Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
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Ulric
Símbolo de Ulric - Middenheim, Ciudad del Lobo Blanco

Detalles
Sede del culto Middenheim
Líder del culto Ar-Ulric Emil Valgeir
Principales órdenes Orden del Lobo Aullante, Orden de los Caballeros del Lobo Blanco
Principales festividades Fin de Campaña (Fin de los Brotes), Hochwinter (Plenitud Mundial), Inicio de Campaña (Primeros Brotes)
Libros sagrados Liber Lupus, Teutognengeschichte, El Credo de Ulric
Símbolos sagrados El lobo blanco

Ulric es el Dios de los lobos, la guerra y el invierno. Mucho antes de que el Imperio fuese fundado por Sigmar, era adorado por los habitantes y guerreros del Viejo Mundo. Ulric es con mucho el dios más iracundo de los seres humanos, pero al mismo tiempo el que más encarna el coraje, fuerza y poder. En el panteón de los dioses antiguos él es el hermano de Taal. Él es adorado principalmente en el norte del Imperio, en las provincias de Nordland, Ostland y, sobre todo Middenland y la ciudad de Middenheim.

Los adoradores de Ulric preservan el espíritu y las tradiciones de sus antepasados pre-Imperiales, y la dirección del culto de Ulric es capaz de rastrear sus raíces en más de tres milenios de antigüedad.

Ulric[]

Según el Liber Lupus (Libro del Lobo), el culto de Ulric es una de las religiones humanas más antiguas del Viejo Mundo. Se dice que, hace miles de años, Ulric condujo a una tribu humana hasta una extensa región boscosa. La tribu, a la que la mayoría de los eruditos modernos conocen como los teutógenos, era salvaje y primitiva, y masacró a la población indígena de aquellos bosques para demostrar su valía. Los sanguinarios tribales se dispersaron rápidamente por los bosques, llevando a cabo numerosas matanzas durante varias generaciones, exaltando a su dios con cada víctima.

Sacerdote de Ulric - La Vida de Sigmar

Tras innumerables años de guerras y conquistas, Ulric guio a su pueblo hasta una elevada montaña de cima plana, oculta en el rincón más profundo del gélido norte. Para iluminar su camino el dios golpeó la montaña con su puño, y una ardiente llama plateada brotó de ella. Los teutógenos siguieron aquel fulgor ultraterreno, hasta que llegaron en pleno invierno a la base de la montaña sagrada. Pero aquel lugar era el terreno de caza de varios lobos blancos, cuyos aullidos helaron la sangre de los humanos que habían invadido su territorio. Los miembros de la tribu, ateridos y fatigados por su largo viaje, alzaron sus armas y les devolvieron el grito, pues no estaban dispuestos a retroceder por muy cansados o doloridos que estuvieran. Ulric, complacido por esto, los envolvió a todos con una brillante luz blanca que asustó y ahuyentó a los lobos. Los teutógenos, maravillados por la santidad del lugar, juraron inmediatamente construir el mayor de los templos y adorar por siempre a Ulric, su Dios del Invierno, la Guerra y los Lobos.

Decenas de siglos después, el frío fuego de las montañas aún arde con furiosa llama blanco-azulada, pero ahora permanece oculto a la vista en el interior del inmenso templo ulricano construido hace ya tanto tiempo. Se conoce como la Llama Eterna, y es de extrema importancia para el culto; acuden peregrinos de todas partes para contemplada. Muchos creen que Middenheim, la gran capital que rodea el templo, jamás caerá mientras la llama ancestral continúe ardiendo, y el fracaso del reciente asedio durante la Tormenta del Caos no ha hecho más que reforzar esta creencia. Después de todo Valten, la reencarnación de Sigmar, desapareció al final de la guerra, y sin embargo la Llama Eterna continúa ardiendo, y siempre lo hará.

Símbolos[]

Símbolo de Ulric

El símbolo de Ulric es el Lobo. Muchos de sus seguidores llevan medallones en forma de cabeza de lobo, usando el mismo diseño para decorar sus armas y ar­maduras. Algunos llevan capas de piel de lobo.

Los Clérigos de Ulric llevan túnicas negras ribeteadas con piel de lobo y adornadas con el símbolo de La cabeza de lobo en blanco sobre el pecho.

El Culto[]

El culto de Ulric lleva siglos sufriendo una recesión. Tan sólo en Middenland, el hogar ancestral de los teutógenos, es donde Ulric ha logrado conservar su supremacía, aunque la mayoría de las comunidades del norte todavía honran a esta deidad En el pasado, el culto fue el más poderoso del Imperio, pero ha ido perdiendo popularidad en el mundo civilizado. Otros dioses beligerantes, como el defensor Sigmar o la refinada Myrmidia, han ocupado su lugar. Gran parte del entramado original de lugares sagrados ulricanos se hallan ahora en ruinas, abandonados cuando sus habitantes se convirtieron a otros dioses.

Ulric

Aunque el culto ha perdido la mayor parte de su influencia, la Orden del Lobo Aullante, los sacerdotes del culto, aún proclaman el nombre de Ulric por todos los rincones del Imperio. El credo de Ulric establece que, cuando los dioses oscuros medraron en el norte, Ulric suplicó a sus hermanos y hermanas que atacasen antes de que se volvieran demasiado poderosos. Sin embargo, no recibió ayuda alguna. Así, un solitario Ulric marchó hacia el norte, sobreviviendo por su propio ingenio contra el poder de todos los blasfemos dioses del norte. Es por ello que los clérigos del Lobo Aullante enseñan que la confianza en uno mismo es de vital importancia, pues su dios favorece a los seguidores que se defienden solos como ya hiciera él. Según ellos, el mejor profesor es el error al que logras sobrevivir.

Esta severa doctrina no recibe muy buena acogida en el Imperio, especialmente entre la boyante clase media. Sin embargo, la mayoría de los soldados aún invocan a Ulric y se cuelgan amuletos con forma de cabeza de lobo, pero incluso estas prácticas son cada vez menos comunes en el sur del Imperio. De hecho, en el lejano sur del Viejo Mundo, en las soleadas Estalia y Tilea, los ulricanos no son del todo bienvenidos, e incluso se les desprecia. Estas naciones siempre han venerado a la brillante Myrmidia, y sienten un intenso desdén por las costumbres barbáricas de Ulric.

Mucho más popular, y desde luego más famosa, es la Orden de los Caballeros del Lobo Blanco, los salvajes templarios de Ulric. En comparación con el decreciente clero, los Lobos Blancos son la mayor orden de caballería del Imperio, y la más antigua orden templaria del mundo. Casi todos los templos ulricanos albergan una compañía de estos caballeros armados con martillos. Todo el mundo los aprecia, pues prácticamente todas las campañas del Imperio están plagadas de historias sobre su heroísmo y su coraje. Sin embargo, también son muy temidos en todas partes, ya que su gran destreza de combate y valor rivalizan con su mal genio y su naturaleza agresiva.

Los Grafs de Middenheim han asistido a los principales festivales de Ulric y respetado su culto, pero también han dictaminado que las restricciones asociadas al sacerdocio de Ulric no deben aplicarse a ellos ni a sus subditos. Esto ha provocado fricciones, como cuando los ejércitos de Middenheim empezaron a incluir regimientos armados con pólvora a finales del segundo milenio. El Ar-Ulric pronunció un sermón que, si bien no llego a condenar la medida, estaba cargado de nostálgica desesperación.

Área de Culto[]

Ulric es venerado prin­cipalmente en el norte del Imperio, pero tam­bién es posible encontrar seguidores suyos en otros lugares del Viejo Mundo, especial­mente entre guerreros.

Middenheim ha sido el centro espiritual mas importante del culto a Ulric desde su fundación. El Gran Templo de Ulric es una de las estructuras mas impresionantes de la ciudad, y ningún otro templo al dios rivaliza con el. El culto a Ulric impregna muchos aspectos de la vida de Middenheim y, aparte del Gran Templo, todos los barrios tienen capillas y santuarios secundarios.

Seguidores[]

Carga caballeros del Lobo Blanco por Adrian Smith

El Culto de Ulric es la religión más poderosa y extendida en las regiones del norte del Imperio, sobre todo en Middenheim. No obstante, Sigmar no deja de estar presente en estas regiones septentrionales. La influencia a Ulric es tan fuerte allí que el Sumo Sacerdote de Ulric tiene su propio voto en la elección del nuevo emperador. Esto hace del culto una facción más fuerte y una potente religión en el Imperio, aparte de los sigmaritas.

Los Caballeros del Lobo Blanco son los Caballeros Templarios del culto. Por lo tanto, la guardia de élite Teutogen son reclutados en sus filas. Sin embargo, casi todos los sacerdotes comunes de Ulric saben cómo comportarse en una pelea, al igual que el dios guerrero espera de sus seguidores.

Creencias[]

Sacerdote Guerrero de Ulric

El credo de Ulric contiene la mayor parte de las grandes sagas que narran las hazañas de Ulric. Mediante metáforas y analogías, enseña cómo han de actuar sus adoradores. En todas estas historias, Ulric siempre toma el camino más directo, y el dios disfruta claramente de los inevitables enfrentamientos que esto provoca. Al igual que su deidad, los ulricanos son agresivos, polémicos y conflictivos, y según algunos, tozudos y obcecados a este respecto. Pero Ulric es también un dios honorable, y como odia las artimañas y el engaño, siempre mantiene su palabra. De igual modo, sus seguidores tratan de demostrar la honradez de sus corazones y jamás recurren a la mentira.

Ulric también desprecia la cobardía. En El credo de Ulric abundan los castigos impuestos a quienes sucumbieron al miedo, por lo que los ulricanos procuran mantenerse firmes y desafiantes, y tan sólo se retiran cuando así se lo ordena un superior reconocido. Sin embargo, esto puede causar ciertos problemas si dos ulricanos de idéntico rango están en desacuerdo, pues ambos se negarán obstinadamente a dar su brazo a torcer. Debido a esto, es bastante habitual que se produzcan peleas y acaloradas discusiones para imponer la autoridad. Una vez decidido un ganador, el perdedor debe obedecerle como si fuera su superior en la jerarquía del culto. Para Ulric y los suyos, la fuerza da el derecho.

En efecto, las belicosas normas sociales de este tipo son comunes entre los ulricanos. Aquellos que son ajenos al culto podrían pensar que esto choca con su deseo de trabajar en grupos en vez de individualmente. Sin embargo, los ulricanos tan sólo ven las discusiones, las peleas a puñetazos y las pasiones enardecidas como parte del orden natural de las cosas, y casi ninguno de ellos alberga resentimiento alguno por ser derrotado a manos de otro ulricano (al fin y al cabo, como ya se ha dicho, el mejor profesor es el error al que logras sobrevivir); de hecho, para muchos esto no hace más que estrechar lazos de amistad.

Iniciación[]

Sacerdote de Ulric viejo

Teóricamente, el culto de Ulric está abierto a todos. Sin embargo, dado que la formación que impone el culto es físicamente rigurosa y peligrosa, y que los castigos corporales son habituales, la motivación de servir a Ulric debe ser muy intensa para sobreponerse al temor. No es de extrañar que la mayoría de los iniciados sean middenlandeses de temperamento ardiente y mala actitud. Algunos templos sólo aceptan a quienes ya han demostrado sus habilidades en combate, y tan sólo admiten a soldados, mercenarios, milicianos y similares, o bien a aquellos con sangre teutógena pura.

A los iniciados se les proporciona una austera celda y túnicas sencillas, y deben someterse inmediatamente al estricto régimen de entrenamiento del templo. La vida diaria de los iniciados está controlada por sus templos, pero no existen leyes eclesiásticas que establezcan lo que se puede y no se puede hacer. Siempre que los iniciados obedezcan las órdenes, todo irá bien. El entrenamiento marcial y las enseñanzas teológicas son actividades comunes, pero muchos templos exigen el dominio de otras materias, como técnicas de supervivencia en pleno invierno, lucha y clases de Historia o Retórica. Hay templos que limitan los movimientos de sus iniciados, pero esto no es algo generalizado, y algunos iniciados pueden ir a donde les plazca con la condición de que completen su adiestramiento tal y como se les ha ordenado. La expulsión del culto es algo inédito, ya que los ulricanos pueden inculcar disciplina a palos incluso a los más recalcitrantes rebeldes. Es mucho más habitual que los iniciados huyan.

Ritos de Ulric por Eric Lofgren

Cuando sus superiores los consideran dignos, los iniciados son enviados a parajes agrestes situados a varios kilómetros de distancia, provistos únicamente de sus túnicas, y se abandonan allí para que sobrevivan por sus propios medios. Este ritual suele tener lugar durante la festividad de Hochwinter, que conmemora el descubrimiento de la Llama Eterna. Algunos templos exigen a sus iniciados que encuentren el camino de regreso, mientras que otros organizan ataques contra los individuos “abandonados” para ponerlos a prueba. Ocurra lo que ocurra, este último rito suele ser angustiosa, pero casi nunca fatal. A su regreso, si los iniciados han demostrado su valía ante Ulric, juran sus votos de celibato y se unen al clero. Es habitual que se celebre una gran fiesta antes de jurar estos votos, para ofrecer al iniciado una última oportunidad de desfogarse antes de comprometerse eternamente a la castidad y vestir las túnicas sacerdotales.

Celibato[]

Ar-Ulric y Emmanuelle Schlagen por Martin McKenna

En el año 1547, el graf Siegfried de Middenheim obligó a los sacerdotes mayores de Ulric a prestar votos de celibato, un acuerdo que sigue vigente. El Ar-Ulric aceptó para conseguir acceso al gran templo de Middenheim y a su llama eterna tras casi doscientos años de exilio en Talabheim. El graf temía que el culto engendrase una dinastía rival en Middenheim, y aprovechó la importancia del gran templo y la Llama Eterna para manipular al culto y obligarle a aceptar sus exigencias.

En la actualidad, casi mil años después, los sacerdotes recién ordenados siguen jurando el voto de celibato. Puede que esta tradición sea antigua, pero el culto tiene buena memoria y conoce su causa: política mezquina. Pocos ulricanos aceptan esta costumbre con gusto y consideran que mantener la obligación es un insulto, y que no tiene nada que ver con los valores y restricciones de su dios. Para empeorar la situación, el hecho de que los ulricanos sean gente apasionada que no se doblega fácilmente a la autoridad, hace que el celibato como su imposición sea una promesa difícil de soportar. El hecho de que muchos sacerdotes rompan sus votos (a menudo, en momentos de embriaguez) es un secreto a voces, y el culto no se esfuerza por vigilar a quienes reinciden.

Recientemente, ha habido cierto furor en la capital de Middenland, pues Heinrich Todbringer, el hijo bastardo del graf, parece haber dejado embarazada a Sigrid Kóhler, una joven dama de la nobleza de Nordland; por desgracia, hace poco fue ordenada sacerdotisa de Ulric. Algunos sacerdotes aprovechan esta circunstancia como otra excusa para destacar la necesidad de suprimir el voto del celibato, pues si la nobleza que lo instauró está dispuesta a ignorarlo, ¿qué sentido tiene que se imponga? Las implicaciones de esta unión están teniendo grandes repercusiones; no es de extrañar que la sacerdotisa haya desaparecido.

Miembros del Culto[]

Los iniciados visten sencillas túnicas negras de cuello alto y que llegan hasta el suelo. Las pocas iniciadas femeninas del culto visten túnicas escotadas y debajo llevan una blusa de color liso (gris o blanco) y cuello alto. En los entrenamientos suelen quedarse en paños menores, pues la piel de un iniciado se considera menos valiosa que su túnica. Debido a esto, la mayoría de los iniciados están marcados con infinidad de pequeñas cicatrices. También se cuelgan del cuello un medallón con forma de cabeza de lobo plateada.

Sumo Sacerdote de Ulric

Los sacerdotes utilizan el mismo tipo de túnicas que los iniciados, pero su tejido suele ser más caro, mejor cortado, revestido de piel y decorado con una gran cabeza de lobo blanco en el centro del pecho. También son comunes las pieles de lobo, y los sacerdotes de mayor rango suelen embellecerlas con forros de seda y joyas incrustadas en las cuencas de sus ojos.

Los caballeros del Lobo Blanco van equipados con una armadura de placas completa, normalmente lacada en negro o tratada con aceites oscuros. Según la tradición, esto representa a Blitzbeil, el hacha de guerra negra de Ulric. De igual modo, sus caballos de guerra están protegidos con bardas lacadas en rojo, lo cual representa el torrente de sangre que mana de los enemigos de Ulric. Los Lobos Blancos siempre llevan una piel de lobo sobre los hombros; vestir la piel más grande de toda la compañía es motivo de gran orgullo.

Sea cual sea la orden a la que pertenecen, la mayoría de los ulricanos jamás se cortan el pelo, pues prefieren dejar que crezca desaliñado como el de Ulric, cuya espesa barba y salvaje melena negra son célebres. Dado que esto puede resultar desventajoso en una batalla, suelen recoger ambas en trenzas.

Personal laico[]

Tanto las órdenes sacerdotales como las militares del culto a Ulric emplean gran número de personal laico: devotos seguidores del dios que no son ordenados como sacerdotes o iniciados como caballeros. Los templos, y los monasterios más contemplativos, emplean personal de servicio, artesanos y otras personas que se encargan de las tareas mundanas de construcción, reparación, mantenimiento y funcionamiento cotidiano. Además, ulricanos de todo tipo a veces se retiran a un monasterio por un corto periodo de tiempo, ya sea para cumplir un voto o para pasar un tiempo de reconciliación con su fe por otras razones más personales.

Mientras que los Caballeros del Lobo Blanco iniciados forman el núcleo de la fuerza electora comandada por el Ar-Ulric, están acompañados en el campo de batalla por infantería y caballería laicas que han jurado servir al culto. En tiempos de paz, algunos sirven a los templos y monasterios como guardias, cazadores, cuidadores y trabajadores, mientras que otros son pequeñas unidades procedentes de una aldea o grupo de granjas, que se entrenan juntos como parte de su devoción al dios lobo. Suelen tener uno o dos niveles en una Carrera de Guerrero o Rural y son dirigidos por un Sacerdote o Sacerdote guerrero en su segundo o tercer nivel de Carrera.

Mujeres[]

Antes del celibato forzoso, la Orden del Lobo Aullante contaba con una significativa minoría femenina. En aquellos tiempos era habitual que los sacerdotes y sacerdotisas contrajeran matrimonio entre sí, y por lo general sus hijos les sucedían en los templos.

Actualmente el culto es muy distinto. Tras un milenio de celibato, el predominio masculino es casi absoluto, y únicamente los templos más antiguos disponen de alojamiento para mujeres.

Las sacerdotisas son la causa de muchos de los problemas internos del culto. La mayoría de los hombres opinan que las mujeres no deberían tener nada que ver con Ulric ni con su religión, y casi nunca aceptan de buen grado que les den órdenes. Otros sólo ven a las mujeres como una tentación a sus votos, siendo por lo demás inútiles en el campo de batalla. Como cabría esperar, las mujeres ulricanas no están de acuerdo, pero ello no contribuye a acabar con la intolerancia endémica del culto.

Es probable que no quedasen mujeres en el culto de no ser por el lejano templo de Sudfast, en Nordland, habitado exclusivamente por sacerdotisas desde hace más de dos mil años. El templo forma sacerdotisas testarudas y resueltas que se extienden por toda Nordland, y a quienes los ulricanos de Middenland consideran poco más que agitadoras. La actual suma sacerdotisa del templo es Katherine von Siert, una tozuda noble de rubios cabellos oriunda de Altdorf cuyos conocimientos de política son inusuales para el culto y le han granjeado más mala fama aún. Con todo, mantiene una estrecha relación con sus iguales, y comparte las ambiciones del sumo sacerdote de Salzenmund para Nordland.

Estructura[]

El culto de Ulric es controlado desde el gran templo de Middenheim. El Ar-Ulric, sumo sacerdote de Middenheim, es el líder del culto, y es designado de forma vitalicia de entre los sumos sacerdotes de la Orden del Lobo Aullante por sus iguales. Casi todos los sumos sacerdotes del culto son de Middenland, pero cuando un Ar-Ulric muere, acuden al gran templo representantes de lugares tan remotos como el sur de Wissenland. El Ar-Ulric es una figura muy importante, ya que controla directamente todo el culto, en el que se incluye la mayor orden de caballería de todo el Viejo Mundo. Además, es también un elector imperial, cargo de gran poder laico, así como el consejero espiritual del Conde Elector de Middenland. Por todo ello, es fundamental nombrar al hombre apropiado.

Gran Maestre Lobo Blanco por Adrien Smith Imperio

Gran Maestre del Lobo Blanco

Por debajo del Ar-Ulric se hallan el gran maestre de los Lobos Blancos y los sumos sacerdotes. En cada uno de los templos principales hay un sumo sacerdote, que a su vez cuenta con la ayuda de un único sumo sacerdote adjunto (conocido a veces como padre de camada). Más abajo en la jerarquía del culto están los sacerdotes, que suelen ostentar diversos títulos, y que se encargan de las distintas obligaciones locales que les imponen el sumo sacerdote y su adjunto. Por último, están los iniciados; los más experimentados suelen ser ascendidos a jefes de manada, término con que se designa a los cabecillas de cada grupo de iniciados. Todos los cargos de un templo son designados por el sumo sacerdote, aunque a menudo delega esta responsabilidad. Los sumos sacerdotes y el gran maestre sólo pueden ser nombrados por el Ar-Ulric.

El gran maestre es el responsable de las Grandes Compañías, las ingentes unidades de Lobos Blancos cada vez más extendidas por todo el Imperio y más allá. Cada una de estas compañías está liderada por un capitán de compañía, que normalmente está vinculado a un templo y debe, por tanto, responder ante su sumo sacerdote (si bien el gran maestre puede anular las órdenes de este último). Este capitán designa sargentos templarios para liderar unidades de entre cinco y veinte hermanos templarios.

Todos los años durante la festividad de Campaña, los mejores Lobos Blancos son cuidadosamente seleccionados por el gran maestre y el Ar-Ulric para unirse a la Guardia Teutógena, la compañía de Lobos Blancos personal del Ar-Ulric, que le sirven como guardaespaldas en su papel de elector imperial y le acompañan a todas partes. Ser escogido para servir en la Guardia Teutógena es uno de los mayores honores que puede recibir un caballero del Lobo Blanco, y a menudo es el primer paso hacia su iniciación en el círculo interior de la orden.

Los Teutógenos[]

Peregrino de Ulric

Hace miles de años, la tribu teutógena llegó al Viejo Mundo desde más allá de las Montañas del Fin del Mundo. Su dios protector era Ulric, quien les proporcionó innumerables y sangrientas victorias. Con el paso de los siglos, el culto al Dios de la Guerra se extendió a las demás tribus humanas, pero en lo que a los teutógenos concernía, Ulric seguía siendo su dios. Por desgracia para los no teutógenos, las cosas apenas han cambiado en todo este tiempo.

Aunque Ulric es venerado en todo el Viejo Mundo, los descendientes de los teutógenos (casi todos los habitantes de Middenland y del sur de Nordland) han hecho suyo el culto y pretenden que siga así. Los teutógenos suelen tener éxito donde otros son subestimados, ignorados o incluso despreciados; de hecho, todos los Ar-Ulric han sido teutógenos de sangre pura. Esto resulta intolerable para los no teutógenos, pero seguirá así hasta que logren hacer mella en sus puntos de vista tribales.

Uno de los más famosos grupos de teutógenos es la Hermandad del Hacha. Sus miembros son seleccionados de entre los ulricanos devotos y de sangre pura que pertenecen a la Guardia Teutógena; muchos sospechan que el objetivo de la Hermandad es devolver la pureza tribal al culto de Ulric. Nadie ajeno a la misteriosa Hermandad sabe con certeza quién la controla, pero se rumorea que el mismísimo Ar-Ulric podría recibir órdenes suyas.

Sigmar[]

Caballero Imperio Lobo Reiksguard

"Hazme caso. Nevara en Reikland una vez más y a través de la nieve, los lobos cazaran."

Olaf Eichhorn, Sacerdote de Ulric.

Antes de la ascensión de Sigmar, Ulric era la deidad más poderosa de todo el Viejo Mundo; de hecho, fue el Ar-Ulric quien coronó a Sigmar como primer Emperador. Durante varios siglos después, el culto de Ulric se negó a admitir la divinidad de Sigmar, aun cuando algunos de sus propios adivinadores habían tenido visiones de Ulric convirtiendo a Sigmar en dios. Actualmente, la mayoría de los ulricanos opinan que Sigmar es tan dios como cualquier otro, pero algunos (incluida la inescrutable Hermandad del Hacha) creen firmemente que Sigmar no fue más que un formidable héroe mortal, y que jamás fue ascendido.

A lo largo de los siglos, estas diferencias entre ambos cultos han sido motivo de odio y desconfianza, e incluso han dado pie a guerras civiles. Por desgracia para los ulricanos, tales guerras casi nunca acaban bien. Ahora sólo cuentan con un voto en las elecciones imperiales, frente a los tres sigmaritas, y hasta el último rincón del Imperio (incluida Middenland) está plagado de fieles e inquebrantables sigmaritas. Muchos ulricanos creen que deben tomarse medidas al respecto cuanto antes.

Herejía Sigmarita[]

"Amigos míos, dejadme explicaros lo que quiero decir: Sigmar era ulricano.
Sigmar fundo este Imperio. Por lo tanto, el Imperio es la nacion de Ulric.
¡Todos somos ulricanos! Esta devocion servil a Sigmar debe terminar!
"

Johann von Schattenlas, Político de Carroburgo.

La llamada ‘Herejía sigmarita’ está en el centro de las crecientes tensiones religiosas entre el norte y el sur que amenazan con desgarrar el Imperio. En esencia, es una simple diferencia teológica, pero ha llegado a representar una serie de resentimientos y diferencias culturales de largo alcance.

Durante siglos, los líderes de los cultos de Ulric y Sigmar han suavizado sus diferencias religiosas en aras de la unidad, y sólo los fanáticos marginales y los separatistas de línea dura han planteado el tema. Como nadie se tomaba muy en serio a estos grupos, la Herejía sigmarita se convirtió cada vez más en un asunto sin importancia, una mera curiosidad teológica que era, en opinión de la mayoría de la gente, tan ridícula como las personas que defendían su importancia. En los últimos meses, sin embargo, eso ha cambiado, pero nadie sabe muy bien cómo o por qué.

Para simplificar, la Herejía sigmarita propone que Sigmar es, en el mejor de los casos un dios inferior a Ulric (algunos dicen que es un mero semidiós que sirve a Ulric como escudero) y en el peor de los casos que no es un dios en absoluto: sólo el recuerdo venerado de un caudillo grandioso (pero mortal). La teología subyacente es extremadamente compleja, depende del estudio profundo de antiguas leyendas y crónicas de muchas fuentes, no todas humanas, y de la interpretación muy subjetiva de palabras y frases clave en múltiples lenguas antiguas.

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El argumento central es que como fue el Sumo Sacerdote de Ulric quien coronó a Sigmar como primer emperador, el culto a Ulric es la fe preeminente del Imperio por derecho y tradición: toda reivindicación hecha en nombre de Sigmar por sus seguidores, desde Emperador a dios, deriva de la autoridad de Ulric y su sacerdocio. Ciertas posiciones extremas argumentan a partir de esta base, y del hecho de que ninguna fuente ulricana describe a Sigmar como dios hasta mucho después de que los Emperadores sigmaritas establecieran el poder de Altdorf sobre todo el Imperio; el propio Ulric nunca pronunció a Sigmar como un dios. Por lo tanto, la deificación de Sigmar fue simplemente un decreto hecho por Emperadores mortales, y no tiene peso entre los propios dioses.

Este tema ha llegado a representar todo agravio que el norte ulricano tiene en contra del sur sigmarita. Hay muchos de ellos, que van desde el resentimiento de la autoridad imperial hasta el esnobismo que muchos norteños perciben (en muchos casos, de forma justificada) en las acciones y los modales de los visitantes de Altdorf. Gracias a las maquinaciones de la Mano Púrpura, el sentimiento popular en Middenheim y en todo el norte se ha agitado contra el sur en general y contra Altdorf en particular. Las aspiraciones de independencia como nación separada completamente ulricana se han avivado hasta el punto de que la violencia está empezando a estallar a ambos lados de la división.

Existe una visión aún más extrema, actualmente descartada por todos salvo por los más fanáticos. Si Sigmar no es un dios legítimo, no reconocido por Ulric y las otras deidades tradicionales del Viejo Mundo, y sin embargo se comporta como un dios, concediendo Milagros y Bendiciones a sus seguidores, entonces sólo hay una conclusión posible: se trata de un Dios del Caos, ya sea una máscara usada por uno de los cuatro Poderes Ruinosos conocidos o un ser maligno independiente. No hace falta decir que el culto de Sigmar no escatima en fuego y acero para suprimir esta atroz visión.

Facciones[]

El culto de Ulric carece de facciones organizadas, lo que lo hace casi único. Los ulricanos desdeñan a los políticos, pues creen en una jerarquía estricta y, lo más importante, en obedecer órdenes. Sin embargo, los ulricanos son individuos temperamentales que suelen discrepar a menudo, y pueden producirse discusiones por una gran diversidad de asuntos.

Los únicos grupos que podrían denominarse facciones en términos reales son los Hijos de Ulric y los Lupinos. Sin embargo, dado que los primeros son extremistas y han sido proscritos por la ley, y que los segundos son poco más que lunáticos, el culto carece de relación formal con ellos.

Órdenes Sagradas[]

Lobo Caballeros Imperio

Existen dos órdenes sagradas principales en el culto de Ulric, una de clérigos y la otra de templarios. Los clérigos son todos miembros de la orden del Lobo Aullante, llamada así porque son la voz del culto. Los sacerdotes de Ulric son sin excepción consumados guerreros por derecho propio, y están preparados para tomar las armas en defensa de su fe contra hombres bestia, hombres perversos y cualquier otra fuerza que pueda arrojarse sobre Middenland. Los seguidores de Ulric deben tomar profesiones militares, o al menos relacionadas con la lucha. Los personajes deben haber completado al menos una profesión guerrera antes de hacerse iniciados.

La otra orden de Ulric es considerablemente más famosa que la orden clerical del lobo Aullante, pues se trata de la gran orden templaria de los caballeros del Lobo Blanco, la más antigua orden de templarios del mundo; estos caballeros siguen tradiciones que se remontan a tiempos anteriores a la llegada de Sigmar. Esta orden es legendaria en todo el Viejo Mundo y sólo los más grandes guerreros pueden acceder a ella. Un caballero del Lobo Blanco considera un honor morir en el campo de batalla; no conoce el miedo. Los caballeros van a la lucha con martillos a dos manos y sin yelmos, con sus pieles de lobo ondeando tras ellos cuando caen sobre sus enemigos. Se les llama a combatir cada vez que el culto se ve amenazado (lo que incluye cualquier amenaza contra el hogar del culto, Middenheim).

Órdenes Menores[]

Collar de Ulric - Middenheim, Ciudad del Lobo Blanco

Históricamente, el culto de Ulric no ha tenido necesidad de órdenes menores, que generalmente se consideran complicaciones para una organización simple y efectiva. Se han fundado casas capitulares de caballeros consagrados a Ulric (por ejemplo, los Caballeros del Puño Ensangrentado o los Caballeros de la Cruz del Norte), pero ninguna de ellas es admitida oficialmente por el Ar-Ulric, quien sólo controla directamente a los Caballeros del Lobo Blanco.

Pero hay una orden menor que ha logrado ser aceptada por el culto: se trata de la Orden del Trono Invernal. Fundada por un Lobo Blanco, el hermano templario Ragnar Franzsson, hace casi seiscientos años, esta aislada orden fue absorbida por el culto de Ulric en 1975 CI (no sin cierta controversia) por orden del Ar-Ulric Franzsson, nieto de Ragnar. Desde entonces, los ragnaritas, como se les conoce comúnmente, se han extendido por todo el norte del Viejo Mundo.

Listado de Organizaciones Ulricanas[]

Templos y Santuarios[]

No importa donde se erijan los templos de Ulric, casi todos siguen el mismo modelo: un muro de cortina cuadrado que protege un santuario interior fortificado.

Los lugares sagrados dedicados a Ulric son comunes en el norte del Imperio, especialmente en Middenland y el sur de Nordland. Hay santuarios de Ulric junto a los caminos del norte, especialmente donde los lobos tienen sus terrenos de caza.

Días Sagrados[]

Ulric tiene tres festividades sagradas principales: el equinoccio de otoño, el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera, que indican el comienzo, mitad y final del invierno, respectivamente. El equinoccio de primavera era antiguamente la mayor festividad, pues señalaba el inicio de la temporada de campaña, pero ahora se le da la misma importancia que a las otras dos.

También es costumbre que un dirigente o general declare en honor de Ulric un día sagrado al comenzar una campaña o ejercicio militar, así como cuando de funda una nueva fortaleza o castillo. Los días sagrados suelen transcurrir celebrando desfiles y exhibiciones militares, con enormes hogueras y festines al caer la noche (lo cual las conviene en ocasiones muy populares).

Expresiones Ulricanas[]

  • Ha luchado contra un lobo" -respuesta común a la pregunta “¿Qué le ha pasado?, en referencia a un hombre herido. Significa que dicho individuo le ha dado una paliza a alguien, y que este ha llamado a todos sus amigos (su “manada”) para devolverle el favor.
  • Si enseñas los dientes, muerde" -mantén tu palabra con convicción; todo lo demás es señal de debilidad.
  • Los aullidos que oyes no son solo chuchos" — Una grave amenaza que se aproxima.
  • El fuego frío lo revela todo" — Una advertencia para decir la verdad.
  • La palabra de un sigmarita" — Una mentira.

Preceptos[]

  • Obedece a los que son mejores que tú.
  • Defiende tu honor siempre que sea desafiado.
  • Se honrado y sincero. El engaño y las argucias no son del estilo de Ulric.
  • Solo podrás vestir una piel de lobo si lo has matado tú mismo con armas que hayas fabricado con tus propias manos utilizando materiales naturales.
  • Las armas de pólvora, las ballestas y los yelmos no son del agrado de Ulric. Su empleo denota falta de valor.
  • Las llamas de los recintos sagrados de Ulric no deben extinguirse jamás, si lo hace, el próximo invierno durará un año.
  • Nunca te retires, salvo que te lo ordene un superior.

Fuentes[]

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