Los Caballeros Marinos son una orden de guardias marinos templarios con sede en Marienburgo, donde se encargan de custodiar el gran templo de Manann y proteger a la ciudad y a sus flotas. La Matriarca los controla a través de su gran maestre. Los Caballeros Marinos son marineros y soldados altamente cualificados, y cuentan con una flota propia de tamaño considerable compuesta por buques de guerra con la que limpian las aguas circundantes de piratas y demás saqueadores.
A cambio de un tributo, estos caballeros también alquilan sus servicios a otras embarcaciones, ya sea navegando a bordo de las mismas o escoltándolas con sus propios navíos. Aunque poseen algunas casas capitulares en otras regiones del Viejo Mundo (que utilizan principalmente como fondeaderos para sus barcos), las demás naciones se muestran reacias a emplear sus servicios por temor a endeudarse o depender en demasía de ellos y, por extensión, de Marienburgo.