"Infligir dolor no lo es todo, es lo único"
- —Hubris Rakarth
No se conoce una mayor rivalidad en el Viejo Mundo que la existente entre Jordell "El Ciclón" Brisafresca y Hubris "Castigador" Rakarth. Ambos iniciaron su carrera en Blood Bowl en la misma temporada, ambos fueron elegidos Mejor jugador elfo del año en la revista Actualidad élfica y ambos compartieron este galardón durante siete años consecutivos. Su rivalidad parece no menguar con el paso de los años (igual que la antigua enemistad entre Elfos Silvanos y Elfos Oscuros), avivada gracias a las numerosas confrontaciones dentro y fuera de los estadios de Blood Bowl de estos archienemigos. De hecho, la aversión que sienten el uno por el otro escapa a la comprensión de otras razas que no sean élficas.
Considerando esta antipatía mutua, sería extraordinario pensar que ambos pudieran jugar en el mismo equipo. Con todo, esta circunstancia ocurrió en la temporada del año 2499, cuando el equipo recién formado de los Desgarradores contrató a ambos jugadores. Los Desgarradores estaban patrocinados por el magnate del comercio marítimo élfico Frostspite Krane, que invirtió una buena parte de su fortuna en contratar a los mejores jugadores elfos de la liga para su equipo.
La verdad es que dice mucho del profesionalismo de estos jugadores el que no dejaran que sus sentimientos personales se interpusieran en su actuación en el estadio. Los Desgarradores, liderados por dos superestrellas, hicieron uno de los mejores inicios de temporada de un equipo recién formado.
Sin embargo, fuera del terreno de juego, las relaciones eran muy distintas. Ninguno de los dos quería entrenar con el otro y no soportaban verse una vez acabado el partido. Esto significaba que el resto de jugadores del equipo tenía que tomar parte en dos sesiones de entrenamiento diarias, una con Jordell y otra con Hubris. Además, cualquier señal de favoritismo ya fuera en salarios, preparativos de viajes, alojamientos o incluso en la decoración de los vestuarios (Jordell insistía en que hubiese inmensos arreglos florales y Hubris exigía que la habitación se pintase con símbolos mágicos arcanos) conducía a furiosas disputas y amenazas de dimisión. Pronto el rencor existente entre las dos estrellas empezó a afectar a la moral y a las actuaciones del resto del equipo y el récord establecido por los Desgarradores sufrió las consecuencias. Después de ganar los seis primeros partidos de liga, perdieron los doce siguientes.
Poco después del final de esta última derrota, una delegación de los Desgarradores compuesta por el cuadro técnico y el resto de jugadores dio un ultimátum a Frostspite Kane que básicamente se reducía a "o ellos o nosotros". Increíblemente, Frostspite optó por despedirlos a todos y conservar a Jordell y Hubris dada la reputación de ambos jugadores. Sin embargo, los tres partidos siguientes supusieron tres nuevas derrotas y entonces Kane recuperó el juicio. Volvió a contratar al antiguo equipo y despidió a Jordell y a Hubris. Desde entonces no han vuelto a jugar en el mismo equipo.
Después de que los Desgarradores los despidieran, Jordell y Hubris se convirtieron en jugadores independientes y ahora venden sus servicios a los equipos élficos que puedan pagar sus salarios exorbitantes. Su rivalidad sigue tan viva como antaño y los expertos en Blood Bowl discuten constantemente sobre cuál de los dos ganará el trofeo de Mejor jugador elfo del año por octava vez consecutiva.
¿Sabías que...?[]
Hasta que los Colegios de la Magia abolieron el uso de la magia en los terrenos de juego, Hubris Rakarth usaba en los partidos los poderes mágicos arcanos que había aprendido por su cuenta. En uno de ellos, se las arregló para convertir a toda la línea frontal del equipo de las Ratas de cloaca en ranas gigantes, pero su plan se vino abajo cuando comprobó que las ranas eran mejores jugadores que los originales. En otro partido, Hubris se lanzó un hechizo de crecimiento temporal que le hizo alcanzar casi tres metros de altura. En esta ocasión, Hubris jugó uno de sus mejores partidos en la liga, pero al finalizar se dio cuenta de que no sabía cómo lanzarse un contrahechizo. Desde aquel día, Hubris mide casi tres metros de altura y no ha vuelto a usar hechizos mágicos en el campo de juego
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