Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
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La Bruja, La Guardiana de las Almas, y la Tejedora de la Profecía

Heraldo de morai-heg carta

Morai-Heg es una criatura ancestral y marchita, es la diosa élfica de los Infiernos y la que cuida de las almas de los Elfos.

Descripción[]

Se cree que Morai-Heg conoce todos los secretos mortales. Ella, y sólo ella, conoce el futuro e interpreta los patrones del tiempo, y puede leer las líneas del tiempo en piedras inscritas con runas. Es ella la encargada de colocar las estrellas en el firmamento, por lo que puede leerse el futuro en el cielo nocturno. Morai-Heg tiene el destino en su arrugada mano.

Los Altos Elfos creen que conoce el destino de todos y que es capaz de presagiar cada muerte, por insignificante que sea. Es ella la que decide cuándo es el momento de vivir y cuándo es el momento de morir. Es ella la que envía a las Espectros Aullantes, sus sirvientas, a través del vacío, y se dice que su lamento es un presagio de muerte. También se dice que el Elfo que resista el penetrante lamento de un Espectro Aullante se convertirá en inmortal.

Morai-Heg es engañosa y cambiante, que normalmente se mantiene al margen de las peleas de otros dioses. La suya no es la frialdad distante de Asuryan, sino una neutralidad intrigante que aprovecha cualquier discordia celestial en su propio beneficio. Por lo tanto, no hay un dios de los Elfos que no le deba a Morai-Heg agradecimiento y venganza por igual.

A diferencia de los demás dioses, su imagen suele ser una Elfa vestida en ropas cochambrosas y sucias; quizá por ello es la deidad élfica que menos siguen los habitantes de Ulthuan. Fuera de Ulthuan apenas se oye hablar de esta Diosa, aunque por ejemplo los seguidores de Mórr, el dios de los muertos en el Viejo Mundo, se muestran respetuosos acerca de Morai-Heg.

El principal emblema de la Diosa de las Almas es un bastón nudoso y una vieja bolsa, y son los únicos adornos que llevan los escasos seguidores que tiene (todos vestidos con ropas oscuras), y muchas veces la bolsa representa las almas que Morai-Heg tiene en su poder.

Aunque no son enemigos, aquellos que rezan a Morai-Heg sienten una ligera antipatía hacia Lileath (es un sentimiento mutuo); sí que sienten un profundo odio hacia Khaine, hasta el punto de querer destrozar sus seguidores allá donde los encuentren.

Al parecer, los cuervos son los mensajeros de Morai-Heg. Surcan los cielos de Ulthuan y las tierras bárbaras de las razas jóvenes llevando retazos de la sabiduría de la diosa bruja a todos aquellos que tienen la inteligencia para interpretar las señales. Los regimientos de Arqueros de Ulthuan escuchan cada canción de los cuervos y lloran la muerte de cada miembro del coro. Algunos nobles afirman que estas acciones son los obsesiones de mentes sencillas, pero los arqueros no piensan lo mismo y creen que no se deben burlar de Morai-Heg. Ella sabe si las flechas encontrarán su destino o no, y este conocimiento le garantiza un poder que no debería ofenderse.

Fuentes[]

  • Ejércitos Warhammer: Altos Elfos (5ª Edición), pág. 75.
  • Ejércitos Warhammer: Altos Elfos (7ª Edición), pág. 48.
  • Ejércitos Warhammer: Altos Elfos (8ª Edición), pág. 40.
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