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Estandarte Nagarythe

Las Tierras Sombrías son una oscura y desolada región en el norte de Ulthuan, una tierra de climas inclementes y actos oscuros. Las Tierras Sombrías es el nombre que actualmente le dan los Elfos de Ulthuan al que en el pasado formaba parte del antaño bello y poderoso reino élfico denominado Nagarythe. Fue desde aquí que Malekith el Maldito lideró su guerra civil, pero esta tierra también sufrió durante ese conflicto.

Es una tierra repleta de leyendas. Aquí reinó Aenarion, el primer y más poderoso de los Reyes Fénix. Aquí fue donde Alith Anar, el Rey Sombrío, forjó su leyenda. Aquí fue donde se libraron las grandes batallas de La Secesión. Es una tierra repleta de amargos recuerdos tanto para los Altos Elfos como para los Elfos Oscuros. Aquí se hallan las tumbas sin nombre de incontables guerreros elfos que han muerto en la incesante lucha por el control de estas tierras. Ningún otro lugar en Ulthuan simboliza como éste la lucha entre la luz y la oscuridad.

Historia[]

Durante el reinado del primer Rey Fénix, fue allí donde Aenarion el Defensor estableció su corte junto a su Reina, la siniestra Morathi, y fue donde se ganaron las mayores batallas contra los Demonios. Los Elfos de Nagarythe lucharon contra el Caos durante muchos años, hasta que Aenarion finalmente acabó triunfando, y sus tierras fueron liberadas de los peligros de los Dioses del Caos. Esta desesperada lucha había endurecido y amargado a los habitantes de Nagarythe, de tal forma que, a partir de entonces, los otros Elfos los consideraban un pueblo cruel y sediento de sangre. Después de la muerte de Aenarion, el hijo de éste y Morathi, Malekith, heredó el Reino de Nagarythe, gobernándolo desde su corte en Anlec durante muchos años hasta la época de La Secesión.

Malekith, el Rey Brujo, todavía ambiciona la tierra de sus ancestros y recuerda la gloria de su corte en Anlec, la ciudad maldita. Durante un corto período de tiempo, el Rey Brujo se ciñó la Corona Sombría. A pesar de su maldad, los Elfos Oscuros tienen su orgullo. Nagarythe era su tierra natal, y no están dispuestos a que nadie más la posea, por lo que sus ejércitos la atacan una y otra vez, y las Arcas Negras de Naggaroth son vistas a menudo cerca de la costa de Nagarythe.

Descripción[]

Nagarythe es una tierra peligrosa donde la muerte llega rápidamente. Está deshabitada a excepción de las bestias salvajes y algunas bandas de guerreros. La lucha por el dominio de las Tierras Sombrías nunca ha terminado realmente. Una y otra vez, los Elfos Oscuros han regresado para reclamar su antiguo reino, y una y otra vez han sido expulsados por los ejércitos de los Reyes Fénix. Los Guerreros Sombríos, los últimos de los Elfos de Nagarythe que no fueron corrompidos, patrullan sus ancestrales tierras sin descanso, librando una guerra de guerrillas contra sus malignos parientes. Sólo se envían voluntarios para defender las Tierras Sombrías, ya que los combates allí son feroces y crueles, y la muerte llega rápidamente.

En el pasado, la población de Nagarythe que no se unió a Malekith se dispersó y se volvió nómada, vagando por el desierto del norte de Ulthuan. Organizados en pequeñas bandas, se especializan en la búsqueda y emboscada de asaltantes Elfos Oscuros. Prefieren las armaduras y túnicas oscuras y plumas decoradas con colores oscuros, especialmente azules y grises sombríos.

La Región[]

Tras la muerte de Aenarion, los Elfos se enfrentaron a una difícil elección. Algunos argumentaron que Malekith, que en aquel momento era el único hijo superviviente de Aenarion, debía suceder a su padre. Otros, sin embargo, temían en lo que Aenarion se había convertido después de que empuñara la Espada de Khaine, y les preocupaba que la maldición de la terrible espada hubiese sido transmitida a Malekith. Al final, fue Bel Shanaar que fue elegido para conducir los Elfos, y no el heredero de Aenarion.

Tierras Sombrías Concept Shadowlands-06

En un primer momento, Malekith ocultó su ambición de poder y su odio hacia los Elfos que le había negado su derecho de nacimiento. En cambio, hizo aliados y obtubo grandes victorias en la guerra, llegando a una posición de prominencia entre su pueblo solo por debajo del propio Rey Fénix. Fue entonces cuando hizo su movimiento, asesinando a Bel-Shannar y proclamarse el legítimo Rey Fénix. Sólo quedaba una cosa por hacer. Malekith tendría que demostrar que estaba capacitado para ser el nuevo rey de Ulthuan, y para ello tenía que introducirse en la llama sagrada del Templo de Asuryan, para ser juzgado por el más grande de los dioses élficos.

Cuando lo hizo, sin embargo, su corrupta alma fue rechazada por la llama y su cuerpo acabó totalmente quemado y desfigurado. Sus sirvientes se apresuraron en transportar al ambicioso señor a la tierra de Nagarythe,. Cuando la verdad del asesinato salió a la luz, los Altos Elfos declararon la guerra a Malekith y a sus seguidores. Cuando Malekith se rebeló contra el nuevo y verdadero Rey Fénix, dirigió a sus guerreros en una salvaje guerra de destrucción. Cuando fue derrotado por Caledor el Conquistador, y el curso de la guerra se le tornaba adverso, el hijo de Aenarion urdió un desquiciado plan para deshacer la magia del vórtice y dejar que el corrupto poder del Caos se derramara por Ulthuan, destruyendo a sus enemigos. El intento sólo obtuvo un éxito parcial, pero los resultados fueron devastadores.

Nagarythe

Se desataron energías violentas y apocalípticas, que destrozaron los reinos Élficos del oeste de Ulthuan. Un gigantesco muro de agua marina de mil metros de altura se estrelló contra Nagarythe y la mayor parte de Tiranoc quedó sumergido bajo las aguas, ahogando a incontables miles de Elfos. En el último momento, Malekith y otros hechiceros supervivientes entonaron hechizos para preservar sus mayores fortalezas, transformándolas en las flotantes Arcas Negras. Navegaron en dirección oeste, hasta que finalmente desembarcaron en las frías tierras norteñas del Nuevo Mundo. Malekith llamado esta tierra Naggaroth y su pueblo exiliado crearon su propia civilización. De esta forma, sus descendientes se convirtieron en los Elfos Oscuros, los malignos parientes y la antítesis de los Altos Elfos de Ulthuan.

Nagarythe fue completamente destruida durante la Secesión, y gran parte de ella reside ahora en las turbias profundidades oceánicas. En la actualidad, las pocas tierras del antaño orgulloso reino de Nagarythe que no quedaron destruidas se tratan con miedo y desconfianza, pues es una región torturada y retorcida, arrasada por el fuego y chamuscada por las energías mágicas destructivas. Extrañas criaturas mutantes acechan este sombrío y árido páramo de tierra gris y negra piedra. Los Altos Elfos nombrado este maldito lugar las Tierras Sombrías, pues parecía estar siempre en la oscuridad, habitada sólo por nómadas y bestias. Aunque las Tierras Sombrías se encuentran permanentemente arruinadas por la catastrófica guerra de la Secesión, los ejércitos de los Altos Elfos y los Elfos Oscuros convergen aquí constantemente para la batalla.

Tierras Sombrías Shadowlands fixture

Los ejércitos del Rey Fénix patrullan la costa de las Tierras Sombrías. Las torres de vigilancia que protegen los puentes en esa zona disponen de guarniciones de soldados veteranos a los que puede recurrir siempre que se perfile la amenaza de una invasión y un poderoso contingente de tropas veteranas permanece constantemente en Anlec, vigilando las ruinas para impedir que los Elfos Oscuros regresen a la antigua sede de su poder. Existen faros que guían los buques de los Altos Elfos que navegan incesantemente en busca de las temidas Arcas Negras de Naggaroth. Las costas de Nagarythe están sembradas con los restos de naufragios, naves hundidas en las incontables batallas navales que han tenido lugar en las aguas del Norte de Ulthuan.

Los habitantes de esta región son misteriosos e implacables, formando muchos de ellos parte de los temidos Guerreros Sombríos. En el resto de Ulthuan confían poco en ellos debido a su parentesco con los traidores de épocas anteriores. Irónicamente, este mismo vínculo de sangre conduce a los adustos guerreros de Nagarythe a luchar con una determinación despiadada. No hay ningún Alto Elfo con vida que no desprecie a Malekith y a sus Elfos Oscuros, pero la gente de Nagarythe odia a los habitantes de Naggaroth con una ferocidad que supera con creces la que tienen los guerreros de otras tierras. No hay paz en Nagarythe y la sangrienta guerra no cesará hasta que Malekith y cada uno de sus retorcidos seguidores hayan sido eliminados de la faz del mundo.

Sombrios Octava

Apenas quedan ciudades o pueblos en Nagarythe, pero hay numerosos campamentos ocultos de Guerreros Sombríos dispersos por las Tierras Sombrías, desde donde los últimos de los Elfos de Nagarythe que han permanecido fieles a su herencia patrullan por las desiertas tierras y costas de su patria. Nadie sabe cuántos campamentos existen, pero hay los suficientes como para que el Rey Brujo los considere una amenaza. A menudo, los arrogantes Exploradores Elfos Oscuros aseguran que han acabado con todos. Y sin embargo, cada vez que el Rey Brujo envía sus ejércitos a través de las llanuras del Norte, cortan sus líneas de abastecimiento, sus exploradores y avanzadillas son emboscadas y sus líneas de avance se ven plagadas de trampas letales. El Rey Brujo ha puesto una recompensa de un talec de oro por cada cabeza de Guerrero Sombrío que le traigan, pero a pesar de ello persisten. Aún así, a menudo estalla la guerra en las Tierras Sombrías. Los Elfos Oscuros avanzan hacia el Sur, intentando penetrar por alguno de los pasos fortificados, sólo para encontrarse frente los guerreros más resueltos del Rey Fénix.

La poderosa fortaleza de Anlec, desde donde tanto Aenarion como Malekith gobernaron a los orgullosos habitantes de Nagarythe, quedó destruida durante la Secesión. Desde aquella época, los Elfos Oscuros han regresado en numerosas ocasiones para reconquistar su antiguo reino, pero en cada ocasión han sido expulsados por los Altos Elfos. Las ruinas de Anlec han sido fortificadas, atacadas y destruidas en numerosas ocasiones, pero incluso así todavía siguen atrayendo a los Elfos Oscuros de regreso a las tierras de sus antepasados. Los dos bandos han luchado sin descanso por el control de la región desde entonces y algunos afirman que han muerto más Elfos combatiendo en las ruinas de Anlec que en cualquier otro sitio de Ulthuan.

Mapa[]

Mapa Nagarythe Lágrimas de Isha

Mapa Lágrimas de Isha

Asentamientos y Puntos de Interés de Nagarythe[]

Uniformes y Heráldica[]

En las fronteras interiores de Nagarythe están los únicos asentamientos permanentes, y de diferentes tamaños, y es en ellos donde se recluta a los pocos regimientos de lanceros y arqueros del reino. Sus siniestros estandartes contrastan con la gloriosa heráldica de los demás reinos. Los cuervos de Morai-Heg son símbolos comunes; los Elfos de Nagarythe rezan a la Morai-Heg, la Bruja para que los ayude en su venganza eterna.

Hace tiempo que los Yelmos Plateados de Nagarythe adoptaron nombres guerreros en lugar de los que tenían debido a su tradición o linaje. Esta costumbre data de la guerra civil, cuando las familias de Nagarythe fueron divididas y sus cortes desgarradas por la traición. En ese momento, muchos guerreros tuvieron la necesidad de ser juzgados por sus propios actos en vez de por los de sus familias. Por eso, muchos Yelmos Plateados y nobles pintan su heráldica familiar de color negro cuervo, azul de medianoche y rojo sangre y así esconder las marcas de su linaje.

Los Sombríos guardan en secreto el significado de su linaje y heráldica personal, algo que solo conocen sus aliados más cercanos. Muchos de ellos llevan colgantes de la diosa Lileath, el único ser que puede perdonarlos por sus despiadadas acciones.

Fuentes[]

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