco votos.

Thyrus Gormann Warhammer Online por Erik Polak

Los sigmaritas se opusieron a esto por cuestión de principios, y los demás Electores condenaron el asunto por la pasmosa ventaja que conferiría al Conde de Reikland en todas las elecciones. Aunque la Anciana de la Asamblea admitió que tal cosa desequilibraría el sistema electoral más aún en favor de Reikland, no vio diferencia alguna entre que el Patriarca tuviera un voto y el Gran Teogonista Sigmarita y sus dos archilectores de mayor categoría lo tuvieran, o incluso que el Ar-Ulric tuviese un voto. Pese a que la idea nunca se ha pretendido aplicar activamente, por las cortes provinciales de todo el Imperio siguen propagándose rumores y cotilleos al respecto.

Pese a que actualmente no ocupa un puesto en el sistema electoral del Imperio, el Patriarca Supremo de los Colegios de la Magia es el representante permanente de las órdenes en la corte imperial. Es el principal consejero del Emperador en todas las cuestiones mágicas, arcanas y en todo lo demás sobre lo que el Patriarca Supremo crea que es su deber asesorar.

Los Artículos de la Magia Imperial[]

Magísteres Imperiales[]

Hechicero Jade de Batalla del Imperio por Gergely Fejervary Warhammer Mark of Chaos

Para el hechicero ambicioso, no existe una mayor meta que ser admitido en uno de los Colegios de Magia Imperiales de Altdorf. A estos colegios, fundados por Teclis a petición de Magnus el Piadoso, se les llama a veces Colegios de Color, aunque habitualmente se les conoce como Colegios Imperiales. Es aquí donde acaban los más poderosos hechiceros, siempre que tengan la suficiente dedicación y lealtad hacia el Imperio.

Es raro encontrar practicantes de magia arcana cuerdos en el Viejo Mundo, sean del nivel que sean, más raro de lo que cabria esperar. Los pocos manipuladores cuerdos de los vientos de la magia suelen ser magísteres de las Órdenes de la Magia, pero incluso ellos son excéntricos y ciertamente extraños para la media ordinaria.

El título "magíster" se creó para evitar que los hechiceros se volvieran demasiado ricos por intervención de los burgomaestres. Básicamente son vasallos de su orden y por tanto no pueden llevar negocios ni poseer grandes propiedades. En vez de ello, el colegio de un magíster actúa como una baronía, y sus hechiceros están a su servicio. Sin embargo, con el paso de las generaciones se ha convertido también en un título honorífico, que sugiere que el individuo ha dominado un arte particularmente difícil (en este caso, el arte de la magia), y cuya cultura y posición los hace superiores a los demás en cierto sentido. El título también hace referencia a la posesión de una especie de licencia expedida por su colegio y orden que le permite practicar su arte y enseñárselo a otros. Todo el que porte el título de magister está considerado hermano pleno de la orden cuyo saber estudia y cuyas leyes obedece.

Hechicero de Batalla Imperial Sombras

A pesar de la respetabilidad de este título, los devotos de casi todas las religiones aceptables del Viejo Mundo siguen considerando la hechicería arcana o magia, tal y como se enseña por y a los magísteres imperiales, como algo peligroso, antinatural y blasfemo. De modo que aunque pocos se atreverían a hablar mal en voz alta de un magíster sancionado, son menos aún los que están dispuestos a compartir el mismo espacio con un magíster (si tienen elección).

No todos los magísteres tienen la obligación de quedarse en los edificios de los colegios en Altdorf. De hecho, la mayoría deben marcharse en busca de deberes y contratos a lo largo del Imperio. Muchos prefieren continuar sus estudios en otras partes, a veces en privado o dentro de uno de los gremios menores o bibliotecas de su orden dispersos por todo el Imperio. Algunos se convierten en estudiosos que visitan otros colegios. A los hechiceros se les permite visitar otros colegios, aunque deben recibir la autorización de los maestros de ambos colegios. Además, los practicantes mágicos que no sean hechiceros imperiales deben realizar el Juramento de Lealtad antes de entrar en un Colegio Imperial y los hechiceros de Color no reciben calurosas bienvenidas en otros Colegios de Color.

Otros magísteres son requeridos o invitados a las cortes de los Electores o de otros nobles, tal vez por convenio, por contrato comercial o por lazos familiares. En tales posiciones un magíster podría trabajar como consejero, emisario, asesores sobre seguridad mágica, protector domestico contra magia maligna, o incluso como mentor para la progenie a la que se han detectado aptitudes aethíricas. Algunos viajan por el Imperio u otras partes del mundo. Hay algunos que desaparecen y sólo se les ve una vez al año cuando regresan para pronunciar de nuevo su juramento.

Imperio Estrategia por Adrian Smith C as 2022

Cabe destacar que los contratos firmados por las Órdenes de la Magia son muy caros, por lo que sólo los mercaderes y nobles más adinerados pueden permitirse los servicios de un magíster (a no ser, claro, que el contratante sea miembro de su familia, un viejo amigo, o tenga alguna otra razón para ofrecerle un servicio gratis o con tarifa reducida). También hay magísteres que rechazan los grandes contratos comerciales, sobre todo entre las órdenes Jade y Ámbar. Los hechiceros ámbar suelen aceptar contratos menores con aldeas y alquerías con pagos que cubren tan sólo sus necesidades básicas. Algunos magísteres viajan por el Imperio o por el mundo en misiones para su orden o para el Emperador. Unos pocos desaparecen y sólo se les ve una o dos veces cada década (si es que se les llega a ver).

Existen algunos magísteres, los más peligrosos de su clase, que viven en una especie de destacamento permanente en un cuerpo militar (como la Reiksguard, por ejemplo), y que se entrenan con ellos en tácticas de batalla y estrategia bélica.

Hechiceros de Batalla[]

Hechizo Final por Tom Babbey Hechicero Brillante Imperio

Un puñado de hechiceros pasan parte de su adiestramiento asignados a un cuerpo militar imperial, alistados al regimiento de alguna ciudad famosa o incluso a un capítulo de caballeros templarios. Estos destacamentos no sólo permiten al magíster conocer a la gente y las organizaciones a las que pertenecerá, sino que también ayuda a que las clases oficiales de los ejércitos del Imperio se hagan una idea de las capacidades de los magísteres en combate, de modo que sus expectativas sobre lo que pueden hacer son razonables.

Durante este periodo, estos magísteres aprenden a integrar mejor su hechicería en un grupo numeroso de luchadores (una perspectiva muy distinta a librar un duelo individual contra otro magíster). Aprenden a convertirse en un “potenciador” de campo para los hombres, a ayudar en sus tareas de combate y a ofrecer apoyo mágico cuando sea requerido.

Hechicero de Batalla Imperio por Adrian Smith C as 2017

Los magísteres de mayor categoría y pericia que han estudiado más profusamente los secretos de la magia de batalla suelen ser llamados a filas para servir regularmente en el ejército del Emperador. Estos grandes magísteres son algo más que meros potenciadores, son fuerzas independientes por derecho propio. Aunque tratan de colaborar estrechamente con los ejércitos junto a los que marchan, siguen sin excepción sus propios antojos y metas en el combate. A pesar de que estos grandes magister no actúan en estricta concordancia con las tácticas de los oficiales del ejército, la asistencia de estos príncipes de entre los magísteres siempre es bienvenida (aunque también bastante temida).

Entre estos hechiceros dotados, existen unos pocos con nervios de acero y talento sin igual que son escogidos y preparados para convertirse en hechiceros de batalla, maestros de la "magia de batalla". Esta aproximación a la magia implica el uso de hechizos especialmente destructivos que sólo se permiten en el campo de batalla. Son excepcionalmente poderosos y pueden lanzar hechizos que convocan terribles huracanes, lluvias de fuego sobre los ejércitos, y algunos dicen que incluso pueden hacer que caigan estrellas del cielo para destruir a los enemigos del Emperador. El arte de la magia de batalla ha sido desarrollado para responder a la necesidad del Imperio de un apoyo mejorado contra las incursiones del Caos, y es uno de los secretos más celosamente guardados del Viejo Mundo.

Mago celestial Caravan Studio

Los hechiceros de batalla ocupan un lugar especial en los Colegios de la Magia y raras veces se les permite interactuar con la sociedad imperial. Abundan rumores sobre lo increíblemente poderosos y desquiciados que son, y sobre que se encierran en habitaciones forradas de plomo hasta que se les necesita. Independientemente de la mitología, los hechiceros de batalla son extremadamente raros y sus habilidades varían dependiendo de la lealtad a sus respectivos colegios. Aunque difieren en cuanto al tipo de hechizos destructivos que dominan, todos están uniformemente centrados y son capaces, leales y resueltos. ¿Quién más habría sido escogido para estudiar más que uno o dos hechizos de magia arcana de guerra, que permite al usuario matar con pocas palabras y convocar meteoritos con un gesto de su mano?.

Los magísteres que poseen los atributos y habilidades adecuadas han de profundizar más en el arte de la magia de batalla, por lo que aquellos que tienen más probabilidad de avanzar rápidamente y llegar lejos dentro de sus órdenes no sólo aprenderían a lanzar hechizos temibles y destructivos, sino que también tendrían que aprender a hacerlo sometidos a distracciones y a una gran presión para simular el caos del campo de batalla.

Magíster Negro[]

Portada Magia de Batalla por Dave Gallagher

El término “Magíster Negro” es el que usan las órdenes y los cazadores de brujas para describir a los magísteres que se han rebelado, han dado la espalda a los Artículos de la Magia Imperial o emplean conscientemente magia oscura (o todo a la vez). No es algo frecuente, pero hay algunos magísteres negros cuya infamia se ha extendido a todo el Imperio.

Los magísteres negros no tienen por qué haber abrazado a los dioses del Caos ni haber comenzado a estudiar las artes de la demonologia o la nigromancia. Lo único que hace falta es que deserten de su orden y se nieguen a practicar y respetar sus tradiciones, o que experimenten intencional y persistentemente con más de un viento de la magia a la vez. Estos actos alevosos granjearán al magíster la implacable hostilidad de su anterior orden.

Los magísteres negros saben y aceptan que han desobedecido los Artículos de la Magia y que han faltado a la fe de su orden. Desde su primer día de aprendiz les han enseñado que quebrantar los mandatos de su orden es el acto más terrible e ilegal posible, y que utilizar magia oscura es demencialmente peligroso. Estos actos van en contra del espíritu y el idioma de la ley, y carecen de toda moral. Por tanto, si un magíster da el raro y extraordinario paso de empezar a usar estas energías malignas, o bien abraza voluntariamente su nuevo título de magíster negro, o bien ha de rechazar absolutamente cualquier título.

Hechicero Brillante contra Mago del Caos

Sea cual sea el caso, los magísteres negros tienden a despreciar a sus antiguos camaradas y a tacharlos de estrechos de miras, necios descarriados que se contienen voluntariamente de explorar la verdadera naturaleza y poder de la magia. Estos renegados suelen ver con una crudeza aún mayor a los brujos y hechiceros vulgares autodidactas (o, al menos, no entrenados por un colegio), pues los consideran aficionados ignorantes y triviales que únicamente merecen el desprecio y la destrucción.

Los magísteres negros que no huyen de su orden para practicar sus peligrosas e ilegales artes en secreto han de ser los magísteres más sutiles y poderosos si son capaces de hacerlo sin ser descubiertos. Probablemente necesiten ayuda divina o demoníaca para ocultar su corrupción a sus iguales si residen en los edificios de sus colegios en Altdorf (como era el caso del más rastrero de todos los traidores, Egrimm van Horstmann).

Legitimación[]

Hechicero símbolos

No existe permiso escrito alguno que los magísteres imperiales autorizados deban portar. El hecho de que se les haya aceptado en una de las órdenes y hayan sido adiestrados por ella hasta para satisfacer los requisitos de los Artículos de la Magia Imperial. Hay diversos tatuajes, sellos, emblemas y artefactos significativos que los aprendices y magísteres de una orden deben lucir o llevar encima para denotar su pertenencia a su colegio y su orden; estos son prueba suficiente para las autoridades seglares y religiosas de todas las principales ciudades y pueblos, aunque no es probable que en las aldeas de zonas rurales se reconozcan tales mareas, emblemas y objetos.

Como los colegios se controlan y sustentan ellos mismos, les interesa tener documentados a todos sus miembros y asegurarse de que siguen siendo leales, que mantienen el contacto y que envían su aportación económica (el 10% de todas sus ganancias, a no ser que sean grandes magísteres) cada año al organismo más cercano, a la propiedad o representante de su orden. Estos fondos se destinan a la restauración de los edificios de los colegios, al mantenimiento y adiestramiento de los aprendices que viven en los colegios (y no a los magísteres que viven en cualquier otra parte), y a cubrir las demás tareas y objetivos no remunerados de los colegios por todo el Imperio.

En términos globales, un miembro de cualquiera de las ocho órdenes debe mantenerla informada de a dónde va y de lo que se dispone a hacer. Si entra en un pueblo o ciudad en el que haya un gremio o casa capitular perteneciente a su orden, o aunque tan sólo sea un magíster de la misma, se considera de buena educación y señal de debido respeto presentarse a uno mismo. Cada colegio posee medios místicos para seguir los movimientos de sus miembros, pero estos sistemas son todo un misterio para quienes son ajenos a ellos.

Practicantes de Magia Extranjeros[]

Dama de Hielo por Pat Loboyko

Los hechiceros legítimos de Kislev y demás regiones extranjeras que viajan por territorio imperial suponen un problema para las autoridades del Imperio. Los Artículos de la Magia Imperial no se aplican a magos extranjeros, pero las leyes regionales y religiosas sí. Como los cazadores de brujas sólo encuentran a quienes revelan sus capacidades mágicas o no pueden controlarlas, un hechicero extranjero podría pasar fácilmente desapercibido con tal de no lanzar ningún hechizo donde puedan verle.

Es preciso recordar que el uso de la magia está prohibido en el Imperio, independientemente de la persona o procedencia, a no ser que esté asociada a uno de los colegios y tenga un permiso especial de las autoridades religiosas y estatales (algo tan raro que casi nunca se ha tenido constancia de ello). Por suerte los vecinos y aliados más cercanos al Imperio no tienen la tradición de la hechicería ni magia arcana que se teme en el Imperio, de modo que por lo general se tolera a sus hechiceros. Por ejemplo, a pesar de su nombre, las autoridades y la tradición imperiales consideran a los magos de hielo de Kislev sacerdotes en lugar de hechiceros. Y lo mismo se aplica a las damiselas de La Dama bretonianas.

Warhammer carta Maestro Kwoh

Marienburgo es una excepción, ya que está exenta de la ley imperial y se sabe que sus burgomaestres han estimulado la experimentación mágica en los confines de su ciudad. Esto ha tenido resultados mixtos, desde vergonzosos bulos que han costado sumas considerables de dinero a los burgomaestres antes de ser descubiertos hasta espeluznantes fracasos en los que practicantes inexpertos dieron pie a posesiones demoníacas, incendios mágicos e incluso violentas y aterradoras actividades poltergeist. De hecho, aunque Marienburgo está considerada la más tolerante y cosmopolita de todas las ciudades y estados del Viejo Mundo, también se sabe que es una colmena de actividades de sectas ilegales. Espías y demás agentes de Bretonia, Tilea, Estalia y el Imperio operan por toda Marienburgo y sus inmediaciones, al igual que las Ordenes de la Magia, y a menudo colaboran para limitar la actividad de las sectas o para controlar el uso experto de la magia.

Los Colegios de la Magia ven con muy malos ojos que se practiquen tradiciones mágicas menores y más peligrosas tan cerca del núcleo de sus propias actividades. Se rumorea que cuentan con un gran número de agentes y magísteres exiliados en Marienburgo que actúan en secreto contra aspirantes a hechiceros que tratan de establecerse allí, para asegurarse de que estos hechiceros menores no reciban la protección y patrocinio de las adineradas clases mercantiles de la ciudad.

Otros Colegios de Magia[]

Hechicero tradicional Maestro

Los colegios que hemos descrito no son los únicos Colegios de magia de Batalla del Imperio, aunque son los únicos con posibilidades de ser conocidos fuera de su área inmediata. Algunas de las ciudades o pueblos de mayor tamaño del Imperio tienen algo parecido a un Gremio de Hechiceros. La mayoría están dirigidos por un hechicero que ha obtenido una concesión oficial para practicar la enseñanza, aunque a veces estos individuos consiguen los suficientes fondos para emplear a otros para que realicen el tedioso trabajo de enseñar a los estudiantes los conocimientos básicos.

Todos los colegios de magia de batalla de esta clase reciben una pequeña subvención del gobierno imperial y están sujetos a inspección dos veces por año para asegurarse de que se adaptan a las normas aprobadas oficialmente. Las instalaciones suelen ser muy básicas (un aula de enseñanza y una pequeña biblioteca que suele ser la colección personal del hechicero), las cuales pueden estar ubicadas en la propia casa del maestro.

Fuentes[]

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