También conocida como Matadragones, Karaghul es la espada mágica blandida por el poeta Félix Jaegar, el eterno y sufrido compañero de aventuras del Matatrolls Gotrek Gurnisson.
Descripción[]
Karaghul es una espada encantada forjada con aleaciones de acero con la empuñadura con forma de dragón y relumbrantes runas grabadas a lo largo de su hoja. Se caracteriza por su increíble velocidad y su sorprendente rapidez en manos de cualquier guerrero, permitiéndole lanzar sus ataques a la velocidad del rayo.
Esta espada fue creada con el objetivo de ser el azote de Dragones de todo tipo, sin importar su raza. Desprende una malignidad ancestral contra estas criaturas y está sedienta de su sangre. Su hoja, que nunca pierde el filo ni se embota, es capaz de atravesar la piel escamosa de estos monstruos con extrema facilidad. Cuando la espada siente la presencia de una bestia draconiana es en las cercanías, sus runas empiezan a deslumbrar con fuerza, y el deseo del arma por destruirlos puede llegar a controlar parcialmente los pensamientos racionales de su portador, provocándole la necesidad de enfrentarse a estas monstruosas bestias, otorgándole para ello una ferocidad y velocidad antinaturales, además de protegerlo de sus alientos flamígeros.
Historia[]
Félix Jaeger armado con Karaghul.
Antes de pertenecer a Félix, la espada Karaghul era uno de los mayores tesoros de la Orden del Corazón Ardiente, una orden templaria sigmarita famosa por el celo con que ejecutaba sus cruzadas contra los Pieles Verdes y los herejes.
Un joven miembro de esta orden de caballería llamado Raphael portó la espada mientras cumplía los votos sigmaritas de ayudar siempre a los Enanos. Viajó a Karak-Ocho-Picos donde se unió a una expedición a las profundidades liderada por un enano llamado Faragrim.
La expedición llegó hasta una antigua cripta enana y la abrieron, pero fueron atacados por Thulgul, un monstruoso Troll del Caos, que mató a Raphael e hizo que Faragrim saliera huyendo. El troll hizo de la tumba su guarida, y la fabulosa espada acabó formando parte de su botín. Faragrim logró regresar junto a los suyos, y cuando se negó a buscar a Raphael, el rey Belegar despachó mensajeros, pero no pudieron hallar su cuerpo.
Hasta en tres ocasiones la Orden del Corazón Ardiente organizó expediciones para recuperar Karaghul pero todas fracasaron. El caballero templario Aldred Keppler organizó una cuarta expedición, habiendo tenido una visión de Sigmar, que le dijo que contemplaba con agrado su misión y que se aproximaba el momento de rescatar la espada encantada. Durante la travesía, se toparon con el matador Gotrek Gurnisson y Félix Jaeger, quienes también viajaban a Karak-Ocho-Picos. Habían conocido a Faragrim, quien les contó la existencia del troll del Caos, y como matador que era, Gotrek esperaba encontrar la muerte luchando contra semejante monstruo.
Belegar concedió permiso a Keppler y su grupo para explorar las profundidades. Tras muchas vicisitudes y adversidades, llegaron hasta la tumba enana, y en ella vieron Karaghul sobre una pila de tesoros. Tal fue la alegría de Keppler que se lanzó inconscientemente a recuperar la espada, siendo despachado por Thulgul cuando salió de su escondrijo. El Troll del Caos atacó al resto de la expedición y acabó con la mayoría de ellos antes de caer muerto ante Gotrek y Félix.
Al haber perdido su espada durante el enfrentamiento contra el Troll, Félix Jaeger decidió quedarse con Karaghul, y desde entonces la ha portado siempre consigo.
Curiosidades[]
- En las primeras reglas que existieron para Félix Jaeger, el arma que portaba no era Karaghul, si no la Espada de Bronce Fulgurante.
Fuentes[]
- Saga de Las aventuras de Gotrek y Félix: Matatrolls, por William King
- Cap. 3: Las Tinieblas bajo el Mundo.
- Saga de Las aventuras de Gotrek y Félix: Matadragones por William King.
- Cap. 5: Enfrentamiento Aéreo.
- Cap. 10: Encuentros en el camino.
- Cap. 11: En el valle de la muerte.
- Ejércitos Warhammer: Enanos (4ª Edición), pág. 93.
- White Dwarf 1, pág. 54.