Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo
Advertisement
Wiki La Biblioteca del Viejo Mundo

Imagen Comandante Señor Skaven Karl Kopinski

Entre los Skavens, tener el título de Señor de la Guerra equivale a gobernar. En la brutal sociedad de los hombres rata no existe el concepto de ir ganando respeto y posición social de forma paulatina: sencillamente, el liderazgo se consigue arrancándoselo al que lo tenía antes que tú. Para mantenerse en el poder, un Señor de la Guerra debe demostrar a sus subditos que es un combatiente del máximo nivel y un adversario taimado.

El intento de derrocar a un Señor de la Guerra puede acabar en desastre (y probablemente en la muerte) para el Skaven que lo ha intentado, o puede tener éxito y llevar al aspirante a ocupar el trono (a menudo devorando al anterior Señor de la Guerra en el proceso) los desafíos de este tipo no siguen ningún formato ni protocolo establecido, aunque la mayoría de las veces se solucionan mediante un combate personal entre los implicados, un artero intento de puñalada por la espalda, o alguna elaborada intriga política. Cuanto más traicioneramente se lleve a cabo mejor, porque esa es la única manera de inculcar el miedo (y algo vagamente parecido al respeto) entre las masas de Skavens.

Una vez que un Skaven ha luchado, traicionado y escalado hasta la cima convirtiéndose en Señor de la Guerra, es cuando comienza su verdadera batalla los líderes Skavens suelen ser más grandes y de complexión más fuerte que los guerreros a los que dirigen tan despiadadamente, pero la fuerza física no basta para mantener el control en la sociedad Skaven, ya que hasta el más fiero de los guerreros acaba agotándose de ser desafiado constantemente. La manipulación, entendida como la capacidad de hacer que tus rivales se enfrenten entre ellos o de lograr apoyos en los lugares más insospechados, es la habilidad realmente necesaria para mantenerse en el poder.

Señor de la Guerra Skaven por Stephen Tappin

Tener grandes riquezas también será de ayuda, ya que le puede servir para aumentar la calidad y el número de sus tropas, para sobornar a personajes clave, o simplemente para comprar lealtades. Incluso los Señores de la Guerra de clanes menores intentan rodearse de una guardia personal de Alimañas, de las últimas invenciones tecnomágicas del Clan Skryre, de monturas Rata Ogro especialmente criadas y entrenadas por el Clan Moulder, o incluso de ostentosos palanquines de guerra cargados por fornidos guerreros.

Cualquier amenaza contra la autoridad de un líder debe ser contestada sin la menor piedad y sin escatimar esfuerzos.

Dado que los Skavens asumen (correctamente) que todos sus congéneres son rivales potenciales, es una tarea bastante ardua priorizar a quien hay que eliminar primero. Destruir a sus oponentes de la forma más brutal posible es una tarea que puede llegar a absorber la mayor parte del tiempo y las energías de un Señor de la Guerra, pero tiene la ventaja de hacer que muchos se lo piensen dos veces antes de intentar cualquier artimaña las muertes particularmente truculentas o elaboradas pueden comprar "horas de paz" a un Señor de la Guerra; si quiere que su mando dure en el tiempo, este tipo de conducta debe ser para él tan natural como respirar. Un Señor de la Guerra no puede estar en todas partes a la vez, y por tanto debe crear a su alrededor una camarilla de Caudillos fieles (más o menos), que se aseguren de que su palabra es ley y le ayuden a mantener su nivel de riquezas. En un clan pequeño esto significa tener a docenas de subordinados, mientras que en un clan mayor incluirá a toda una jerarquía de Señores de la Guerra y a millares de Caudillos.

Karl Kopinski señor de la guerra y alimañas

Todos los comandantes del clan deben mostrarse agresivos en atribuirse el mérito de cualquier acción que salga bien, y en buscar cabezas de turco para todo lo que salga mal. Este comportamiento puede ir simplemente desde "modificar" la verdad, hasta mentir y engañar de la forma más escandalosa. Por ejemplo, si una avalancha accidental destruye a una gran porción del ejército enemigo, cuanto más convincente sea un Caudillo en apuntarse el tanto más subirá su nivel de respeto entre sus subordinados ("sí-sí, es una locura atacar al Caudillo Snarlock, las montañas le ayudan'), y entre los demás Caudillos ("Snarlok está bendito por la Gran Cornuda") El hecho de que casi nadie se crea estas trolas y exageraciones no es lo importante, lo importante es la audacia que hace falta para mantenerlas. Como dicen los propios Skavens, "sólo un gran líder es capaz de soltar grandes mentiras".

Miniaturas

Imágenes

Fuente

  • Libro de ejercito de septima edicion, Skavens
Advertisement