Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
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Los Caballeros del Sol Llameante son una selecta Orden Templaria dedicada al estudio y al dominio de la ciencia y el arte de la guerra. Estos ardientes seguidores de Myrmidia valoran la habilidad y el talento por encima de todo, incluyendo el linaje. Gracias a esto, la Orden ha prosperado, logrando reunir bajo su estandarte a los mejores estrategas militares.

El principal objetivo de un Caballero del Sol Llameante es alcanzar la perfección en el arte de la guerra; por eso, los caballeros recorren el Viejo Mundo en busca de toda clase de batallas. Una banda con un Caballero del Sol Llameante al mando constituye una potente fuerza, capaz de enfrentarse a oponentes mostrando un grado de astucia que predice su victoria, incluso antes de haber comenzado la batalla.

La Orden[]

Estandarte sol llameante

Fundados en el año 1457 CI durante las Cruzadas tras la milagrosa derrota de un ejército enemigo, los Caballeros del Sol Llameante son conocidos como una fuerza de élite que valora tanto en combate un intelecto superior como un fuerte brazo. Prefieren manipular a sus enemigos hasta dejarlos en la peor situación posible antes de asestar el golpe de gracia, incluso hasta el punto de valerse de artificios para obtener ventaja (cosa que los ulricanos encuentran despreciable). Fingir una retirada, servir datos falsos de inteligencia, usar espías e incluso sobornar a los oficiales enemigos; todas estas acciones forman parte del arsenal del Sol Llameante. Para los myrmidianos, el objetivo de la batalla es ganar, y para ello está permitida casi cualquier táctica.

Los Caballeros del Sol Llameante valoran la habilidad y los logros personales por encima del estatus noble o de la alcurnia, más incluso que otras órdenes de caballería. Esta opinión, que hace que la orden sea el blanco de varios chistes entre otros cultos, deriva de la batalla en la que se fundó la orden, en la cual hombres y mujeres de todas las clases sociales se hicieron a las armas en un intento desesperado por defender Magritta. Hasta el día de hoy los "hermanos de armas" tratan incluso al hijo del más vulgar de los campesinos como un igual, siempre y cuando demuestre su valía en el campo de batalla.

Caballero Sol Llameante 2 por Gergely Fejervary Warhammer Mark of Chaos

La orden raras veces participa en la batalla como un todo. En vez de eso, actúan en grupos pequeños, ofreciendo consejos y liderazgo dondequiera que sean aceptados. Los caballeros casi nunca lideran ejércitos, sino que actúan como ayudantes y asesores y dejan que sea el general o noble al mando quien se lleve el mérito: son conscientes de que se acabará sabiendo quién ganó realmente la batalla. Los Caballeros del Sol Llameante también han llegado a aparecer de repente en un campo de batalla para hacerse con el mando de una unidad en fuga y devolverla a la batalla. No obstante. cuando un grupo de estos caballeros actúa como unidad (ya sea de lanceros o de infantería) son casi imparables, y su presencia ha conseguido que las mercenarios enemigos huyan del campo de batalla.

Los Caballeros del Sol Llameante no son en absoluto la mayor de las Órdenes myrmidianas (la Orden de la Lanza Justiciera y sus innumerables facciones son mucho más antiguas y numerosas), pero es con diferencia la más conocida y respetada, además de la más rica de todas las Órdenes de Caballería del Imperio. La orden está afincada en el centro del Imperio, pero cada vez cuenta con más apoyo e influencia en el sur, donde posee un gran poder político. En los últimos años el culto de Myrmidia ha arraigado firmemente entre los guerreros, llegando a sustituir a Ulric en las oraciones de muchos soldados. Con el auge del culto también ha sobrevenido el crecimiento de la Orden.

Caballero del Sol Llameante contra Guardia Negra por Chris Dien

La Orden del Sol Llameante es minúscula comparada con la Lanza Justiciera, sin embargo son una visión mucho más común que ellos, aún cuando su número es inferior en el Imperio. Esto se debe a una costumbre única practicada por esta Orden de Caballería. Cuando un iniciado completa su formación, pero antes de ganarse las espuelas como Caballeros del Sol Llameante de pleno derecho, se le encomienda que recorra el Viejo Mundo durante al menos un año o dos para acumular experiencia y sabiduría, para simbolizar el tiempo que pasó Myrmidia siendo mortal aprendiendo del mundo que la rodeaba.

Buscan batallas grandes y pequeñas, se unen a compañías mercenarias, o simplemente vagan por las carreteras en busca de lugares donde dar buen uso a sus habilidades. Incluso se ha sabido de caballeros individuales que han encabezado rebeliones de campesinos oprimidos por gobernantes injustos, caballeros que se han convertido en maestros de batalla. A causa de esto, hay Caballeros del Sol Llameante por todos los rincones del Imperio, poniendo sus espadas al servicio de campañas honorables y explicando los detalles más sutiles de la estrategia a quienes tengan necesidad, lo cual ayuda mucho a extender el conocimiento a Myrmidia en el Imperio. Se dice que un único caballero del Sol Llameante hace más por extender el conocimiento de Myrmidia en el Imperio que todos los templos del Águila juntos.

La más importante de las obligaciones de esta Orden es el mantenimiento y defensa de las principales rutas de peregrinación entre el Imperio y los lugares sagrados de Magritta. Trabajar en estas importantes rutas de comercio ha demostrado ser extremadamente lucrativo, ya que muchos peregrinos de las clases altas están dispuestos a pagar generosamente para que sus dioses les protejan durante el viaje (eso sí, empleando a los myrmidianos como avatares para garantizar esta seguridad). Se rumorea que la orden es una de las más prósperas del Viejo Mundo, igualada únicamente por los cruzados de la orden de los Caballeros Pantera.

Caballeros[]

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Estandarte Sol Llameante

Los Caballeros del Sol Llameante visten armaduras de placas muy recargadas, decoradas con grabados negros y dorados muy bruñidos. El símbolo de la Orden (un sol dorado con dieciséis rayos) se exhibe en el pecho o el yelmo. Hay armaduras especialmente decoradas que tienen el yelmo en forma de sol estilizado con una corona de dieciséis pinchos. Suelen utilizar una gran variedad de símbolos del sol en sus estandartes, e incluso los pintan o graban en sus armaduras o bardas. Los colores de sus plumas son negros o amarillos, o a veces ambos a la vez y los fajines rojos suelen referenciar antiguas heridas en combate. Los caballeros combaten con espadas, lanzas de caballería o lanzas cortas y portan escudos sumamente bruñidos con los que reflejan la luz del sol para cegar a sus enemigos.

Los Caballeros del Sol Llameante pasan gran parte del tiempo lejos de sus templos y casas capitulares; suelen embarcarse a menudo en cruzadas o búsquedas de gloria para su Orden. Viajan en grupos reducidos, a veces incluso en solitario, y prestan su ayuda a la iniciativa bélica que más la necesite, ya sea para reforzar unidades de soldados diezmadas en el campo de batalla, asumiendo el mando de compañías que hayan perdido a sus líderes en plena campaña, ofreciendo consejos militares a generales y nobles o adiestrando a la milicia local. Todo caballero debe pasar los primeros años posteriores a su iniciación realizando este tipo de actividades, y sólo tras haber puesto a prueba sus habilidades y adiestramiento se le permite regresar a la casa capitular como hermano pleno de la orden.

Apariencia[]

Historia[]

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Pese a ser la más importante de las numerosas Órdenes de Caballería al servicio de Myrmidia en el Imperio, los Caballeros del Sol Llameante no siempre fueron tan devotos. En el pasado no eran más que una Orden seglar del Imperio que no había jurado lealtad a ninguna deidad. Myrmidia es una deidad bastante desconocida en el Imperio y que esta Orden de Caballería empezase a adorarla ocurrió por casualidad.

Durante las Cruzadas contra Arabia en Estalia, unos sesenta caballeros del Imperio se prestaron a ayudar a los estalianos a recuperar el templo de Myrmidia de manos de los árabes. Tras numerosos combates, los cruzados se tuvieron que retirar al templo, en un desesperado intento de resistir a los invasores. Cuando la batalla parecía perdida, un violento temblor de tierra hizo que una gigantesca estatua de bronce de Myrmidia, que estaba colocada en lo más alto del templo, se viniera abajo y aplastara a los centenares enemigos árabes que cargaban contra los caballeros, salvándoles de una muerte segura. Entre las víctimas se encontraba el Emir Wazar el Cruel y su Guardia de la Cimitarra Negra.

Nada más morir su líder, las tropas árabes empezaron a retirarse y el templo quedó en manos de los caballeros. Se ha debatido largo y tendido sobre si este incidente fue casual o una señal divina, pero para aquellos caballeros no había duda: la propia Myrmidia había tomado parte en el conflicto. Tras aquella experiencia se convirtieron al culto de Myrmidia y se unieron a las Cruzadas contra Arabia en nombre de la Diosa de la Estrategia y la Batalla, obteniendo una gran gloria para su fe y para su propia orden.

En cuanto volvieron al Imperio, aquellos veteranos fundaron la Orden del Sol Llameante y construyeron construyeron una casa capitular y un templo en honor de Myrmidia en el corazón de Talabheim, concretamente en las inmediaciones de Ravenstein, en el oeste de Talabecland.

A su regreso al Imperio, la recién fundada orden se vio involucrada en otro conflicto. Al recibir las noticias de que Hergig, la capital de Hochland, estaba bajo asedio de la horda de Hombres Bestia gobernada por Gorthor el Cruel, los caballeros se dirigieron raudos hacia la ciudad sitiada. Con su Gran Maestre Heinrich a la cabeza, los Caballeros del Sol Llameante se abalanzaron contra la retaguardia de la horda, cansada y diezmada tras varios días de asedio, matando a numerosos enemigos. Aquel imprevisto ataque hizo extender el caos y la desorganización entre los Hombres Bestia y obligó a Gorthor a dividir sus fuerzas en dos para hacer frente a la nueva amenaza. Esto fue aprovechado por el Conde Elector de Hochland, Mikael, para matar a Gorthor. Con su líder muerto, los Hombres Bestia se dispersaron. Durante las semanas siguientes al asedio, la Orden del Sol Llameante se pasó numerosos días buscando y erradicando a los grupos dispersos de Hombres Bestia.

Portada Novela Caballeros del Sol llameante por Clint Langley

Con el tiempo, y con la ayuda de otras órdenes de caballeros cruzados (como los Caballeros Pantera y los Caballeros del León Dorado), trabajaron duro para establecer rutas de comercio y peregrinación hacia Estalia y más allá.

A pesar de que estos caballeros han luchado sin cesar para proteger el Imperio y engrandecer su gloria, y que muchos Condes Electores los tienen en gran estima y son valorados como estrategas, desde su fundación siempre estuvieron bajo sospecha e incluso todavía hoy hay mucha gente del Imperio que desconfía de ellos por el hecho de adorar a una deidad extranjera.

Con todo, los Caballeros del Sol Llameante fueron la primera de las Órdenes de Caballería del Imperio en viajar a Nuln y apoyar a Magnus el Piadoso durante la Gran Guerra contra el Caos. Gracias a esto, el Culto de Myrmidia pudo obtener plaza en el primer Gran Cónclave. Desde entonces, el culto a Myrmidia se ha comenzado a popularizar en el Imperio, especialmente en las regiones más al sur de la nación. Con este aumento de popularidad de Myrmidia, los Caballeros del Sol Llameante son los principales responsables de las rutas de peregrinación que van desde el Imperio hasta Magritta.

En la actualidad, la orden, enriquecida gracias a sus relaciones exteriores, ejerce gran parte de su influencia en Middenland, donde el Gran Maestre organiza a sus templarios desde la casa capitular de Carroburgo. La orden tan sólo debe responder ante la Última Águila de Estalia (a quienes los caballeros imperiales originales juraron lealtad), cosa que irrita sobremanera al Águila del Norte, la cual codicia sus aparentemente inagotables arcas de oro.

Sangre de Sigmar[]

Fin trans
El trasfondo de esta sección o artículo se basa en la campaña de El Fin de los Tiempos, que ha sustituido la línea argumental de La Tormenta del Caos.

Al contrario que el resto de continentes que se unieron a la cruzada en Sylvania, Los Caballeros del Sol Llameante no fueron escogidos según el criterio del Gran Teogonista (la fe absoluta en Sigmar). Fueron ellos lo que se ofrecieron a participar en la cruzada y su comandante, Lupio el Llameante, juró proteger a Volkmar con su vida. Este, en primer momento, los rechazó, pero tal fue su arrojo y su determinación que, en el momento de embarcar en el Luitpold III el Gran Teogonista aceptó.

Los Caballeros del Sol Llameante se llevarían sus motivos a la tumba. Su fe en una deidad del Imperio, si bien una reciente incorporación al panteón, estaba más allá de toda duda. Volkmar, aunque guardaba para sí sus conjeturas, creía que eran los rumores de la creciente oscuridad lo que los impelía a unirse a la cruzada, pues el sol estival, después de todo, era uno de los símbolos de Myrmidia. La extraña fe de la Orden, además, podía resultar ser un arma poderosa contra los No Muertos e incluso demostrar la misma ferocidad y el mismo celo que el de los adoradores de Sigmar con Volkmar al frente de ellos.

El contingente de caballeros estaba liderado por el Maestre Lupio el Llameante en persona, el músico Luco Silver, y el portaestandarte Ulvo Tracastis.

Un Día en su Vida[]

Un Caballero del Sol Llameante vive de manera similar a otros caballeros, pero hay algunas diferencias notables. Los caballeros pasan mucho tiempo entrenando en métodos de guerra bastante inusuales, sin miedo a experimentar con estratagemas, tácticas y equipamiento que otras Órdenes de Caballería podrían pasar por alto. Muchos de los Caballeros son buenos arqueros, lo que llevó a la formación de los Caballeros de la Densa Foresta. Algunos de los caballeros usan escudos muy bruñidos, empleados para deslumbrar a los oponentes reflejando la luz solar.

Los caballeros también dedican mucho tiempo a la discusión de tácticas militares más amplias, el despliegue y la maniobra de ejércitos enteros, el uso del terreno y la colocación de artillería. Mientras que todos los caballeros tienen una base en teoría militar, los mejores estrategas del Imperio se pueden encontrar dentro de las filas de los Caballeros del Sol Llameante.

Afiliaciones[]

Caballero del Sol Llameante por John Blanche

Los Caballeros del Sol Llameante son conocidos por su devoción a Myrmidia y trabajan junto a los sacerdotes de su culto. Se sabe que viajan regularmente a Estalia y Tilea para visitar a miembros importantes del culto y escuchar sus planes y preocupaciones.

Los caballeros tienen su sala capitular en Carroburgo, y tienen amplios contactos e influencia en la ciudad y sus alrededores. Han luchado junto a los ejércitos de Carroburgo en muchas ocasiones y son considerados héroes por muchas personas en la ciudad.

Los Caballeros de la Densa Foresta son una rama del Sol Llameante. Las dos órdenes se entrenan juntas en ocasiones, usando arqueros de élite para complementar las devastadoras cargas de caballería. Esta relación significa que los Caballeros del Sol Llameante también se ven regularmente en la ciudad de Talabheim, y tienen muchos contactos con la nobleza, las fuerzas militares y el culto de Myrmidia del lugar.

Generalmente, los Soles Llameantes son vistos como una valiosa contribución al ejército del Imperio, y a menudo son consultados por asesoramiento estratégico. Sin embargo, los miembros del culto de Ulric pueden ser desdeñosos con los Caballeros del Sol Llameante, considerando a aquellos que recurren a Myrmidia en busca de inspiración militar como imprudentes y de poca hombría.

Miembros Conocidos[]

Miniaturas[]

Imágenes[]

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Fuentes[]

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