Antaño, los terribles dragones de dos cabezas, o Dragones del Caos, descendientes del dragón ancestral Galrauch, fueron los nobles y orgullosos gobernante de los cielos, y ahora son monstruos de pesadilla, corrompidos por las fuerzas del cambio. mutados y destrozados por las fuerzas de la transformación y nacen con sus alas recubiertas únicamente de carne y huesos y con sus músculos y órganos expuestos al exterior.
Historia[]
Los terribles Dragones del Caos son malévolos depredadores bicéfalos. Impulsándose por el aire con alas que ya no están hechas de carne y huesos, sino de magia negra y de la voluntad de los mismísimos Dioses Oscuros convertida en materia, el Dragón del Caos es una espantosa némesis para el orden y la cordura. Los Dragones del Caos son caprichosamente retorcidos, y al igual que su creador el gran dios Tzeentch encuentran un placer malévolo en la destrucción y la traición. Envuelto por el humo y las llamas, basta un solo Dragón del Caos para hacer huir a todo un ejército enemigo, incinerando a sus tropas con devastadores descargas de llamas, ahogándolos con nubes de negros vapores, o despedazándolos con sus masivos colmillos y garras de acero. Los dragones del Caos son invariablemente criaturas perversas y tan cambiantes como su creador, Tzeentch.
Los Dragones del Caos se ven a sí mismos como muy distintos a los seguidores mortales de Tzeentch. De hecho, creen que la raza dracónica es la única y genuina servidora de los Dioses Oscuros en el mundo mortal pues los humanos han demostrado a lo largo de los siglos su tendencia a cambiar rápidamente de alianza en cuanto les conviene. No hay dos Dragones del Caos exactamente iguales, pues los regalos y bendiciones de los Dioses oscuros afectan a cada una de estas criaturas de manera sutilmente diferente: uno puede tener la carne transparente, dejando a la vista sus órganos, huesos y venas llenas de sangre, mientras que otro estará cubierto de púas, cuernos y otras protuberancias punzantes o su piel se agitará y pulsará como si la corrupción del Caos la recorriese. Cada Dragón del Caos es una obscena escultura viviente, una pieza única que revela alguna de las facetas del inconmensurable esplendor de Tzeentch.
Aunque resulta un evento raro (y a menudo calamitoso) ver a un Dragón del Caos lejos de los helados paramos del Caos, en épocas de guerra, los dragones del Caos sienten la llamada de los dioses del mismo modo que el resto de criaturas del Caos y se dice que algunos de ellos se han unido a los ejércitos del Norte cuando han marchado a enfrentarse contra los débiles habitantes del Sur. Tan solo los señores del Caos más poderosos consiguen someter a estas bestias a su voluntad para dirigirse a la batalla sobre sus lomos e incluso entonces esto se considera más una alianza impía que una relación de amo y servidor, no son poco los que siente sienten como si la bestia no estuviese realmente controlada, sino simplemente está obedeciendo por conveniencia para cumplir sus propios planes.
Dragones del Caos Famosos[]
- Galrauch: El primero de los Dragones del Caos.
- Baudross: Montura de Egrimm Van Horstmann.
Miniaturas[]
Imágenes[]
Fuentes[]
- Ejércitos Warhammer: Hordas del Caos (6ª Edición).
- Ejércitos Warhammer: Guerreros del Caos (7ª Edición).
- Suplemento: Tormenta de Magia, pág. 122.