La tribu pielverde de los Caza-tarroz incluye numerosas peñas de guerreros excepcionalmente fuertes, gracias a los cuales jamás ha perdido una batalla. En condiciones normales esto significaría un aumento notorio del índice de reclutamiento y una gran expansión territorial, pero los Caza-tarroz soportan una pesada losa sobre sus espaldas, en la forma del ídolo de piedra de Zak-Aloooog.
Hace mucho tiempo, cuando la tribu residía en las Tierras del Sur, alzaron sus toscas cabañas de pieles de animales sobre las ruinas de piedra de un antiguo templo de los Hombres Lagarto. Wazwhoompa, el viejo Chamán de los Caza-tarroz, acababa de empezar a usar su poderosa magia verde para remodelar un enorme bloque de piedra y darle un aspecto más "Orco", cuando fue fulminado por una serie de rayos de energía que surgieron de la propia roca. En sus últimos estertores, Wazwhoompa habló, diciendo; "La tribu hade llevá ezte ídolo eztupendo a laz Tierraz Yermaz", tras lo cual dió una serie de vistosos espasmos, se retorció un poco y murió, dejando escapar en una última exhalación las palabras "Zak Aloooog". Al menos eso es lo que toda la tribu cree que dijo, en lo que si parecen coincidir es en lo de los espasmos.
Los Orcos de la tribu de los Caza-tarroz, al ser muy supersticiosos, han cargado desde entonces con la monumental roca que mató a Wazwhoompa, llevándola consigo en su lento viaje hacia el Norte. Cada noche los Caza-tarroz acampan a su alrededor, y cualquier forastero que se atreve a atacarlos descubre enseguida que el ominoso ídolo de Zak-Aloooog está imbuido de una potente aura que proporciona misteriosos poderes a los Caza-tarroz y a sus chamanes.
Fuente[]
- Ejércitos Warhammer: Orcos y Goblins (8ª Edición), pág. 41.