Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
Registrarse
Advertisement
Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
Mercader Árabe

Los Mercantes Árabes son célebres por su extensa red de comercio, que se extiende por cada nación del mundo. Es gracias a su conocimiento sobre navegación que sus dhows pueden ser visto en multitud de puertos, intercambiando productos por las costas de las Tierras del Sur, en cada ciudad del Viejo Mundo e incluso en la mística Ulthuan. Los comerciantes árabes usan ropa larga, túnicas de tela oscura, turbantes elaborados y repletos de joyas, y son considerados muy astutos y despiadados. Con su influencia puede acceder a todo tipo de vienes y comercian directamente con Ind y Catai, lo que les permite controlar a placer los mercados de especias, seda y otros productos exóticos. Las largas rutas terrestres hasta el este, como la Carretera de la Plata y la Ruta de las Especias, están plagadas de mercaderes árabes, dirigiendo enormes caravanas dirección hacia Catai, los Reinos Ogros o las Tierras Oscuras. De hecho, el idioma oficial de comercio en el este es el árabe, siendo la lengua que se habla en multitud de asentamientos comerciales como Los Centinelas.

Aun con el gran dominio de los mercaderes árabes sobre las rutas marítimas, existen peligrosos competidores. Los Altos Elfos y los mercaderes de Catai son quizás los rivales más peligrosos de los árabes en las aguas. Esta rivalidad se materializó en una gran guerra comercial que comenzó en el año 1148 CI, la cual enfrentó a las tres potencias en una encarnizada batalla para dominar los mares del sur. Gracias a la riqueza de los Sultanes, sumada al poder marítimo de los corsarios, Arabia pudo sobreponerse a sus enemigos, y acabar por monopolizar buena parte de las rutas de comercio. A raíz de esta guerra, el Gran Sultán envió al explorador Ibn Jellaba a una larga expedición por la selva, estableciendo finalmente un comercio con los Hombres Lagarto de Zlatlan. Los mercaderes de Arabia ganarían renombre por ser los primeros y únicos capaces de comerciar con los Hombres Lagarto.

Algunos mercaderes árabes llegan procedentes de las tierras del desierto eterno, cruzando el mar hasta alcanzar el Imperio. Buscan la ciudad de la que han oído hablar en susurros aterrados y en las pesadillas de los niños. Buscan Mordheim, La Ciudad de los Condenados. Algunos se dirigen más al norte, hasta las aguas de Marienburgo, en busca de su rico comercio. Los comerciantes árabes aventureros navegan regularmente en sus dhows hacia las Tierras Desoladas, sabiendo que encontrarán compradores para sus sedas, especias y aceites. A lo largo de los siglos, una comunidad árabe pequeña pero próspera ha crecido en Marienburgo, y algunas familias han vivido allí durante generaciones. Otros viajan a las tenebrosas y macabras ciudades de los Elfos Oscuros, intercambiando un sinfín de esclavos con los más terribles Druchii. Y otros llevan a sus caravanas a Sylvania, para intercambiar pérfidos artefactos mágicos con los Amos de la Noche.

No todos los espadas de alquiler suelen son guerreros y los mercaderes de Arabia no son especialmente famosos por su habilidad bélica. Más bien desempeñan el papel de consejeros, buscadores de tesoros y coleccionistas de objetos arcanos. Estos personajes suelen encontrarse en los turbios bazares de calles poco transitadas y en oscuras tabernas. Tienen una extraña habilidad para encontrar los mejores objetos al mejor precio y saben adentrarse en el mundillo de los bajos fondos, mercados negros y comerciantes extranjeros para proporcionar material a los aventureros. Los mercantes árabes contratan a guardaespaldas en sus viajes, individuos que les protejan cuando llegue lo encarnizado del combate.

Son expertos en tesoros y antigüedades y buscan su propia fortuna en los artefactos olvidados enterrados bajo la ciudad pero para poder desenterrarlos necesitan los servicios de una banda. La relación es, por tanto, recíproca. Aunque los mercaderes rehúyen cualquier tipo de conflicto, sus empleados los suelen mantener a poca distancia, pues no se fían del mercader cuando lo que está en juego son tesoros y la gloria.

Imagen[]

Fuentes []

Advertisement