Imagen ilustrativa
El Túmulo de Landrel es un gran montículo de tierra del tamaño de una colina pequeña, situado en la Marca de Couronne. Es artificial, y tiene un gran pórtico de piedra excavado a un lado. La luz nunca parece penetrar demasiado en él, y del interior siempre emana un gélido frío.
Cada pocos años (aunque los intervalos de tiempo parecen ser aleatorios), surge del túmulo un ejército de esqueletos y zombis. Siempre siguen la misma ruta, e ignoran completamente a todo el que los deje tranquilos. Como hay un total de cuatro mil trescientos setenta y tres (ignoraron de tal forma a un erudito que fue capaz de contarlos con exactitud), la mayoría de los nobles se muestran dispuestos a hacer caso omiso de ellos. Los pocos que no lo hacen suelen tener un fin horrible, a no ser que sus amigos sean capaces de sujetarlos a tiempo.
Muchos grupos de aventureros han investigado el túmulo. La mayoría han regresado, pero afirman no haber encontrado más que algunos túneles vacíos de fría piedra bajo la colina. Uno de estos grupos halló una cámara funeraria sin profanar, perdió un hombre en el enfrentamiento con el tumulario que la habitaba, y salió de ella con algunos tesoros. No obstante, algunos grupos sencillamente no han vuelto a salir del túmulo.