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Talabecland se extiende más de mil kilómetros de este a oeste y ocupa todo el centro del Imperio, de modo que limita con más grandes provincias que ninguna otra. En consecuencia, se ha convertido en una importante ruta de comercio dentro del Imperio; hay tráfico subiendo y bajando los ríos Stir y Talabec, y el comercio que viaja de norte a sur recorre exhaustivamente la Carretera del Bosque Viejo de Hermsdorf a Talabheim. El Conde Elector Helmut Feuerbach gobierna con puño de hierro, aunque recientemente corren rumores de que ha muerto durante la Tormenta del Caos, ya que aún no ha regresado del frente.

La Región[]

La característica predominante de Talabecland es el Gran Bosque, que se extiende de punta a punta por todo el largo eje de la provincia. Aunque es menos imponente que el Bosque de las Sombras y Drakwald. El Gran Bosque también alberga peligros y misterios. A pesar de que hay aldeas aisladas dispersas por todo el bosque, y de que los talabeclandeses son expertos leñadores, el interior del Gran Bosque sigue siendo un lugar temible y misterioso para muchos. En lo más profundo acechan bandas de Hombres Bestia y pielesverdes, vestigios de la última Incursión del Caos, así como seres maléficos que llevan viviendo allí desde el albor de los tiempos. En concreto, al oeste se halla la región de las Colinas Áridas, conocida por la gran cantidad de mutantes encontrados allí.

Talabecland01

Muchos de los habitantes de Talabecland viven del bosque de una u otra forma, ya sea como guardabosques, carboneros o tramperos. Los árboles son los mismos que los del bosque primigenio que una vez cubrió todo el imperio. Formados por robles, abedules y hayas en el sur, y pinos de hoja perenne más oscuros hacia el norte, estos bosques están salpicados de claros o salientes rocosos, y es en tales sitios donde se encuentran las aldeas de los talabeclandeses forestales.

Un cordón central de colinas discurre de este a oeste por Talabecland, y los cartógrafos lo dividen en tres regiones diferenciadas. Junto a Ostermark se encuentran las colinas Kölsa, prácticamente deshabitadas pero célebres por los monumentos de piedra arcanos que hay sobre muchos de sus montes, dispuestos aparentemente como sederos de cima a cima. Los granjeros, despejando los árboles para sembrar sus cultivos, han descubierto terraplenes y extraños montículos colocados en formas peculiares y sugerentes. Su propósito es un misterio, pero las jerarquías del culto de Taal y Rhya han reclamado estas tierras como reserva para sus propias investigaciones.

Las colinas Farlic del centro son el hogar de muchos clanes de pastores que también son bandidos a jornada parcial, y que viven de asaltar el tráfico de la Carretera del Bosque Viejo. Es por eso que los Condes Electores despliegan una gran cantidad de patrullas de caminos en ella, e incluso han llegado a enviar tropas a las colinas para castigar a los asaltantes. La carretera está en un estado irregular; en algunas partes el empedrado y la gravilla forman una superficie lisa, mientras que en otras no es mejor que un sendero de tierra. Hay puestos de peaje (la mayoría abandonados) que supuestamente deben recaudar monedas para el mantenimiento de la carretera. Muchos de ellos han sido atacados y destruidos por las bestias del bosque, y pocas personas son lo bastante valientes o estúpidas para ocuparlos varios días.

Talabecland por Michael Phillippi

Los Talabeclandeses temen las Colinas Áridas al este, pues creen que se trata de una región maldita. Cuenta la gente de campo que hace más de cien años la luna del Caos Morrslieb escupió sobre el mundo, y el escupitajo aterrizó en lo que antiguamente se conocía como Colinas Verdes. Pronto la mayoría de los animales y plantas del lugar murieron: aquellos que sobrevivieron mutaron de forma horrible y tuvieron que ser destruidos por las fuerzas del Conde Elector. Hoy día todo el mundo evita las Colinas Áridas salvo unos pocos, ya sean buscadores de tesoros en pos de rumores sobre oro u objetos mágicos, o aquellos que creen están protegidos de la maldición.

Lista de Condes Electores de Talabecland Conocidos[]

Nombre Cronología Datos
Krugar Poco claro, alrededor del 1 C.I Rey de los Taleutenos.
Ottilia I Poco claro, alrededor del 1360. Primera Emperatriz Ottiliana.
Frederik V Poco claro, alrededor del 1547. Se negó a dimitir en favor del conde Siegfried de Middenland, quien se convirtió en el primer emperador Lobo.
Ottilia III Poco claro, alrededor del 2010. Dirigente al comienzo de la guerra de los Condes Vampiro.
Ottilia IV ? - 2100. Ordena el asesinato de Lutwik durante la "Batalla de los Cuatro Ejércitos", es asesinada por orden de Lutwik.
Halmut Feuerbach ? - Presente. Actual Conde Elector.

La Gente[]

La mayoría de los habitantes de Talabecland son descendientes de la tribu de los Taleutenos, a quienes Sigmar concedió el dominio de todas las tierras entre el Talabec y el Stir. Tras vagar durante años por el Gran Bosque, el pueblo del Talabec encontró el Gran Cráter, una enorme cuenca en la tierra rodeada de una muralla natural atravesada por un túnel. Según la leyenda Krugar, el jefe de los Taleutenos, decidió que esto era una señal del propio Taal y ordenó que se construyese una gran ciudad dentro del cráter. Conocida primero como Taalahim y posteriormente como Talabheim, es la ciudad más grande del este y se considera inexpugnable.

Talabecland es una región de espesos bosques con reputación de bárbara e ignorante entre las demás provincias. El pueblo de Talabecland ignora estas tonterías, y en su lugar se aferran a un orgullo privado por sus artes forestales y sus habilidades prácticas. La mejor cualidad de los talabeclandeses es su paciencia, que enmascara una discreta intensidad y honor. Se respetan la lectura, la escritura y las artes cultas, pero se consideran secundarias al conocimiento de las tierras salvajes. Los hombres de Talabecland prefieren el silencio y la acción a los discursos prolongados, pero sus mujeres tienen fama de deshacerse ante palabras dulces. Por eso en toda la provincia se desconfía de libertinos, poetas y reiklandeses (aunque en general los talabeclandeses son más hospitalarios que sus parientes rurales stirlandeses).

El pueblo del Gran Bosque valora especialmente el papel del padre. Incluso los que nacen en pueblos se llevan a sus hijos al bosque durante el verano para enseñarles a seguir un rastro, encender una hoguera y cazar algo de comida. Esto se considera un asunto de sentido práctico, al igual que un habitante de Marienburgo aprende a nadar. Un niño que no tiene un padre que le instruya pacientemente en el arte del bosque y el arco puede considerarse realmente desafortunado. Tristemente, la Tormenta del Caos ha dejado a más de un muchacho sin forma de iniciarse en los métodos de sus ancestros.

Aun dada su nobleza, los talabeclandeses son inusualmente humildes. Sus historias narran grandes hazañas a la vez que se menosprecian el papel de las personas implicadas. "Lo que cuenta es lo que se hizo, no quien lo hizo", es un antiguo dicho talabeclandés. En los torneos que se celebran cada dos años en Küsel, los caballeros talabeclandeses portan los colores provinciales en sus escudos; el único símbolo de sus familias es una pequeña insignia que llevan en los hombros. Según la tradición, la gloria obtenida pertenece a todo el pueblo al completo.

Son también gente religiosa que venera a todos los dioses del Imperio, pero con un respeto especial a Taal y Rhya. De hecho, el mayor templo de Taal se halla en el pequeño bosque del exterior de Talahheim en el Gran Cráter. Ulric también es muy popular, pues aunque no son fanfarrones, los talabeclandeses son conocidos por su beligerancia. Talabheim misma fue la sede del culto durante un breve periodo del segundo milenio, cuando el Ar-Ulric se trasladó de Middenheim a Talabheim por una discusión con el graf.

En cuanto su peor aspecto, los talabeclandeses son polémicos, primitivos, bebedores empedernidos y maliciosos. Y aunque no se visten con hojas como dicen otros, por lo general evitan las ropas elaboradas y prefieren indumentarias prácticas que puedan resistir el maltrato. "Ataviado como un reiklandes" es una expresión popular para referirse a alguien que viste con demasiado emperifollamiento. Más de un forastero repipi ha sido colgado de un árbol boca abajo (o peor).

Los talabeclandeses hablan de forma fluida con palabras mal pronunciadas y superpuestas, aunque la élite cultural de Talabheim prefiere hablar el “correcto" Reikspiel. El resto del Imperio achaca esta curiosa forma de hablar a la conocida tradición del Talabec de elaborar “licor ilegal" en el bosque. Las malas lenguas hablan de salvajes fiestas celebradas en las profundidades del bosque, donde los bosquimanos semiferales se reúnen para beber licor, cazar y arrastrarse a refugios que apestan a sudor. Cada año, curiosos de todo el Imperio intentan adquirir alguna de las extrañas y diversas bebidas alcohólicas que salen de Talabecland, pero con muy poco éxito.

Los talabeclandeses se enfadan ante cualquier intento de averiguar cómo exactamente adoran a Taal en los bosques; para ellos la libertad es muy importante. Un hombre tiene todo el derecho del mundo a desaparecer en el bosque durante semanas si así le apetece. Si con ello deja atrás a una afanada mujer e hijos, pues que así sea; si el Padre Taal llama, hay que responder.

Expresiones de Talabecland[]

  • “El bosque susurra, pero nosotros nunca lo entenderemos": es un misterio.
  • “El roce rojo de Taal”: un fuerte acceso de furia.
  • “Ha ido a ver si las hojas son verdes”: ha salido a pillar una cogorza en el bosque.
  • "Está viendo las Colinas Verdes”: está pensando en las musarañas.
  • “La gran quemadura”: el otoño.
  • “Empinando un cuerno”: tomando un trago, sobre todo en honor a Taal.

Lugares de Interés[]

Uniforme y Heráldica[]

La provincia de Talabecland está cubierta de bosques y muy poco poblada. Estas tierras reciben el nombre de su deidad principal Taal, el dios de la naturaleza, las bestias y los lugares salvajes. Los colores de los soldados de Talabecland son el rojo y el amarillo.

Aunque a Taal no le importan demasiado las hazañas de los soldados, se considera que cruzar el río Talabec trae buena suerte. Los regimientos cercanos al río sagrado de Taal suelen sumergir el estandarte en sus aguas para contar con la bendición del dios y a cambio incluyen uno de sus símbolos en el estandarte. Taal suele representarse con una cabeza o cráneo con cuernos de ciervo o con un árbol con las ramas retorcidas en forma de cornamenta, como el del estandarte de Talabecland. Pese a que el águila suele representar a Myrmidia, en los estandartes y escudos de los soldados de Talabecland representa la aguda vista de Taal.

Fuentes[]

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