"¿Están atacando ahora? ¿No? Entonces puede avisar al Sumo Sacerdote de los ataques mutantes después de las oraciones de la mañana."
- —Asistente del culto anónimo
Un Ayudante de Culto atiende a los miembros del clero, y está a cargo de la organización de todos los detalles rutinarios del funcionamiento de su templo. Los ayudantes de culto se encargan de los aspectos logísticos: asignan turnos de servicio, coordinan las actividades de clérigos y seglares y garantizan que los rituales y misas transcurren con fluidez. Un ayudante de culto dirige el templo entre bambalinas, y muchos se enorgullecen de su capacidad para no llamar la atención.
Un Día en su Vida[]
En un día ideal, el ayudante de culto atiende las muchas tareas necesarias para garantizar el buen funcionamiento de su templo, como las tareas mundanas de mantenerlo limpio y en buen estado. Pero también debe estar preparado para responder a las necesidades espirituales de los visitantes del templo.
Sin embargo, los días ideales son excasos. No es raro que un sacerdote no se presente a un servicio que debería estar celebrando. Esto ocurre más a menudo con sacerdotes belicosos, que se dedican tanto a su fe como al campo de batalla. A veces, encontrar un sustituto es sólo una cuestión de encontrar un sacerdote en el templo y señalarle la dirección de la congregación, pero en ocasiones se deben enviar mensajeros a buscar a un sacerdote, cualquier sacerdote, y traerlo. Incluso un sacerdote errante del dios podría ser reclutado para llenar un vacío.
El robo es otro motivo de preocupación. Aunque no tan extendido como algunos podrían hacer creer, a veces se roban en los templos y a los fieles. Esto presenta dos problemas para el ayudante de culto. Lo más urgente es sustituir los suministros que faltan, ya que el robo puede incluso no ser descubierto hasta que alguien intenta utilizar el objeto robado. Encontrar al ladrón es también importante, en un esfuerzo tanto por recuperar lo robado así como poner fin a los robos.
Hechos poco conocidos[]
En particular, los ayudantes de culto cualificados o eficientes pueden verse invitados por templos más grandes y adinerados. No es en absoluto desconocido que un ayudante deje una iglesia a favor de otra donde pagan mejor, como el Gran Templo de Ulric está aprendiendo para su consternación en Middenheim.
Un ayudante de culto no tiene por qué ser ordenado oficialmente en el culto al que sirve. De hecho, muchos ayudantes de culto empezaron como miembros de la congregación que tuvieron un especial interés en los asuntos del templo.
El ayudante de culto se encuentra bajo una enorme cantidad de estrés, tratando de equilibrar los gastos, mantener el templo aprovisionado y mantenido, mientras atiende los egos de los sacerdotes, frailes y prelados, lo cual exige su tiempo y recursos.
Incluso los ayudantes mas devotos pueden sucumbir al tedio de su función dentro de una orden determinada. Sienten la ardiente necesidad de marcar la diferencia por su fe, y más de un ayudante de culto ha eludido ese papel para tomar las armas, llenos de un justo celo. Al carecer de la formación militar de sus hermanos, estos ex ayudantes a menudo terminan como mártires de su fe.