"Deberás luchar al mando de su Señoría y a su capricho. ¡Serás mejor de lo que eras, pues empuñas las armas de Su Excelencia! Y morirás, si tal sacrificio se te exige, pero será una buena muerte pues será por la causa de nuestro Señor."
- —Hombre de Armas anónimo.
Mientras que los caballeros son la espina dorsal de los ejércitos bretonianos, los campesinos conforman el grueso. Algunos no reciben ningún entrenamiento, y simplemente se les reúne en un lugar y se les señala al enemigo. Los Hombres de Armas son los más afortunados. Cuando desfilaron ante su señor, éste decidió que tenían potencial para el combate y ordenó que recibieran entrenamiento.
Aun así, el adiestramiento y el equipo que reciben los Hombres de Armas no son muy buenos, y si bien cobran cierta suma de dinero, es mucho menor de lo que cabría esperar por arriesgar la vida. Y lo que es más importante, no se les da ninguna opción. Así, es habitual que los hombres de armas aprovechen cualquier oportunidad para desertar, y muchos desertores emprenden una vida de aventuras.