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Estrella del Caos Blanco y Negro

El Caos es la energía que existe en un universo paralelo inmaterial, o realidad alterna conocida como el Reino del Caos, o la disformidad, un mar sin fin de energía, la cual forma las entidades del Caos y la magia. Las manifestaciones individuales más grandes del Caos son los Dioses del Caos, criaturas de inimaginable poder y recursos. Son manifestaciones de diversas características, formadas a partir de diferentes creencias y emociones de las razas inteligentes. Aunque la energía del Caos no tiene mente y es dirigida solo por otros, los Dioses han alcanzado un punto en el que tienen inteligencia, personalidad y objetivos propios.

Existen numerosas entidades plenamente conscientes y poderosas dentro de la disformidad. Sin embargo, aunque el Caos puede adoptar infinidad de formas y presentarse bajo los aspectos más insospechados, existen cuatro dioses principales del Caos, cuatro hermanos en la oscuridad, que son completamente ajenos a este mundo, y anatema para los dioses venerados por los cuerdos y los fieles y que gobiernan en la infernal dimensión del Reino del Caos. No se trata de un mundo material sino un lugar sin fronteras físicas o temporales, un vasto limbo de energía que existe más allá de la luz del sol o de las estrellas. Desde su privilegiado retiro más allá del tiempo y del espacio, los Dioses del Caos examinan las patéticas acciones de los mortales igual que un humano podría estudiar un hormiguero.

Realm of Chaos 8 por Tony Ackland

Los nombres de los cuatro grandes Dioses del Caos son los siguientes: el primero y más grande de todos ellos es Khorne, el Dios de la Sangre, al que también se le conoce como Señor de los Cráneos; el segundo en poder es Tzeentch, el que Transforma las Cosas, también denominado por algunos el Gran Hechicero; el siguiente es Nurgle, el Señor de la Podredumbre, que también es el Pestilente Señor de las Plagas. Nurgle es el más brillantemente inmundo de todos los Dioses del Caos; el último es el joven Slaanesh, el apuesto Príncipe del Caos, seductor y perverso con sus favores sobrenaturales. La meta de todo seguidor del Caos es atraer la atención de uno de estos Poderes Ruinosos.

Terribles, vengativos e insidiosos, los dioses del Caos pretenden corromper a todos los seres vivos para adecuarlos a su propia visión de cómo debería ser el universo. Estas cuatro Fuerzas Malignas pasan tanto tiempo enfrentándose, conspirando y luchando entre ellas mismas como con los demás seres del Mundo.

Los Dioses del Caos[]

Símbolo Caos Wayne England

Los Dioses del Caos observan durante un rato las evoluciones de una de las pequeñas criaturas hasta que las acciones de un individuo más interesante atraen su atención. A veces, su atención se desvía hacia cualquier otro lugar, quizás hacia otro mundo, o hacia algún otro de sus divinos intereses. Durante cierto tiempo, los mortales pueden seguir intentando hacer su vida sin interferencias de los Dioses Oscuros. Esto no es más que la naturaleza divina, ya que los dioses son caprichosos tanto en sus favores como en sus castigos, y sus planes escapan a la sabiduría que cualquier mortal pueda entender.

Cada uno de los Oscuros Dioses del Caos tiene sus propios devotos, sus propios Demonios, y sus propios territorios subdimensionales en el interior del Reino del Caos. Cada uno de ellos pugna por obtener la supremacía sobre los demás, y aunque alguno de ellos puede conseguir cierto predominio durante un tiempo, ningún dios del Caos ha logrado vencer definitivamente a ninguno de los otros. Cuando uno de los dioses aumenta demasiado su poder, los otros se alían contra él. Esta alianza acaba rompiéndose cuando los atacantes incrementan a su vez su poder, formándose nuevas alianzas cuando destaca un nuevo conquistador cuyo avance debe ser a su vez neutralizado. Su campo de batalla no es el Reino del Caos sino los incontables mundos de los mortales, de entre los cuales el Viejo Mundo es tan sólo uno más. Es por esto que los mortales libran sus guerras para improvisada diversión y momentánea satisfacción de los Dioses Oscuros.

Reino Caos John Blanche

El destino del Mundo tiene una significancia especial en las luchas entre los dioses y los mortales. En el remoto Norte del Viejo Mundo, Cathay y Naggaroth existe un área de oscuridad, una especie de portal de entrada, un vasto agujero negro que comunica el Reino del Caos con el universo mortal. En este punto, la morada de los mortales y el dominio de los dioses confluyen. La magia penetra a través de esta siniestra entrada, trayendo con ella muchos males menores, como Demonios y espíritus malévolos. De esta forma, el Viejo Mundo se encuentra en la frontera entre el universo mortal y el Reino del Caos. Cuando el Caos aumenta su influencia, la entrada se expande, y el límite Norte del mundo es absorbido por ella, consumido por el Reino del Caos. Si el poder del Caos logra vencer, todo el mundo puede ser engullido por el Caos, y las almas de todos sus habitantes quedarán condenadas a servir eternamente como esclavos de los Dioses del Caos.

Se cuentan innumerables historias sobre estos poderes ruinosos, y cada uno de ellos cuenta con numerosos epítetos y títulos. El pueblo teme incluso mencionar a estos dioses, pues invocar su nombre supone llamar su atención. Incluso los sectarios más blasfemos se encogen ante la mera mención de los nombres de sus maestros.

Los Cuatro Grandes Dioses[]

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Como se ha dicho anteriormente, las entidades del Caos más poderosas y con diferencia son los Cuatro Grandes Dioses del Caos, a veces también conocidos como "Dioses Oscuros" o "Poderes Ruinosos". Estas entidades son descritas como seres enormemente poderosos, que buscan extender sus poderes al reino de los mortales. Los hacen atrayendo a sus seguidores mortales prometiéndoles poder, dinero, inmortalidad o lo que deseen. Los dioses suelen ser caprichosos, creídos y piden absoluta lealtad a sus sirvientes, regalándoles lo que quieran y en la manera que les parezca más apropiada.

Dioses del Caos Menores[]

Realm of Chaos Emblema por Tony Ackland

Además de los cuatro Grandes Dioses del Caos, existen una multitud de dioses menores. Es imposible decir si estas entidades son distintas, o si son distintas partes de un mismo ser. Algunos dioses menores más conocidos son los mencionados debajo:

La Naturaleza del Caos[]

Las formas que adoptan los Poderes del Caos son muchas, variadas y a menudo salvajemente extrañas a los ojos de los mortales. Los Poderes del Caos toman diferentes apariencias para sus tratos con las diferentes razas, de modo que es imposible decir si la aparente multitud de poderes son realmente entidades distintas, o si son solamente aspectos del mismo ser.

Portal del Caos por Jonathan Kirtz Warhammer Online

Algunos afirman que el Caos ha generado un número infinito de dioses, que constantemente luchan entre sí por el dominio de todos. Otros dicen que todos los dioses aparentemente diversos del Caos no son más que diferentes aspectos y manifestaciones de un ser: El Gran Innominable, El Que No Debe Ser Nombrado, La Gran Abominación, El Señor del Caos, La Indescifrable Bestia Sin Forma y muchos otros Títulos.

Aquellos sabios y místicos mortales que se atreven a teorizar y debatir sobre la naturaleza de la Bestia, sólo logran atraer la atención malsana de las criaturas del Caos. Muchos humanos sabios han sido llevados, vivos y gritando, a los osarios de los Infiernos del Caos, allí para ser torturados en interminables discusiones con las llamas y los demonios del tormento.

La verdadera naturaleza de los dioses del Caos está más allá de cualquier comprensión. Ningún mero mortal puede esperar comprender estos asuntos, y sólo pocos se atreven a intentarlo. Lo mejor es no pensar demasiado en los dioses del Caos, ni intentar comprender sus guerras, rivalidades y reyertas. El grueso de la población del mundo conocido elige odiarlos y temerlos sin ningún intento de comprenderlos, y con razón. Sin embargo, por todo esto, algunas personas eligen adorar a los dioses del Caos, ignorando sus inconsistencias y aceptando su dominio en la esperanza de recompensas eventuales y un camino rápido hacia el poder.

Poderes Menores del Caos[]

Símbolo Gran Rata Cornuda

Las grandes fuerzas de Khorne, Slaanesh, Nurgle y Tzeentch son manifestaciones en el Reino del Caos, de rasgos de carácter colectivos. Para ser más precisos, están formados por creencias y emociones comunes asociadas con estados mentales particulares. Cuando un humano, u otra criatura inteligente muere, su yo-sombra se desplaza en la disformidad. Allí se reúne y se une con otras sombras con las que tiene afinidad. Estos aparecen como remolinos de energía dentro de la disformidad, remolinos formados por sombras que comparten una creencia o emoción residual común. Como sólo los estados emocionales más profundamente arraigados sobreviven a la muerte, el yo-sombra no es un reflejo apropiado de una personalidad humana o de otra personalidad sensitiva, sino sólo de sus creencias principales y las emociones que siente más fuertemente.

Cada uno de estos remolinos de energía representa un aspecto particular de la humanidad o de aquellas otras razas sensibles cuyos pensamientos y sentimientos han convergido hacia ellos. Así, las más grandes o más extensas son aquellas asociadas con las emociones y creencias más comunes o profundamente arraigadas. Estas son los cuatro grandes Poderes del Caos tal como las entendemos: Nurgle, Tzeentch, Slaanesh y Khorne.

Sin embargo, hay remolinos más pequeños dentro de la disformidad, vórtices menores girando alrededor de las franjas de las mayores potencias, creciendo, convergiendo, dividiéndose y moviéndose eternamente como las turbulentas aguas de un río profundo y turbado.

Los Poderes Nacientes y sus Dioses[]

Malal

El Yo-sombra de una criatura muerta generalmente no retiene la personalidad o la mente que la caracterizaban cuando está viva. Cuando las sombras se unen en la urdimbre, empiezan a alcanzar una conciencia propia. Cuanto más grandes se convierten, más estrechamente se acercan estas entidades a la conciencia plena. Los cuatro Poderes del Caos han alcanzado desde hace mucho tiempo la plena conciencia. También hay otros poderes que, aunque mucho más pequeños y menos potentes, están en proceso de creación. Parecen estar a la deriva dentro y fuera de la conciencia, o en un estado de sueño en el que perciben vagamente el mundo material. Estos son todos los poderes nacientes, fuerzas en proceso a existir, y un día alcanzarán la plena conciencia.

Los poderes nacientes también pueden crear demonios. Estos demonios se dan a luz durante momentos de relativa coherencia, o a veces como un desprendimiento de la mente soñadora del poder no-nato. Los demonios sólo tienen energía mientras que su poder es coherente o activo, aunque no se destruyen mientras su amo duerme, sino que se vuelven inactivos hasta que se despierta una vez más. Dichos demonios pueden interrumpir en la vida de los mortales al igual que otros demonios, promoviendo los intereses de su dios patrón y promoviendo los mismos rasgos, emociones y creencias que lo alimentan.

Demonios Independientes[]

Hemos visto cómo las cuatro grandes potencias tienen sus propios panteones de demonios, criaturas con forma por sus amos divinos y impulsadas por una parte de su personalidad. La energía que permite que estos demonios existan puede ser reclamada por su deidad si lo desea, disolviendo su energía de nuevo en el Poder del que derivó. No todos los demonios son de este tipo, sin embargo, también hay demonios independientes que no deben ninguna lealtad a ningún poder. Tales criaturas son pequeñas partes de la disformidad, remolinos discretos de energía mucho más pequeños que los grandes poderes, pero plenamente conscientes.

Veneración al Caos[]

El Caos es una fuerza seductiva. Aquellos que la abrazan pronto se encuentran corruptos por ella, tanto espiritual como físicamente. Evidentemente, los cultos del Caos son extremadamente secretos y es muy difícil infiltrarse en ellos, pero exiliar a los Mutantes a las profundidades de los bosques llenos de Hombres Bestia y hasta de Guerreros del Caos no hace más que aumentar su número de adoradores. Incluso en las regiones más civilizadas existen "sociedades secretas" dirigidas a lo mejor por algún Demonologista.

Adoración Abierta[]

Hechicero del Caos Nurgle warhammer Mark of Chaos

Los humanos de las Tierras del Norte rinden culto a un sinfín de dioses distintos y cada tribu posee sus propias deidades y espíritus, aunque todos ellos adoran a los cuatro grandes dioses del Caos y los consideran los maestros de los dioses menores. Los hombres del Norte no tienen a sus dioses por seres diabólicos (como creen los supersticiosos hombres del Sur), sino que consideran que son entidades muy poderosas e inescrutables que, en cierto modo, resultan tan individuales e impredecibles como los propios mortales. Creen que tan poderosas criaturas se encuentran mas allá del juicio moral de los simples humanos. Se considera que el deber de todo guerrero es honrar a los dioses y que los dioses tienen el poder de recompensar o destruir a los guerreros según sus caprichos divinos. Todo esto es incuestionablemente cierto para ellos, hasta el punto de que discutir la certeza de dichas creencias equivaldría a discutir la existencia del sol o de la luna o de otras fuerzas de la naturaleza.

Los cuatro grandes dioses del Caos son evidentemente Khorne, Nurgle, Tzeentch y Slaanesh, pero en el Norte también se les conoce con otros nombres y títulos diferentes. Sin embargo, todas las tribus reconocen a los cuatro dioses independientemente del nombre que reciban y casi todas las tribus acogen a uno de ellos como su dios protector, el progenitor y el mecenas de los suyos. Los dioses menores son tan numerosos que, más que deidades, son espíritus o demonios, a menudo específicos de cada tribu. En muchos casos, fueron una vez grandes héroes de la tribu, caudillos u otros individuos favorecidos por los dioses cuyas acciones fueron tan heroicas que, en lugar de morir, se convirtieron en inmortales y ahora viven junto al dios de su tribu en un estado de gloria perpetua.

Partida de guerra guerreros del caos por Adrian Smith

Todos estos dioses disponen de sus propios hechiceros, lugares sagrados y templos, repartidos por todo el mundo. Muchas de las tribus del Norte son nómadas y raras veces visitan sus templos: quizás una vez al año durante las ceremonias que se llevan a cabo para reverenciar al dios protector de su tribu. Aunque estos lugares sagrados permanezcan desocupados la mayor parte del tiempo, ningún hombre del Norte seria tan irrespetuoso o estúpido como para profanar un templo del Caos. Para los hombres del Norte sus hechiceros son una mezcla de sacerdotes y guerreros y los consideran los miembros más importantes de la tribu.

Cada Paladín del Caos adorará a una sola deidad por encima de todas las otras. Se dice que aquellos cuyas feroces hazañas les distinguen a ojos de su patrón han sido marcados por su dios de alguna manera, un signo del favor de su amo y una advertencia para los rivales de ese dios de que esa alma ya ha sido reclamada. Estos son los más extravagantes de los Guerreros del Caos, puesto que gozan de un gran favor a cambio de su total dedicación.

Sectas del Caos[]

Sectario encapuchado por Sven Bybee

En los Desiertos del Caos al norte del mundo y en el Reino del Caos al otro extremo de la puerta interdimensional, el poder del Caos reina sobre todo. No es difícil entender por qué un salvaje ejército de bárbaros, mutantes y Hombres Bestia elige adorar a las entidades inmensamente poderosas conocidas como los Dioses del Caos. Parece tan natural como que las fuerzas alineadas contra ellos les odien.

Menos explicable es que sectas secretas de partidarios del Caos sean regularmente desenmascarados en las comunidades del Viejo Mundo y mas allá, en grandes ciudades, pequeños pueblos, campamentos militares e incluso comunidades religiosas. La mayoría de la gente se queda anonadada al escuchar cómo gente respetable se ha volcado en la adoración del Caos. La razón que ellos no pueden entender o ni siquiera creer es precisamente lo que otorga a las sectas del Caos y a sus miembros su poder.

Los dioses que son venerados en el Viejo Mundo son, en términos generales, benévolos. Aunque dioses como Ulric y Ranald tienen sus lados oscuros, su adoración normalmente celebra en sociedad las cosas buenas. Aquellos que buscan la oscuridad, la pasión y los impulsos caóticos se ven forzados a la adoración del Caos. A veces no son conscientes de que el nuevo dios que han descubierto en realidad forma parte del Caos: hay veces que los sectarios se horrorizan al descubrir, demasiado tarde, que se han aliado con Hombres Bestia, con semillas del Caos y con el terrible poder de los perdidos y los malditos.

Adoración demoníaca por Tony Ackland Demonio Caos

La adoración de los dioses del Caos es seductora. Siempre se realiza en secreto. La única forma de verse involucrado es mediante una invitación personal, aunque puede no ser tan difícil como parece: los sectarios siempre están al acecho de posibles conversos. Dejan caer seductoras indirectas, sin revelar del todo sus actividades, y es muy posible que los reclutas caigan en las garras del culto antes de darse cuenta de su verdadera naturaleza.

Aunque la adoración a los Dioses del Caos están oficialmente prohibidos dentro de las fronteras de casi todos los reinos mortales, no por ello se practican menos en secreto, existen numerosos sectas oscuras dentro de los reinos de los Humanos, Elfos y Enanos entre otros, y su influencia (y la de sus seguidores) se deja sentir en todas partes. Aunque presentan cierta diversidad de formas, todos estos cultos veneran a las fuerzas malignas, los innombrables dioses del Caos. Tarde o temprano, toda persona que ponga al poder y a la dominación terrestre por encima de los valores de libertad y fraternidad (y hay muchas) es atraída irremediablemente hacia el Caos. El poder de los dioses caóticos está extendiéndose lenta pero inexorablemente a través del mundo como si se tratara de las raíces de un odioso hongo venenoso y demencial; su crecimiento y la podredumbre que atrae son asquerosas.

Lo cierto es que el reclutamiento de nuevos miembros se hace más fácil gracias a la ilegalidad de los cultos del Caos. Puesto que discutir sobre ello o educar a la gente sobre su verdadera naturaleza está prohibido, los ciudadanos del Imperio, Bretonia y otros lugares no están avisados sobre la verdadera naturaleza de los dioses del Caos. Por ello, las cosas que ellos asocian con el Caos son muy distintas a las que encuentran en los cultos. Muchos jóvenes sentimentales encuentran que la idea de rituales misteriosos encaja con sus deseos religiosos. Aquellos que intentan retirarse al descubrir la verdad suelen terminar sirviendo a los dioses del Caos contra su voluntad en el papel de víctimas de sacrificios.

Tomo de Corrupcion por Ralph Horsley

Algunos cultos del Caos sólo existen en una zona, mientras que otros se extienden por todo un reino, organizados a través de una red de viajeros y comunicaciones clandestinas para mantenerse en secreto. La confidencialidad es primordial: el contacto entre miembros del culto fuera de una reunión del culto sólo tendrá lugar a puerta cerrada, o mediante palabras codificadas o signos. Un individuo tendrá que ascender muy alto en el culto antes de saber con seguridad quiénes son los demás miembros del culto. Hay sectas que celebran sus ceremonias de adoración en las que todos los miembros llevan máscaras y túnicas. Si un culto fuera descubierto por un cazador de brujas, cuantas menos identidades conozca cada miembro, mejor.

Hay pocos cultos del Caos que existan sólo para adorar a su dios. La mayoría de ellos tienen una meta o visión para la que trabajan: infiltración, sedición, seducción, pánico, anarquía, destrucción o la propagación de una plaga, por nombrar unos cuantos. Aunque dos cultos compartan el mismo objetivo, es muy probable que tengan ideas incompatibles sobre cómo alcanzarlo. También atraen a diferentes tipos de personas y veneran de distinta manera. Lo que todos tienen en común es su ilegalidad y el secretismo de sus actividades. Tienen poca lealtad entre ellos: muchas veces las denuncias más importantes o la revelación de la existencia de un culto es obra de un miembro de un culto rival. Estas organizaciones raramente tienen contacto con los seguidores más salvajes del Caos fuera de los pueblos y ciudades del Viejo Mundo: los Hombres Bestia, los mutantes o los cultos de Caos proscritos que viven alejados de la civilización.

Cultista de Slaanesh de Ryan Barger

A menudo son erradicados por las órdenes religiosas, pues esos grupos herejes suponen una amenaza para la correcta adoración. También se emplean fuerzas oficiales (como los cazadores de brujas del Imperio) para destruir estas sectas, ya que amenazan de igual modo la ley y el orden del mundo. Pero no importa cuánto se esfuercen, siempre aparecen más cultos para sustituir a los que han sido purgados. Los corazones humanos parecen un terreno fértil para las semillas de la corrupción. Los sectarios de estos dioses han rechazado todo lo que es decente y sagrado. Hay algunos necios que creen poder ser, por ejemplo, sacerdotes de Sigmar, y recurrir en secreto al Caos para obtener placeres prohibidos. En poco tiempo queda claro que es imposible servir a dos amos distintos.

A veces la gente no se da cuenta de que se han unido a uno de estos cultos hasta que es demasiado tarde. Muchas de estas sectas atraen a sus víctimas con promesas falsas, y luego les obligan o disponen algún tipo de incriminación para mantener su lealtad. Algunas niegan que haya ninguna traza de herejía en su doctrina y rituales; otras afirman que realmente adoran a uno de los dioses oficiales, y que las órdenes religiosas están cometiendo un error. Existen infinitas variantes, pero en general, las descripciones que siguen describen la mayoría de los cultos que los cazadores de brujas sacan a relucir.

Cultos Estéticos []

Culto de la Iluminación por Tony Parker

Estos cultos son reuniones de artistas, eruditos, músicos y poetas. Mediante la adoración a las fuerzas malignas obtienen inspiraciones heréticas, habilidades antinaturales y popularidad no merecida. A veces se reúnen en torno a un líder carismático. Esta clase de cultos proliferan en ciudades y pueblos prósperos.

Cultos de Sangre[]

Estos cultos son encuentros de guerreros, psicópatas, matones y asesinos. Celebran el fin de la vida y el derramamiento de sangre. Los miembros de estos cultos reciben una fuerza sobrenatural, un ansia por la sangre y un oscuro deseo por la muerte. A veces los miembros de estos cultos practican la automutilación.

Cultos de Corrupción[]

Estos cultos están integrados por aquellos que han sido deformados por el Caos, que se agrupan por su seguridad. Estos mutantes suelen mantener ocultas sus corrupciones y bendiciones secretas. A veces estos cultos pretenden propagar sus mutaciones sobre otros.

Cultos de Muerte[]

Estos cultos están formados por los condenados. Ya sea ulcerados por la enfermedad, o por miedo a morir, pretenden complacer a sus maestros sembrando la muerte y la enfermedad en otros. Muchos de estos cultos esperan que haciéndolo serán los últimos en morir.

Cultos de Placer[]

Culto al Placer por Magali Villeneuve Altos Elfos Oscuro

A menudo estos cultos sibaritas están formados por los ricos, los nobles y la ambiciosa clase media. Dedicados a los placeres de la carne y la mente, estos grupos indulgentes saborean libremente todas las frutas prohibidas en su búsqueda de juventud, belleza y experiencias nuevas. Muchos de ellos no parecen cultos, sino simples clubes y asociaciones.

Cultos Políticos[]

Estos cultos están formados por miembros de gremios, mercaderes, políticos y todo tipo de servidores públicos. Dedicados a fines políticos, utilizan los poderes oscuros obtenidos mediante su adoración para desvelar conocimientos secretos, destruir a sus adversarios y hacerse con el poder. Muchas de estas sociedades secretas no parecen cultos, sino que ocultan sus oscuros propósitos bajo diversos niveles de iniciación.

Imágenes[]

Fuentes[]

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