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Malekith

"Nunca olvides que eres hijo de Aenarion. Nunca olvides que eres el hijo de Morathi, la sangre más poderosa de esta isla corre por tus venas."

Morathi, Profetisa y Reina Bruja de los Elfos Oscuros.

El Rey Brujo de Naggaroth.

Malekith (conocido por algunos como Malerion) ha gobernado sobre los Elfos Oscuros, extendiendo su siniestra sombra por todo Naggaroth, su tierra natal. Hay quienes creen que, de perecer Malekith, la raza entera de los Elfos Oscuros desaparecería con él. Él es su Amo y Señor, todos los Elfos Oscuros se inclinan ante él e incluso sus consejeros más cercanos tiemblan ante la idea de que se haya aburrido de ellos y los degrade rápidamente de su elevada categoría, arrojándolos a una de sus terribles mazmorras. Los Elfos Oscuros son suyos para hacer con ellos lo que desee y no hay nadie que se atreva a desafiar la voluntad de Malekith. Nadie puede adivinar si su corazón siempre ha sido tan frío.

Al igual que su padre, el famoso Aenarion El Defensor de los Altos Elfos, el primer Rey Fénix, Malekith es un maestro en el arte de la guerra y uno de los mejores generales de su época. Su madre es la infame Morathi, una hechicera de prodigioso talento que se convirtió en la segunda esposa de Aenarion después de que este la rescatara de una partida de guerra de incursores del Caos.

La figura de Malekith es imponente. Tan alto como su padre Aenarion y con sus mismos ojos oscuros. Cuando era un príncipe Alto Elfo, antes de que se produjera La Secesión, solía vestir su cuerpo cubierto por una malla dorada y un peto con un dragón enroscado repujado. De la cintura le pendía una larga espada envainada en una funda de oro y cuyo pomo, en forma de zarpa de dragón apresando un zafiro del tamaño de un puño, estaba elaborado con el mismo metal precioso.

Historia[]

Rey Brujo Malekith Elfos Oscuros

"Has nacido guerrero. Serás cruel con la hoja y el arco, y mientras que los simples elfos no gobernarán más que su espada, tú gobernarás ejércitos."

Aenarion El Defensor, Rey Fénix y padre de Malekith

El Legado Infringido[]

El nacimiento de Malekith se produjo en medio de la destrucción y los actos de venganza. Como era la tradición en aquellos tiempos, en el mismo momento de su alumbramiento se forjó una espada destinada a él, y su adiestramiento en el manejo de arma comenzó en cuanto sus extremidades adquirieron la fuerza necesaria para blandirla. Malekith fue aleccionado por su padre en las artes del gobierno y de la guerra, y de su madre recibió el poder de controlar las tempestades de la magia a su antojo.

El Rey Fénix vertió en Malekith toda la sabiduría y los conocimientos que atesoraba, pero también su sed de venganza contra los demonios. Morathi, por su parte, inculcó en su hijo su inquebrantable voluntad para conseguir todo lo que se le antojaba, sin reparar en el precio, y su hambre de gloria y grandeza. Malekith se crio entre las intrigas políticas de la corte, aunque nunca mostró interés por involucrarse en este aspecto de la noble sociedad élfica. En lugar de ello prefirió demostrar su valía en el campo de batalla, hasta convertirse en un guerrero poderoso un general brillante, obteniendo gloriosas victorias en nombre de su padre. Además, heredó parte de las aptitudes para la magia de su madre, así que se convirtió en un buen mago bajo la tutela de Morathi.

Tras la muerte de su padre, el reino de Ulthuan quedó sin gobernante. Malekith era el sucesor más obvio para el trono, un guerrero despiadado que había probado su valía en las duras y devastadas tierras de Nagarythe. Aunque, sin que nadie lo supiera, Malekith había estado experimentando con el poder de la Magia Oscura, y este contacto con su maligna energía había corrompido su espíritu y creado un insaciable deseo por obtener el poder supremo. Sin embargo, sus experimentos secretos fueron afectando lentamente a su aspecto y a su carácter. Fue volviéndose más introvertido, su piel cada vez era más pálida, y su personalidad fue haciéndose progresivamente más siniestra y temible. Para su desgracia, las intrigas políticas que había ignorado durante tanto tiempo fueron su perdición. Entre la corte de Lothern había quienes creían que Malekith no era adecuado para el cargo. Era cabezota, como su padre, y prefería solucionar las disputas utilizando la violencia. Los Elfos se encontraban en un periodo extrañamente pacífico, así que muchos nobles pensaron que no encajaría bien en el nuevo orden.

MalekithSacredFlame

Malekith ardiendo en la llamas de Ashuryan

Asumiendo que el legado de su padre le garantizaría el ascenso al trono, Malekith accedió a permitir que el consejo votase para decidir si debía gobernar o no. El consejo votó en su contra y escogió a Bel Shanaar como segundo Rey Fénix y ocupo su cargo. Malekith aceptó con amargura esta derrota y fue elegido Comandante de los ejércitos élficos. Ocultando su resentimiento y frustración, se juró esperar hasta que pudiera conseguir el trono. Nadie sospechó de sus malignas intenciones o de su insaciable ansia de poder.

Demostró ser un brillante joven general y obtuvo poder y aliados con sus gloriosas victorias. En las colonias, dirigió con éxito a los ejércitos Altos Elfos contra los Orcos y las fuerzas del Caos. Sus expediciones lo llevaron más allá de las frías colonias del Norte del Nuevo Mundo. Allí, entre las ruinas de una ciudad prehumana abandonada, Malekith encontró la Corona de Hierro, un talismán de increíble poder mágico. Finalmente, después de muchas décadas en las que demostró su valía como brillante y joven general al cosechar victorias gloriosas, consiguió alcanzar una posición sólo superada en poder por el Rey Fénix. Durante todo este tiempo, ansiaba el trono para sí y urdía un plan para conseguirlo. Así, finalmente en el oscuro invierno del año -2751 CI, hizo su movimiento para reclamar la corona que le pertenecía por derecho.

La corte élfica en pleno se había reunido con motivo de la celebración del Banquete de la Pureza, un festival religioso cuyo objetivo es celebrar el poder y la gloria del Gran Fénix. En el apogeo del festival, Malekith se puso en pie, como si fuese a proponer un brindis por el Rey Fénix, pero, en lugar de ello, lo denunció con un odio emponzoñado. Afirmó, a voz en grito, que el Rey Fénix era un adorador del Caos. La culpabilidad de Bel Shanaar pareció confirmarse cuando acabó con su propia vida, aunque de hecho había sido Malekith el que había envenenado la copa del Rey Fénix con un veneno indetectable. A los que se atrevieron a desafiar las afirmaciones de Malekith se les llevó al exterior, donde fueron ejecutados por su guardia personal de élite. Nadie se atrevió a oponerse a Malekith y este, para demostrar su pureza y lo mucho que merecía llevar el título de Rey Fénix, el cual le pertenecía por derecho y que sólo hacía falta coronarse a sí mismo como Rey Fénix, Malekith se introdujo en la sagrada Llama de Asuryan, la última prueba que todos los Reyes Fénix deben superar para demostrar que son dignos de la Corona. Malekith estaba seguro de que podría superar la prueba, como su padre había hecho antes que él, pero estaba terriblemente equivocado. Las llamas no aceptaron su cuerpo corrupto, el fuego sagrado lo encendió, quemando su alma y dejando su cuerpo mortal quemado y lleno de terribles cicatrices.

Malekith by devburmak-d3iytfe

Morathi recogió el maltrecho cuerpo quemado de su hijo, lo montó en la grupa de su Pegaso y huyó del templo para ocultarse en las montañas del Norte de Ulthuan. En su retirada hacia el norte, Malekith no había sido perseguido, pues los Elfos no contaban con un líder que los dirigiera. Tras algunas reuniones apresuradas, se decidió que el tercer Rey Fénix debía ser Imrik, el cual tomó el nombre de Caledor Primero después de su coronación. Mientras tanto, Ulthuan estaba dividida por la guerra civil. El hermano luchaba contra el hermano. Algunos se unieron a la causa de Malekith, ya que creían que era necesario un guerrero fuerte como líder de Ulthuan, mientras que otros luchaban por Caledor. Las fuerzas de ambos bandos estaban igualadas, y fue un periodo de gran confusión y rumores conflictivos. En las lejanas colonias nadie sabía quién era realmente el rey. Algunos defendían a Caledor, otros a Malekith.

Mientras rugía la guerra, Morathi se ocupo de su hijo y cuidó de él hasta restablecer su salud. Con ayuda de los poderes oscuros de la hechicería consiguió que su hijo se recuperase rápidamente. No obstante, su ya de por sí torturada mente quedó alterada hasta rebasar los límites de la cordura. Malekith sabía que debía dirigir en persona a sus seguidores, pero sabía también que su cuerpo estaba demasiado débil como para soportar los rigores de la batalla.

Mientras Malekith se recuperaba gradualmente, hizo acopio de sus fuerzas e hizo llamar a los armeros. Con ayuda de los hechiceros que había entrenado en las artes de la Magia Oscura y Hotek, un Sacerdote renegado de Vaul que había desembarcado en las costas de Nagarythe, ordenó que forjara para él una armadura que diera fuerza a su ajado y quemado cuerpo. En el momento de su fabricación, hizo que los armeros fundieran la armadura directamente sobre su cuerpo. Después de soportar el fuego de Asuryan, ni tan sólo el infernal calor de sus forjas podía herirle. En la frente de su gran casco con cuernos soldó la Corona de Hierro, aquel talismán de increíble poder mágico. Desde ese día, aquellos que miraban a Malekith temblaban, porque era una figura terrible. A partir de entonces, fue conocido como el Rey Brujo.

Malekith el Rey Brujo por Sam Wood

Entonces Malekith ordenó a todos sus seguidores que se reunieran con él en la fortaleza de Anlec y, la víspera de la batalla, apareció ante ellos. Hasta sus seguidores mas incondicionales dieron un respingo de horror ante los oscuros conjuros que sostenían aquella terrible forma plagada de cicatrices. Desde ese día, se le conoció con el nombre de Rey Brujo.

Durante una década, los ejércitos de Malekith lucharon contra los nobles que se habían unido a Caledor. A pesar de su ferocidad y de que su capacidad como general era muy superior a la de su enemigo y consigo muchas victorias, pero Malekith no logró derrotar definitivamente a los Altos Elfos. Caledor demostró ser un astuto general, preparando trampas y emboscadas a las fuerzas del Rey Brujo. Otro factor era la cantidad limitada de recursos que podía reunir el ejército del Rey Brujo, lo que significaba que ninguno de los dos bandos podía vencer, de modo que los parientes lucharon y se asesinaron entre si y la guerra se recrudeció.

En un intento de detener las hostilidades, Caledor desafió a Malekith y su ejército a encontrarse en el Campo de Maledor. Los dos ejércitos se miraron de frente a frente a través del campo de batalla. Ambos generales montaban en sendos dragones y, en cuanto empezó el combate, alzaron el vuelo. La batalla fue encarnizada y miles de elfos murieron aquel día: vecinos que, en el pasado, habían bebido alegremente juntos, ahora se mataban los unos a los otros. Mientras la guerra rugía en el suelo, Malekith y Caledor libraban un salvaje duelo en las alturas. Muchos de los combatientes detuvieron su lucha para contemplar, maravillados, como un dragón atacaba a otro dragón. Justo cuando pareció que Caledor iba a flaquear, su lanza atravesó el corazón de Kaliphon, la montura del Rey Brujo, y ambos cayeron del cielo.

Malekith 4 edicion por Mark Gibbons

Malekith 4º / 5ª Edición.

Malekith sobrevivió a la caída, pero no se encontraba en condiciones de seguir luchando. Su ejército, al ver como su general era derrotado, huyó para atrincherarse en el interior de sus fortalezas. Pero, incluso en la derrota, Malekith desafió a los Altos Elfos. Si él no iba a sentarse en el trono de Ulthuan, nadie lo haría y tomó una drástica decisión. Ordenó a cada uno de sus nobles que pidiera a sus hechiceros que concentraran sus poderes mágicos para lograr deshacer los hechizos que confinaban el Reino del Caos en los Desiertos del Norte con el objetivo de llamar a los Dioses del Caos para que le ayudaran a derrotar a Caledor. Durante horas, el cielo se estremeció con un millar de colores distintos mientras el y sus seguidores libraban la batalla, pero ni siquiera su potencia combinada fue lo bastante fuerte como para romper los hechizos, poco a poco se hizo evidente que incluso todo su poder combinado era insuficiente para romper las barreras mágicas que contenían el Reino del Caos.

Al debilitarse los poderes de los hechiceros, una oleada de energía mágica en bruto golpeó al Rey Brujo y a los suyos, matando a muchos de los hechiceros a causa de la explosión mágica que los engulló. La tierra tembló y se revolvió como un caballo aterrorizado, desquebrajándose y una tormenta de magia maléfica barrió la tierra, descargando sus poderosas fuerzas sobre el reino. Los terremotos derribaron montañas y devastaron las hermosas ciudades a lo largo y ancho de Ulthuan y una gran ola de más de cuatrocientos metros de altura se estrelló contra la costa septentrional de Ulthuan, arrojando al mar decenas de miles de elfos que murieron ahogados, dejando la mayor parte del norte del continente sumergido bajo el agua. Los efectos pudieron percibirse incluso en las Montañas del Fin del Mundo, donde quedó escrito en los archivos de los Reyes Enanos.

El poder del Rey Brujo quedó muy debilitado, pero no destruido. Mientras las aguas devoraban sus tierras, Malekith y sus seguidores lanzaron terribles hechizos. Cuando las aguas chocaron contra las montañas, los palacios y las fortalezas de aquellos que habían seguido a Malekith se desgarraron de la tierra, pero, protegidos por poderosos hechizos, flotaron y se alejaron de Nagarythe. Grandes como icebergs, flotaron hacia el Norte, llevando consigo los supervivientes de los seguidores del Rey Brujo. Flotaron a la deriva por el océano hasta que tomaron tierra en un continente situado al noroeste de Ulthuan. Cada fortaleza se convirtió en una ciudad de los Elfos Oscuros. Las hechiceras aprendieron a unir las fortalezas mas pequeñas, que, a su vez, se convirtieron en ciudadelas flotantes, creando las infames Arcas Negras. El Rey Brujo reclamó para si el nuevo continente y lo llamó Naggaroth, la Tierra del Frío. El reino de los Elfos Oscuros había nacido y la muerte y la destrucción serian su legado para con todas las razas del mundo. Las hechiceras esclavizaron entonces a los monstruos de las profundidades marinas que habían despertado tras el hundimiento de Nagarythe y Tiranoc y, hasta la fecha, estos monstruos sirven a sus oscuros amos.

Portada libro de ejército Elfos Oscuros 6ª edición por Geoff Taylor Malekith

Malekith en la Portada Elfos Oscuros 6ª.

El cataclismo destruyó gran parte de lo que había sido construido durante el largo reinado de Bel-Shanaar, y dejó a los Altos Elfos temporalmente demasiado débiles para perseguir a sus oscuros parientes. Las Arcas Negras llegaron al desolado Norte del Nuevo Mundo, cerca del punto donde Malekith había encontrado la Corona de Hierro. Los Elfos Oscuros llamaron a su nuevo hogar Naggaroth, las Tierras del Frío. Sus torres formaron el núcleo de las nuevas ciudades. Otras Arcas Negras se utilizaron para patrullar los tormentosos mares, donde atraparon a monstruos marinos expulsados del fondo oceánico por los corrimientos de tierras y que fueron obligados a servir a su nuevo y maligno amo. El infernal reino de los Elfos Oscuros había nacido: la muerte y la destrucción eran el legado que llevarían a todas las razas del Mundo.

Durante cinco mil años, Malekith y sus seguidores han seguido combatiendo a los Reyes Fénix. Una innumerable cantidad de elfos perdió la vida durante esa amarga guerra civil y Malekith estuvo en numerosas ocasiones muy cerca de conseguir el trono que considera suyo por derecho. Su última incursión en las tierras de Ulthuan fue rechazada tras dos años de guerra incesante. Ahora, el Rey Brujo posee un arma nueva con la que lanzar una sombra de miedo y destrucción sobre el reino de los Altos Elfos. Durante miles de años ha estado cuidando en secreto una nidada de huevos de dragón. Ahora, la primera nidada ha madurado. Adiestrados por los hábiles Señores de las Bestias durante varios siglos, estos jóvenes dragones han crecido fuertes y, por fin, están preparados para la batalla. Ahora Malekith monta en Seraphon, el más fuerte de los dragones de la primera nidada. Sólo sus mejores Caballeros podrán montar estas terribles bestias y conducirlas a la batalla. Gracias a ellas, Malekith planea desencadenar un ataque mortal contra las fuerzas de Ulthuan.

El Fin de los Tiempos[]

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El trasfondo de esta sección o artículo se basa en la campaña de El Fin de los Tiempos, que ha sustituido la línea argumental de La Tormenta del Caos.

La historia de Malekith es una historia de venganza y traición. Nacido de Aenarion y Morathi durante la guerra contra los demonios, se crio en las cortes de Nagarythe. Morathi siempre tuvo la intención de que Malekith tomara el lugar de su padre en el Trono del Fénix, y preparó a su hijo para este destino. Sin embargo, tras la desaparición de Aenarion, la Corte del Fénix decidió que la posición del Rey Fénix no debía ser hereditaria, sino que debía pasar al mejor candidato. Tal como dijeron, eligieron a uno de entre sus propias filas (Bel Shanaar de Tiranoc) para entrar en las llamas de Asuryan y emerger como el nuevo Rey Fénix.

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A diferencia de su predecesor, Bel Shanaar no tenía que soportar la llama de Asuryan sin protección. Los magos se dispusieron a su lado, con sus hechizos protegiéndolo de lo peor del fuego y curándolo del daño que recibiera. Así comenzó una tradición que continuaría durante miles de años. Ningún Rey Fénix después de Aenarion tenía la bendición de Asuryan, ya que ninguno de verdad había resistido las llamas. Si alguien se dio cuenta de que estaban interfiriendo con el santo propósito, no dijeron nada.

La verdad de lo que siguió está poco clara, aunque ha habido muchas historias escritas. Algunos dicen que Malekith ya estaba incluso entonces conspirando para reclamar su derecho de nacimiento, otros que verdaderamente pretendía servir a Bel Shanaar al principio. En cualquier caso, pronto partió al extranjero, donde iba a actuar como embajador en la corte de Karaz-a-Karak. Malekith ganó mucha gloria en aquellos días, forjando una leyenda que le permitió escapar de la sombra de su ilustre padre. Perfeccionó sus habilidades marciales junto a los Enanos, y por primera vez profundizó en el saber prohibido de la hechicería, con sus estudios ayudándole a descubrir la corona de hierro en el helado norte. En el momento en que Malekith volvió a Ulthuan, estaba muy cambiado, y todos podían ver que estaba marcado para la grandeza. No todos vieron un futuro a su gusto. Allisara, una sacerdotisa con la que Malekith se había casado durante su tiempo en las tierras del este, huyó de él después de vislumbrar una sombra de lo que estaba por venir.

Ciertamente hubo oscuridad en el corazón de Malekith, pero pocos salvo Allisara la habían vislumbrado. En efecto, a su regreso a Ulthuan, Malekith se lanzó a perseguir a los cultos del placer que Morathi había fundado en su ausencia. Con tanto celo persiguió Malekith esta causa, que la Corte del Fénix estaba deseosa de concederle cada vez mayores poderes. Sólo cuando Bel Shanaar fue acusado de traición sospechó alguno de las intenciones de Malekith.

Malekith Rey de la Eternidad Fin de los Tiempos

Para entonces, ya era demasiado tarde. Bel Shanaar murió envenenado (aunque por su propia mano o por la de Malekith se ha debatido durante mucho tiempo). Ciertamente, la Corte del Fénix creyó que Malekith había matado a su señor. A pesar de que los ejércitos de Nagarythe se alzaron en su apoyo, Malekith aprovechó la oportunidad para ascender al trono de su padre, y se arrojó a las llamas de Asuryan.

El trono de Ulthuan podría haber sido un derecho de nacimiento de Malekith, pero Asuryan no estaba preparado para ascenderlo sin probarse. Mientras la agonía atormentaba su carne quemada, la voluntad de Malekith se rompió. Al darse cuenta que no podía pasar por el fuego, se lanzó hacia afuera. A medida que los ejércitos de la Corte del Fénix convergieron en el Templo de Asuryan, los seguidores más cercanos de Malekith llevaron a su amo al norte, a Nagarythe. Su piel ennegrecida por el fuego nunca se curaría, y tampoco lo harían las heridas que ese fallo había infligido a su orgullo. Sólo cuando la hechizada armadura de la medianoche fue sellada sobre su carne se difuminó la agonía, con el frío abrazo trayendo claridad a sus deseos. En ese momento, Malekith renació como el Rey Brujo, y juró venganza contra todos los que le habían abandonado. Retomando Destructora (una hoja de obsidiana forjada en imitación de la temida Hacedora de Viudas) comandó los ejércitos de Nagarythe y se dispuso a reclamar su trono.

Así se inició una guerra que duraría miles de años, luchada por una parte por los seguidores de Malekith, y por la otra por los que permanecieron leales a los sucesores de Bel Shanaar. Fue un conflicto que vio miles de millones de muertos, dividiendo la raza élfica en dos, y el lecho de roca de Ulthuan destrozado por la brujería. Aunque Malekith y sus seguidores (para siempre conocidos como los elfos oscuros) fueron conducidos a menudo de vuelta a la tierra fría de Naggaroth, siempre volvían, impulsados por un odio que se hundía más en la sangre con cada generación que pasaba.

Malekith Fin de los Tiempos

Nueve Reyes Fénix más siguieron a Bel Shanaar, y Malekith se opuso a ellos implacablemente. Se apoderó de muchas victorias a lo largo del camino, pero éstas nunca fueron superadas en número por sus derrotas. Mientras los milenios pasaron, y las aguas del gran océano se pusieron rojas con la sangre de los elfos, Malekith se sumergió dentro y fuera de la desesperación, pero su orgullo (y la lengua aguijoneadora de Morathi) siempre lo vieron resurgir para infligir un nuevo dolor a sus enemigos. Aunque Malekith no se diera cuenta, su exilio en Naggaroth no era más que una prueba establecida por Asuryan. Si Malekith hubiera sido capaz de soportar las llamas un latido de corazón más, todo el poder del Creador habría sido suyo. Por lo tanto que Malekith hubiera sido rechazado no era por la complicidad de los demás, sino por su propia debilidad. Asuryan estaba decepcionado por ese fracaso, pero no había abandonado a Malekith. Envió sueños acosadores a ​​todos los que tomaron el Trono del Fénix después de Bel Shanaar, avivando su orgullo y la paranoia hasta que la locura o el hastío los superaron. Si el Rey Brujo podría demostrar que era digno, decidió el Creador, el Trono del Fénix aún sería suyo. Hasta ese día, a ninguna nueva dinastía se le permitiría establecerse. Sólo Finubar se dio cuenta de la causa de su tormento, y no veía ninguna manera de acabar con ello salvo su propia muerte.

Así fue que incluso las derrotas de Malekith lo llevaron más cerca de su largamente buscado destino. Cada una forjó la determinación del Rey Brujo en algo más fuerte que el acero; la determinación de que un día Malekith se vería liberado de la influencia de Morathi, echaría fuera a la línea de usurpadores y reclamaría su derecho de nacimiento como Rey Fénix.

Sin embargo, el Trono del Fénix no sobreviviría mucho tiempo a la ascensión de Malekith. Con el Rhana Dandra que se avecinaba, el mago Teclis proyectó deshacer el Gran Vórtice, y usar su poder para hacer a ocho mortales elegidos los contrarios a los dioses del Caos. Teclis tenía la intención de conceder a Malekith el poder del fuego, completando así para siempre su transformación en un ser de luz y esperanza. Por desgracia, la traición y la mala fortuna hicieron que esto fuese imposible, y en su lugar Malekith fue unido con el poder cambiante de la sombra, y ahora un camino más oscuro le esperaba.

Sin embargo, Malekith todavía lucha para salvar a los elfos. Fue coronado como el Rey Eterno en Athel Loren, y las tres razas luchan a su lado, unidas como una sola por primera vez en muchos miles de años. No los lidera con bondad, ni compasión. Malekith el Rey Eterno es tan implacable como Malekith el Rey Brujo lo fue siempre. Más bien, ha llegado a reconocer el completo horror de los tiempos, y entiende que si alguien quiere sobrevivir a lo que se acerca, entonces todos los elfos deben permanecer unidos.

Batallas del Fin de los Tiempos[]

Batalla de la Isla Marchita[]

Malekith Fin de los Tiempos Libro de Khaine

El Rey Brujo estaba con el estado de ánimo triunfal a su llegada a la Isla Marchita, viendo siglos de derrotas por fin barridas por una victoria significativa. La alianza con Caledor, imprevista como era, al fin había dado a Malekith la ventaja que necesitaba, y creía que la Hacedora de Viudas le haría casi imparable. Sin embargo, Malekith todavía tenía dudas. Aunque no lo admitiría, el Rey Brujo estaba preocupado de que Teclis le hubiera engañado - que de alguna manera hubiera sido conducido a una trampa. No importaba. Malekith no podía dar marcha atrás ahora, ya que ya no tenía Naggaroth a la que retirarse. ¡La Batalla de la Isla Marchita terminaría en victoria, o terminaría en muerte!.

Batalla Final[]

Malekith rey fenix

Muchas veces a lo largo de los milenios, Malekith había soñado con como sería volver a Ulthuan rodeado de gloria, alcanzar el Trono del Fénix y reparar siglos de indignidad. Ninguna de sus fantasías nunca se acercó a la realidad actual, ya que ni una vez el hijo de Aenarion consideró que un día sería la salvación de los odiados altos elfos. A pesar de que se desvanecía rápidamente, el poder de Asuryan aún ardía sobre la frente de Malekith, otorgándole los dones del Creador del fuego y la fortuna. El actual Rey Brujo no sabía si esto sería suficiente para provocar la derrota de Tyrion, pero lucharía igualmente: la historia de la vida de Malekith estaba llena de derrotas, y no iba a tolerar fácilmente otra.

Defensa del Claro de la Eternidad[]

Malekith defensa del claro de la eternidad por Dave Gallagher

Algunos esperaban que la ascensión de Malekith a Rey de la Eternidad hubiera extinguido la oscuridad en su corazón de una vez por todas. Tal vez si la llama de Asuryan no se hubiese marchitado y hubiera muerto, tal transformación habría sido posible. Tal y como estaban las cosas, Malekith se había convertido en la encarnación de la sombra, y no podía ser así sin que la oscuridad reavivara en su alma. Por el momento, los peligros del Rhanda Dandra lo mantuvieron fiel a un camino más virtuoso de lo que había conocido durante muchos siglos, pero era imposible decir cuánto tiempo iba a durar.

Batalla de la Cacería de Sangre[]

Incluso a través de los últimos acontecimientos, Malekith se había atrevido a esperar que el Rhanda Dandra podría ser evitado o, en su defecto, sobrevivir a él. Como Teclis, cada pedazo de evidencia en lo contrario lo había llevado a un malestar cada vez más profundo. Sin embargo, no fue la desesperación lo que amenazaba con abrumar a Malekith, sino la rabia. Estaba obsesionado todos los días por los recuerdos de los años perdidos, y por los sacrificios y las luchas que ahora parecían desvanecerse. Ahora, se parecía de nuevo más al Rey Brujo que había sido, que al Rey de la Eternidad en el que se había convertido.

Objetos Mágicos[]

  • Escudo Antihechizos - Se trata de un escudo que fue fabricado con escamas de Dragón, piel de Mantícora y reforzado con runas de obsidiana pulimentada, que le proporcionan el poder de absorber el poder místico de los hechizos lanzados contra quien lo porte, para después liberar la energía capturada sobre el enemigo.
  • Mano de Khaine (solo 6ª edición) - La Armadura de Malekith incluye la Mano de Khaine, un guantelete mágico capaz de arrancarle los miembros a sus enemigos y aplastarles el cráneo.

Relatos Relacionados[]

Miniaturas[]

Imágenes[]

Curiosidades[]

  • El nombre de Malekith viene directamente de un personaje homónimo de los cómics de Marvel: Malekith el Maldito. Esto va más allá de ser un homenaje, puesto que ambos comparten un gran número de similitudes entre sí. A continuación se citarán algunas de ellas: son antagonistas/villanos de sus respectivos universos, son poderosos hechiceros y guerreros, están marcados físicamente por magias arcanas, están fuertemente movidos por la venganza y el odio, y ambos son soberanos de los Elfos Oscuros.
  • Tal vez para evitarse problemas legales o como forma de diferenciarse, en la reciente edición de Warhammer: The Old World el personaje de Malekith aparece con otro nombre: Malerion. Este nombre apareció por primera vez en Warhammer: Age of Sigmar y lo portaba el que sería una especie de reencarnación del propio Malekith en dicho universo.
    • El Malerion de Age of Sigmar es una de las deidades del Orden y por lo tanto uno de sus personajes principales y más poderosos contra las fuerzas de los Dioses del Caos. El nombre parece haber surgido tras mezclar parcialmente su nombre con el de su dragón (Malekith y Seraphon), una fusión que parece reflejarse físicamente en el propio Malerion, ya que tiene un aspecto dracónido mezclado con rasgos que identifican a Malekith. Sin embargo, esta fusión todavía no se ha confirmado oficialmente y es más una imagen surgida del colectivo de aficionados.
  • La relación de Malekith con su madre Morathi siempre ha sido turbulenta y tóxica, pero en alguna de las fuentes más antiguas ambos parecían tener una relación mucho más oscura y retorcida.
  • El Rey Brujo tiene un gran número de espías a su servicio, y muchos de ellos se encuentran más allá de Naggaroth y Ulthuan. Con alguno de ellos se comunica directamente a través de medios mágicos, consiguiendo así información relevante y en tiempo real.
  • Cuando el Gran Demonio N'Kari acudió a la corte del Rey Brujo, pudo captar los pensamientos de Malekith, a pesar de que las potentes runas del casco del Rey Brujo lo protegían de tales esfuerzos. No está claro si esto se debe al puro poder del Guardián de los Secretos, su naturaleza, o si el Gran Demonio era tan hábil en psicología y en la lectura del lenguaje corporal para decir tales cosas mediante formas mundanas de observación, incluso sin la ayuda de la magia.
  • A los ojos del Guardián de los Secretos, Malekith es "inusual" entre los Elfos, y dice que todos los Elfos "siempre necesitan hablar, jactarse, alardear de su orgullo. Los Elfos son peores que los humanos a su manera". Malekith, mientras tanto, no siente la necesidad de decirle sus pensamientos a nadie, y mucho menos a un lacayo.

Fuentes[]

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