Guerreros Saurios

Cuando los Hombres Lagarto marchan a la batalla, los Saurios forman el núcleo duro de sus ejércitos. No es sorprendente, ya que los Saurios fueron creados únicamente para combatir y proteger a los suyos. Los Ancestrales criaron a esta raza de guerreros reptilianos, aunque no está totalmente claro si trajeron a esos soldados con ellos, si los crearon completamente desde cero o si los desarrollaron a partir de alguna forma de vida primitiva que ya había habitado en las junglas primigenias.

Su cometido y funciones sí que están claros. En la prehistoria del mundo, antes de que existieran los Elfos y los Enanos, los saurios marcharon librando grandes batallas y pacificaron las tierras, acabando con todas las especies, como parte de los planes de los Ancestrales y actuaron como los guardianes de las ciudades templo y de sus maestros Slann.

Descripción[]

Guerreros Saurios recibiendo flechas por John Blanche

Los Saurios son guerreros feroces, criados por los Ancestrales con la guerra y la protección como único objetivo. Son poderosos guerreros cuyo cuerpo ha sido creado por completo para combatir. Su cabeza y cuello están protegidos por resistentes crestas óseas y sus brazos y cuerpos están cubiertos por gruesas escamas capaces de resistir golpes de espadas; y su duro pellejo tiene espinas con las que desgarrar. Los guerreros saurios son brutos aunque disciplinados, y sus mentes no manifiestan emoción alguna excepto la crudeza y el salvajismo. Son feroces depredadores cuyos cuerpos se han creado para maximizar su potencial en el combate cuerpo a cuerpo.

Los guerreros saurios son extremadamente peligrosos incluso desarmados, porque sus puntiagudas garras pueden hendir la piedra o desgarrar fácilmente la garganta de un enemigo. Sus poderosas colas musculosas pueden aplastar la caja torácica de un hombre y sus bocas están repletas de dientes enormes en forma de daga. Los atroces mordiscos de sus mandíbulas de cocodrilo son tan potentes que pueden seccionar miembros y aplastar el acero. Quienes no mueren de inmediato por el mordisco, suelen sucumbir a la infección tropical de la herida en cuestión de días, tras padecer fiebres altísimas.

Pese a su incapacidad para dominar artilugios complejos, los Saurios usan con eficacia devastadora las armas simples, como lanzas y pesadas macanas, constituidas por obsinita, bronce y metales preciosos, y adornadas con crueles puntas y garfios que desgarran, y parten en dos al enemigo. Gracias a su físico, los Saurios pueden ignorar los caminos y cruzar la espesura de la jungla de Lustria a base de fuerza bruta, aunque están más acostumbrados a emplearla contra las legiones más robustas de sus enemigos. Aunque a veces puedan parecer lentos y torpes, los Saurios pueden marchar a buen ritmo gracias a la potencia de su trote saltarín. Para protegerse mejor los Saurios a veces emplean escudos con filos y en forma de media luna hechos con la piel curtida de las grandes bestias que merodean en la profundidad de la selva. Los Saurios son de sangre fría y parecen inmunes al dolor, son capaces de soportar heridas terribles y seguir peleando sin emitir un solo gruñido de queja. De hecho son tan diferentes que no conocen emoción alguna más allá de un salvajismo obsesivo

Los Saurios no nacen, sino que son desovados, y reptan completamente formados y crecidos de los oscuros pozos en las cavernas que hay bajo las Ciudades-Templo, construidos a tal fin muchas eras antes, cuando los Ancestrales moraban en la tierra. Desde el momento en que salen gateando de los Pozos de Desove, instintivamente saben cómo combatir y hacerla guerra. En lugar de surgir individualmente, se desovan en cohortes, una unidad militar completa que permanecerá junta el resto de su vida. Comparten un vínculo que solo se rompe con la muerte, y cuando no están combatiendo, estos grupos se alimentan juntos en sus cavernas. Todos los Saurios de un mismo desove tienen los mismos colores y marcas, y comparten una mentalidad que les hace actuar con una sincronía muda y espeluznante. No actúan de manera individual, sino como grupo, cada uno de ellos sabe cuál es su lugar y su función en la batalla.

Algunos dicen que los saurios son criaturas estúpidas, pero esta opinión es muy simplista. Es cierto que no tienen un verbo fluido y que solo son útiles en tiempos de guerra, pero también es verdad que su astucia e inteligencia innatas han sido orientadas en un solo sentido. En tiempos de guerra, los eslizones se retiran de escena y dejan paso a los saurios, pues estos tienen un conocimiento instintivo de las tácticas de batalla. Existen muchas historias que hablan de saurios que llevan a cabo emboscadas y maniobras perfectamente orquestadas, aunque los narradores de estas historias no fueron capaces de observar ningún tipo de comunicación entre los saurios.

Aunque no es algo habitual, los Saurios pueden hablar su idioma que es poco más que órdenes de una sola palabra gruñidas en un tono profundo. Las emite el Líder de desove, el mayor de la cohorte, que fue el primero en emerger del pozo de desove. Durante sus largas vidas de guerra, un desove de Saurios puede perder a su campeón. En tal caso, si la unidad sobrevive, uno de sus miembros crecerá para adoptar ese papel, o como dicen los Hombres Lagarto, "recibirá los dones de los Ancestrales".

Cuando los Hombres Lagarto marchan a la guerra, son los saurios los que forman el grueso del ejército. Fila tras fila de guerreros salvajes, aunque bien instruidos, forman el corazón del ejército. Todas las líneas de batalla están repletas de brillantes lanzas de obsidiana o de atroces espadas y garrotes puntiagudos. Marchan a la guerra al ritmo de los tambores que hay bajo los tótems, altares de la gloria de los Ancestrales. Cada uno de sus actos en el combate es un tributo a los maestros de los Hombres Lagarto desaparecidos hace tiempo.

Cuanto más tiempo vive un saurio, más resistente y feroz se vuelve. Sus escamas se tornan más gruesas y duras y sus instintos bélicos se agudizan. Los saurios escamaduras y los Viejaestirpes pueden haber vivido varios miles de años. De hecho, no hay noticias de saurios que hayan muerto de muerte natural, puesto que la guerra es su vida y la única razón de su existencia.