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Portada Death Winter por Jon Sullivan Imperio Skavens

Mandred von Zelt, más conocido como Mandred Mataskavens o Mandred Matarratas, fue un Emperador famoso por derrotar a los Skavens tras la Plaga Negra y el inicio de las terribles Guerras Skavens.

Historia[]

Después de que el Emperador anterior, Boris el Avaro, muriera de la Plaga Negra, ningún emperador fue elegido en el trono imperial. Con la plaga rampante y sin un gobierno centralizado, el Imperio estaba sumido en la anarquía, por lo que fue el momento más oportuno para que los Skavens lanzaran su ataque colosal. El único noble capaz de luchar contra los enjambres de Skavens era el Conde Elector Mandred von Zelt de la ciudad de Middenheim. Él comenzó una cruzada contra los Skavens en 1122 y rompió su poder en 1124 en la batalla de Averheim y la batalla de las Colinas Aullantes. En esta última, el cráneo del Señor de la Guerra Skaven fue montado sobre un casco que todavía sigue en las bóvedas imperiales, al cual muchos eruditos se refieren como el legendario Yelmo del Mataskavens.

Debido a su excepcional popularidad, Mandred fue elegido Emperador por mayoría de votos. Mandred pasó los siguientes 25 años como un gobernante severo pero sabio, lo que permitió al Imperio iniciar una enorme reconstrucción. Sin embargo, a mediados del siglo XI, en la noche maldita y encantada de Geheimnisnacht, el Emperador fue asesinado por un Asesino Skaven del clan Eshin, en venganza por sus actos tras detener la invasión Skaven.

Después de su muerte, el consejo electoral terminó en un punto muerto. Al regresar a su palacio, el Gran Duque de Talabecland reunió sus ejércitos e invadió Stirland. Esto provocó una serie de guerras civiles, iniciando el periodo conocido como la "Era de los Tres Emperadores". Ningún Emperador fue elegido durante varios siglos.

La Derrota de los Skavens[]

Defensa de Middenheim[]

En el Norte del Imperio, Middenheim había sobrevivido a los años de hambre y pestilencia bastante bien. El Conde Elector Mandred había hecho todo lo que podía para ayudar a los refugiados que huían del Sur y los sacerdotes de Ulric habían logrado mantener la ciudad libre de la plaga. Bien defendida, y situada sobre un gigantesco promontorio rocoso en el bosque, Middenheim no tenía que temer un ataque y estaba bien aprovisionada por si tenía que sufrir un largo asedio.

Cuando la plaga golpeó al Imperio, el Conde Mandred ordenó destruir los grandes viaductos de piedra de la ciudad para evitar que la infección entrase en las murallas. Esta acción decisiva evitó a la ciudad la mayor parte de los horrores de la enfermedad, y su ejército permaneció fuerte.

A finales del año 1118, una gran horda de Skavens surgió de los bosques que rodeaban Middenheim y la puso bajo asedio. Sin embargo, la ciudad fortificada en la cima de la roca de Ulricsberg se demostró como un hueso muy duro de roer. Reconocieron a Middenheim como el último bastión de fuerza imperial, y asediaron la ciudad, mientras que sus zapadores se abrían paso a través de los túneles de la ciudad inferior. Los ciudadanos de Middenheim apenas lograron destruir los cuatro viaductos que permitían el acceso a la ciudad antes de que las primeras oleadas de guerreros Skavens intentaran penetrar por ellos.

Algunos días después, los Skavens se infiltraron por los túneles que había bajo Middenheim, amenazando con destruir toda la ciudad desde el subsuelo. Pero Mandred no vaciló ante estas adversidades. La defensa de Middenheim fue liderada valientemente por el Conde Mandred quien coordinó una brillante defensa de la ciudad y de los túneles subterráneos durante las semanas siguientes. Aunque los equipos de mosquetes Jezzail eliminaron a muchos de los defensores que asomaban tras las murallas, y pequeñas partidas de Skavens se infiltraron numerosas veces en la ciudad a través de las alcantarillas, todos los avances logrados por los Skavens eran destruidos antes de que pudieran sacarles partido.

Sigmar Machaca Skavens

El Conde Elector Mandred, que siempre acompañaba a sus tropas allí donde el combate fuese más fiero, tanto en lo más alto de las almenas como en lo más profundo de las laberínticas alcantarillas, recorría a menudo personalmente los puestos avanzados en los túneles, levantando la moral de los sufridos soldados humanos al unirse con ellos en la oscuridad bajo las calles. Entre todos, los guerreros de Middenheim mantuvieron las hordas de ratas a raya y el Conde Mandred Mataskavens fue aclamado como salvador de la ciudad.

Se sucedieron los meses de escaramuzas y combates feroces en el interior del laberinto subterráneo bajo la ciudad; ocasionalmente, grupos de Skavens lograban salir a la superficie, matando y envenenando antes de ser cazados. Ordenó que los niveles inferiores de la ciudad fuesen inundados, acción que fue combinada con barricadas con defensas desesperadas en los túneles por parte de los Caballeros del Lobo Blanco y otros guerreros veteranos, y su gran valor y su liderazgo personal inspiraron a sus hombres a luchar con ferocidad y sin tregua contra los constantes ataques de los hombres rata.

Además, en estos momento de máxima presión para los defensores, la suerte estuvo de su lado. Los Skavens se vieron afectados por su propia plaga, y su número empezó a menguar a gran velocidad, y cuando comenzó la batalla en Sylvania, buena parte de las fuerzas de los hombres rata sucumbieron a las rencillas internas o se retiraron. Al principio de la primavera, la horda Skaven estaba demasiado diezmada por el hambre y la pestilencia como para mantener el asedio durante más tiempo.

Consciente de que aquella podría ser su única oportunidad de detener la espantosa horda de los hombres rata, Mandred reunió a los soldados y templarios que quedaban en la ciudad y cabalgó en dirección a los ejércitos Skavens, rompiendo el asedio y haciendo huir a los hombres rata. Antes de retirarse, no obstante, se aseguraron de establecer un puesto fortificado secreto a gran profundidad en los túneles bajo la ciudad de Middenheim. Esto supuso un verdadero punto de inflexión, ya que por todo el Imperio las que hasta entonces habían parecido ser invencibles hordas de alimañas se transformaron de pronto en una masa caótica en retirada.

Como regalo de despedida, los hijos de la Rata Cornuda dejaron la plaga dentro de Middenheim, ya atestada de refugiados que trataban de escapar de los Skavens y el duro invierno. En esas condiciones de hacinamiento, la Plaga Negra se propagó rápidamente, pero milagrosamente (como los sacerdotes de Ulric se apresuraron a afirmar) la plaga parecía haberse debilitado y solo una tercera parte de las víctimas murieron.

Cruzada contra los Skavens[]

En 1122, Manfred congregó bajo su mando a los Condes Electores supervivientes, y encabezó la subsiguiente cruzada contra los Skavens en el Imperio. Tras años de enfrentarse contra enemigos superados en número y asustados, los Skavens no se encontraban preparados para enfrentarse a una ola imparable de caballeros acorazados. Los hombres rata, diezmados por el hambre, la plaga, la guerra y las luchas internas, resultaron derrotados batalla tras batalla durante los siguientes dos años en Averland y Reikland. Se produjeron abundantes escaramuzas entre pequeñas fuerzas de Skavens y tropas del Imperio alrededor de pueblos desiertos y granjas de todo el país. Haciendo uso de todas las ventajas de que disponía, el ejército de Mandred cabalgó hacia el sur en dirección a Altdorf y rompió también el sitio a la ciudad. Su ejército creció, y se lanzó a una gran cruzada contra todos los hombres rata del Imperio.

A lo largo de los siguientes cinco años, los Skavens se fueron dividiendo y gradualmente fueron expulsados palmo a palmo del Imperio. Su postrero esfuerzo para intentar cambiar el signo de la guerra fue un contraataque conocido como la Batalla de las Colinas Aullantes, que estuvo a punto de salirles bien pero acabó por fracasar cuando Mandred en persona decapitó a Vrrmik, Gran Señor de la Guerra del Clan Mors (y además miembro del Consejo de los Trece). En ese momento, los Hijos de la Rata Cornuda perdieron toda esperanza de victoria. Para el año 1124, los Skavens fueron ahuyentados hasta sus guaridas bajo tierra, y el Conde Mandred Mataskavens, que había hecho adornar su yelmo con el cráneo del caudillo Vrrmik, fue aclamado como salvador del Imperio y coronado Emperador poco después.

Muchas fortalezas Skavens establecidas en los años anteriores seguían siendo desconocidas y los esclavos nunca fueron liberados, pero los Skavens habían agotado su poderío militar. Los Señores de la Descomposición se dieron cuenta de que estaban demasiado debilitados por la enfermedad y la guerra como para seguir luchando y aniquilar a los humanos por completo en ese momento. En realidad habían capturado tantos esclavos durante su última campaña que empezaban a ser peligrosamente superados en número por ellos en ciertas partes del Imperio Subterráneo, y el Consejo de los Trece temía una revuelta. Por tanto, el Consejo se reunió de nuevo en Plagaskaven, donde decidieron consolidar su posición y reconstruir la fuerza de los clanes antes de lanzar otro asalto contra el Imperio.

Sin embargo, eso tampoco fue posible. Durante los siguientes veinticinco años el Imperio se recuperó más rápido de lo que los Señores de la Descomposición habían creído posible. Bajo el dinámico gobierno del Emperador Mandred Mataskavens se reconstruyeron los pueblos y ciudades, y se repoblaron las tierras con los refugiados que volvían de Bretonia y Kislev. Aún peor para los Skavens, Mandred ordenó una constante vigilancia contra ellos a fin de impedir futuras incursiones, creando cuerpos militares específicos para dicha tarea como la Guardia de las Alcantarillas. En el Imperio Subterráneo, la revuelta de esclavos que se había predicho ocurrió finalmente, junto con brotes adicionales de la Plaga Negra que aniquilaron a clanes enteros (muchos Skavens sospechan que algunas de estas masacres fueron provocadas por clanes rivales).

Asesinato[]

Los Trece se reunieron en Plagaskaven en el invierno del 1151 al 1152, y los reproches y las acusaciones volaron de un lado a otro entre los Señores de la Plaga y los demás Señores de la Descomposición. Los clanes más afectados por la plaga reclamaron compensaciones, y salieron a la luz numerosas acusaciones acerca de intentos de asesinato. Finalmente se decidió retrasar de forma indefinida cualquier futura operación militar contra el Imperio... salvo por un único y quirúrgico acto de venganza.

Para proteger los puestos avanzados Skavens que aún existían en el Imperio, el Consejo de los Trece ordenó el asesinato del Emperador Manfred Mataskavens. Un maestro de asesinos del Clan Eshin llamado Natrik se infiltró en el palacio imperial y dio muerte al Emperador Mandred a finales de ese año. Completó astutamente su trabajo, dejando una serie de pistas falsas que implicaban el ataque de una bestia mutante, y escapó hacia las cloacas sin dejar rastro. Como había previsto el Consejo de los Trece, los Condes Electores no lograron encontrar un sucesor y se sumieron en disputas territoriales y rivalidades personales. Para el siguiente invierno, el Imperio estaba inmerso en una guerra civil y los Skavens vieron la oportunidad de restablecer sus fuerzas.

Hasta el momento presente ningún erudito ha logrado establecer conexión alguna entre la Plaga Negra, la incursión de los Skavens y el asesinato del Emperador. Con el paso del tiempo los Skavens dejaron de ser considerados una amenaza seria para el Imperio, y en cuestión de siglos todo lo que se sabía sobre ellos quedó tan envuelto en mitos y leyendas, que hoy en día muchos hombres se niegan a creer que ni siquiera existan.

Conflicto de Canon[]

En la mayoría de las fuentes, como en los Libros de Ejercito y la saga de Novelas de "The Black Plague", el apellido de Mandred es "von Zelt". Únicamente en el suplemento de rol Hijos de la Rata Cornuda aparece como "von Grotkaas".

Fuentes[]

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