Cuando Grasientus Dientedeoro mató al dragón de hielo Jaugrel, le arrancó la piel. Hicieron falta dos docenas de Ogros para levantar la piel tan pesada y colgarla en las salas del Déspota Soberano. A partir de ese día, han ido recortando pedazos del cuero con fines muy distintos, el más conocido de los cuales es el Estandarte Pieldedragón.
A pesar de que sigue oliendo tan mal como la criatura de la que proviene, se dice que el estandarte ha conservado parte de la legendaria ferocidad de su propietario original, y que esta es conferida a la unidad de ogros que lo lleva, Igualmente, siempre está rodeado por corrientes de aire gélidas, que al parecer protege a los ogros de los hechizos de la Magia del Hielo y permite a su portador desencadenar un vendaval helado sobre sus enemigos. Aquellos que luchan bajo este estandarte creen a pies juntillas en su poder y su gloria.
Fuentes
- Ejércitos Warhammer: Reinos Ogros (6ª Edición).
- Ejércitos Warhammer: Reinos Ogros (8ª Edición).