Kroxigores

Los Kroxigores son los primos gigantes de los Saurios, parecidos a cocodrilos gigantes. Son criaturas enormes, cuyos cuerpos consisten en trozos de duro músculo y nervio y una enorme mandíbula por la que sobresalen afilados dientes. Todo lo que queda atrapado por el poderoso mordisco de un Kroxigor se hace añicos rápidamente, ya que la bestia mueve su cabeza con movimientos violentos de derecha a izquierda. Cada uno de ellos está cubierto de manera natural por resistentes escamas, un duro cráneo y protrusiones óseas que protegen su encorvado lomo. Gozan de una excepcional resistencia y pueden sobrevivir a una veintena de ataques que matarían a una criatura menor. Completamente recto, un Kroxigor mide el doble que un guerrero Saurio. Se mueven en silencio, salvo por el pesado ruido de sus pasos. Cuando se enfurecen emiten el único sonido que pueden producir: un rugido que hiela la sangre que resuena por toda la jungla.

Descripción[]

Los Ancestrales los crearon como mano de obra para la construcción, y los Kroxigores son increíblemente fuertes, capaces de soportar cargas enormes y partir en dos a un hombre con la misma facilidad. Son unos de los sirvientes más poderosos de los Ancestrales, aunque nunca han querido ser mentalmente ágiles. Bajo la tutela de los capataces Eslizones, los Kroxigores realizaban las proezas de fuerza bruta, como acarrear y colocar los grandes bloques de piedra necesarios para construir los zigurats. Tal vez a causa de lo tedioso de sus tareas, los Kroxigores nunca poseyeron agilidad mental, pues su intelecto es todavía más limitado que el de los Saurios. Necesitan de la dirección de sus parientes más pequeños y obedecen sus órdenes instintivamente. No obstante, obedecen diligentemente las órdenes que reciben, lo que demuestra que son capaces de comprender muchas más cosas de lo que su brutal apariencia da a entender.

Aunque son pocos en número, los Kroxigores son devastadores en el campo de batalla. En la guerra, las unidades de Kroxigores son desatadas como tropas de choque para romper la línea de batalla enemiga y dejar a sus enemigos hechos jirones. Pocos adversarios pueden resistirse a la carga de un Kroxigor, y la mayoría de los guerreros se dispersa y huye en vez de enfrentarse a estos reptiles gigantes. Se estrellan contra los regimientos enemigos lanzando gritos espeluznantes y masacrando todo con lo que se cruzan con sus enormes armas, dejando un rastro de cuerpos rajados y cadáveres retorcidos.

Pero los Kroxigores no siempre luchan por su cuenta. Durante el combate, los asustadizos Eslizones tienden a agruparse en torno a ellos, embravecidos gracias a la aterradora energía e increíble fuerza de estos poderosos guerreros. Forman alrededor de las grandes patas del Kroxigor, que se alza sobre ellos. Los Kroxigores a su vez se ven atraídos por las masas de Eslizones, pues sus ruidos agudos y sus vivos movimientos les estimulan y alimentan su furia de combate. En la batalla esas formaciones son extraordinariamente efectivas, pues los Eslizones acribillan al enemigo con jabalinas envenenadas antes de cargar derechos al combate. Allí los Eslizones propinan innumerables golpes rápidos y su fragilidad se ve paliada en cierta medida por su gran compañero. A su vez, ellos están respaldados por la fuerza aplastante del vigoroso Kroxigor. Gracias a su tamaño, los Kroxigores pueden combatir por encima de los Eslizones que se interpongan ante ellos, y los reptiles gigantes acaban machacando a más enemigos de los que les corresponderían.

Aunque pueden despedazar a un hombre tan solo con sus manos, los Eslizones les dan armas a los Kroxigores para incrementar su capacidad destructora. Cada una de estas armas ornamentadas es más alta que un Saurio y se necesita una docena de Eslizones para levantarla. Los Kroxigores blanden estas gigantescas herramientas de muerte con facilidad sobre las cabezas de sus hermanos más pequeños y atacan al enemigo, siendo capaces de convertir a una criatura de tamaño humano en una mancha irreconocible de un solo golpe capaz de quebrar la piedra. Los Kroxigores a menudo llevan estas armas encadenadas a sus brazos, muñecas y cola para que no las suelten, ya que la manera más instintiva de combatir del Kroxigor es utilizando sus poderosas mandíbulas y sus enormes garras. Cuando cesa la lucha, no es raro que los Kroxigores se limiten a soltar las armas y proseguir con cualquier otra tarea que se les encomendase. No se les dio la capacidad de recordar detalles y por eso los Eslizones aseguran las armas al Króxigor usando cadenas de bronce. De ese modo, hasta la más olvidadiza de estas bestias llevará consigo su arma hasta la siguiente confrontación.

Son un desove infrecuente y no es normal que vean la luz más que unos pocos Kroxigores cada vez. Emergen de los mismos pozos de desove que los Eslizones, lo que también ayuda a explicar otro rasgo común a las dos especies. Igual que los Eslizones, los Kroxigores están como en casa dentro del agua, y pueden moverse velozmente en acuíferos o pantanos. Cuando descansan de sus deberes, los Kroxigores prefieren sumergirse en pozas, dejando visible solo parte de su cabeza. Así, además de refrescarse, puede que las bestias sorprendan a su próxima comida.