"¿Mi nombre? Hace tiempo que detalles tan insignificantes dejaron de poblar mi memoria. ¡Únicamente conozco el ansia de gloria en la batalla, de sangre y de victoria! Sólo sigo al Ojo de Tzeentch y sus favores, su merced y sus Dones Oscuros. ¡A través de ellos podré ser creado de nuevo y renacer! ¿Por qué creéis que invadimos vuestras tierras? ¿Por qué quemamos vuestras casas? ¿Por qué torturamos vuestra carne? Para servir al Señor de la Transformación y sus magníficos designios."
- —Un Elegido de Tzeentch desconocido
Como Campeón de los Elegidos, buscarán el aprecio de Tzeentch sobre todas las cosas. Es un camino arduo; siempre a la búsqueda de mayor gloria a los ojos del Dios Cuervo desempeñando un papel crucial en sus terribles planes y crueles manipulaciones. Encerrado en una blasfema fortaleza de armadura pesada, se afanaran por avanzar hasta la primera línea del frente en todas las batallas, en las que medirás el poder de tus Dones Oscuros contra tus enemigos. También serán llamado a proteger a los insignificantes o a los débiles, no en un acto de compasión sino al servicio de las inescrutables maquinaciones de tu traicionero Dios.
Historia
Un Campeón de los Elegidos de Tzeentch es digno de ser contemplado. Deformados por las bendiciones de los dioses oscuros, estas moles titánicas tienen una fuerza y un tamaño que les permite medirse frente a frente con la más poderosa de las criaturas vivientes. Su gruesa armadura del Caos les protege de los ataques más devastadores mientras que las destructivas armas que esgrimen pueden despedazar la más dura de las defensas. Sin embargo, estas "bendiciones" tienen su coste: el Elegido queda en deuda permanente con Tzeentch y debe luchar constantemente para ganarse su favor. Para los Elegidos de Tzeentch esto implica más que simples matanzas y carnicerías. Ganarse la merced de Aquel Que Cambia las Cosas, exige que sus Elegidos empleen el engaño y la traición en la misma medida que la fuerza bruta. Un Elegido de Tzeentch sólo puede hacerse merecedor del favor de su dios a través de la planificación cuidadosa y la matanza premeditada.
Tzeentch espera que su Campeones sean al tiempo feroces guerreros y astutos estrategas. Los Elegidos que destacan en estas áreas suelen recibir recompensas impías en consecuencia. Estos Dones Oscuros permiten al Elegido manipular el mismísimo poder corruptor del Caos. Mientras esto les confiere una fuerza aún mayor, a la vez va eliminando cualquier rastro de humanidad que pudiera quedar en los oscuros abismos de sus memorias. Estos Dones Oscuros mejoran las fantásticas habilidades guerreras del Elegido, aumentando su resistencia, su fuerza e incluso permitiéndole dominar los Vientos de la Magia.
Maestrías
- Senda de la Contienda: La Senda de la Contienda del Elegido está enfocada en aplastar directa y brutalmente a sus enemigos. Un maestro de la Contienda tendrá preferencia por el uso de armas a dos manos por encima del combate con escudo, incrementando su poder ofensivo a costa de sacrificar la protección que un escudo puede ofrecer. No tendrán ningún problema a la hora de usar escudos cuando la situación lo requiera… pero no se sentirán muy cómodos con la elección.
- Senda de la Represalia: La Senda de la Represalia es la maestría perfecta para aquellos que prefieran derrotar a sus enemigos por desgaste, dejando que éstos golpeen inútilmente contra un gigantesco escudo hasta quedar exhaustos, momento en el que serán aplastados con ataques calculados y crueles. Un especialista en Represalia será quien defina la línea del frente en la batalla, pues ellos serán la vanguardia.
- Senda de la Discordia: La Senda de la Discordia se especializa más en los obsequios de Tzeentch, por lo que son los maestros de la Discordia los que mejor entienden cómo manipular las fuerzas del Caos que se arremolinan en su interior. Pueden desatar tormentas de poder mágico, o encauzar las energías mágicas para mejorar de forma antinatural sus ataques cuerpo a cuerpo. Su comprensión de la naturaleza de la magia es relativamente superficial y, aunque no pueden aspirar siquiera a alcanzar los conocimientos o el poder de un verdadero mago, incluso sus pequeños destellos de energía extramundana son suficientes para encumbrarlos como poderosos guerreros en el cuerpo a cuerpo.
