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Bestigor septima

Imagen ilustrativa

Existe un rebaño nativo de la zona sur del Bosque de Arden, en Bretonia, que ha llegado a hacerse famoso en toda la región se ha visto cazado por innumerables partidas de Caballeros. Un temible Bestigor llamado Khorok el Destripador se enfrentó cara a cara en una batalla con un noble Caballero Bretoniano, que portaba un brillante yelmo con un par de ornamentadas astas animales de gran tamaño. De hecho, dichas astas eran más grandes que las del propio Khorok, lo cual encolerizó terriblemente al Hombre Bestia. Khorok y el Caballero Bretoniano se enzarzaron en combate personal, y aunque el humano luchó bravamente, no fue capaz de contener durante mucho rato las salvajes embestidas de su oponente. Con su golpe final, el Bestigor decapitó al Caballero, tras lo cual recogió su cabeza del suelo y, con el corazón consumido por la indignación, arrancó las dos astas del maltrecho yelmo.

Más tarde, cuando la batalla hubo acabado en victoria para los Hombres Bestia, Khorok ató a sus propios cuernos las dos astas arrancadas. El resto del rebaño, al ver esto, adquirió rápidamente la costumbre de adornar sus pertrechos con símbolos y estandartes Bretonianos capturados, en una especie de grosera burla de todo aquello que es querido y respetado por los Caballeros de la noble Bretonia.

Fuentes[]

  • Ejércitos Warhammer: Hombres Bestias (7ª Edición), pág. 20.
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