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Guerrero Draghar

Los Draghars son una sangrienta tribu de guerreros kurgans que son el paradigma de todo lo que los habitantes del Imperio temen y odian de los bárbaros del Norte. Son un pueblo ciertamente primitivo, cuyos rituales y prácticas salvajes y sangrientas hacen que se revuelva el estómago. Las tierras que ellos consideran sus dominios estarían en algún punto al norte de donde proceden los Kul. Si tenemos en cuenta que cuanto más al Norte, más extravagantes y más dementes son los guerreros, cabe suponer que esta tribu procede de un lugar realmente muy al Norte.

Respecto a su apariencia, los draghars tienen la típica piel morena y el pelo negro de los kurgans, aunque no lo parezca, ya que antes de cada batalla se enfrascan en rituales sangrientos con los que creen atraer la atención de su dios. Son adoradores de Arhkar, un dios con una maligna predilección por el derramamiento de sangre y las cabezas cortadas, que no es más que otro de los aspectos de Khorne.

Antes de cada batalla se debe derramar sangre, ya sea la de un guerrero, la de un esclavo o la de un miembro de otra tribu, pero cada guerrero debe cubrir su arma de sangre en honor a su dios. Con la ayuda de un repugnante mejunje de cal, sangre y grasa, los guerreros de los Draghars se embadurnan el pelo y las barbas para formar pinchos y trenzas gruesas. Cuando la mezcla se enfría y se seca, les confiere un aspecto verdaderamente terrorífico. Para agravar este efecto, los guerreros se perforan la piel y la carne con dagas y agujas y, a menudo, el guerrero se deja la afilada herramienta en el interior de la carne (y quizá la extraen cuando se quedan desarmados).

Tatuajes Draghars

En los grandes rituales que llevan a cabo antes de la batalla, los draghars ingieren una especie de raíz que provoca alucinaciones (conocida coloquialmente como "raíz del corazón sangriento") y mastican esta sustancia nociva hasta que sus dientes y encías quedan manchados de rojo. Entonces los asaltan visiones y muchos dicen ver a su dios observándolos. Los primitivos sacerdotes de esta tribu aguardan entre los guerreros medio en trance y es entonces cuando empiezan a aplicarles los primitivos tatuajes. También va bien que estén drogados porque el método de aplicar los tatuajes es muy doloroso.

La razón de todos estos dolorosos tatuajes, del pelo teñido y en punta y del ritual de masticar raíz del corazón sangriento parece ser la de atraer aun más la mirada de los dioses. Cuantos más tatuajes y más brillante lleven el pelo, etc., más fácilmente podrá su dios reconocerlos en la confusión de la batalla. Y cuanta más raíz del corazón sangriento se ingiera, más posibilidades habrá de que el guerrero vea a su dios.

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