Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
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Guarda de Caminos 4ª edición

"Con el ojo avizor y el arma preparada, recorres las carreteras del Imperio haciendo cumplir la ley."

Descripción de la profesión.

"No cabe duda de que la intención de estos hombres es buena, pero carecen de la convicción y la determinación necesaria para enfrentarse a cualquier cosa peor que bandidos. ¡De hecho, las patrullas de caminos no son mucho mejores que los forajidos a los que persiguen! Pero son buena compañía en un combate."

Kleber Reinhard, Cazador de Brujas.

El Viejo Mundo está formado por reductos de civilización levemente conectada entre sí mediante carreteras y caminos, que suelen ser estrechos y traicioneros. Muchos son apenas mejores que pistas de tierras. Los pocos caminos decentes tienen peajes y se obliga a los usuarios apagar una tasa. Además, no hace falta decirlo, raramente estas rutas son seguras, pues la mayor parte de la tierra esta cubierta de densos bosques o son territorios salvajes, terreno ideal para bandidos, mutantes, Hombres Bestia, Goblins y demás amenazas, que cavan fosos y tienden trampas a jinetes y diligencias.

A causa de estas amenazas, numerosas instituciones recurren a los servicios de alguaciles profesionales, llamados Patrullas de Caminos, Guardas de Caminos, o Vigilantes de Caminos. Estas patrullas de representantes de la ley rondan las carreteras y rutas del Imperio informando de los problemas, o solucionándolos y protegen a los viajeros y sus pertenencias. Se trata de una tarea colosal, pues el simple hecho de viajar de una ciudad a otra es toda una aventura, a pesar de la vigilancia constante de las patrullas de caminos. En teoría, los peajes pagan el mantenimiento del camino, pero esto no siempre es así, y la seguridad y honestidad de los Portazgueros aún debe someterse a prueba.

Descripción[]

Patrulla de Caminos por Britt Martin

"¡Qué puedo decir, el peaje es un penique por pata! Son las reglas. No hay nada que yo pueda hacer. Quizá deberías buscar un camino diferente para llevar tus abejas hasta Grünburgo."

Andreas Muller, peajero puntilloso.

Es peligroso recorrer los caminos del Viejo Mundo. Las carreteras entre ciudades serpentean a través de extensiones de territorio salvaje donde pieles verdes y hombres bestia cazan a los viajeros, y monstruos voraces buscan presas fáciles. Más cerca de la civilización, los bandoleros asaltan las diligencias y los forajidos roban a los grupos de viajeros. Los delincuentes utilizan las carreteras como lugares apartados para hacer negocios, los contrabandistas interceptan los cargamentos lejos de los ojos de los alguaciles y los ladrones con artículos interesantes se encuentran con peristas en las posadas.

Los nobles y burgueses organizan patrullas de guardias de caminos para proteger a los viajeros y enjuiciar a quienes utilizan las carreteras con fines ilegales. Estos hombres de la ley viajan en grupos a lo largo de los caminos de su jurisdicción, que tienden a ser todos los caminos en un área gobernada por un noble en particular, o a lo largo de una ruta comercial en particular. En cierto sentido, los Vigilantes de Caminos son el ejército estatal de las regiones no civilizadas, dirigiendo a pequeños grupos de milicianos, vigilan los caminos, en busca de indicios de hombres bestia, forajidos o partidas de guerra Goblins, haciendo todo lo posible por instaurar lo más parecido al orden en la región.

Si se encuentran con criminales o bandidos, lucharán contra ellos y pueden intentar tomar prisioneros. Si se enfrentan a un enemigo que resulta demasiado fuerte para ellos, intentan cabalgar hasta el asentamiento más cercano y organizar una milicia para hacer frente a la amenaza. Ocasionalmente, también cabalgaran escoltando al carro o diligencia con carga o pasajeros de importancia. Las Patrullas de Caminos deben operar dentro de los límites de su jurisdicción, lo que puede limitar su efectividad. Es probable que aquellos que se desvíen a otra jurisdicción sean tratados como saqueadores y, a su vez, se encuentren enfrentados por otra patrulla de guardias de caminos.

Patrulla de caminos tercera edición rol

Los guardas se sustentan mediante un sistema de peajes, tasas que a menudo recaudan personalmente. Los guardas de caminos de éxito son bien recibidos y muy respetados, y a menudo se les proporciona alojamiento en todas las posadas a lo largo de su ruta. La mayoría de guardas de los caminos principales forman parte del Ejército Estatal, patrullando las vías importantes en tiempo de paz, por lo que están bien entrenados y resplandecen en pulcros uniformes. Los caminos menos frecuentados se tienen que conformar con los equivalentes locales, algunos de los cuales sacan partido en beneficio propio de su posición y de la falta de supervisión. Algunos guardas prefieren permanecer sentados en sus seguras y fortificadas cabinas de peaje a recorrer los caminos, pero los viajeros a menudo se resisten a entregar su dinero si los caminos son peligrosos y están en mal estado.

Por desgracia, las patrullas de caminos son demasiado poco numerosas para contener eficazmente al Caos y a las amenazas de las espesuras. Por ello, la mayoría cuentan con la ayuda de los guarniciones y milicias locales para enfrentarse a amenazas mayores. Sin ellas, los patrulleros de caminos tendrían que enfrentarse solos a la oscuridad, lo que reduciría su número aún más. No obstante, la mayoría de las veces los peores peligros han de ser afrontados por grupos pequeños de patrulleros.

Luchar contra los horrores de la noche es un oficio peligroso, y los largos periodos de servicio acaban afectando a estos individuos. Muchos patrulleros de caminos se convierten en feroces fanáticos y condenan a muerte a los acusados ante la más mínima evidencia. Otros se vuelven locos y recurren a los dioses oscuros, uniéndose a aquellos a quienes deben enfrentarse. Cada fracaso moral fomenta la desconfianza y el recelo de los viejomundanos, dificultando aún más el trabajo de los soldados que aún no están corruptos.

Equipo vigilante de caminos

Los guardas de caminos suelen encontrar aventuras de forma frecuente. Cualquier cosa poco habitual que sucede en el campo suele estar cerca de una carretera bien patrullada. Cuando hay problemas, se envía a los guardas de caminos para resolverlos. Si persiguen el asunto y se ven implicados en una investigación, no hacen sino su trabajo, e incluso podrían obtener una paga extra por su tiempo, incluso si la aventura resultante les lleva lejos de los terrenos de su ronda habitual.

Algunos vigilantes de caminos se cansan de esta vida y buscan escapar de sus peligrosas e ingratas tareas. Dada su profesión, los Vigilantes oyen historias acerca de todo tipo de tesoros y aventuras de los bandidos y proscritos capturados, y a veces la tentación se hace demasiado grande y parten en busca de aventuras. Aquellos que lo hacen, harán bien en escapar de la atención de sus antiguos empleadores, quienes pueden sentirse ofendidos por que recursos como pistolas y caballos que sean utilizados en la búsqueda de ganancias privadas.

Historia[]

Vigilante de caminos-0

"Así que el otro día me paró una vigilante de caminos. Me dijo que tuviera cuidado con un personaje poco escrupuloso que patrullaba los caminos y cobraba a los indefensos viajeros tres peniques para dejarles pasar. Le di las gracias por el valioso consejo. ‘‘Que Taal te guíe’’, me dijo, ‘‘son tres peniques’’."

Ullrich, buhonero.

Poco después de que Sigmar ordenase la construcción de calzadas a Talabheim y Nuln, resultó evidente que a no ser que se apostaran soldados para proteger los caminos, sería imposible recorrerlos. En aquellos tiempos, las peores amenazas eran los pieles verdes que suponían una fuerte continua de destrucción tanto para humanos como para Enanos. Pero el Emperador, en su sabiduría también comprendió que no todas las provincias tenían una densidad de población tan grande como la de Reikdorf, y que muchas carecían de los hombres y recursos necesarios para mantener constantemente la seguridad. Así, el Emperador encomendó a su guardia personal que patrullase los caminos durante su construcción, otorgándoles autoridad para impartir justicia de acuerdo con la ley.

Tras aquellos primeros días del Imperio, los guardias de caminos y tíos cambiaron. Aquellos hombres y mujeres dejaron de ser una extensión de la voluntad del Emperador, y sus sueldos salieron de las propias arcas de los Condes Electores. Con el tiempo las patrullas de caminos (como se dieron a conocerse) evolucionaron hasta convertirse en los hombre de ley que son hoy.

Patrullas Fluviales[]

Además de las patrullas de caminos, el Imperio emplea una fuerza especializada que patrulla las vías fluviales del Imperio en veloces embarcaciones. Mientras que las patrullas de caminos luchan contra forajidos y bandidos, las patrullas fluviales combaten a piratas y contrabandistas. Aunque la esclavitud es supuestamente ilegal en el Imperio, algunos mercaderes sin escrúpulos compran campesinos bretonianos y los pasan de contrabando a su nación para que trabajen en sus campos o sus fabricas. Las patrullas fluviales suelen operar a lo largo del río Reik, cerca de las ciudades más grandes, por lo que los tramos que hay entre ellas suelen considerase los más peligrosos.

Patrullas de Caminos Conocidos[]

Curiosidades[]

  • En la primera edición de rol, a esta profesión (en inglés Roadwarden) se tradujo como Vigilantes de Caminos. En la Segunda Edición como Patrulla de Caminos, y en la cuarta como Guarda de Caminos.

Fuentes[]

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