Lengua Dorada
En el día de la Bendición del Año, los peregrinos se congregan en el remoto Templo del Pozo Plateado para escuchar los sermones melódicos de Chrysostom "Lengua Dorada", Sumo Sacerdote de Verena. Ciego y sordo, con una larga barba blanca como la nieve, predica las verdades sagradas de su diosa desde su púlpito, mientras su torso sin extremidades es aguantado por dos de sus ayudantes más fieles.
Hace medio siglo, los goblins asaltaron el templo y asesinaron a sus sacerdotes, perdonándole la vida solo a Chrysostom. El saqueo fue decepcionante, solo inútiles pergaminos y libros mohosos, y los goblins estaban desesperados por saber la ubicación del oro del templo. Los pieles verdes cortaron las extremidades de su cautivo, le arrancaron los ojos y le rebanaron las orejas. Sin embargo, cuando trataron de cortarle la lengua, Chrysostom reveló el verdadero tesoro del templo.
La llama blanca de la verdad de Verena parpadeó en su lengua. Chrysostom comenzó a hablar, y aunque hablaba en el lenguaje clásico de los antiguos, los goblins entendían cada palabra. Les reveló la absoluta inutilidad de sus vidas y el odio universal inspirado por su especie. Les enseñó el concepto de la vergüenza a los insolentes, y en su autodesprecio, algunos se clavaron sus propias espadas, mientras que el resto huyó desesperadamente a sus guaridas.
Con el tiempo, el templo fue reconstruido, y la historia de la liberación milagrosa del sumo sacerdote se extendió por todo el Imperio. Chrysostom es la epítome de lo que debe aspirar un sumo sacerdote: una persona de lengua inmaculada y corazón devoto.