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"El Paso del Fuego Negro ha visto lo mejor y también lo peor de nosotros. Su historia está escrita con la sangre de nuestro pueblo, y aunque nos haga ricos aún soporto que hemos pagad un precio muy alto por nuestra proximidad a este lúgubre y terrible sitio."

Ludwig von Hoss. Una Historia de la Provincia de Averland. Volumen XIX.
Paso del Fuego Negro arte conceptual Warhammer Total War

El mayor y más famoso de todos los pasos de las Montañas Negras es aquel al que los Enanos bautizan como Haz-Drazh-Kadrin en Khazalid, aunque es mucho más conocido como el Paso del Fuego Negro. El Paso se encuentra al sureste del Imperio, en la provincia de Averland, conectando con los Reinos Fronterizos y los territorios del este.

Descripción Geográfica[]

Paso del Fuego Negro arte conceptual Warhammer Total War - (2)

El Paso del Fuego Negro es un profundo precipicio que atraviesa las Montañas Negras, que se formó formado hace mucho tiempo cuando violentas erupciones volcánicas partieron las Montañas Negras en dos. Hoy en día, este abismo es una espeluznante grieta cubierta de fantasmales paredes de lava solidificada, y bellos y altos acantilados negros de cristal volcánico pulido. Las escarpadas, amenazadoras y altas paredes de roca negra del paso se abren para formar un valle más o menos en la mitad de su recorrido. De sus grietas en la base de los acantilados surgen extraños vapores de color negro que se alzan hacia el cielo.

Ha sido durante mucho tiempo un lugar de gran importancia estratégica, siendo la ruta preferida de los invasores Orcos para atravesar las montañas y también es la principal ruta entre el Imperio y las escasamente pobladas tierras de los Reinos Fronterizos. Además, la Vieja Carretera Enana atraviesa el Paso del Fuego Negro, uno puede recorrer la ruta de la Vieja Carretera Enana hasta los bosques de los Reinos Fronterizos y llegar hasta las puertas de la gran fortaleza Enana de Karaz-a-Karak, uniendo el Imperio con los reinos de los Enanos. Allí, la Carretera Enana se convierte en la Carretera de la Plata, y recorre las Montañas del Fin del Mundo, emergiendo del Desfiladero de la Roca Muerta al pie del Monte Lanza de Plata en las Tierras Oscuras.

Ciudadela de Karaz-a-Karak

La importancia geoestratégica del paso no es nada exagerada; pues es una de dos rutas más importantes que atraviesan el imponente anillo montañoso que protege las fronteras orientales del Imperio. La otra ruta, situada al norte, es el largo y antiguo Paso de los Picos, que va desde Ostermark y pasa por Karak-Kadrin, o la Torre de los Matadores. El Paso del Fuego Negro siempre ha sido una espada de doble filo debido a esta escasez de rutas accesibles a través de las montañas. Es a la vez un agujero en la armadura del Imperio, pues es la ruta preferida de los ejércitos invasores; y también una ruta de vital importancia, ya que es un camino comercial esencial que conecta al Imperio con los restantes Karaks enanos, Tilea y los anárquicos Reinos Fronterizos.

El Paso del Fuego Negro se encuentra en el centro de un triángulo, en cuyos vértices se encuentran tres grandes Karaks Enanos. Al norte, tallado en los acantilados cerca de Agua Negra, se encuentra Karak-Varn, la Fortaleza del Lago. Las montañas alrededor del Karak son ricas en gromril, un metal meteórico muy apreciado por los Enanos, lo que enriqueció a Karak Varn como resultado. Sin embargo, la prosperidad del Karak-Varn no duró. Unos mil quinientos años antes de la coronación de Sigmar, salvajes terremotos sacudieron las Montañas del Fin del Mundo y Agua Negra se resquebrajó, inundando los niveles inferiores del Karak. Como perros salvajes percibiendo la debilidad de su presa, un poderoso contingente de skavens invadió la ciudad a través de sus túneles subterráneos mientras una vasta horda de pieles verdes atacó desde la superficie, cada uno decidido a aprovechar la tragedia para reclamar el Karak como suyo. Los debilitados enanos no tenían fuerzas para resistir y la ciudad fue conquistada, para nunca ser reclamada.

Guía Enano por Pat Loboyko

Al sureste se encuentra Karaz-a-Karak, el Pico Eterno, la antigua capital del antiguamente poderoso Imperio Enano. El Señor del Pico Eterno es el Gran Rey de todos los Enanos, y los clanes nobles de la ciudad fortaleza remontan sus árbol genealógico hasta los mismos dioses ancestros. El Gran Libro de los Agravios y el Libro del Recuerdo, poderosas herencias de los Enanos, descansan en la fortaleza. Se dice que Karaz-a-Karak nunca ha caído, y cuando uno pone sus ojos en sus formidables defensas es fácil, creerse estas historias, pues los Enanos nunca alardean por nada.

Por último, al suroeste se encuentra Karak-Hirn, la Fortaleza del Cuerno. Nombrado para el sonido aterrador causado causada por los vientos que soplan a través de una cueva enorme en el corazón del karak. Los Enanos utilizan este peculiar fenómeno natural para convocar a guerreros y para advertir a ootros asentamientos de cualquier amenaza inminente. Con el paso de los años, los habitantes de la Fortaleza del Cuerno han construido cámaras de resonancia y enormes puertas para cambiar el tono y la duración del sonido e incluso han aprendido a encender hogueras en las profundidades de la ciudad para hacer sonar la nota a voluntad.

Jinetes Lobo Goblins atacando carruaje

Gracias a la victoria final de Sigmar sobre las tribus Pieles Verdes, el Imperio se estableció como una gran potencia y el Paso adquirió una mayor importancia económica, así como militar. El Paso del Fuego Negro en un enlace entre el Imperio y sus vecinos, especialmente con Tilea al suroeste, y con el tiempo hombres y bienes comenzaron a fluir libremente entre las dos naciones. El paso es también la única conexión del Imperio con los escasamente poblados Reinos Fronterizos, tierras salvajes y salvajes fuertemente disputadas y bajo constante amenaza de las tribus de Orcos y Goblins. El comercio depende en gran medida del ascenso y caída de numerosos y pequeños reinos y ciudades, pero al Imperio le interesa que los Reinos Fronterizos se mantengan firmes, porque si caen el Imperio puede encontrarse bajo asedio.

Averland ha prosperado como resultado de su proximidad al paso, enriqueciéndose gracias al comercio que fluye a través de las montañas. Las mercancías son llevadas a Averheim, y luego por río hasta Nuln. Sin embargo, esta prosperidad está siempre mancillada por el conocimiento de que Averland, y por ende el propio Imperio, siempre serán vulnerables a invasiones procedentes del Paso del Fuego Negro.

Historia[]

Portada La leyenda de Sigmar Heldenhammer por Jon Sullivan Orcos

El Paso del Fuego Negro ha sido el escenario de muchas batallas a lo largo de la historia, por lo que este lugar está lleno de espadas y corazas roñosas y huesos descarnados, pertenecientes a las víctimas de las innumerables batallas que han ocurrido en ese lugar. De entre todas ellas, esta profunda grieta en la roca es conocida en todo el Imperio por ser el emplazamiento de una batalla épica, y la más significativa de todas, en la que Sigmar se impuso a las hordas de pieles verdes y en el que fue proclamado emperador.

En el Paso del Fuego Negro, un gran contingente de Enanos liderados por el Gran Rey Kurgan Barbahierro se unió al ejército humano a las órdenes de un joven Sigmar, para enfrentarse y finalmente destruir una gran horda de pieles verdes. Después de la batalla, el rey Barbahierro pronunció un gran juramento por el que los Enanos se comprometieron a proteger los accesos de las montañas orientales a las tierras de los hombres. En el año siguiente, Sigmar fue proclamado primer emperador, uniendo las tribus dispersas de seres humanos bajo una misma bandera.

Desde ese momento, los ciudadanos del Imperio se han asentado en el Paso del Fuego Negro, y el sitio de la antigua batalla donde Sigmar luchó es un importante lugar de peregrinación, con multitud de santuarios y estatuas conmemorativas a Sigmar, Kurgan y el resto de héroes de aquella batalla a lo largo del paso.

Lugares de Interés[]

Vieja Carretera Enana[]

Ver artículo: Vieja Carretera Enana.

Llanura Musgo Sangriento[]

El valle en la desembocadura del Paso del Fuego Negro toma su nombre del musgo rojizo que crece sobre los afloramientos rocosos del paisaje. Fue aquí donde las fuerzas de Sigmar se reunieron antes de su famosa batalla, ya que muchas tribus se unieron para marchar hacia el paso para enfrentarse a la horda de pielesverdes.

El lugar de reunión es un sólido edificio de piedra que se encuentra junto a la Vieja Carretera Enana, supuestamente marcando el lugar donde Sigmar y los reyes tribales se reunieron en consejo. Contiene un santuario dedicado a Sigmar pintado con los nombres de los jefes tribales que juraron lealtad a su nuevo Emperador. A menudo hay peregrinos en oración aquí.

Torreón Fuego Negro[]

A ocho kilómetros del paso, en un punto donde las paredes montañosas están a menos de un kilómetro de distancia, se encuentra una gran fortificación, testimonio de la interminable amenaza de invasión desde el sur. Erigidas sobre una colina de granito, las feas torres del Torreón Fuego Negro brindan una vista panorámica del este y el oeste. Sus enormes paredes están ennegrecidas por los numerosos asedios de los pielesverdes que ha soportado a lo largo de los siglos. El suelo alrededor se ha limpiado de vegetación y rocas para proporcionar un amplio espacio de matanza para la fortaleza.

Los estandartes de Karl-Franz y Averland ondean desde las almenas - hay una guarnición permanente de las tropas estatales de Averland conocida como la Guardia de Montaña. Por lo general son algunos de los soldados más resistentes de la provincia, están bien equipados y son arrogantes. Esta es la primera línea de defensa real contra la invasión del Imperio y la Guardia de Montaña tiende a ver a todos los que están en la "retaguardia" detrás de ellos como blandos. Es muy poco probable que cualquier grupo sea admitido en la fortaleza, a menos que tenga una dispensa de la élite de la nobleza o del ejército de Averland.

Las Estaciones del Éxodo[]

Desde las Llanura Musgo Sangriento en adelante, hay una serie de cinco santuarios que supuestamente trazan el viaje final de Sigmar - el Santuario del Amanecer, el Santuario del Jabalí, el Santuario del Lobo, el Santuario del Crepúsculo y el Santuario del Cometa Divino. La mayoría son poco más que columnas de piedra tallada o marcos de madera decorados. Cada uno está decorado con cometas e imágenes de Sigmar en batalla, o caminando con compañeros jabalíes y lobos. El Santuario del Divino Cometa se encuentra cerca de Vithang Dum; es el último en el camino y considerado el más sagrado.

El Campo de Batalla y el Templo de la Santa Fundación[]

Parcela de Hongos por Yoann Boissonnet

Este es el lugar donde Karl Franz se alzó con la victoria contra las pieles verdes en la tercera Batalla del Paso del Fuego Negro. El campo es más estrecho de lo que cabría esperar, en ocasiones de no más de doscientos sesenta metros. El acantilado se alza varios metros, levantándose en líneas casi antinaturalmente rectas. Se puede ver que por toda la roca lisa y vítrea del paso agujeros y daños causados por los impactos y destrozos causados por la detonación de cañones y morteros. Fragmentos de vidrio volcánico, tan largos como el brazo de un humano, fueron destrozados por las explosiones y lanzados a lo largo del campo, permaneciendo como jabalinas clavadas en la tierra. El suelo aquí es fino y negro, y a menudo se ven armas rotas y desechadas o armaduras medio cubiertos por la escasa vegetación, o simplemente abandonadas y oxidadas.

Una hilera de enormes rocas, donde Sigmar colocó a su ejército, se destacan en el valle, otro recordatorio de la importancia de la ubicación. Las rocas han sido cuidadosamente grabadas con largas oraciones a Sigmar, que se enrollan alrededor de cada roca en espirales devocionales. El Nido del Águila, una roca de 30 pies de altura desde la que Sigmar se lanzó contra las hordas de Orcos, balanceando Ghal Maraz, se alza con orgullo en el medio, imponiendo reverencia.

En los perímetros del campo de batalla, se han levantado toscas tumbas amontonando la piedra negra del paso, dando lugar a túmulos lo cuales la mayoría carecen nombre y decoración. Es probable que contengan los restos de aquellos demasiado pobres para ser transportados a casa, o simplemente demasiado desfigurados para ser identificados. Nadie sabe lo que estos hombres hicieron en la vida, pero en la muerte son magnificados.

En el rincón sur, bajo un sauce llorón encorvado como si soportara el propio peso del Imperio, hay un monumento menos sencillo. Se trata de la réplica de una espada elegantemente tallada en madera de haya fijada al tronco del árbol, la inconfundible representación de un Colmillo Rúnico. Fue aquí donde Marius Leitdorf, Conde Elector de Averland, cayó en combate singular contra el señor de la guerra orco. Se han esparcido flores silvestres alrededor de la base del árbol, que han arraigado con abandono salvaje, floreciendo en un batiburrillo de formas y colores. Es un tributo apropiado a la memoria del conde.

El Templo de la Santa Fundación se levanta sobre este suelo santísimo. Este es el noveno o décimo templo aquí, ya que la ubicación ha demostrado ser especialmente vulnerable a los ataques. Aunque pequeño, es un edificio robusto presidido por el padre Otto Rotmund. El sacerdote no puede hablar después de que perdió la lengua cuando fue torturado por Hombres Bestia en el Drakwald. Es un veterano duro y extremadamente piadoso. Por lo general, hay entre 5 y 10 peregrinos que sirven en el templo en penitencia por algún pecado percibido.

Vithang Dum[]

El Paso del Perro Loco se encuentra con el Paso del Fuego Negro justo más allá del campo de batalla. Vithang Dum, una estación de paso enana construida originalmente para caravanas comerciales, se encuentra en el punto donde se encuentran los dos pasos. Todavía está en uso, y los viajeros pueden proteger a sus caballos dentro de las paredes, permanecer en la austera sala común y comprar víveres básicos de Urd Perdición de Pedernal, el severo guardián. Los techos son bajos y los muebles blandos escasean, pero Vithang Dum está fortificado.

Las Tres Madres[]

A poco más de una milla de Vithang Dum se encuentra un grupo de estatuas de ancestros enanos, que representan a Valaya y otras dos mujeres enanas. Estas están finamente talladas en la cara del acantilado y están intactas a pesar de su evidente edad. Los Enanos que pasan rinden homenaje a estas estatuas como representantes de todas las madres Enanas.

Zan Mingol[]

Dos millas más allá de las Tres Madres se encuentra la torre de vigilancia en ruinas de los Enanos llamada Zan Mingol, ahora poco más que una sólida base hecha de granito rojizo. Las runas en Khazalid de la antigua puerta de entrada identifican el nombre de este bastión perdido. Más al sur se llega al campamento de mercaderes de Vossheim, la enorme Fortaleza Enana de Kazad Kolzharr, y el paso termina en Munzig, la ciudad de los Reinos Fronterizos.

Santuario de Sigmar[]

Templo de Sigmar por Jonathan Kirtz

El paso se estrecha por un corredor dentado de roca retorcida. Todo es sombrío y oscuro. La luz del sol apenas penetra y los zarcillos de vapor negro se deslizan de los respiraderos en la roca para retorcerse y danzar bajo los pies de los viajeros. Decenas de cadáveres de Pieles Verdes cuelgan de árboles atrofiados que bordean el camino, sirviendo de advertencia contra los de su raza. Sin embargo, junto a ellos, también se pude ver el cadáver colgado de algún mutante o servidor de los dioses oscuros, con las palabras Caos escrita a cuchillo en el pecho.

No muy lejos de aquí se encuentra un Santuario a Sigmar. Es un edificio algo sencillo, pero no menos inspirador a pesar de la falta de ostentación. Un marco de resistente roble había sido colocado cuidadosamente en una pequeña grieta en la roca, entre dos y tres metros de altura. De esta manera está al abrigo de lo peor de los elementos. La madera oscura había sido intrincadamente tallada con escenas de la primera gran batalla del Paso del Fuego Negro, y aunque la mayor parte del detalle había sido desgastada por el paso del tiempo, se puede identificar claramente la furiosa carga final de Sigmar. El marco también está decorado con decenas de sellos de color rojo rubí, con los pergamino llenos oraciones bailando alegremente con la brisa, susurrando sus liturgias al cielo.

En el centro del Santuario hay una escultura de Ghal Maraz, el poderoso martillo de guerra cubierto de pan de oro que ha visto mejores días. Junto a él hay una cepillo estampado con la cruz de Sigmar y toscamente forjado con una sola pieza de estaño. Frente al Santuario hay filas de velas colocadas simples estantes de hierro que iluminan el lugar con haces de luz dorada y parpadeante.

Ídolos Pieles Verdes[]

Ídolo Orco por Jonathan Kirtz

De tanto en cuanto se puede encontrar ídolos de los dioses Pieles Verdes. Bandas de asaltantes Orcos y Goblins recorren el lugar para atacar a aquellos que atraviesan el paso, asesinando a todos, saqueando lo que pueden y destrozando sin pudor lo que no se pueden llevar. Las patrullas imperiales y Enanas siempre destruyen estas blasfemias en cuando tienen ocasión, pero con el tiempo los pieles verdes volverá a erigir otros.

Los ídolos suelen ser de un tamaño prodigioso, construido con cualquier material aprovechable, desde maderos hasta estiércol, alrededor de un afloramiento rocoso, hasta levantar un ídolo con el burdo aspecto de una cabeza de orco, aunque con sus facciones tremendamente exageradas: la frente suele ser pequeña y afilada y la mandíbula enorme, llena de estacas y/o pedazos dentados de roca, aunque no se sabe si esto es parea representar toscamente los dientes o para mantener fija la estructura. En las profundidades de sus fauces se dejan ardientes antorchas, que parpadean misteriosamente por la noche, proyectando sombras fundidas que emergen a través de la estructura.

Los ídolos suelen estar adornado con pintadas y las palabras mal escritas como una vil burla del Reikspiel. Armas rotas, cadáveres y otras ofrendas (desde baratijas a uniformes de las tropas de Averland, incluso muñecas de juguete) son ofrecidas a los salvajes dioses Pieles Verdes, amontonan alrededor de la base de los ídolos.

La Roca del Rey[]

Kurgan Barbahierro por Wayne England

Tras pocos días de viaje, se llega a la Roca Negra, un titánico trozo de basalto volcánico. De casi doscientos metros de altura, se asoma desde el lado del Paso como un negro coloso resplandeciente. La roca está estriada, recorrida por venas de mica plateada que brillan con la luz.

Estrictamente hablando, se trata de una formación natural, erosionada a lo largo de los siglos por el viento y la lluvia, modelada por la insondable fuerza de las propias montañas, sin embargo, como muchos notarán, tiene el aspecto de un guerrero enano. El hielo que desciende de los altos picos ha tallado grandes surcos en la roca dando el aspecto de una barba que recorre la roca en líneas rectas hasta llegar casi al suelo. No tiene brazos, pero si se alza el cuello y se mira al cielo, la cima presenta unas características no muy distintas a las de un enano, y en lo alto, hay un afloramiento rocoso que a todo el mundo le parece una corona real. Cuando llueve, el agua se acumulaba en los huecos de lo que serían sus grandes ojos pétreos, antes de caer al suelo dando la sensación de que la roca está llorando.

Alrededor de la base , se han tallado una serie de murales que representan las acciones del rey Kurgan en la Primera Batalla del Paso del Fuego Negro. El detalle es extraordinario y tan claro como el día que fue tallado. De alguna manera parece haber resistido a la erosión que ha afectado al resto de la Roca Negra. Se puede ver claramente el escudo de Kurgan, con el bravo Gran Rey Enano situado orgullosamente en el centro de su formación. Debajo de las imágenes hay una sencilla inscripción en Khazalid que dice.

La edad no le cansará, ni las historias su gloria disminuirán. Es Inmortal, al igual que la piedra de la que fue forjado.

Aunque no es un santuario, al menos no en el sentido estricto, los Enanos dejan dádivas y ofrendas en la base de la roca. Tablillas de piedra, algunas jarras, un o dos barriles de cerveza, y varios mensajes en escritura Rúnica.

Cuevas Aullantes[]

Cueva setas y hongos Goblins Nocturnos por Jonathan Kirtz Warhammer Online

En ciertas secciones, la ruta se convierte en un lugar terrorífico, pues cada paso viene acompañado por el aullido lastimero de un animal, una letanía angustiada y torturada que aumenta y muere, pero que nunca se desvanece en el silencio. Como asociado a estos terribles sonidos, las extrañas nieblas que salen de las cumbres, retorciéndose en fantásticas formas que bailan y saltan por encima de los oscuros respaldos de los gigantes dormidos que nos rodean.

Los guías relatan la leyenda de las Cuevas Aullantes. Aparentemente, un Ogro Dragón Shaggoth, una criatura de la montaña tan antigua como la propia creación, hizo un pacto con los poderes ruinosos, pues su corazón era negro y deseaba la inmortalidad por encima de todas las cosas. Los volubles y caprichosos dioses oscuros respondieron a su oración y transformaron su cuerpo en piedra para vigilar los altos picos hasta el fin de los tiempos. Todavía permanece allí, observando, esperando, mientras se encuentran atrapado en las montañas, lo que le ha echo enloquecer con el tiempo y grita su ira en el cielo, esperando una tormenta lo suficientemente grande como para liberarlo de su prisión rocosa.

Se pueden ver entrada a la caverna, por encima de los transeúntes. Filas de estalactitas y estalagmitas, viscosas y húmedas por la humedad salen de la roca alrededor de la boca de la caverna. Es un lugar intensamente misterioso y para aquellos que desean ascender la brutal subida hay una pequeña escalera tallada en el acantilado, construida por los Enanos hace muchos siglos. Cada escalón está decorado con runas y patrones entrelazados con forma de nudos. Se eleva casi verticalmente, serpenteando alrededor de un gran peñón de basalto hasta la base de la cueva. Presumiblemente, la cueva estaba llena de minerales, o algo de interés para los enanos, pero pocos se atreven a entrar a comprobar si es cierto. Cuando el viento sopla, el aire se mueve sin descanso a través de afloramientos dentales de piedra contorsionada produciendo el aterrador sonido. Una mente racional pensaría que aquello es causado simplemente por un capricho de la naturaleza, pero la historia del Ogro Dragón maldito sirve como un recordatorio constante de que el peligro de caer en el Caos no es cosa baladí.

Templo Enano[]

Templo enano black fire pass

Tras recorrer un túnel, se llega a una gran caverna llena de centenares de pilares, de más de siete metros de diámetro. Unos cuantos continúan de pie, pero la mayoría se ha desmoronado, y sin ellos el techo está algo hundido. Los escombros están esparcidos y la esquina sureste se había derrumbado por completo. Este lugar solo puede describirse como un templo, tal vez de unos seiscientos cincuenta metros de largo por apenas sesenta y cinco de ancho. En un extremo hay un estrado o altar de algún tipo. Se pueden encontrar runas Enanas en todas partes, aunque están demasiado gastadas como para que se pudieran leer con cierto grado de precisión. Hay numerosas numerosas estatuas alienadas de guerreros Enanos, todos vestidos con parafernalia bélica. Son dos veces más alto que un humano, aunque sólo la mitad eran reconocibles pues la mayoría se habían desmoronado o transformados en polvo. Parecen estar ordenados cronológicamente, porque la complejidad de la armadura y la magnificencia de sus armas disminuían cuanto más se alejaba del estrado. Dependiendo de las perspectiva, esta secuencia podría representar el declive de los enanos, o visto en la dirección opuesta, la ascensión.

Además de estos desperfectos, por todo el entorno había marcas de quemaduras, rastros de hollín, y un agujero irregular con restos de una roca de un color verde oscuro y espeluznante.

Fortalezas y Torres de Vigilancia[]

Torre de Vigilancia por Sumerky-d5i2igr

El Paso de Fuego Negro tiene numerosos fuertes dispersos y torres de vigilancia. A pesar de ser estructuras sólidas, muchas de ellas muestran signos de deterioro, especialmente en las partes más profundas del paso que se han descuidado durante décadas. Estos están ocupados de forma intermitente por la Guardia de Montaña de Averland y los Bergjaeger, destacamentos de guardabosques que exploran las montañas en busca de amenazas. Los viajeros pueden ser admitidos en estos pequeños fuertes durante la noche si no parecen de mala reputación o si podrían ser útiles en una pelea.

Las historias cuentan que el Paso del Fuego Negro estuvo una vez forrado por una serie de Atalayas Enanas denominadas los Centinelas. Cubiertos con balizas y gobernados por una pequeña guarnición, eran una primera línea de defensa para los antiguos karaks. Ahora solo queda el Dok-a-dum, el “Observador en la Oscuridad” en Khazalid, pues el tiempo y la guerra han reclamado a sus hermanos, controlados por por soldados de Averland y no por Enanos.

La atalaya está tallada con enormes bloques de roca volcánica del tamaño de casas unidas sin problemas en un semicírculo, apoyándose en una cara del acantilado escarpado a mitad de camino del Paso. Los gruesos muros de piedra, fuertemente erosionados por el viento y la lluvia, tienen casi siete metros de espesor en su parte más ancha y están apoyados en los acantilados por ambos lados. Cada uno de los contrafuertes ha sido tallado en la forma de una deidad enana, con la cabeza erguida en alto como si estuviera cantando. El imponente muro cuenta con una sola puerta con la altura de dos hombres y la anchura de cinco, reforzado con grandes bisagras de bronce manchado de sucio verdigrís. Sólo es accesible por medio de un camino que serpentea a través de los riscos hasta el Paso, tan estrecho que dos hombres podrían defenderlo contra un ejército.

La atalaya está formada por cuatro niveles, cada uno con cinco habitaciones, aunque su diseño semicircular hacen algunos espacios curiosos. Los dos primeros pisos comprenden los cuarteles con literas para cincuenta hombres y cinco oficiales. El tercer piso alberga la cocina y varios pequeños trasteros donde se guardan los suministros para el invierno. La carne en salazón, el grano y las frutas forman la mayor parte de las provisiones, aunque el vacuno de Averland es una adición agradable en ciertas ocasiones. La planta superior es en gran medida un espacio de almacenamiento y de recreo.

Antiguamente, en lo alto del Centinela, solía haber dos lanzavirotes montados en un piso rotatorio, que se podían posicionar para obtener un disparo certero al paso a través de una aspillera corta y ancha en la pared exterior, pero estas maravillas de la ingeniería se han quitado desde hace mucho tiempo. Encima de la torre, tallada con una maravillosa piedra teñida azul en la forma de un cuerno, se encuentra la baliza. Se dice que las luces parpadeantes de las balizas del Centinela se pueden ver por encima de las Montañas Negras, lo que dio lugar a la expresión de Averland "un sol occidental", que significa un presagio de peligro y amenaza inminente.

Vossheim[]

Karak-Kadal[]

Garganta Perdida[]

Imágenes[]

Mapas[]

Fuentes[]

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