Si el espíritu de la revolución se ha afianzado entre los comúnmente tradicionales averlandeses, ha sido desde luego en la ciudad de Streissen. Cuenta con una pequeña universidad y una escuela médica, y siempre se ha mostrado dispuesta a recibir ideas nuevas de cualquier parte; tanto es así que los averlandeses afirman que los que viven en Streissen “no andan muy bien de la cabeza" o que "'están demasiado influenciados por la gente de Nuln y de Stirland". Las clases media y alta de Streissen se enorgullecen de su relativa apertura a nuevas ideas y se consideran la elite intelectual de Averland.
Fue por esto por lo que, durante todo el siglo pasado y bajo la influencia de nuevas ideas políticas de Nuln, los gobernantes de Streissen movieron hilos para obligar a la Condesa Electora, la joven Ludmilla Alptraurn, a conceder un fuero propio a Streissen, otorgándole ciertos derechos (incluido el derecho a escoger a sus propios gobernantes) y liberándola de muchas obligaciones e impuestos hacia la corona de Averheim. Durante décadas los habitantes de Streissen miraban con optimismo hacia un futuro brillante, pero en el año 2502 se produjeron disturbios debido a la escasez de alimentos provocada por plagas en las cosechas. Las autoridades, que habían descuidado la formación de una guardia mínima, contemplaron indefensos cómo los alborotadores se adueñaron de la muchedumbre y declararon una comuna.
El ayuntamiento de la ciudad apeló a la por entonces anciana Gran Condesa Ludmilla solicitando tropas para reprimir la revolución, pero ella sólo consintió a cambio de que los concejales renunciasen al fuero de la ciudad y renunciaran a los privilegios que tanto les costó ganar. Estaban tan desesperados que accedieron, y las tropas de Ludmilla volvieron a establecer el orden tras un baño de sangre que ha hecho que "Streissen” sea sinónimo de "atrocidad" desde entonces.
Ahora es un alguacil quien gobierna Streissen en nombre del difunto Conde. La universidad fue purgada de sus miembros más radicales, y ya nadie habla de "autodeterminación" ni "gobierno del pueblo" (al menos no en público). Muy pocos creen que esta ciudad llegue a apoyar la causa de los Alptraum.
Streissen, la ciudad amurallada de casas blanqueadas y parques públicos, es un caldo de cultivo para conspiraciones clandestinas contra la autoridad de Averheim. Alborotadores y demás agitadores se reúnen discretamente con cualquiera que tenga motivos para quejarse, tratando de ganárselos "para la causa". Existen informes de sectas del Caos activas en esta región que intentan subvertir tanto a las autoridades como a los revolucionarios. Puede que no sea más que un rumor nacido de los nervios propios de tiempos de guerra, pero de ser cierto supondrían una gran amenaza.
Fuente
- Warhammer Fantasy JdR: Herederos de Sigmar (2ª Ed. Rol)