Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
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Raquero por Scott Purdy

"Atraes a los navíos a una perdición acuática y te llevas su cargamento."

Descripción de la profesión.

"Bueno, bueno, bueno... ¿Quieres ir a mirar lo que se acaba de mojar?"

Raquero anónimo.

Los largos ríos del Viejo Mundo son lugares peligrosos, y lo son todavía más gracias a los Raqueros. Estos piratas de río procuran hundir naves y entonces saquear los restos. Sus técnicas varían, aunque muchos tratan de atraerlos mediante engaños hacia zonas de poco calado donde las rocas destrozan sus cascos. Aunque sólo les interesa la mercancía, algunos raqueros se habitúan a realizar matanzas, atentos a los supervivientes que puedan informar a los guardias fluviales de sus identidades o localización.

En tiempos difíciles, no es extraño que comunidades enteras se vuelvan Raqueros para alimentar a sus hambrientas familias. Mientras que la mayoría de ellos se dedican a esto por cortos plazos de tiempo, otros raqueros son muy experimentados y se concentran en naves comerciantes bien protegidas. Estas tripulaciones raramente permanecen en un mismo lugar por largos plazos de tiempo, pues sus actividades pronto llaman la atención de guardias fluviales, cazarrecompensas y milicia local.

Descripción[]

Hundenaves por Pat Loboyko

"Espiamos a aquel suculento y maduro balandro de camino a Carroburgo justo al caer la noche, y encendimos algunas fogatas en la orilla izquierda para hacerle creer que la población estaba unos cuantos cientos de yardas más cerca. Dieron una bordada a estribor tal y como planeábamos y se metieron de frente en el banco de arena. Así de fácil. ¿Cómo íbamos a saber que el balandro transportaba toda una compañía de herreruelos?"

Greta Lachsmann, poco antes de que la colgaran.

A veces los dioses envían a los ribereños un regalo inesperado cuando las mercancías de un barco hundido aparecen en la orilla. A veces los dioses necesitan ayuda: aquí es donde intervienen los raqueros. Tendiendo ingeniosas trampas y enviando señales desorientadoras, los raqueros atraen tráfico fluvial incauto hasta bancos de arena y rocas, y después saquean la embarcación, proteste lo que proteste la tripulación superviviente.

Algunos raqueros se enorgullecen de sus astutas trampas, haciendo que cualquier naufragio parezca un accidente y manteniendo una distancia cautelar de quienes llevan a cabo el saqueo. Algunos abordan naves por la fuerza y arrojan por la borda a su tripulación, siendo expertos en deducir qué embarcaciones van poco protegidas y llevan cargas valiosas. Estos Piratas de Río son perseguidos por los guardas de caminos y los fluviales, y se mueven de forma constante para evadir a las autoridades.

Un naufragio bien planeado y ejecutado es una aventura en sí mismo: evitar a las autoridades, deshacerse de la mercancía, mantener cerrada la boca de la gente y gastarse las mal adquiridas ganancias, todo ello presenta sus propias oportunidades y peligros. Y quién sabe qué cargamento se va uno a encontrar, y quién puede salir en persecución de quienes lo roben. Los raqueros que se tropiecen con semejante aventura, no tendrán problema alguno en dejar atrás su vieja vida o en volver a ella en época de vacas flacas.

Un Día en su Vida[]

"Mira, si dejamos vivir a la tripulación, les contarán a los guardianes dónde trabajamos, así que lo único sensato es cargárnoslos a todos."

Mandel Stein, pirata del río pragmático.

Los raqueros trabajan duro por ganar dinero, al igual que la mayoría de los trabajadores y empresarios. La única diferencia es que su negocio no siempre es estrictamente legal, o completamente ético. Sin embargo, es un trabajo, y como tal requiere esforzarse. Lo más importante para un Raquero es hacer un seguimiento de cualquier barco en su vecindad, y de cualquier embarcación que se aproxime. Los raqueros tienen sus territorios, que protegen fieramente, y conocen cada roca y corriente de su área. También saben exactamente cuánto tiempo puede demorarse un navío para llegar a cualquier punto dentro de su territorio, de modo que una vez que detectan a un posible candidato, puedan planificar en consecuencia.

Los raqueros vigilan cada embarcación en el área, pero también a cada guardia, farero y pescador: necesitan saber quién podría ver un barco, quién podría ofrecer ayuda y quién mirará hacia otro lado cuando haya que hacer un sabotaje. Los raqueros también sobreviven gracias a su equipo, por lo que una parte de cada día se pasa revisando sus pértigas y asegurando clavijas y cuerdas, concienciándose de que todo esté en perfecto estado de funcionamiento. La mayoría de los Raqueros también tienen pequeños botes, por lo que pueden llegar a un barco que se hunde mientras todavía está en las rocas, y también son mantenidos cuidadosamente.

El sabotaje casi siempre se realiza al amparo de la oscuridad, por lo que durante el día un Raquero peinará el territorio en busca de cualquier barco, vigilará desde puestos de observación y con aliados, revisará su equipo y descansará en caso de que haya acción esa noche. Por supuesto, algunos raqueros tienen trabajos más respetables durante el día, por lo que tienen que equilibrar el trabajo con esos oficios y descansar lo suficiente como para ser eficaces por la noche.

Hechos Poco Conocidos[]

En tiempos de guerra, los raqueros a menudo se convierten en los mayores defensores de su zona. Ya son hábiles hundiendo las naves que se aproximan, por lo que pueden evitar fácilmente que embarcaciones individuales, e incluso parejas o tríos, lleguen a la orilla de forma segura.

Algunos Raqueros intentan salvar no solo la carga de un barco zozobrado sino también la propio embarcación: atraen al navío a lugares donde quedará encallado sin que se le destroce la quilla, y luego capturarán o asustarán a la tripulación y llevarán el barco a puerto seguro, donde lo guardan hasta que puedan vendérselo a otra persona.

Los raqueros son maestros peleando en superficies desiguales y en terrenos cambiantes. También son expertos en peleas nocturnas y en batallas durante tormentas. Como resultado, son casi imposibles de distraer o confundir en un conflicto. La mayoría de los raqueros no se consideran malas personas. No lastiman a los marineros más de lo necesario, y los bienes que toman eventualmente llegan al mercado, por lo que en cierto sentido las únicas personas realmente heridas por los Raqueros son los comerciantes, que pueden permitirse la pérdida mejor que la mayoría.

Tácticas[]

Emboscada de Raqueros por Sam Manley

Los raqueros se aprovechan de los tramos traicioneros del río, atrayendo a los barcos a su perdición en las rocas o los bancos de arena para poder abordarlos y robar la carga. Algunos permiten que sus víctimas escapen antes, mientras que otros prefieren no dejar testigos. Las tácticas de los raqueros dependen de su ubicación y temperamento. Algunas de las más comunes se enumeran a continuación.

Balizas falsas[]

Este método se utiliza normalmente sólo por la noche, aunque algunas bandas han utilizado una variante diurna: las banderas móviles que se colocan para advertir al tráfico fluvial de un peligro. Las falsas balizas de los raqueros parecen marcar una ruta segura a través de una serie de rocas o bancos de arena. En verdad, conducen a los barcos hacia ellos y una vez éstos encallan, los raqueros salen de las sombras de alrededor y se apoderan de la carga.

En la mayoría de los casos, ofrecen a la tripulación que no se resiste la oportunidad de escapar, sabiendo que ellos y la carga se habrán ido mucho antes de que alguien regrese con la Patrulla Fluvial.

Piloto de pega[]

Cuando una embarcación se acerca a un tramo traicionero del río, se acerca a la tripulación un práctico en un pequeño bote de remos que se ofrece como guía a cambio de la tarifa habitual. Si es desenmascarado, el falso práctico intentará huir, dejando que la embarcación sortee el peligro por su cuenta. Si no descubren el engaño, el raquero guiará el barco directamente hacia las rocas o un banco de arena y saltará por la borda en el último momento. Entonces, los raqueros rodearán el barco como se ha descrito antes.

Peligros artificiales[]

Algunos raqueros llegan a crear sus propios peligros si el río no les proporciona nada. Las versiones más burdas consisten en arrecifes artificiales hechos con rocas y otros desechos arrojados al río. Las más sofisticadas incluyen barreras de troncos desmontables, a veces con pinchos de hierro, o cadenas pesadas que pueden cruzarse en río para cortar el paso. A menos que estén trabajando con un barón de los ladrones local, estas trampas suele eliminarlas la Patrulla Fluvial tan pronto como aparecen; pero como no figuran en las cartas de navegación y los lugareños no saben de ellas o deciden no decir nada, pueden ser una desagradable sorpresa para los navegantes incautos.

Fuentes[]

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