Puede parecer a primera vista que hay muy poca profundidad en el Señor de Aenarion, que es simplemente una máquina de matar bien afiliada. Sin embargo, un Señor de Aenarion tiene rasgos de personalidad que se muestran durante sus momentos más lúcidos.
El aspecto más obvio de la personalidad de un Señor de Aenarion es su total arrogancia y el desprecio por las demás criaturas. El punto más revelador del Señor Aenarion es su odio absoluto hacia el Caos, heredado de Aenarion. Su ascendencia, linaje y tradiciones son tan inamovibles que el Señor de Aenarion mantendrá ante todo sus principios y valores.
Descripción[]
Cuando no combate el Señor de Aenarion ve el mundo de color gris (metafóricamente hablando) y pocas cosas le interesarán o lo podrán sacar de su estado casi de trance. En tiempos de guerra, sin embargo, el Señor de Aenarion se siente más vivo y en más sinfonía con el mundo que cualquier otro ser vivo. El aumentado suprarrenal a través de su cuerpo lo convierte en un luchador excepcional, que no conoce ni la piedad ni la compasión.
Todo esto también dependerá de en qué punto de la senda de Khaine o Asuryan esté el Señor de Aenarion. Cuanto más se aproxime a Khaine, más horribles atrocidades podrá realizar cuando pierda el control de sí mismo. Cuando mayor es la influencia de Asuryan, más podrá mantener el control, y durante los tiempos de paz podrá llorar por su difícil situación y sentir pena por aquellos caídos mientras el trance de batalla le dominaba.
Sin embargo, no se lamentará por los Orcos, Elfos Oscuros, los adoradores de caos u otras criaturas que se opusieron a él, sólo aquellos que fueron (al menos ante sus ojos) personas inocentes, consiguen esa piedad. La educación del Señor de Aenarion está estrechamente vinculada con su herencia y muchos llevan vidas perfectamente normales antes de que la maldición de Khaine se les impusiera.
Su longeva vida les proporciona grandes conocimientos sobre tesoros antiguos (especialmente artefactos perdidos de Ulthuan) y un profundo conocimiento de las lenguas muertas. Un Señor de Aenarion que esté recuperándose de su trance de batalla es probable que se retire y se aísle del mundo. Durante este estado es muy vulnerable a las trampas, emboscadas y otras sopresas.
No sólo tiene una condición física privilegiada, su capacidad de resistencia y su determinación le da aquello que le permite seguir adelante cuando otros se retirarían. Por encima de todo, el Señor de Aenarion es un alma torturada, con su sinfín de factores que influyen en su comportamiento, la mayoria de ellos están más allá de la compresión de los Aventureros que les acompañan.
Historia[]
Hace muchos siglos, algo más de cuatro milenios y medios antes de la fundación del Imperio, los Elfos estaban envueltos en una guerra constante contra los poderes del Caos. Durante aquel tiempo el primer Rey Fénix de Aenarion anduvo por los fuegos purificadores en el Templo de Asuryan y fundó la orden de los Altos Elfos tal y como se la conoce hoy en día.
Durante su reinado hubo un momento, cuando la esposa de Aenarion fue asesinada, creyó que sus hijos también habían sido asesinados. Afligido por el dolor se fue al Santuario de Khaine, el dios del asesinato, y tomo la Espada de Khaine de la piedra del altar del Santuario.
Fuente[]
- DeathBlow 3 (Traducción foro Warhammer Quest).