Imagen ilustrativa
El Hongo Tendrófilo crece exclusivamente en los Desiertos del Caos; pues sólo un lugar tan poco natural podría dar lugar a tal creación. Creciendo entre las grietas de las rocas, la parte visible del hongo son largos flagelos azules cubiertos de fino pelo que ondulan como si estuvieran en una brisa, sin importar como esté el aire.
Estos flagelos lanzan esporas siempre que algo les toca, y son lo suficientemente pequeñas como para ser inhaladas por cualquier persona que entre en contacto. Estos desafortunados actúan como anfitriones que incuban las esporas; que cuando alcanzan la madurez, los flagelos parecidos a tentáculos empiezan a desarrollarse en el torso de sus víctimas y suben por la garganta, ahogando al anfitrión hasta morir.
La peor parte es que el hongo es capaz de propagarse a través del cadáver del anfitrión, el cual reanima como una especie de zombi, que luego utiliza para viajar lo más lejos posible para liberar más esporas, preferentemente en algún lugar lleno de gente.
Fuente[]
- Warhammer Fantasy JdR: The WFRP Companion (2ª Ed. Rol), págs. 125 y 126.