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A veces denominada el Gran Condado, Averland es una provincia bucólica habitada en su mayoría por granjeros. A pesar de ello, no son gente débil, sino todo lo contrario; una vida llena de esfuerzos y sacrificios los ha hecho resistentes y su defensa del Paso del Fuego Negro han probado su valía en batalla muchas veces.

Averland carece de los grandes bosques que cubren gran parte del resto del Imperio: está formada por una serie de onduladas llanuras que se extienden desde el noroeste hasta el sudeste entre los ríos Reik Superior, Ayer y Aver Azul. Al oeste se encuentran Wissenland y Nuln, y al este las llanuras se elevan hasta convertirse en le Montañas Negras y las Montañas del Fin del Mundo. En el interior de estas cordilleras se hallan los reinos de los enanos, situados entre Averland y los Reinos Fronterizos.

La Región[]

Averland es una región fértil, ya que las crecidas anuales de los grandes ríos que la rodean irrigan sus llanuras. Algunos años el nivel de los dos sube más de lo normal e inundan muchas de las ciudades y pueblos que hay en sus orillas. Los averlandeses lo consideran un precio a pagar a cambio de sus abundantes cosechas. En los últimos años, los Condes Electores de Averland han iniciado negociaciones con los enanos de Karak-Angazhar, en las Montañas Negras, para construir una serie de diques y barreras por la orilla norte del Reik Superior para controlar su caudal en temporada de inundaciones. Tanto Wissenland como el gremio de ingenieros de Nuln han protestado por ello; la primera porque cree que sus tierras sufrirán más, y el gremio porque considera que ese trabajo les corresponde por derecho y que, de todas formas, debería ser realizado por humanos.

Lejos de los ríos, las llanuras se alzan paulatinamente hacia el centro geográfico de la provincia, donde la Vieja Carretera de los Enanos y el camino a Agbeiten confluyen en Heideck. El interior de Averland está formado por pequeñas aldeas de agricultores arrendatarios que componen los vastos feudos de la nobleza rural. En las zonas occidental y central de la provincia, los nobles se dedican sobre todo a la cría del famoso ganado bovino averlandés de cuernos largos, y cada año conducen sus manadas a los corrales de Averheim y Loningbruck para ser sacrificadas y exportadas. Aunque algunos barones (en especial cerca de Nuln) se las dan de sofisticados y se creen demasiado importantes para guiar ellos mismos a la manada hacia el mercado, las familias más tradicionales y conservadoras todavía consideran un gran honor conducir personalmente a su ganado, destacando así ante sus rivales. Los habitantes de las dos ciudades saben que es mejor mantenerse alejados de las tabernas locales cuando los señores ganaderos están en la ciudad, pues no hay nada que guste más a sus empleados que una buena pelea de bar.

En las regiones del centro sur y del este de la nación la ganadería es reemplazada en parte por la viticultora y la elaboración de vinos, ya que estas zonas son más aptas para el cultivo de uvas de calidad que la mayoría de las tierras del oeste de Averland. Las uvas se prensan para su elaboración en las fincas, o bien se transportan hasta pueblos cercanos donde los intermediarios las venden a los vinicultores locales. Entre los Famosos e infames vinos averlandeses se incluyen el blanco de Grenzstadt (que se cotiza a precios elevadísimos en Marienburgo, donde es moda ahora) y el "rúbeo" de Loningbruck, que se elabora con gran rapidez y es muy popular entre los mendigos sibaritas de Nuln a Carroburgo.

El lejano este es el hogar de comerciantes de piedras preciosas, minerales y pieles. Muchos humanos excavan minas en las estribaciones de las Montañas Negras y Las Montañas del Fin del Mundo, cediendo una parte de los ingresos al señor local a cambio de los derechos para trabajar en la mina. Sin embargo, muy pocos se aventuran más allá de las montañas en busca de riquezas minerales, pues acabarían invadiendo el territorio de los enanos, quienes no dudan en pedir responsabilidades ante un tribunal humano exigiendo compensación. Las Condes Electores de Averland están muy interesados en mantener contentos a los enanos, y han dado órdenes a sus vasallos locales en secreto de favorecerles en la medida de lo posible.

Las pieles que suelen obtenerse en las montañas son de castor, nutria y el poco habitual visón azul, llamado así por el brillo azulado que tiene su pelaje. Las pieles de alta calidad se cotizan a altos precios en los mercados de las grandes ciudades, y los tramperos han de andarse con ojo para que nadie les robe sus ganancias arduamente ganadas.

Mapas[]

Lista de Condes Electores de Averland Conocidos[]

Nombre Cronología Datos
Siggurd Poco claro, alrededor del 1 IC. Rey de los Brigundianos.
Siegrich Poco claro, alrededor del 50. Emperador.
Brutus Leitdorf Poco claro, alrededor del 1707. Luchó y perdió dos batallas contra Gorbad Garra’ierro.
Ludmilla Alptraurn Poco claro, alrededor del 2502. Concedió un fuero propio a la ciudad de Streissen y tras una serie de disturbios se lo arrebató.
Marius Leitdorf ? - 2520. Apodado como el "Loco", murió en la Tercera Batalla del Paso del Fuego Negro.

La Gente[]

Los averlandeses afirman que sus antepasados llegaron a la provincia durante las grandes migraciones de alrededor del -1000 CI. Los brigundianos eran maestros de la guerra a caballo y cuadriga; expulsaron o conquistaron a las tribus existentes y se erigieron en señores de todo lo que exploraron. Desde su gran campamento y fuerte en el emplazamiento de la futura Averheim, los reyes brigundianos libraron guerras contra las tribus humanas de los unberogenos, los asobornios y los merogenos, así como con las tribus invasoras de Orcos y goblins. Entablaron buenas relaciones con los enanos y a menudo les proporcionaron caballería para sus ejércitos. Los brigundianos adquirieron una reputación de guerreros feroces a los que les gustaba atacar rápida y contundentemente, y se ganaron el respeto incluso de sus más acérrimos enemigos. De hecho Siggurd, su líder, tuvo el honor de acompañar al propio Sigmar durante la carga final en la Batalla del Paso del Fuego Negro.

Aunque el tiempo y los desplazamientos de la gente han traído linajes nuevos a Averland, las tradiciones brigundianas siguen siendo fuertes. Ya no saquean a sus vecinos (salvo durante las ocasionales guerras civiles), pero aun así las tropas averlandesas son firmes, mantienen la calma y no se dejan amedrentar con facilidad. Sus nobles luchan en formaciones de caballería esgrimiendo lanzas y espadas, mientras que la infantería de piqueros y ballesteros les proporciona apoyo. Pese a la ausencia de la coordinación central de un Conde Elector, la nobleza local reunió varios regimientos de soldados de infantería para luchar contra la Tormenta del Caos (lo que queda de ellos regresa a trompicones a la provincia disputada).

Los habitantes de Averland son gente curiosa. Se rumorea que la orgullosa sangre de los brigundianos se ha cuajado de algún modo debido al paso del tiempo, la endogamia y la ominosa influencia de las Montañas Negras. La ascensión del Conde Elector Marius Leitdorf "el Loco" (a quien la mayor parte del Imperio ya consideraba ligeramente "alelado") fue motivo de gran regocijo, a costa de Averland. Entre sus mejores cualidades, los averlandeses son abiertos, apasionados y sinceros a la hora de decir lo que piensan. Si un funeral les resulta gracioso, pues se ríen y en paz. Si alguien les molesta, se lo hacen saber. Son conocidos por su generosidad (sobre todo cuando se están divirtiendo), y valoran mucho a aquellos a los que se les da bien contar historias (cosa de la que están muy agradecidos los artistas ambulantes). Los enanos también son bienvenidos en Averland, pues su sencillez a la hora de hablar es muy admirada.

En cuanto a sus peores defectos, los averlandeses son contradictorios, frívolos y volubles. La astrología y demás supersticiones del estilo son muy populares en Averland, y a menudo los mercaderes renuncian a cerrar un trato por ser "una hora desfavorable" o "un día aciago". Marius Leitdorf, famoso por sus oscuras depresiones y sus extrañas manías, se considera el paradigma del temperamento averlandés. Hasta los matatrolls han llegado a decir que los averlandeses están "un poco tocados de la cabeza”. Su naturaleza voluble ha dado pie a muchos chistes sobre regimientos de averlandeses que huyen ante el peligro, algo que les irrita sobremanera (les molesta cualquier insinuación de que su destreza marcial sea menor que la de cualquier otro estado). Los averlandeses también son conocidos por su intolerancia hacia abogados y contratos, ya que sugieren que un hombre puede cambiar de opinión. A los que hacen negocios con los averlandeses les enoja continuamente su insistencia en que todo se haga "por honor" (sobre todo debido a su poco fiable reputación). Algunos murmuran que esta "veleidad de hierro" es en realidad una astuta herramienta de comercio de los mercaderes averlandeses.

En la actualidad no hay un claro gobernante en Averland. Su Elector, Marius Leitdorf, murió luchando contra los Pieles Verdes en el afro 2520 a y hasta ahora nadie ha reclamado el titulo, Las demás provincias señalan que esto es típico de los averlandeses; mientras que todas las demás tendrían una buena y brusca guerra como está mandado, los averlandeses insisten en un prolongado juego de política, aventajamientos y maniobras arteras. Los Leitdorf son relativamente recién llegados al tablero de juego tras haber expulsado a la familia regente de los Alptraum y hacerse con el poder con una estratagema brillante aunque poco convencional.

No obstante, estas disputas por el poder parece no tener expectativas de futuro: mientras los hermanos y parientes del Conde Elector luchan entre sí, los Alptraum acumulan discretamente dinero y poder. Para complicar las cosas, el favor de la nobleza parece variar con cada fase lunar: a veces prefieren a un solicitante, y otras veces se inclinan por otro distinto. Ningún aspirante al título puede contar con apoyo contra sus rivales (algunos eruditos creen que esta situación beneficia a la acaudalada nobleza de Averland), ya que mientras se ejecutan los asuntos Electorales en nombre de un difunto no se pueden recaudar impuestos ni celebrar juicios. De hecho, muchos mercaderes tienen motivos para celebrar esta conmutación temporal de las exigencias Electorales, y no tienen prisa alguna en que se restaure la "normalidad”.

Los averlandeses hablan de una forma curiosa, casi "cantarina". Tienden a suavizar las palabras fuertes y alargar las vocales. Muchos artistas y jóvenes nobles con aspiraciones poéticas imitan el acento averlandés en la creencia que que todos los grandes genios tienen un toque de locura.

Expresiones de Averland[]

  • “Larga vida a Leitdorf" - un brindis elegante, cuyo significado viene a ser "que esta beneficiosa situación se prolongue durante más tiempo"
  • "Lo juro por Siggurd”: - con total seguridad; por ejemplo, en "Juro por Siggurd que disparé mi pistola"
  • "Nació a la luz de Morr - una persona sospechosa o agorera.
  • "Por mi honor" - mi palabra me compromete.

Lugares de Interés[]

Uniforme y Heráldica[]

Averland es una provincia extremadamente rica. Sus fronteras limitan con el peligroso Paso del Fuego Negro , ruta habitual para los invasores del Imperio. Los colores de Averland son el negro y el amarillo, con posibles detalles en color rojo, verde o azul, y sus tropas son conocidas por sus uniformes ampulosos y sus ostentosas máquinas de guerra.

El símbolo de Averland suele ser un sol radiante que antaño había sido el símbolo de la antigua provincia perdida de Solland. Cuando Gorbad Garra’ierro destruyó ese reino, los nobles desterrados huyeron a Averland y con ellos sus blasones. Actualmente la provincia se encuentra sin ningún conde elector en el cargo, y hay conversaciones acerca de reinstaurar el estandarte de la anterior casa que detentó el cargo. Muchos estandarte provinciales ostenta la cruz y el martillo que simboliza su sentimiento unitario con el Imperio de Karl Franz.

Fuentes[]

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