Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
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Bandera de Middenheim

La Historia de Middenheim está narrada por un gran número de fuentes diferentes. Hay manuscritos antiguos y académicos, mitos y leyendas (algunos de ellos en poemas épicos, otros conservados únicamente mediante la tradición oral), documentos del templo, etc. Sin duda, habrá una cuota razonable de datos falsos y de distorsión de hechos, dependiendo del autor de la fuente en cuestión —los documentos del Templo de Ulric apenas hacen mención de la humillación de su Sumo Sacerdote por parte de Magnus el Pío, por ejemplo, mientras que la versión Sigmariana dedica tres o cuatro tomos a este incidente apócrifo.

El Ulricsberg[]

Sacerdote de Taal por Stephen Tappin

Según la leyenda, Middenheim fue fundada por el mismo Dios Ulric, para ser el centro de su religión en el Viejo Mundo. Antaño, los hermanos Taal y Ulric fueron los más poderosos de todos los dioses. Todos los hombres les rendían culto. Y, sin embargo, Ulric estaba preocupado porque parecía que su hermano lo superaba en todo y así se lo hizo saber a Taal le preguntó qué podía hacer para satisfacer a su hermano y Ulric le contestó que deseaba tener un lugar, un dominio que le perteneciera exclusivamente a él

Taal reflexionó un poco sobre ellos y decidió acceder a la petición de su hermano menor. Le dio a Ulric una enorme roca rodeada totalmente de espesos bosques repletos de bestias. Ulric se quedó muy contento con el regalo. Tras dar las gracias a su hermano por su amabilidad, golpeó la roca con su puño y aplastó la cima, rompiendo la parte superior de la montaña y dejando una meseta de un kilómetro de lado. Ahí, dijo, sus fieles construirían un gran templo y una ciudad en la que siempre ardería una fogata y adonde los hombres acudirían desde todos los rincones del mundo para rendirle pleitesía.

Y así fue como la roca del Ulricsberg fue llamado en tiempos remotos el Faustschlag, denominación que todavía se emplea, que en la antigua lengua de los teutógenos significa el Golpe del Puño.

Los Teutógenos[]

Ritos de Ulric

Los primeros seres humanos en instalarse en la Fauschlag fueron los miembros de la tribu Teutógena, que remontan su historia a casi tres mil años, cuando eran una afiliación dispersa de clanes familiares. Muchos de ellos se asentaron en aldeas del bosque, mientras que otros deambulaban y recolectaban comida. Fueron acosados por Goblins y Hombres Bestia, pero comerciaban con los Elfos Silvanos de Laurelorn y con los enanos de las Montañas Centrales, y se unieron a ellos en contra de sus enemigos.

En tiempos de penuria, rezaban a Ulric, el más valiente e ingenioso de los dioses. Su sacerdocio deriva gran parte de su estructura y ritual de estos tiempos. Las guardias domésticas de influyentes sacerdotes y caciques establecieron tradiciones guerreras que aún perduran en la forma de la Orden del Lobo Blanco y la Guardia Teutógena. Estas élites guerreras usaban las pieles de lobos como traje de batalla ceremonial.

En el –200 CI, los Orcos y los Goblins arrasaron las Montañas Centrales y saquearon la fortaleza enana de Karak Kazarak. Este desastre fue providencial para los teutógenos, ya que los grupos de enanos supervivientes se fueron a vivir y trabajar con ellos.

La Fundación[]

Con la ayuda de un clan Enano vecino, los Teutógenos hicieron túneles a través de la roca y establecieron un asentamiento en la parte superior. La versión aceptada de la fundación de la ciudad procede del "Relato de Artur y el Santo Vendaval", un poema épico atribuido a un sabio tribal de la época de Sigmar. Fue Artur, Jefe de los Teutogenos, el primero que vio la gran cumbre rocosa que ahora alberga a la ciudad de Middenheim. La llamó Fauschlag pero no se sabe qué fue antes, si la leyenda o el nombre.

Unos 50 años antes de la coronación de Sigmar, Artur llevó a su tribu a través del bosque de Drakwald hasta la Fauschlag. La gran roca se encontraba a unos pocos kilómetros de las Montañas Centrales, y en la zona abundaba el hierro; y donde abunda el hierro, hay minas; y donde hay minas, hay comercio y riqueza; y todas esas cosas necesitan la protección de una fortaleza. El pueblo de Artur no eran constructores renombrados, pero los enanos de las Montañas Centrales habían sido obligados a dejar su antiguo hogar, y se ofrecieron a ayudar a los humanos a cambio de una parte de la protección que ofrecía el imponente pico.

Estos descubrieron que excavar el Fauschlag era rentable, ya que encontraron oro y joyas preciosas. Lo llamaron Torre de Grungni y le tenían mucho aprecio. En pocos meses, abrieron una ruta hasta la cima y erigieron un torreón de piedra.

Mineros enanos dibujo

Pasaron cien años antes de que terminaran la obra y apareciera la escarpada fortaleza sobre la meseta de Fauschlag. Pero en el año 60 del Imperio la fortaleza estaba finalizada, y así fue como los Teutógenos, los últimos nómadas de una nación guerrera, y la tribu que en tiempos rivalizó con la de Sigmar, llegaron finalmente a su hogar.

Middenheim, que así es como se conoció el asentamiento, fue una fuente de maravillas para estos pioneros. En la cima de la áspera meseta del Fauschlag había de aguas termales. Lo más extraño, sin embargo, era el gran pilar de llamas que salía de una grieta en la roca.

Aunque en la Fauschlag se encontraron unas cuantas vetas de oro, los enanos nunca pudieron regresar a las Montañas Centrales, y las esperadas minas no llegaron a establecerse. Muchos eran los buscadores de oro que organizaban expediciones optimistas en los primeros días del Imperio, pero pocos regresaban. Y los que lo hacían llegaban tambaleándose hasta la floreciente ciudad fortificada sin nada, salvo unas cuantas cicatrices y terribles relatos de ogros y trolls...

A medida que el asentamiento crecía, Artur trató de demostrar que era un jefe digno. Se enfrentó muchas veces a las amenazas contra su pueblo, saliendo a la cabeza de jinetes armados vestidos con pieles de lobo blanco.

La Llegada de Sigmar[]

Coronación de Sigmar

Hacia el final de su vida, Artur sufrió un cambio: su gallardía se convirtió en crueldad. Muchos afirman que le carcomían las heridas que recibió en su lucha contra Babrakkos el Liche. Se alzó en armas en contra de la tribu umberógena del sur, culpándoles de los trastornos causados por sus esfuerzos para librar sus tierras de los hombres bestia. Exigió reparaciones y envió partidas de guerra en incursiones contra el ganado.

Unos cincuenta años más tarde de que los Teutogenos empezaran a fundar su ciudad, un joven jefe de la vecina tribu Unberogen unió las tribus Humanas y sentó las bases para la nación que se convirtió en el Imperio. Su nombre era Sigmar Heldenhammer. Sigmar juró confederar todas las tribus que habitaban entre las Montañas Grises al oeste y las Montañas del Fin del Mundo al este.

Artur respondió con desprecio y cuando Sigmar finalmente llevó sus ejércitos a la base del Fauschlag, envió un representante para desafiarlo. Sin inmutarse, Sigmar escaló el Fauschlag y desafió a Artur a un combate singular ante la llama eterna. Desesperado, Artur empujó a su rival al fuego, pero las llamas vigorizaron a Sigmar en lugar de quemarlo. Rápidamente mató a Artur.

Los teutógenos aclamaron a Sigmar por haber recibido el favor Ulric y se sometieron a su gobierno. En pocos años, Sigmar había forjado su nación y el Ar-Ulric, una de las deidades más importantes de estas tribus de guerreros, viajó desde Middenheim hasta Reikdorf para coronarlo Emperador. El calendario moderno Imperial (CI) se inicia con la coronación de Sigmar.

Sigmar gobernó durante cincuenta años, antes de renunciar y abandonar el imperio que había fundado. Se dirigió hacia el este hacia el borde de las Montañas del Fin del Mundo, en el Paso del Fuego Negro se despidió del último de sus guardaespaldas, y emprendió su viaje solo. Desde entonces, no se supo más de él.


Semillas de la Discordia[]

En las décadas posteriores a la coronación de Sigmar, el culto de Ulric se formalizó. Las creencias tradicionales sobre la procedencia del Fauschlag y la fuente del fuego eterno se convirtieron en doctrina formal del culto. En el año 63 CI, el Ar-Ulric Wulcan, descendiente de Artur, recibió una visión de su Dios, dándole instrucciones para la construcción del Gran Templo de Ulric alrededor de la llama eterna, que fue completado en 113 CI, y ha sido el centro del culto de Ulric desde entonces. Las órdenes militares de los Caballeros del Lobo Blanco y la Guardia Teutógena fueron formalmente reconocidas.

Sacerdote Guerrero de Ulric

Al pasar los años, alrededor del año 100 CI, Sigmar llegó a ser venerado como un Dios de pleno derecho, y pronto la popularidad de su culto eclipsó a la de Ulric en gran parte del Imperio, convirtiendose en la deidad protectora de la nación. Ulric permaneció siendo una deidad popular, especialmente en Talabecland y las provincias del norte, donde el culto de Ulric siguió disfrutando de la influencia que había tenido antes de la deificación de Sigmar, pero la veneración creciente a Sigmar amenazó con eclipsar su gloria.

Era inevitable que este cambio causara resentimiento. Los sacerdotes de Ulric eran conscientes de la creciente necesidad de ganarse la aprobación sigmarita, y por lo general tenían cuidado con lo que decían en público. Pero los fanáticos ulricanos se quejaban de que Sigmar no era un dios de la categoría de Ulric, e incluso de que no era un verdadero dios. La tensión creció entre el culto de Ulric en Middenheim y el culto de Sigmar, con sede en la capital imperial de Altdorf, estallando en hostilidades abiertas más de una vez.

Afirmación de la Independencia[]

Con la finalización del Gran Templo en el 113 CI, la fortuna de Middenheim experimentó un impresionante ascenso. El comercio aumentó rápidamente, ya que los caminos se volvieron más seguros y fiables, y se convirtió en el centro de una gran encrucijada entre varias de las principales ciudades del Imperio.

El Graf Wulfgaeng comenzó una campaña para afirmar la importancia de la ciudad como entidad política independiente en el Imperio, y en el año 555 CI, Middenheim recibió una carta imperial que la reconocía como provincia.

Los Grafs de Middenheim se convirtieron en poderosos nobles, y cuando el sistema electoral se estableció para la elección de los emperadores, los Grafs no podían ser ignorados. En un momento, el Graf de Middenheim celebró dos votos electorales: uno como jefe de la ciudad-estado, y otro como el señor de Middenland, la provincia en la que se encuentra la ciudad. Durante largos siglos de disputas políticas y más de una guerra civil la soberanía de Middenland entraba y salían de las manos de lo Grafs de Middenheim.

El Señor de la Muerte de Middenheim[]

En el año 1207 CI Dieter Helsnicht huyó de Middenheim, apenas escapando con vida. Había sido descubierto merodeando de noche por el parque de Morr para llevar a cabo viles ritos nigrománticos. Dieter se rebautizó a sí mismo como el ‘Señor de la Muerte de Middenheim’, vagó por los bosques y finalmente se estableció en una vieja fortaleza en ruinas escondida en el Bosque de las Sombras. A salvo de la persecución, formó un ejército y, en pocos años, los esqueléticos asaltantes del Señor de la Muerte acosaron a los aldeanos que tenían sus hogares en los aledaños del bosque.

En 1244, las fuerzas del nigromante quedaron acorraladas en la Batalla de Beeckerhoven. Dieter, que había atado a su voluntad a una monstruosa mantícora alada, pudo escapar de la carnicería. Han pasado más de mil años desde que se le vio por última vez, pero la leyenda popular sugiere que el Señor de la Muerte sigue rondando por las profundidades del bosque.

El reinado de los emperadores lobo[]

En el año 1359 CI, el Gran Duque de Stirland fue elegido Emperador y aplicó un impuesto al culto de Ulric. Esto indignó a la Gran Duquesa Otilla de Talabecland, que conspiró con el Ar-Ulric para vengarse. Al año siguiente se declaró Emperatriz sin el apoyo de los electores y prohibió el culto a Sigmar, afirmando que Sigmar era un simple mortal cuyo gobierno había sido bendecido por Ulric.

El Graf Heinrich de Middenheim condenó a Otilla, pero el Ar-Ulric, en un sermón pronunciado en el Gran Templo de Middenheim, alabó su firme posición. Los dos hombres discutieron, causando la división entre los líderes seculares y religiosos de la ciudad. El Ar-Ulric, sus sacerdotes principales y una amplia compañía de Caballeros del Lobo Blanco se fueron de Middenheim a Talabheim.

El Imperio estaba dividido. El Graf Heinrich seguía siendo leal al sistema de electores, pero muchos de sus súbditos le instaron a seguir el ejemplo de Otilla. Se produjo una prolongada guerra civil, en la que Middenheim demostró a menudo ser una influencia moderadora. La ciudad siguió venerando a Ulric, pero también se mantuvo leal a los electores. Eso hizo que encontrara amigos tanto en la facción ‘otillana’ como en el resto del Imperio.

Con los Caballeros del Lobo Blanco concentrados en Talabheim, el Graf buscó una alternativa. Tras las cruzadas contra Arabia, la noble familia Todbringer ayudó a abrir una sala capitular de la Orden de los Caballeros Pantera en la ciudad. Pronto los Caballeros Pantera de Middenheim llegaron a rivalizar con los Caballeros del Lobo Blanco, tanto en número como en poder.

En el año 1547 se celebraron elecciones en Altdorf. El Graf Siegfried el Significante (que también fue el Gran Duque de Middenland, en el momento) hizo una oferta por el trono imperial a sí mismo, pero fue rechazada por escaso margen. Argumentó que tenía el apoyo necesario, pero fue amenazado cuando trató de emitir su voto. El Graf, no sin dificultades, evitó los actos de violencia y huyó de vuelta a Middenheim.

En su cólera, Siegfried declaró que las elecciones eran una farsa, y que él era el emperador por derecho, así que se autoproclamó el primero de los Emperadores Lobo, sin tener que rendir cuentas a nadie por el mando de sus dominios, lo cual provoco que el Imperio se viese fracturado por pretendientes al trono imperial. Así comenzó el período de la historia conocida por los historiadores Imperiales como la ‘Era de los Tres Emperadores’, de forma algo engañosa ya que el número de "Emperadores" varió con el tiempo.

Los Emperadores Lobo gobernaron vastos dominios, pero aparte de Middenheim, gran parte de su territorio era salvaje y pobre. Sin embargo, tenían un gran poderío militar, reforzado por dos de las mejores órdenes de caballería del Imperio.

Un azote sin vida[]

Las Guerras de los Condes Vampiro comenzaron cuando Vlad von Carstein de Sylvania envió a sus ejércitos a saquear Ostermark y Talabecland. En Middenheim recibieron noticias afirmando que los ejércitos de Vlad incluían regimientos de horrores muertos vivientes, pero aun así los habitantes de la ciudad lo consideraron un problema extranjero. Tal era la falta de cortesía entre las antiguas provincias del Imperio que los habitantes de Middenheim estaban dispuestos a ignorar a los ejércitos de Vlad siempre que no cruzaran el Talabec.

Vlad finalmente consideró que las tierras del norte estaban listas para ser conquistadas y cruzó el río en 2025 CI. Middenheim se apresuró a responder a esta provocación, y sus ejércitos se enfrentaron a Vlad en la Batalla de Schwarthafen. El resultado fue una victoria decisiva para las fuerzas de Middenheim. Jerek Kruger, gran maestre de los Caballeros del Lobo Blanco, abatió a Vlad. Los soldados vivos de Vlad huyeron del campo de batalla en desbandada, mientras que sus regimientos esqueléticos se desmoronaron en montones de huesos enmohecidos.

Gracias a la magia revitalizadora del Anillo de los von Carstein, Vlad no permaneció muerto. Al año siguiente, Jerek desapareció, volviendo luego como parte del recién creado ejército de muertos vivientes de Vlad. Vlad siguió asediando Altdorf y murió (otra vez) a manos del Gran Teogonista después ser traicionado por su heredero vampírico, Mannfred von Carstein. Middenheim se vio envuelta en las continuas Guerras de los Vampiros hasta 2145 CI, cuando los ejércitos de muchas de las provincias del antiguo Imperio dejaron de lado sus disputas para enfrentarse a Manfred y destruirle.

La Guerra de los Hechiceros[]

Desde la antigüedad, los teutógenos han tratado a los usuarios de la magia con tolerancia. Incluso durante la época anterior a Magnus, cuando los hechiceros eran perseguidos en gran parte del Imperio, Middenheim contaba con un Gremio de Hechiceros.

Los Cazadores de Brujas sigmaritas condenaron a Middenheim por esta actitud laxa, y se preguntaron si la ciudad sería un refugio para el culto al Caos y la nigromancia. Los hechiceros de Middenheim sabían que si no cazaban a los practicantes de la magia oscura, los Cazadores de Brujas tratarían de emprender una persecución.

En 1979 CI, los hechiceros de Middenheim anunciaron que demostrarían que la ciudad estaba libre de brujas y comenzaron a investigar los rumores de prácticas mágicas poco éticas. Para su horror, se vieron obligados a admitir que las consecuencias de que en Middenheim fueran tan abiertos de mente no eran del todo positivas. Realmente había nigromantes y hechiceros del Caos establecidos en la ciudad. El conflicto resultante se denominó la Guerra de los Hechiceros.

Afortunadamente, la Guerra de los Hechiceros se limitó a una serie de escaramuzas clandestinas, y la mayoría de los practicantes de la magia oscura que se habían escondido en la ciudad prefirieron huir antes que luchar. Sin embargo, los brotes de actividad de muertos vivientes y manifestaciones demoníacas asolaron los callejones y sótanos de Middenheim.

Un Imperio Dividido[]

Magnus el Piadoso por Adrian Smith

El Imperio finalmente se desintegró en el año 1979 CI, abandonando el sistema electoral y quedando fragmentado durante ocho largos siglos. Los cultos del Caos proliferaron sin control, Goblins y criaturas peores infectaban los bosques, y parecía como si los días de gloria perteneciesen al pasado. Los líderes de Middenheim seguían llamándose a sí mismos ‘Emperadores Lobo’, pero el poco prestigio que tenía ese título finalmente se desvaneció. Ahora, todos los gobernantes provinciales del antiguo Imperio tenían un cargo similar.

Para empeorar las cosas, en el año 2303, los habitantes de los Desiertos del Caos del Norte, tentados por la debilidad del antiguo Imperio, formaron una temible horda y avanzaron sobre Kislev, arrasándolo todo a su paso y amenazando las tierras del Imperio. Parecía que el Imperio estaba condenado y con el, posiblemente todo el Viejo Mundo.

En Nuln, un joven noble conocido como Magnus el Piadoso reunido un ejército para resistir a las fuerzas del Caos. En el escudo lleva el signo de una doble cola de cometa el mismo cometa que presagiaba el nacimiento de Sigmar dos milenios antes, según la tradición y en el nombre del fundador y deidad patrona del Imperio, llamó a la unidad frente a este enemigo común.

Cuando llegaron noticias a Middenheim de que Magnus el Piadoso estaba reuniendo fuerzas para liberar Kislev, fue inicialmente visto con suspicacia al ser seguidor de Sigmar, y pocos lo tomaron en serio. El Ar-Ulric fue particularmente mordaz. Llamó a Magnus vanidoso y se burló de aquellos que lo veían como un salvador sigmarita, e incluso encargando a sus agentes que difundieran el rumor de que Magnus era en realidad un esclavo de los Poderes Ruinosos, empeñado en la destrucción del Imperio desde dentro.

Magnus entró en Middenheim en secreto, y en el Templo de Ulric se enfrentó al Ar-Ulric mismo, quien lo denunció como fraude y blasfemo. En el corazón del templo ardía la llama eterna, se cuenta que la primera chispa se encendió gracias al golpe del puño de Ulric en la roca de la Fauschlag, cuando destrozo la montaña. Muchos Poderes divinos se atribuyeron a esta llama. Se dijo que mientras ardiese, la ciudad del Lobo Blanco gozaría de la protección Ulric, y nunca se podía ser vencida. También se cree mayoritariamente que la llama no puede quemar a alguien que esté favorecido por Ulric.

Para consternación del Ar-Ulric y sus seguidores, Magnus se quitó el manto y caminó hacia la llama eterna, afirmando que si realmente era un hereje, el fuego lo consumiría. Como Sigmar antes que él, Magnus entró en la llama, permaneciendo de pie inmune al fuego y salió ileso.

Warhammer invasion middenheim by John Taillon

Las noticias del milagro se extendió como un reguero de pólvora. El Ar-Ulric murmuró excusas, pero el pueblo aclamó a Magnus como héroe. Magnus marchó a Kislev y muchos middenheimers se unieron a su cruzada, haciendo retroceder a las hordas del Caos. La victoria recordó a la gente el poder del Imperio cuando está unificado bajo un fuerte liderazgo, y Magnus fue la elección obvia para convertirse en Emperador de un Imperio unificado un año después.

La magnanimidad de Magnus fue tal que, una vez coronado, restableció los privilegios electorales del Ar-Ulric. A la vez, los sigmaritas se regocijaron de que un poder electoral similar fuera concedido a nada menos que a tres de sus altos clérigos, y llegaron a referirse a la escena en el Gran Templo como ‘La vergüenza del Ar-Ulric’.

Los Estragos del Rey Goblin[]

Se dice que Grom el Panzudo había consumido carne cruda de troll, y que eso le otorgó su asombrosa resistencia y belicosidad. Habiendo subyugado a numerosos señores de la guerra goblins menores bajo su bota, el corpulento Grom lanzó una campaña de destrucción contra el Imperio. En poco tiempo sus hordas llegaron a asaltar Middenheim, y un enorme mar de rencorosos pieles verdes se atrincheró alrededor de la base del Fauschlag.

Despreciando la capacidad de los goblins para asaltar la ciudad, el Graf se limitó a ordenar a los middenheimers que alzaran los puentes levadizos y esperaran a que se fueran en busca de un botín más fácil, pero no tuvo en cuenta los decididos esfuerzos de los goblins por infiltrarse en los túneles que atraviesan el Fauschlag. Aunque muchos perdieron el rumbo (y la vida) en la ciudad subterránea, un número suficiente consiguió llegar a Middenheim para presionar a los defensores.

Tras una dura lucha, la horda de goblins fue repelida y Grom los condujo hacia el norte. Middenheim sufrió graves daños debido al enfrentamiento, incluyendo la destrucción el tejado del Gran Templo de Ulric. A muchos middenheimers les gusta presumir de que su ciudad ha permanecido inexpugnable a lo largo de los años, pero, aunque Grom no llegó a conquistar Middenheim, sí estuvo a punto de romper sus defensas.

La ciudad de hoy[]

En la actualidad, Middenheim se ha recuperado de los estragos de la hambruna, las enfermedades y la guerra, y es el hogar de casi cuarenta mil almas. En algunos lugares, la ciudad está tan densamente poblada que las hileras de edificios se apilan unas sobre otras, y donde estos barrios abarrotados se agolpan a las laderas de la roca, las estructuras se tambalean precariamente contra el espacio vacío o incluso descienden por las caras de los acantilados. Los estrechos callejones de Middenheim son mundialmente conocidos por su complejidad laberíntica y, en algunos sitios, un camino se cruza con otro inferior excavado en la gris roca del Fauschlag.

La ciudad está menos abarrotada en el norte, donde se encuentran las residencias de clase más alta entre jardines verdes y monumentos majestuosos. Si bien estas zonas no sufren el ajetreo del resto de la ciudad, la sensación de las mansiones es de una compacta funcionalidad en comparación con las que se encuentran en otras partes del Imperio. Aquí la guardia de la ciudad patrulla las amplias avenidas, vestida con uniformes azules de tela cortada y empuñando alabardas de hoja ancha.

Bajo las calles de la ciudad todavía existe la Subciudad, formada por los túneles y minas que los enanos excavaron a lo largo del Fauschlag desde los días de Artur. Ahora los túneles están oficialmente sellados, según dicen los enanos, pero se han reabierto en muchos lugares por algún motivo. Aquí pueden encontrarse refugios secretos de delincuentes y sectarios. Los combatientes de los túneles enanos salen regularmente a cartografiar la Subciudad y se enfrentan a los enemigos que encuentran, aunque la complejidad de la tarea hace que sea imposible completarla.

Aun así, Middenheim conserva su reputación como una de las grandes ciudades más seguras y civilizadas del Imperio. El Graf Boris, como sus antepasados Todbringer, goza de buena reputación en su casa y en el extranjero. Aunque es un orgulloso seguidor de Ulric, está firmemente comprometido con la estabilidad y seguridad del Imperio en su conjunto, y desconfía de aquellos que quieren deshonrar el nombre de Sigmar. Su palabra es ley dentro de las murallas de la ciudad, mientras que en el exterior los nobles menores se preocupan por ganarse su favor.

Establecimiento de la hegemonía...[]

La relación entre Middenheim y Middenland es de una complejidad fluida, con Middenheim ejerciendo una influencia constante sobre la provincia, pero sin ganarse nunca totalmente el corazón y la mente de sus habitantes. Las tensiones entre los cultos de Ulric y Sigmar influyen decisivamente en la situación. La población rural de Middenland puede respetar a Ulric como inspiración a nivel personal, pero es mejor afrontar la amenaza diaria de los hombres bestia y de los goblins con los valores sigmaritas de cooperación y vigilancia contra el Caos.

Así, mientras Middenland sigue siendo un lugar muy ulricano, existen enclaves de sigmaritas, y la capital de Carroburgo tiene tanto en común con sus vecinos cercanos, las ciudades de Reikland, como con Middenheim. Los gobernantes von Bildhofen de Middenland también hacen hincapié en las obvias conexiones entre su venerado antepasado Magnus el Piadoso y Sigmar.

El Graf Boris Todbringer ha mantenido sabiamente su mano oculta cuando se trata de cualquier indicio de ambición por gobernar Middenland como los graf de antaño, pero ha proyectado el poder militar en la provincia. Compañías de caballeros de Middenheim se adentran en el Drakwald bajo el pretexto de desafiar la creciente amenaza de los hombres bestia. Aunque los habitantes de Middenland suelen estar contentos de recibirlos, circulan rumores de que los Caballeros del Lobo Blanco han perseguido a comunidades sigmaritas aisladas. El Conde Leopold von Bildhofen se encuentra cada vez más dividido entre la necesidad de hacer valer los derechos de los sigmaritas y su propio fracaso en la lucha contra las hordas de hombres bestia del Drakwald sin la ayuda de Middenheim.

...y disminución de la influencia[]

Hasta hace poco, la situación de la gestión de Middenheim en Nordland había gozado de una estabilidad inquebrantable. Los habitantes de Nordland podían quejarse de estar bajo el yugo de los graf, pero ellos a su vez habían gobernado la provincia sabiamente y se hablaba poco de una rebelión seria.

En la última década, el estado de ánimo ha cambiado debido a las tensiones durante la Batalla de la Ruina del Señor de la Muerte. Este acontecimiento debe su nombre a una taberna de Salzenmund que tuvo la mala suerte de actuar como cuartel improvisado de regimientos de tropas estatales de Middenheim y Nordland. Los soldados, aburridos y borrachos, empezaron a pelearse. Al terminar el conflicto, 18 de los hombres del Graf habían muerto, junto con 20 soldados de Nordland y varios civiles.

Anika-Elise de la familia Nikse de Salzenmund, la segunda esposa del Graf Boris, le prometió que Nordland aceptaría la responsabilidad del suceso siempre y cuando exigiera solo una pequeña compensación. Así que los Nikse y los Todbringer dejaron de lado el asunto y lo consideraron olvidado. Pero otra familia noble, los ambiciosos Gausser de Salzenmund, no se conformaron con quedarse callados. Como resultado de su denuncia de la injusticia, se convirtieron en los cabecillas de una creciente tendencia separatista dentro de la clase política de Salzenmund.

La Tormenta del Caos[]

Logo Tormenta del Caos
El trasfondo que puedes leer en esta sección o artículo se basa en la campaña mundial de La Tormenta del Caos, que ha sido sustituida por la de El Fin de los Tiempos.
Despellejador adrian smith

En los últimos meses una amenaza mortal se conjuró en los Desiertos del Caos en lejano norte que iba a poner en peligro no sólo Middenheim, sino también el Imperio y la totalidad del Viejo Mundo. Un gran campeón del Caos ganó prestigio, con el nombre de Archaon, Señor del Fin de los Tiempos.

La naturaleza del caos es tal, que sólo un líder muy fuerte puede traer la unidad suficiente para comandar una gran fuerza; Archaon era ese líder. Bajo la bandera del Caos Absoluto, reunió una horda de guerreros del Caos, Hombres Bestia, demonios y criaturas, incluidos los contingentes leales a las cuatro grandes deidades del Caos: el Dios de la Sangre Khorne, Slaanesh el Príncipe del placer, Tzeentch el que cambia las cosas y Nurgle el Dios de la Pestilencia. Esta fuerza (la más grande en salir de los desiertos en más de 200 años) invadió de forma rápida y sin piedad la nación de Kislev y el norte del Imperio.

Archaon sabía que no podía dejar la ciudad-fortaleza de Middenheim en pie. Él y sus lugartenientes convergieron en la ciudad desde el norte, este y oeste, devastando a su paso los campos y convirtiendo los pueblos y castillos en ruinas. El cuerpo principal del ejército imperial, con la ayuda de sus aliados Enanos y Elfos, hostigaron a las fuerzas del Caos en cuanto llegaron. Fueron dirigidos por el mismo emperador, junto con el Gran Teogonista del culto a Sigmar, e incluyó a un guerrero notable llamado Valten, sobre el que se decía que era el mismísimo Sigmar que había vuelto para salvar su Imperio. A pesar de los furiosos combates, fueron incapaces de impedir que las fuerzas de Archaon se uniesen y rodeasen la ciudad del Lobo Blanco.

Nordlanders by undermound

Hombres Bestia (muchos de los descendientes de aquellos que habían acompañado a la incursión del Caos de hace dos siglos) brotaron de sus escondites en el Drakwald y otros lugares desolados, acosaron a las fuerzas imperiales y llegaron a Middenheim desde el sur. Por medio de alguna negociación corrupta, Archaon se había asegurado la lealtad de los Skavens del Clan Eshin, y los Hombres Rata se propagaron por los túneles y cavernas de las entrañas de la ciudad. Dentro de la propia ciudad, los cultos de adoradores del Caos salieron de sus escondites para sabotear las defensas y extender la alarma entre los habitantes.

El asedio de Middenheim duró quince días. Una y otra vez las fuerzas del Caos se lanzaron contra las paredes y puertas de la ciudad. Los atacantes y defensores murieron a millares. Los habitantes de Middenland se vieron reforzados por varios aliados, incluyendo Elfos, Enanos, kossars refugiados de Kislev, y los caballeros andantes de la vecina Bretonia, y las defensas naturales de la ciudad ayudaron también. Durante más de una semana, ninguna de las partes fue capaz de obtener una ventaja significativa. Los combates se concentraron en las cuatro grandes calzadas elevadas que actúan de puertas de la ciudad, aunque hubo algunas duras luchas contra los infiltrados Skaven que aparecieron del suelo.

Un deslizamiento de tierra desgarró la muralla norte, pero la brecha aún estaba protegida por varias decenas de metros de acantilado vertical, y las fuerzas de Archaon no pudieron sacar provecho de esta oportunidad. Por fin, con la noticia de que el Emperador Karl Franz y Valten, el Elegido de Sigmar, se acercaban desde el sur y el este, los atacantes levantaron el asedio. Algunos se movieron dirección sur hacia las profundidades del Drakwald y el este a lo largo de la carretera de Talabheim para hacer frente a esta nueva amenaza, mientras otros se retiraron hacia el norte al interior de las Montañas Centrales.

Despues del Asedio[]

Muralla Middenheim

Las fuerzas de combate de Middenheim persiguieron a los atacantes mientras se retiraban. El Graf Boris Todbringer condujo a sus caballeros pantera desde la ciudad, junto con el Sumo Sacerdote Ar-Ulric, acompañado por los Templarios del Lobo Blanco y la élite de la Guardia Teutógena. Cada uno dejó un suplente para gobernar en su lugar: Graf Boris le dio el mando militar de la ciudad al Comandante de la Guardia Ulrich Schutzmann, mientras que Ar-Ulric nombró como sustituto al Sumo Sacerdote Claus Liebnitz para controlar temporalmente el templo y el culto de Ulric.

El asedio ha dejado su huella en Middenheim, tanto dentro como fuera de los muros. Ha dejado en ruinas muchos de sus magníficos edificios y las murallas devastadas por los cañones, el fuego y la magia. Los cuatro grandes caminos elevados quedaron cubiertos de cadáveres de defensores e invasores por igual, ya han sido retirados, pero las calzadas siguen estando llenas de agujeros y grietas por la batalla. Las puertas y las paredes muestran signos de los intensos combates y las poderosas magias que acompañaron el asedio, especialmente las puertas orientales que fue por donde Archaon casi logró entrar. Muchas de las torres de la ciudad están seriamente dañadas por los ataques de los dragones del Caos y otros atacantes aéreos.

El gran cañón de Middenheim por Rick Sardinha

En la Subciudad de la ciudad, muchos túneles se han derrumbado, algunos se hundieron durante los combates, y los defensores destruyeron otros como precaución contra los ataques Skaven. Las manos de gancho de los despellejadores cuelgan por docenas de las paredes y acantilados, clavados, donde murieron por el fuego de los defensores. Las reparaciones están en marcha, pero pasarán meses (sino años) antes de que Middenheim recobre su antigua gloria.

En la actualidad Middenheim se encuentra en una especie de paradoja. Está a la vez, más hacinada y menos concurrida que de costumbre. El hacinamiento se debe al gran número de refugiados que buscaron refugio tras sus paredes cuando las fuerzas del Caos se acercaban. Los que pueden se alojan con familiares, otros en las posadas de la ciudad si tienen los medios y si no los tienen duermen en las calles o en chabolas precarias. Sin embargo, a pesar de este aumento de la población, Middenheim se desarrolla más lentamente que antes del asedio.

Martillo Ulric

La principal razón de esto es que el Graf, junto con la mayoría de la nobleza masculina y el ejército permanente, están lejos acabando con los restos de las fuerzas de Archaon. Junto con él han ido los Caballeros Pantera, el Sumo Sacerdote Ar-Ulric, junto con los Templarios del Lobo Blanco y la Guardia de élite Teutógena y muchos de los hechiceros más poderosos de la ciudad. El Graf ha nombrado al Comandante de la Guardia de la Ciudad para mantener la paz y la ley en su ausencia, y los otros han dejado sus negocios en manos de sustitutos, pero poco se está haciendo en su ausencia, excepto por los esfuerzos para reparar los daños causados por el asedio. Hay una clara sensación de que la vida todavía no ha vuelto a la normalidad y sólo lo hará una vez que el Graf y el ejército regresen.

Los alimentos frescos escasean debido a que muchos campesinos aún están en la ciudad, dado que sus granjas fueron devastadas por Archaon y sus seguidores. Nadie sabe qué tipo de cosecha, (si las hubiera) llegará de las granjas y campos de Middenland este año, o cómo la gente sobrevivirá el invierno sin ninguna comida almacenada. El Señor Ulric quizás sea misericordioso este año, alejando sus heladas de los cultivos y sus lobos de los rebaños. Seguramente sabe lo que su pueblo ha sufrido.

Fuentes[]

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