"Es una pena que nuestros negocios tuviesen que terminar así. Podríamos haber trabajado juntos tan bien, sino hubieras... Oh, deja de gritar, apenas te he quitado la mitad de tus dedos."
- —Señor del crimen anónimo.
En casi todas las ciudades del Viejo Mundo existen una o más organizaciones criminales, como gremios de ladrones o de asesinos, Los Señores del Crimen son los dirigentes de estos grupos y suelen ser oponentes poderosos y peligrosos.
Para contarse entre sus filas hay que ser listo, ambicioso y completamente despiadados. La mayoría se abren camino desde el fondo, aprendiendo cada uno de los trucos sucios del manual durante su ascenso al poder. Los señores del crimen apenas pueden permitirse el lujo de la confianza. Son expertos en la evaluación tanto de personas como de situaciones para sacar de ella el máximo provecho.
Muchos señores del crimen se implican en la política local para aumentar su influencia.
Afiliaciones[]
Un Señor del Crimen sin una banda que comandar no es un señor del crimen sino sólo un matón con pretensiones. Por supuesto, el hecho de que casi todos aquellos por debajo de él quieran su puesto siempre está en la mente del Señor del Crimen. Por otro lado, necesita rodearse de los pícaros, canallas y matones más competentes que pueda encontrar, o su banda caerá ante algún otro rival. La constante tensión entre la necesidad de tener subordinados poderosos - aunque asegurándose de que no lo sean demasiado - define la vida del señor del crimen, y solo aquellos que puedan dominar dicho equilibrio permanecen en esta carrera por mucho tiempo.
En todas salvo las ciudades más pequeñas hay varias bandas, y aunque las organizaciones criminales son, por naturaleza, poco dignas de confianza, el sincero instinto de supervivencia ayuda a prevenir la totalidad de las guerras totales. Cada clan, banda, o pandilla intentará definir su propio territorio o área de operaciones. Los carteristas del Distrito Old Bend pueden coexistir con los ladrones, y ambos trabajarán juntos contra toda nueva pandilla que irrumpa con fuerza en su territorio. A veces, aquellos señores del crimen especialmente astutos y poderosos construyen vastos imperios del submundo.
Cada pandilla en la ciudad les jura fidelidad, pagando a menudo un “impuesto” sobre sus ganancias. A veces los impuestos van para mantener a los guardias y alguaciles bien sobornados, pero la norma es que desaparezcan en el bolsillo del Señor del Crimen. Tales redes de control son de corta duración, a menos que haya fuerzas más poderosas detrás del “jefe”: agentes del Caos, magos renegados y similares pueden ser el poder detrás del oscuro trono.
Hechos Poco Conocidos[]
Con frecuencia, los Señores del Crimen operan bajo muchos nombres y alias. Uno que ha perdido a su pandilla en una ciudad puede organizar una nueva a pocas leguas bajando el río, ligeramente disfrazado y provisto de una nueva identidad. A veces, los Señores del Crimen más astutos asumirán dos identidades en la misma ciudad, usando la segunda para descubrir quien busca traicionar a la primera posicionándose como su propio “rival”.
A menudo, los Señores del Crimen y agentes de la ley como los alguaciles terminan trabajando juntos. El crimen es inevitable, pero si las víctimas de los crímenes son principalmente aquellos que son enemigos de los gobernantes de la ciudad, la ley puede mirar a otro lado fácilmente.
Señores del Crimen Conocidos[]
- Albrecht Juramentador.
- Dmitri Markov.
- Faustman el Puño.
- Harlok Balgorson.
- Katerine Eule.
- Morgan Schloppel.