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Bandera de Remas - Man O' War Corsair

Remas es una gran y antigua ciudad situada en la costa de Tilea. La ciudad es muy populosa y es famosa por su poderoso ejército mercenario, compuesto en su mayor parte por regimientos de piqueros procedentes de las mesnadas de las numerosas casas de mercaderes.

La ciudad-estado de Remas ha sido una república relativamente estable durante muchos siglos gracias a estas tropas, que han resistido a tiranos y presuntos conquistadores en innumerables ocasiones.

Historia[]

Remas se convirtió en una república durante el largo periodo de hambre que se produjo en Tilea. Estas hambrunas fueron causadas por plagas de ratas y ratones que se comieron el grano de los campos y los graneros. La situación llegó a ser tan apurada que tuvo que importarse grano de dondequiera que hubiese excedentes; aunque, gracias a la habilidad de los comerciantes y navegantes tileanos, se lograron buenos acuerdos y se trajo grano de lugares tales como Bretonia y el Imperio.

Algunos Príncipes Mercaderes cayeron en la tentación de acumular grano para que aumentasen los precios. Por supuesto, se produjeron revueltas populares y estos Príncipes fueron derrocados, que es lo que ocurrió en Remas y Verezzo.

El peor desastre que le ha ocurrido a Remas fue la incursión de Elfos Oscuros del año 1487 CI. La flota de galeras de Remas que habitualmente defendía la entrada al puerto estaba al completo en alta mar; y, además, los Elfos Oscuros se aprovecharon de una niebla poco propia de la estación para alcanzar la entrada al puerto. Sin embargo, sus naves fueron detenidas en la terrible Batalla del Puente, en la que una gran parte del puente fue saqueado e incendiado por los Elfos Oscuros, quienes también se llevaron a mucha gente como esclavos.

La guarnición mercenaria de Remas pudo mantener ambos lados del puente bajo su control hasta que el enemigo, saciada su sed de destrucción, decidió marcharse. Este ataque enfureció a toda Tilea y, finalmente, el puente fue reconstruido hasta recuperar su antigua gloria. Los ciudadanos mantienen aún hoy en día un profundo odio hacia los Naggarothi, así que se sienten muy satisfechos de proporcionar mercenarios, artillería y galeras de guerra a precios de descuento a cualquiera que esté en guerra con ellos.

Debido a su situación central, Remas se halla a menudo en un estado de guerra con sus grandes rivales comerciales: Miragliano, Verezzo y Luccini. Se han producido numerosas batallas navales entre las flotas de Remas y Luccini y también contra los piratas de Sartosa. Tobaro, no obstante, es a menudo la aliada de Remas, por lo que mercenarios procedentes de Remas han ayudado a los Príncipes de Tobaro a mantener su ciudad frente a bastantes asedios y numerosas intrigas.

Gobierno[]

Merece la pena examinar cómo está gobernada la República de Remas, puesto que es una de las más antiguas y menos corruptas. Al ser una república, en Remas no hay un solo gobernante, sino un concejo de cincuenta miembros escogidos, que son nombrados por las buenas personas de Remas, y un triunvirato elegido por esos cincuenta que los rige a todos.

Cada una de las poderosas familias de mercaderes está representada en el consejo. Esta asamblea debate cada asunto, toma decisiones y crea leyes. Cada año se eligen al azar tres miembros del consejo para presidirlo como triunvirato, por lo que la política de la república ese año vendrá determinada por los intereses especiales de los triunviros o de sus familias. Así pues, si uno de los triunviros está interesado en las aventuras comerciales, probablemente la república financiará una expedición comercial ese año. Si uno de los triunviros es un mecenas de las artes, es de esperar que la república tenga un nuevo edificio público decorado por los mejores artistas de Tilea. Si uno o más de los triunviros es un famoso y afortunado general mercenario, ¡los estados vecinos se preocuparán bastante y empezarán a renovar sus defensas!

Por desgracia, una de las debilidades del sistema de gobierno de Remas es que, a veces, los triunviros se enfrentan entre sí. Esto provoca que se produzcan guerras civiles ocasionalmente, en las que dos de los triunviros se enfrentan entre sí con sus fuerzas mercenarias. Los repentinos cambios de bando entre los triunviros que se enfrentan no son nada infrecuentes, ¡lo que lleva a la confusión entre las tropas incluso en mitad de la batalla! Una de las causas más habituales de problemas se da cuando uno de los triunviros intenta convertirse en príncipe único y sus colegas se oponen a ese intento de golpe de estado en interés de la república. A menudo, un intento de esa naturaleza puede frustrarse mediante el asesinato o una breve serie de batallas callejeras que lleven a la condena o al exilio de los aliados del aspirante a tirano.

En teoría, cualquier ciudadano puede sentarse en el concejo, aunque en la práctica sólo los más ricos entre los príncipes comerciantes llegan a hacerlo. Pero, a pesar de todo, deben ser muy cuidadosos respecto al poder del que hacen alarde. En Remas ha habido numerosas guerras y levantamientos cuando algún triunvirato ambicioso ha decidido intentar arrebatarle el poder al concejo, o cuando el concejo mismo se ha vuelto demasiado corrupto e interesado. Probablemente, las insurrecciones es lo que más teme la gente de esta ciudad.

Por encima de todo, el pueblo piensa que controla al gobierno, aunque no hagan otra cosa que cambiar las caras que ocuparán el concejo cada año. No les gustan las demostraciones de fuerza de ningún tipo, no toleran que haya un ejército numeroso dentro de las murallas, un ejército que podría ser utilizado contra ellos.

La Ciudad-Estado[]

Construida sobre el extremo de una enorme península de casi cien millas de largo por casi la mitad de ancho, la ciudad rodea por completo una gigantesca laguna salada, un cuerpo de agua de forma casi perfectamente redonda. Se ha especulado mucho sobre que la laguna no era un accidente natural, sino una vasta obra construida por los Altos Elfos para sus naves comerciales, que habían abandonado la región hacía mucho tiempo. Los grandiosos bloques de cantería que ascienden de la laguna como colmillos de piedra, y otras ruinas que yacen justo bajo la superficie del agua, ciertamente daban prueba de que los elfos habían utilizado el lugar, aunque no lo hubiesen creado.

Cualesquiera que fuesen sus orígenes, los Elfos ya se habían marchado, y donde podría haberse hallado en otros tiempos su puesto avanzado, los hombres habían levantado una ciudad aún más grandiosa. Los tejados de tejas y las paredes enlucidas de Remas se extienden por un lado de la laguna y rodean por completo las orillas. Hoy en día, aunque el puerto original se halle en ruinas, todavía cobija a la gran y poderosa flota de Remas.

Remas es una ciudad próspera que medra con las mercancías que llegaban al puerto, tanto de tierras tan próximas como Luccini, como de lugares tan lejanos como Marienburgo, o tan exóticos como las ciudades de Arabia. No es inaudito que un barco comercial de los Elfos de Ulthuan o uno de los grandiosos acorazados de hierro con motores de vapor procedente del puerto de Barak-Varr, de los Enanos, visite la ciudad.

Además de esa actividad comercial, la ciudad de Remas presume de tener la más próspera flota pesquera del Viejo Mundo. Una gran parte de la abundante pesca era conservada en sal y enviada a todo lo ancho y largo de Tilea, lo que aporta aún más oro a los cofres de la ciudad.

Gran Puente de Remas[]

La estrecha embocadura de la laguna también ha sido reclamada por la ciudad; siendo atravesada por un puente colosal, muy elevado que reposa sobre descomunales pilares de piedra para permitir que los rápidos y elegantes barcos de guerra de Remas accedieran fácilmente al mar. Mide casi tres kilómetros de largo por casi cuatrocientos metros de ancho, y está totalmente construido con granito pulimentado, pesada roca gris a la que daban soporte gigantescos pilares de piedra situados debajo. Está construido en una escala que impresionaría incluso a un Enano, aunque no parece que no hay ni rastro de la influencia de los ingenieros de dicha raza.

Este puente no sólo soporta el peso de la calle que une ambos lados de la ciudad, sino también el de numerosas casas y palacios de gran belleza que, situados a ambos lados de la calle y con grandes balcones colgantes daban tanto al interior de la laguna como al mar. Estás son las casas de los más ricos Príncipes Comerciantes de Remas, aquellos que conformaban el concejo gobernante, compuesto por cincuenta hombres, y el triunvirato, que era elegido entre ellos para decidir cómo sería dirigido y ejercido el gobierno.

Cada una de estas opulentas moradas intenta superar a las demás en su ornamentación y la majestuosidad de sus fachadas. Los palacetes se alzan hasta tres, cuatro e incluso cinco plantas, y sus estructuras sobresalían mucho más allá del puente, apoyadas en sus propios pilares de acero y madera. A despecho de la ostentosa extravagancia que revestía la estructura, cada palacete está sólidamente construido, como una pequeña fortaleza por derecho propio. Las ventanas de las plantas inferiores son estrechas, demasiado pequeñas para que ni siquiera un Goblin pudiese deslizarse a través de ellas. Sólo los pisos superiores cuentan con grandes cristaleras de vidrio coloreado y enormes claraboyas, aunque menos abundantes que en distritos de similar riqueza de Luccini y Miragliano.

Gigantescas columnas y estatuas dominan la fachada de cada palacete, mientras que los coloridos estandartes y banderas que lucen los blasones heráldicos de Remas y los de cada una de las nobles casas flamean en la fresca brisa marina sobre cada torre y aguja que se alzan encima de las lujosas moradas. Además de los escudos heráldicos, las banderolas de numerosas compañías mercenarias ondean sobre los palacetes, como silencioso recordatorio para los enemigos de una casa en particular, de qué partida de soldados protegía a la familia y sus intereses.

Entre los palacetes, a intervalos regulares, hay un fortín ancho y bajo, una pequeña estructura de dos plantas. Cada fortín tiene una batería de cañones. Una medida de protección a raíz del saqueo que sufrió la ciudad a manos de una flota de corsarios elfos, un acontecimiento que jamás ha sido olvidado ni perdonado. Si una flota como aquélla se atrevía jamás a llevar a cabo un ataque semejante, lamentaría la decisión.

Cada extremo del puente está protegido por una sólida puerta de hierro, guardada a ambos lados por un par de torres. Las puertas están guardadas por miembros de la guardia republicana contratados por el concejo de Remas para la protección de todas las casas nobles y, ostensiblemente, de todos los habitantes de la ciudad. Controlan cuidadosamente el tráfico que entraba en el puente y hacen retroceder a cualquiera que presente un aspecto demasiado andrajoso para tener asuntos legítimos que atender allí.

Las torres que hay a ambos extremos del puente son enormes; alzándose hasta el doble de la altura del más alto de los palacetes y se inclinan hacia fuera, sobre el agua, en ángulos que desafiaban de un modo tan demencial a la fuerza de gravedad que parecían imposibles, incluso con los muchos y colosales contrafuertes de piedra que surgían del agua para darles apoyo.

Zona Portuaria[]

En las calles que van desde el Gran Puente de Remas hasta el puerto medran toda clase de negocios. Abundan las cervecerías, tiendas de vinos, tabernas y licorerías, con carteles de madera que exhiben nombres que a menudo eran tan creativos como vulgares. Burdeles, fosos de lucha, casas de juego y tugurios de raíz de bruja incitan abiertamente a sus clientes de la calle con imágenes vívidamente pintadas de los vicios que ofrecen saciar.

Aunque las calles estrechas impiden ver la laguna, los indicios de su proximidad se evidencian por todas partes. Las calles están llenas de hombres de una docena de territorios distintos: marineros de Tobaro, guardiamarinos de Marienburgo, vendedores de oscura piel procedentes de Arabia, capitanes de barco de Estalia, etc... Pescadores corrientes se abren paso entre la muchedumbre, con una chorreante red llena de escamosos peces echada a la espalda, camino de la despensa de alguna licorería o taberna cercanas.

En los estrechos espacios que mediaban entre las casas de esparcimiento, hay encajados toda clase de tenderetes y tiendas que exponían virtualmente cualquier mercancía imaginable para tentar a los clientes que pasaban ante ellos. Allí, el aire es un constante murmullo de voces que hablan en una docena de dialectos y un número casi equivalente de idiomas. Hay vendedores callejeros que, dondequiera que una zona de muro libre les dejaba sitio para plantar su tenderete, ofrecen de todo, desde pescado seco, pasando por oxidadas piezas de armadura, hasta aves pescadoras de largo cuello.

Profesionales del espectáculo bloquean la entrada de todos los callejones, con pequeños grupos de gente reunidos alrededor, que asisten a la actuación con total atención y a veces arrojaban en los sombreros que había ante ellos piezas de cobre o, más raramente, de plata.

Murallas[]

A ambos extremos del puente se halla la vasta extensión de la ciudad. El resto de Remas está diseñada a gran escala en el interior de un largo circuito de defensas. Una muralla interior de enormes bloques de piedra encierra la zona más antigua de la urbe y abraza la línea costera en algunas secciones. Ésta, a su vez, se une con una segunda muralla, más grande y gruesa que su predecesora, que igualmente sigue la costa antes de continuar tierra adentro para rodear una porción aún mayor de la península. A lo largo de la costa, la segunda muralla se encontraba y unía con una muralla también enorme, de construcción mucho más tardía y proporciones aún más impresionantes. Veinte hombres de pie uno sobre otro no lograrían llegar a la parte superior de la muralla exterior, y su grueso es tal que dos compañías de piqueros que marchen de dos en fondo pueden pasar la una junto a la otra sin alterar su formación.

Torres y presidios se alzan desde esta muralla cada treinta metros más o menos, y los ballesteros vigilan cuidadosamente mientras patrullan por las almenas. Al igual que las murallas más antiguas, éstas también abrazan la costa a lo largo de un buen trecho antes de penetrar tierra adentro y bisecar la península formando una ininterrumpida barrera de piedra que se extendía de orilla a orilla, de modo que la laguna y la ciudad que la rodeaba quedaban completamente encerradas.

Localizaciones[]

Curiosidades[]

  • Si bien parece que Remas está inspirada en Roma, comparte además otras similitudes con la Florencia renacentista. Por ejemplo, el Gran Puente de Remas es una versión sobredimensionada del Ponte Vecchio, así como algunos personajes que hacen referencia a algunos florentinos; tal es el caso de Rienzi y Mandalari, los cuales comparten el título de "El Magnífico" y es el sobrenombre de Lorenzo de Médici, gobernante de facto de la República de Florencia.

Fuentes[]

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